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🎶 Capítulo 10 🎶

Viernes cuatro de la madrugada, Midoriya se encontraba tocando un timbre desesperadamente.

Escuchó un apagador y pies arrastrandose por el piso mientras se acercaba a la puerta. Una voz diciendo "ya voy" adormilada y grave hizo que se alejara un paso de la puerta y se bajara el cubrebocas, se quitará los lentes y el sombrero que por poco y no le tapaba los rizos.

¿Quie... ¿Midoriya? — Todoroki abrió la puerta con un ojo cerrado por el sueño.

El pecoso sonrió enternecido al ver la maraña de cabellos que se combinaron por los movimientos que hace uno en la noche.

B-buenas ¿Noches? Todoroki-san... Lamento la hora pero necesito hablar de esto con alguien.

El Alfa soltó un bostezo y le permitió la entrada a su hogar donde cabe recalcar que desde que Midoriya supo dónde vivía, escondió todas sus cosas de fan de Deku en el "sótano/bodega"

El peliverde al conocer el departamento de pies a cabeza pudo sentir un extraño frío recorriendo su cuerpo lo que le hizo estornudar.

Lo siento es que abrí las ventanas. — se disculpo el bicolor acomodando un poco sus cabellos.

No hay problema... ¿Hay razón en especial?... Siempre es muy cálido el departamento.

El bicolor se sonrojó a niveles nunca antes vistos y se tapó lo mejor que pudo su rostro.

M-mi r-rut está cerca... ¡Pero no te preocupes! ¡Me se controlar muy bien! — exclamó.

El pecoso compartió el sonrojo con el Alfa y solo hizo un sonido afirmativo.

Se que no me lastimarías

Un silencio se instaló en el departamento donde escucharon la caída de algún vaso afortunadamente de plástico.

¿Que fue eso? — preguntó Midoriya algo espantado.

Solo es Might Jr.

¿Might Jr?

Sí, mi gato...

El susodicho gato apareció y Midoriya se levantó del sillón donde estaba sentado al ver al gato que claramente conocía.

—  ¡Pelusa! — gritó el peliverde cuando cargo al perezoso gato.

¿Pelusa?... Su nombre es Might Jr. — dijo el bicolor sentándose al lado del peliverde que cargaba al gatito.

¿De que hablas? Este gatito es de Denki.

Aahh... No. — dijo el bicolor con seguridad pero aún así inconscientemente desvió la mirada — Es mío.

¿Y que hacía en el departamento? Cuando yo llegue allá el gatito estaba ahí.

Supongo que ahí va cuando se sale de casa — dijo el bicolor suspirando con cansancio.

¡Cierto! ¡Yo debí avisar que vendría... Es demasiado temprano pero no podía dormir ! ¡Lo siento, lo siento, lo siento! — bajo su cabeza haciendo una reverencia.

Hey, no hay problema... Me agradan tus visitas — soltó el bicolor recargando su cabeza en el respaldo del sillón aún viendo al peliverde.

El Omega sonrió ampliamente e imitó la posición del bicolor recargando su cabeza en el sillón dejando que uno de sus rizos cayera en sus ojos.

Sin darse cuenta el Bicolor estiró su mano y puso el dichoso ricito detrás de la oreja del peliverde provocando que se sonrojara ligeramente y su corazón comenzó a palpitar rápidamente sin frenó. Pensó que tal vez sería escuchado por el silencio del lugar y de la noche pero solo pudo ver cómo el bicolor le sonrió ligeramente como siempre lo hacía.

El ambiente se puso agradable donde sin darse cuenta el peliverde soltó unas cuantas feromonas dulces demostrando su felicidad y seguridad al estar con el chico frente a él.

Todoroki al haber tomado un inhibidor de feromonas no se percató del aroma así que lo dejo pasar.

Al rato se dieron cuenta que la luz del sol comenzaba a azomarse por las ventanas y el cantar mañanero de los pajaritos llegó a sus oídos. Se percataron que habían estado platicando por dos horas seguidas sin detenerse y sin silencios incómodos donde ambos se tuvieron una sensación de calidez abrazarlos lo cual les hizo sonreír.

Lo siento yo me alargue demasiado y no hable sobre lo que quería decir... — dijo el peliverde cambiando un poco el ambiente.

El bicolor se percató que no era un tema fácil de tratar así se se acomodó de mejor manera a modo que viera al peliverde de frente para ponerle su completa atención.

Midoriya al no escuchar contestación decidió subir sus pies al sillón abrazando sus piernas donde escondió su rostro suspirando una vez.

Y-yo realmente no sabía a quién contarle sobre ésto... No quise hablarle de esto a Den por qué se enojara conmigo y quería que alguien no me criticara o algo por el estilo — suspiró una vez más — no trato de decir que eres la segunda opción pero no sabía cómo tratar este tema y creo que estoy hablando demasiado pero a lo que quiero llegar es que creo que estoy embarazado.

Bien... Todoroki tenía su gesto serio de todos los días pero por dentro literalmente estaba desmayado por la impresión, no sabía que decir, a lo lejos escuchaba el habla del peliverde que no dejaba de mencionar la palabra embarazo y pruebas que recientemente se había echó en la soledad de su habitación.

¿Todoroki-san?

Era la cuarta vez que le hablaba y no tenía contestación, hasta le había sacudido el brazo y nada... Su única opción que recordó cuando su mamá no me hacía caso y siempre resultaba fue acercarse darle un beso en la mejilla.

Eso fue peor, literalmente había vuelto a la vida y se fue una vez más pero esta vez si perdió un poco el equilibrio y por poco y se cae del sillón.

L-lo siento es que N-no me contestabas y no supe que hacer.... — dijo el pecoso algo avergonzado por su actuar.

S-sí, N-no hay problema... Me sorprendió demasiado la noticia.

Lo note — Midoriya sorbió por la nariz y se limpió sus mejillas donde claramente habían caído y seguían cayendo lágrimas — Y-yo enserio no se que hacer.

Dijiste que te hiciste pruebas de embarazo ¿No? — recibió una afirmación de cabeza — a veces no son muy efectivas... Mejor ve al hospital y que te hagan una prueba de sangre.

¿Podrías llevarme tú?... No quiero que nadie se entere... Se que estoy pidiendo demasiado pero enser-

¿Estaría bien si vamos en la tarde?... Te llevo sin problemas pero debo ir por el coche de mi hermano.

Muchas gracias Todoroki... Enserio gracias — unas lagrimitas salieron nuevamente de sus ojos acompañadas de una sonrisa algo torcida.

Unos segundos después tocaron la puerta donde vieron al guardia de seguridad del peliverde a punto de un colapso por qué no supo que salió de casa en la madrugada. Se llevó un ligero regaño pero solo pudo correr a abrazar al bicolor inhalando su aroma a menta un poco más fuerte debido al rut.

Su abrazo fue correspondido y solo pudo sentirse feliz de que así fuera, la seguridad que sintió en los brazos del bicolor, la calidez al sentir la barbilla del más alto pegándose a su cabeza... no lo había sentido antes, ni siquiera con Kirishima. Quería quedarse ahí un poco más de tiempo.

La mañana y parte de la tarde hacia pasado rápidamente y eso solo significaba una sola cosa para el Omega peliverde.

Visita al hospital.

Los nervios que tenía estaban a flor de piel, es decir, sin que nadie supiera se hizo unas cuantas (díez) pruebas de embarazo y cinco dieron positivo.

Todo apuntaba a que realmente tenía a un ser humano dentro de su vientre.

Tenía antojos raros, no podía dormir, le dolía el pecho, se hinchó un poco, nauseas matutinas... Embarazo seguro.

Media hora antes de la hora acordada caminaba hacia el departamento del bicolor donde tocó la puerta un par de veces y al no recibir contestación tocó el timbre.

Estaba algo distraído pero cuando escucho unos pasos apresurados se quitó los lentes y el cubrebocas.

La puerta fue abierta donde pudo ver a una chica... Revisó nuevamente el número del departamento pensando que tal vez se había equivocado pero no... "512" decía en la puerta... Definitivamente era el timbre.

La chica le sonrió un poco.

Y-yo amm...

— ¿Sí? ¿Necesitas algo? — dijo la chica metiendo sus manos al mandil que traía puesto.

Sí... Yo... Estoy buscando a...

— ¿Buscabas a mi hermano?

Midoriya suspiró recordando la dichosa canción que le enseño Denki "Creo que esto lo he escuchado antes"

¿Midoriya? — escuchó la voz del bicolor — ¿Ya es la hora y se me hizo tarde?

Notó que el bicolor vió el reloj y negó con la cabeza algo confundido.

El pecoso desvió su mirada hacia el chico el cual vestía un suéter de cuello largo negro, una gabardina gris, pantalones negro y tenis blancos dándole un toque juvenil y moderno. Se veía muy atractivo y no pudo evitar sonrojarse.

Aquel gesto fue notado por la peliblanca y solo alzó una ceja mostrando un poco de incomodidad.

— ¿Eres un Omega? — preguntó la chica sin filtros.

Fuyumi no lo molestes — habló con una voz un tanto demandante provocando un temblor en el Omega por la voz del Alfa — Vamos Midoriya — volvió la pacífica voz del bicolor.

El peliverde siguió al bicolor lo más cerca posible ya que el mayor iba casi trotando de lo rápido que caminó por el pasillo.

Cuando estuvieron en el ascensor, Todoroki suspiró y se pasó una mano por sus lacios cabellos para después depositar su mano en su cicatriz donde sin notarlo encajó sus uñas.

¿Todo está bien? — escuchó la dulce voz del peliverde la cual le hizo reaccionar — Si es algo inoportuno puedo irme en taxi.

Prometí llevarte y eso haré así que vayamos... — dijo Shōto cediendo el paso al peliverde hacia el estacionamiento donde encontró rápidamente el automóvil. — Lamento lo de Fuyumi — dijo abriendo la puerta del copiloto donde iría sentado Midoriya — Fue grosero de su parte preguntar eso... Hablaré con ella.

No hay problema Todoroki, así que no te preocupes por eso. — comentó el peliverde entrando al auto.

El bicolor cerró la puerta y corrió hacia el lado del piloto donde subió y no tardó en encender el auto.

El recorrido al hospital fue silencioso a excepción de la radio donde decidieron poner a prueba la seriedad del bicolor y obligarlo a no cantar a todo volumen una de las canciones interpretadas únicamente por Midoriya llamada "Filter"

¡Hasta se estaba imaginando el vídeo! ¡Quería cantar! Pero no... Se limitó a mover casi inapreciablemente sus dedos tocando el volante.

Cuando llegaron al hospital, bajaron aún en silencio y solo entraron donde afortunadamente nadie conoció al peliverde así que les permitieron el acceso rápidamente a un obstetra.

El piso de Pediatría olía ligeramente a dulce, el piso estaba alfombrado y en los pasillos podían ver a omegas y algunos alfas cargando a sus bebés en brazos.

Midoriya suspiró viendo a algunos de los chicos que gracias al disfraz que traía no le reconocieron.

Unos pasos después estuvieron frente al consultorio donde le atenderían.

Bien... Te esperaré aquí afuera. No me iré — dijo Todoroki caminando hacia la banca que estaba fuera del consultorio pero antes de sentarse sintió los brazos de Midoriya envolver su torso.

Por favor entra conmigo... No creo poder yo solo.

El bicolor algo nervioso asintió y aceptó el gesto del peliverde al querer agarrarle de la mano. Tocaron la puerta y tras escuchar un "adelante" ambos respiraron profundamente y abrieron la puerta dejando ver a una mujer de edad avanzada.

— Tu debes de ser Midoriya ¿No es así?

Sí...

— Mi nieto es gran fan tuyo... Pero no te preocupes no diré nada de lo que suceda aquí.

El peliverde sonrió y asintió con la cabeza sentándose en una de las sillas frente al escritorio.

— Mi nombre es Chiyo Shuzenji y es un placer atenderte... ¿En qué puedo ayudar?

Y-yo... Amm... — las palabras no querían salir de su boca pero al sentir la mano del bicolor apretarle un poco dándole ánimos pudo soltar el aire que traía en sus pulmones y vio a la doctora totalmente decidido. — Una prueba de embarazo... Anteriormente me hice unas cuantas y la mitad de ellas salieron positivas

— Bien... Las pruebas de embarazo no son del todo confiables así que te sacaremos un poco de sangre y en unos momentos les diré el resultado ¿De acuerdo?

Midoriya asintió con la cabeza y se descubrió el brazo donde la doctora sacó sangre y la envío al laboratorio.

Pudo ver varios folletos donde venían diferentes títulos:

Embarazo adolescente
Riesgos del embarazo en un Omega recesivo
Adopción
Aborto

Entre otros más, pero dejó su mirada en el último título.

No se percató de cuánto tiempo estuvo viendo los folletos hasta que escuchó la puerta siendo tocada por un enfermero que traía los resultados del examen

La doctora abrió el folleto y los segundos que se mantuvo leyendo parecieron interminables.

Todoroki tomó nuevamente con fuerza la mano del peliverde que estaba temblando y le dedico una sonrisa tratando de tranquilizarle aunque el también estaba que se desmayaban de los nervios.

Escucharon un suspiro de la doctora y al ver qué dejo el sobre en el escritorio y les dedico una sonrisa tragaron fuertemente sintiendo sus entrañas a punto de salirse por la boca.

— Felicidades... Van a ser papás.

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