Durante toda la mañana, Todoroki tenía los nervios a flor de piel. ¡Su cantante favorito iba a estar respirando el mismo aire que él por dos horas seguidas!

Sin darse cuenta comenzó liberar espesas feromonas con olor a menta las cuales fueron captadas por la pelinegra que lo acompañaba en esos momentos.

— Todoroki-san, estás liberando feromonas. — reprendio la Alfa.

— A-ah sí... Lo siento — respondió levantandose para abrir las ventanas.

Momo había estado parloteando con él durante toda la mañana para que tratara de tranquilizarse pero de nada servía. Solo pasaba por su mente el par de esmeraldas que estuvieron frente a él por más de 10 minutos llevándolo a su salón.

Lo peor/mejor que tenía presente era que solo tenía 20 alumnos así que podría distraerse con algún otro para no tentarse a observar las dos horas al peliverde.

El timbre del final de clases sonó y enseguida y el bicolor dio un brinco en su lugar.

— Trata de tranquilizarte, respira aire fresco. Solo es un cantante. — le restó importancia la pelinegra agarrando su celular para salir del salón.

— Ajá, es un cantante profesional que va a tomar clases conmigo... Yo ni siquiera llevo tantos años en esto. — comentó acompañando a su amiga hasta la salida de su salón.

— Piénsalo, cantas bien cualquier tipo de género y la UA te contrato por eso, tienes buenas referencias así que tú tranquilo. Todo estará bien ¿De acuerdo?

La pelinegra abrazó al bicolor antes de caminar hacia su salón donde ella impartía clases de ballet.

Todoroki volvió a cerrar la puerta y respiro para tranquilizarse un par de veces. Estaba nervioso de que su Cantante favorito estaría a menos de 20 metros de distancia pero por qué principalmente eran sus nervios fue por qué ¡Sería su maestro de canto! ¡Cuando él ya era una estrella con solo pisar el escenario!

— ¿Que carajos le voy a enseñar? — preguntó al aire para después escuchar que tocaban la puerta — Adelante. — permitió el paso.

La puerta fue abierta por una Omega de cabello castaño acompañada de un beta de cabello negro azulado.

— ¡Buenas tardes Todoroki-sensei! — anuncio el chico haciendo extraños movimientos de robot.

— Buenas tardes Todoroki-sensei — saludo la castaña con una dulce sonrisa.

— Buenas tardes Iida, Uraraka.

Los alumnos caminaron a sus respectivos asientos platicando de cosas que realmente no le importaba al bicolor.

Al ver qué sus alumnos llegaban poco a poco, se levantó para anotar en su pizarra.

Clase 12: Principios para cantar correctamente.

   ¹ Postura

El ruido de su salón se hizo presente y dirigió su vista a los alumnos los cuales callaron de inmediato a excepción de una risa al fondo del salón.
Todos dirigieron su vista hacia la persona que había sido dejando a un peliverde totalmente sonrojado.

— L-lo siento... — dijo con un gran sonrojo en sus mejillas.

— No hay problema... — contestó el bicolor restandole importancia — Buenas tardes, clase.

— ¡Buenas tardes Todoroki-sensei! — hablaron todos al unísono.

El Alfa bicolor suspiro una vez más cerrando sus ojos.

— Bueno, como tenemos a un alumno nuevo, debo presentarme... Como todos saben mi nombre es Todoroki Shōto y yo les imparto la clase de arte del Canto. Seré su profesor por tres años y espero cooperacion de todos ustedes. Es casi imposible que reprueben conmigo pero aún así hay excepciones-

— ¿Verdad Kaminari? — interrumpieron al profesor, evidenciando a su compañero que iba abriendo la puerta trasera sigilosamente.

Todos rieron bajito ante el Omega avergonzado que solo sonreía con nervios. Pero después de escuchar el carraspeo de su profesor callaron de inmediato.

— Bien, amm... Midoriya, preséntate por favor... Dinos tu nombre, edad, pasatiempos o lo que tú gustes.

Todos dirigieron su vista al mencionado que trataba de hacerse chiquito en su lugar. Sabía que al ser cantante tenía a muchas personas poniéndole atención pero al menos había más personas cantando con él.

El peliverde tragó fuerte y se levantó de su asiento sintiendo todas las miradas puestas en él.

— A-ah... M-mi nombre es I-Izuku Mi-Midoriya... Tengo 20 años y-y...  Me gusta mucho cantar y bailar...

— Eso todos lo sabemos — habló un beta rubio de ojos azules. — Di algo que no sepamos.

— Monoma te pido respeto para tu compañero... Mientras él estudie aquí será tratado igual que ustedes así que; o guardas silencio o te sales de mi clase, tu decides. — habló el bicolor con el mismo gesto serio de siempre pero sus emociones eran transmitidas por su voz. — Puedes sentarte Midoriya, gracias. Pídele a alguno de tus compañeros que te pasen los apuntes pasados para no atrasarnos.

El mencionado asintió con la cabeza y se sentó en silencio al escuchar al bicolor hablar. Tenía un mando impresionante y un tono de voz espectacular.

— Bien... Iniciemos con la clase. — habló el bicolor parándose frente a su escritorio. — ¿Alguien sabe por qué la postura es importante en el canto?

El salón quedó en silencio pero con varias manos levantadas. El peliverde sabía algunas cosas pero tenía la práctica más no la teoría así que no alzó la mano. Prefirió escuchar a sus compañeros hablar.

La castaña que estaba sentada al lado de él tampoco alzó la mano, se limitaba a ver a todos lados del salón menos al profesor.

— Señorita Uraraka... — habló el profesor sacándole un sustito a la chica. — ¿Por qué es importante la postura?

La mencionada se puso se pie tambaleándose por los nervios pero aún así sonrió con ligereza.

— Por qué... ¿Nos vemos mejor? — Respondió la castaña pero no pudo evitar que su respuesta sonara más como una pregunta.

— ¿Me está preguntando o me está afirmando? — preguntó nuevamente el profesor.

— Le estoy respondiendo.

Todoroki le hizo una seña a la Omega para que se sentará mientras veía atentamente a sus alumnos como si estuviera escogiendo a alguien.

— Joven Aoyama... Dígame por qué es importante la postura.

— Bien sûr, professeur... — Aoyama se puso de pie de manera elegante — La postura correcta permite que el aire pase perfectamente a nuestros pulmones, posibilitando una buena producción vocal.

— Perfecto, muchas gracias. Puedes sentarte. — dijo el profesor caminando hacia su escritorio donde saco su laptop y la conecto al cañón — Saquen su libreta, laptop o tablet... Lo que traigan para escribir.

Todoroki comenzó a escribir en la computadora mientras era transmitido su mensaje a través de cañón a la pizarra.

Escribió lo principal durante una hora en completo silencio. Mientras escribía iba explicando breve pero conciso lo que quería transmitir ganando así algunas preguntas como dudas o sugerencias de sus alumnos.
Le encantaba dar clases por qué absolutamente todos sus alumnos participaban cuando preguntaba algo y todos expresaban sus dudas, así que no tenía problemas en ser profesor.

La siguiente hora fue práctica, se pusieron de pie mientras imitaban la postura de su profesor al momento de respirar.

Todoroki pasaba por los pasillos para corregir algunas veces a sus alumnos. Todos aceptaban sin quejarse las sugerencias de su profesor.
Había excepciones donde Todoroki no tenía que corregir nada como Iida o Aoyama.

Cuando paso por el lugar de Midoriya observo la postura de su alumno dando algunas correcciones.

— Midoriya, saca un poco más tu pecho, levanta ligeramente la cabeza y no estés tan tenso... No voy a regañarte.

"¡Nunca podría regañarte, antes me mato yo!" Confesó Todoroki en su memoria.

El bicolor caminó hacia el piano que había en el salón y se sentó en el banquillo.

— Bien... Iniciaremos calentando. Ya saben cómo funciona esto. Recuerden que calentar es importante y deben hacerlo antes de cantar ya que si no lo hacen podrían lastimarse o cantar mal. — los alumnos asintieron y prepararon sus gargantas. — Iniciemos con la respiración de la "F"... 3... 2...

Los alumnos hicieron lo pedido por el profesor subiendo el tono y bajándolo cuando era indicado por el piano sonando las notas: Do, Re, Mi, Fa, Sol, Fa, Mi, Re, Do. Tres veces seguidas.

— Excelente, ahora con la "M"

Se repitió la escala de las notas musicales de igual manera tres veces seguidas.

— Ahora una vez con "La", otra "Si", otra "Mo", otra "Te" y la última con "Fu"... Recuerden que es estos últimos ejercicios son para gesticulación y pronunciación de las palabras.

Los alumnos obedeciendo órdenes comenzaron a afinar correctamente sus voces escuchandose melodiosamente.

Los siguientes 20 minutos se mantuvieron calentando su garganta con diferentes niveles de escalas... Hasta después donde practicaron canto de pie y estando sentados.
Con postura correcta e incorrecta.

Midoriya estaba facinado con sus clases... Y con el profesor. Pero solo un poquito.

— Bien eso es todo por hoy, recuerden no tomar o comer algo frío por la siguiente hora para dejar enfriar su garganta... Tomen mucha agua por favor. — Habló el bicolor después de que tocaran el timbre.

Sus alumnos comenzaron a guardar sus cosas entre pláticas con sus mismos compañeros.

El Alfa se puso a ordenar su maletín guardando su laptop no sin antes verificar haber guardado su clase de ese día.

Su celular sonó anunciando un mensaje y rápidamente lo leyó chasqueando la lengua con molestia, para salir del aula casi corriendo dejando a un peliverde con la sonrisa a medias.

Midoriya iba a agradecerle a su profesor por la clase pero al ver qué se fue murmurando un "Otra vez ese imbécil" decidió dejarlo ir.

La chica castaña se acercó a él con una sonrisa sincera.

— Deku-kun... ¿Quieres que te preste mis apuntes? — preguntó sutilmente.

— Te lo agradecería mucho, Uraraka-san. — sonrió mientras aceptaba el cuaderno de la Omega.

Iida se les unió poco tiempo después, saludando moviendo extrañamente sus manos.
Los tres salieron del salón donde vieron a Bakugo viendo su celular totalmente serio.

— Nos vemos mañana chicos — dijo el peliverde caminando hacia su hermanastro — ¡Kacchan!

El llamado alzó la mirada viendo al peliverde sonriendo de oreja a oreja trayendo paz a su vida - aunque no iba a admitirlo en voz alta -

Ambos bajaron por el elevador entre pláticas, más específicamente Izuku hablaba mientras que Katsuki respondía con monosílabos o respuestas cortas.

Al estar fuera del campus habían dos coches, no se despidieron ya que prácticamente y literalmente vivían en la misma casa así que se verían en menos de una hora.

El Omega peliverde corrió dando saltitos de felicidad al ver el coche convertible rojo de su novio que lo esperaba recargando un brazo en la puerta mientras observaba un coche alejarse a través de sus lentes oscuros.

— ¡Kiri! — dijo con extrema felicidad el peliverde antes de entrar al coche y darle un beso en sus labios.

— Hola peque... ¿Cómo estuvo tu día? — preguntó con una sonrisa mostrando sus dientes afilados.

— Excelente... — el peliverde dio una vista rápida al colegio y vio al bicolor salir corriendo acompañado de una profesora pelinegra siguiéndole el paso.

"¿Será su novia?... ¿Esposa?... ¿Por qué se ve tan molesto? ¿Habrán peleado?" Pensó el peliverde sin ponerle atención al pelirrojo que estaba tratando que volviera a tierra.

— ¿A quien ves, Izu? — preguntó Kirishima seriamente encendiendo el coche. Pero no recibió respuesta. — ¿Izuku? ¿Pasa algo?

Midoriya pareció regresar a la tierra y negó con la cabeza mientras volteaba a a ver a su novio con una sonrisa sincera.

— No ocurre nada, Kiri... ¿Nos vamos? Muero de hambre.

— Claro, amor — dio un asentimiento — ¿Que te gustaría comer?

— A ti... — respondió el peliverde sonriendo ladinamente soltando feromonas con olor a vainilla.

— Me encanta la idea...

Ambos sonrieron y se dirigieron a la casa del Omega donde los esperaban para comer Katsudon algo así como una fiesta de celebración con el tema: "Feliz primer día Izuku".

Mamá Inko y Mamá Mitsuki escucharon atentas las palabras del peliverde al contar todo lo ocurrido. Mencionado a sus compañeros de clase, el profesor Aisawa, la tierna castaña que le hablo sin intensiones de aprovecharse de su fama... Pero el nombre que más menciono sin darse cuenta fue:

— Todoroki-sensei canta muy bien... Tiene un timbre neutro y eso ayuda muchísimo aunque creo que su fuerte serían las notas bajas...

Bakugo y Kirishima se voltearon a ver unos segundos para después desviar su mirada hacia el parlanchín peliverde que no dejaba de hablar.

La comida paso sin complicaciones, hasta que Kirishima y Midoriya decidieron salir de la casa prometiendo que volverían antes de las 12:00 PM.

Al llegar al departamento del pelirrojo, la ropa comenzó a sobrar y el aire comenzó a faltar pero tal era su deseo de estar juntos que no llegaron a la habitación cuando el Alfa ya estaba penetrando al Omega escuchando sus melodiosos gemidos.

— Ahh... Kiri... Más fuerte... — rogó el peliverde abriendo más sus piernas.

— Como ordene mi príncipe... — concedió el Alfa aumentando la velocidad y fuerza de sus estocadas.

Cambiaron constantemente de posiciones y gimieron sus nombres sintiéndose extasiados al sentir el fabuloso clímax que los envolvía.

Se recostaron en el suelo para regular sus respiraciones, mientras que Midoriya se apoyaba en sus codos para besar los labios del de ojos color rubí.

— Te amo Kiri... — susurro el Omega.

Kirishima abrió los ojos con sorpresa, no era la primera vez que se decían te amo pero el mensaje que recibió de Bakugo lo hizo... dudar.
No estaba bien mentir pero no se sentía listo para decir la verdad. Solo pudo fingir una sonrisa mientras acariciaba el verdoso cabello del Omega.

— Yo también te amo Izu...