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🎶 Capítulo 11 🎶

Escucharon un suspiro de la doctora y al ver qué dejo el sobre en el escritorio y les dedico una sonrisa tragaron fuertemente sintiendo sus entrañas a punto de salirse por la boca.

— Felicidades... Van a ser papás.

¿Qué? — soltó inevitable Midoriya con un gesto de total confusión y una pizca de tristeza.

— Van a ser papás... — dijo la doctora un poco preocupada por la reacción de ambos. Uno quería llorar y el otro parecía que se había ido al espacio exterior.

Yo no lo puedo tener — comentó Midoriya soltando la primera lágrima que se había estancado en sus ojos. — S-soy un Ídol, mi carrera estará terminada sí yo lo tengo... Tengo miedo — dijo lo último como susurro teniendo un nudo en la garganta que le impedía alzar la voz.

Todoroki no sabía que hacer, ni que decir realmente... Así que únicamente se limitó a apretar la mano del chico que temblaba a un lado de él.

Y para empezar ¡Ni siquiera era suyo!... Su Shōto fan de Deku escribió en su diario mental: Querido Diario, hoy conocí la envidia...

Se dio una bofetada interna al pensar en eso, ¿Cómo puede tener eso en mente cuando su amor imposible estaba llorando a un lado de él?

El pecoso se levantó de su silla y Todoroki estuvo a punto de seguirle el paso pero en cuanto sintió el peso del peliverde sobre él solo pudo corresponder el abrazo y tratar de consolarlo.

La doctora se mantenía en silencio sin intenciones de hablar así que únicamente se limitó a agarrar uno de cada folleto que tenía en su escritorio y se los entrego al Alfa que le seguía sus acciones con la mirada.

— Una semana... Es lo más que puedo darles — dijo cómo último la doctora antes de darles la salida del consultorio.

Midoriya se agarró lo más fuerte que sus brazos le podían permitir y es que se negaba a soltarle así que Todoroki solo pudo tomar en brazos al Omega lo más fuerte posible y cerca de él para intentar que las feromonas de Alfa le tranquilizaran.

Salieron del hospital sin ser relevantes ya que Midoriya en todo momento se mantuvo con su gorro que le cubría el cabello y su rostro no era visto ya que estaba pegado al pecho de Shōto... ¿O sí fueron vistos?

Todoroki abrió la puerta trasera del auto e intentó dejar al peliverde pero solo sintió como le abrazaba con más fuerza pareciendo un niño que se negaba a soltar su hogar.

Midoriya, debo conducir... Te llevaré a tu casa.

El Omega soltó poco a poco el abrigo del Alfa y aceptó ser recostado en la parte trasera del auto.

El camino a casa fue lo más silencioso que jamás había estado, es decir, Todoroki ama el silencio y su personalidad es tímida y silenciosa pero en esa ocasión hasta sentía que era demasiado silencioso.

Cuando aparco en el edificio donde vivía actualmente Izuku, bajó y volvió a cargarle en brazos un poco más tranquilo ya que estaba dormido... Así que suspiró y entró al edificio.

Buenas tardes... Esto... Vine a dejar a mi amigo, se quedó dormido y realmente solo se que en este edificio vive pero no el departamento. — dijo Todoroki algo apenado y nervioso al sentir la insistente mirada de la chica de recepción, hasta que recordó a alguien — ah... Un momento.

Agarró a Midoriya como su santo favorito le dio a entender y sacó su celular de su bolsillo trasero para después buscar entre sus contactos a la persona buscada.

"Deberías borrar este número" ese era el nombre del contacto.

En la llamada:

— ¿Shōto? ¿Todavía conservas mi número? — contestó.

Sí, no preguntes pero necesito que me digas en qué departamento vives.

— Te recuerdo que tengo novio... Si eso es lo que quieres-

No es eso, Kaminari... — suspiró — Solo pásame el número de tu departamento... Te explicaré todo después.

El rubio vaciló un momento para después suspirar.

— Es el mismo... Sigo viviendo en el 23.

Gracias, prometo pasarte este semestre.

— Que gracioso eres Shōto, sigues conservando ese sentido del humor tuyo. — se escuchó una pequeña risita después de haber dicho lo último.

Ya sabes cómo soy, todo un carismático.

Kaminari soltó una carcajada y se despidió una última vez del bicolor.

Fin de la llamada.

Aquella llamada le trajo mil y un recuerdos a Shōto provocando que tuviera un escalofrío y ardor en su rostro.

Intento disipar cualquier sentimiento para que no afectará a Midoriya ya que seguía dormido pero aún así las lágrimas no dejaban de salir.

Voy al departamento 23. — dijo el bicolor dirigiendo su vista nuevamente a la recepcionista.

— Llamaré al departamento para ver si permiten su paso.

El Alfa se limitó en asentir con la cabeza y espero a que la señorita que dijo varias veces las palabras "guapo Alfa" mientras lo miraba y hablaba con Kaminari a la vez hasta que finalmente colgó la llamada.

— Puedes pasar... Y sí estás libre cuando termines con él...

Lo siento no estoy interesado. — dijo con simpleza y solo subió al elevador sintiendo la picazón en su nuca de que alguien le miraba hasta que las puertas se cerraron.

Shōto sintió a Izuku removerse en sus brazos y tuvo el impulso de casi bajarlo de sus brazos al pequeño banquillo que había pero al sentir como se prensaba nuevamente a él no tuvo más opción que afianzar su agarre hasta que vio las puertas abrirse al piso tan conocido para él.

Midoriya llegamos al piso — dijo el bicolor con pesar pero es que enserio que ya no sentía sus brazos.

S-sí... Yo lo siento. — comentó el peliverde bajando de los brazos de Todoroki pero aún así se negó a alejarse de su brazo.

Caminaron hasta el departamento de Kaminari y en cuanto Shōto vio el número 23, el miedo de aquel día llegó a su memoria haciendo que casi saliera corriendo.

Una visión de fuego quemando la puerta, Kaminari tirado en el suelo inconsciente  llegó a sus ojos y como su ángel Salvador, Midoriya tocó el timbre.

La cantarina voz del rubio llegó a sus oídos.

— ¡Shōto! ¡Que gus... — comentó con euforia el rubio para después interrumpirse a sí mismo viendo a la otra persona que lo miraba algo confundido — ¿Izuku? ¿Que paso?

¿Shōto? — preguntó Midoriya un poco confundido.

— A-ah sí... Así se llama ¿Nop? — comentó inocentemente el rubio — pero pasen, pasen.

Yo me voy, puedes hablarme si necesitas algo ¿De acuerdo?... Y toma. — Todoroki le entregó los folletos al pecoso que seguía con los ojos algo cristalinos.

El pecoso solo hizo una reverencia como agradecimiento y como despedida para después arrastrar sus pies hasta su habitación dejando a Kaminari totalmente confundido y a Shōto preocupado.

— ¿Ahora sí vas a decirme que hacías con Izuku? — preguntó Kaminari susurrando. — Se supone que iba a salir con su amigo que le... — su cerebrito del tamaño de una nuez dio un choque eléctrico impidiendo que terminara la frase: "Con su amigo que le gusta" eso quería decir pero cayó en cuenta que ÉL ERA EL AMIGO QUÉ LE GUSTABA y el sabía que a Shōto le gustaba Deku... ¡El amor era correspondido! ¡Vivan los noviooooos!

Kaminari, ¿me estás escuchando?

— Lo siento mi mente se fue a Saturno... ¿Decías? — dijo con inocencia.

Yo no voy a contarte por qué salimos pero por favor... Cuídalo ¿Quieres?

— Ash — se quejo el rubio haciendo un tierno puchero — Yo quería saber

No

No eres divertido Shōto... — dijo sonriendo con diversión para después cambiar su gesto a uno con preocupación — ¿Cómo estás? Y no digas que bien por qué se que con lo de el festival no estás bien...

— Tu mismo lo dijiste, no estoy bien... Pero tampoco puedo darme el lujo de permitir que me despidan.

Ambos se quedaron en silencio unos segundos hasta que Todoroki suspiró con un cansancio notable.

Lo siento, Den... Enserio perdoname.

— Hey... — el rubio se acercó a Todoroki pero al ver que se alejó con miedo visible retrocedió un paso — Ya hablamos de esto, no fue tu culpa... Aparte la cicatriz de mi espalda parece un rayo... ¡Es genial!

Mi mamá... Ella...

— Shōto, olvídalo ya... — interrumpió al Alfa — Estoy bien... Nuestras cicatrices nos dan personalidad.

Bien.

Denki suspiro y le mostró una sonrisa apacible al Todoroki quien con todas sus fuerzas correspondió la sonrisa lo mejor que pudo.

Yo debería irme... Fue bueno verte fuera de la escuela... — comentó el bicolor rascando su nuca

— Nos vemos luego, con cuidado a casa y salúdame a Touya.

Y tú a Shinsou

— Es broma ¿Cierto? — comentó con ironía Denki.

Ehh... No, sirve que me mata para que yo ya no viva más en esta tortura llamada vida... Solo dile que no me duela mucho.

— Se lo diré — soltó una risita — Todo estará bien ¿Entendido? 

Ambos se despidieron chocando sus puños sintiendo sus corazones queriendo salirse de su pecho, el recuerdo de dos años atrás les llegó a la mente...  Pero solo se sonrieron con melancolía.

El día que quedó marcado para ellos en cuerpo y mente.

11 de enero.

Exactamente... El cumpleaños de Shōto.

En estos momentos, Midoriya se encontraba persiguiendo a Kaminari quien en cuanto le contó lo que había pasado, no dudo ni un segundo en ir en busca de Kirishima... Le hubiera dejado ir...

Pero Kaminari iba con un cuchillo, dos bolsas de plástico negras y unos guantes para asegurarse de no dejar huellas en su próxima escena del crimen donde habrían dos cadáveres... O tres si es que Midoriya no dejaba de jalarle el brazo donde traía el cuchillo.

¡Kaminari! ¡Escúchame!

— ¡No! ¡Ese IMBECIL va a ver de lo que estoy hecho!

Cierto guardia de seguridad iba persiguiendo a ambos chicos que habían salido sin ningún tipo de disfraz por el calor del momento.

¡All Might! Detenlo por favor.

El llamado acató la petición y cargó como costal de papas al Omega rubio que pataleaba y de puro milagro divino había soltado el cuchillo así que el beta no peligraba.

— ¡Sueltame! ¡Sueltame!

Agradecieron que a pesar de que estaba gritando, no llamaban la atención de nadie y es que no había nadie en las calles.

Kaminari se las arreglo para resbalarse entre los musculosos brazos del beta y en cuanto sus piesitos descalzos tocaron el suelo no dudo en pegarle al guardia en toda su descendencia y en correr hasta la casa donde vive Bakugo.

Midoriya intentó seguirle el paso pero en cuanto vio a Kaminari con instintos asesinos entrando a la casa de su mamá no dudo en apresurar su paso aunque aquello causó que se mareara de manera impresionante y cayó de rodillas en cuanto tocó el piso del interior de la casa.

— ¡Kaminari suelta la lámpara! — escuchó la voz del pelirrojo totalmente alterada.

Las voces de sus madres también llegaron a sus oídos y la voz de Bakugo intentando hacer más escándalo no tardaron en aparecer en sus oídos causándole náuseas.

Sin previo aviso corrió hasta el baño de la planta baja.

— ¡Hijo!/ ¡Izuku!/ ¡Deku!

— ¡Kaminari! — dijo el rubio uniéndose a los gritos. — ¿En qué estaba? Ah sí... ¡Te voy a matar!

Midoriya aceptó la servilleta que su madre le ofrecía y se levantó de inmediato para correr hasta la sala donde Kaminari tenía a Kirishima en el suelo a punto de tirarle ahora un florero en la cara.

¡Denki! — dijo con las únicas fuerzas que le quedaban al peliverde llamando la atención de todos. — Deja eso ya... La decisión está tomada.

— ¿Que decisión? — Preguntó Mitsuki, Inko, Bakugo y Kirishima al unísono.

Kirishima... Necesito hablar contigo. — comentó Izuku firmemente

— S-sí... — dijo nervioso para después dirigir su vista al rubio que le miraba con irá pura — Den-

— Kaminari, para ti soy Kaminari....

El rubio se quitó de encima de Kirishima dejando que se levantará del suelo para después dirigirle una mirada dudosa a Bakugo quien solo asistió con la cabeza sintiéndose nervioso.

El pelirrojo caminó siguiendo a Midoriya quien salió de la casa dejando a las mujeres confundidas y a Kaminari arreglando un poco el desastre que había hecho.

El viento soplaba fuertemente, tal vez avecinando pronta lluvia pero todo frío quedó fuera de lugar en cuanto Midoriya soltó su primera lágrima mientras le entregaba un sobre al Alfa quien con su mano temblando agarró dicho sobre.

Con los nervios al mil, torpemente abrió el sobre sintiendo como el azúcar, la presión, su alma se iba al cielo y al suelo a la vez.

No lo voy a tener... Solo te digo esto por pues tú también eres el responsable... Dile a los de la agencia que no podré ir por un tiempo por la operación.

— P-pero... Tu eres recesivo

Y no podré tener más bebés, lo se...

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