En la mañana de un día normal, despierta más a fuerzas que de ganas debido al despertador que sonaba al lado de él. Aunque sonara su canción favorita pensaba muy seriamente en cambiarla por el cacareo de un gallo.

Apagó la alarma y se dispuso a dormir cinco minutos más... pero la puerta de su habitación fue brutalmente abierta por su mejor amiga.

— Todoroki-san... Es hora de despertar. Un hermoso inicio de semana nos aguarda en la escuela.

— La vida es un asco Momo, déjame morir en paz.

— Por eso sigues soltero. — respondió la pelinegra fingiendo molestía

Todoroki soltó algo parecido a un gruñido y se tapó hasta la cabeza con las cobijas.

Tal vez sí se reportaba enfermo podría faltar.

— Ay por favor, pareciera que estoy hablando sola, yo digo son vegetarianos, tu dices grr, yo digo hay que hablarlo, tu dices grr... Eso no es comunicación — regaño la pelinegra destapando al bicolor

— ¡Grr!

—¿Ves? Siempre me contestas así... — Momo se cruzó de brazos. —  y ni digas que estás enfermo por qué esa excusa fue la semana pasada... — siguió sin recibir respuesta entendible más allá de un gruñido — Si no te levantas iré por Rei-san para que venga a levantarte.

El bicolor chasqueo la lengua y se levantó para caminar al baño y darse un baño rápido con agua fría.

Al terminar de bañarse, regresó a su habitación y no hayó a la pelinegra así que con confianza comenzó a cambiarse por un traje azul rey, camisa azul bebé, corbata roja y zapatos negros. Odiaba vestirse así pero debía abstenerse a la etiqueta de la escuela.

Cuando estuvo listo, abrió la puerta de su habitación y se dirigió a la sala donde encontró la misma escena de todos los días.

Natsuo peleando con Touya, Fuyumi tratando de separar al dúo de hermanos que peleaban y sus padres siendo tan acaramelados que daban diabetes de solo verlos.

— Buenos días — saludó a los presentes

— Buenos días Shoto — respondió Fuyumi, siempre era la única que le respondía ya que los demás estaban demasiado ocupados en sus tareas.

Se dirigió a la cocina y ahí encontró a Yaoyorozu preparándole su café sin azúcar de todos los días. Lo recibió con gusto y lo bebió de rápido debido a que la pelinegra lo apresuró ya que era demasiado tarde para el trabajo.

Shoto salió a jalones de la casa de sus padres, ni le dio tiempo de despedirse correctamente de su familia y juntos se dirigieron al metro que los llevaría a la academia.

Durante el camino a la escuela fueron platicando de todo y nada, más bien dicho, Momo hablaba de cualquier cosa que se le ocurriera. Hasta se metió a una conversación ajena.

Shoto al no tener la atención de la pelinegra, agarró con fuerza su maletín donde traía sus instrumentos de enseñanza y buscó entre ellos su celular.
En cuanto lo hayó, se aseguró de haber quitado la funda de Deku, el llavero que siempre traía en su celular y el fondo de pantalla.

Todo listo, entró a Twitter donde el primer tweet decía.



Casi tuvo un ataque al corazón debido a lo lindo que se veía su amor imposible en esa foto. Aunque estaba más que seguro que la foto no le hacía justicia a su belleza en vivo y a todo color.

Aún recuerda el aroma tan dulce que emanaba el chico. ¡Hasta tuvo su teléfono en sus manos!... Cabe recalcar que no agarró su celular en tres meses para evitar que se borrarán las huellas de su crush.

La voz del metro anunciando su bajada, lo sacó de su ensoñación y antes de bajar, le dió corazón a la publicación y respondió:

@TS ¡Éxito en tu primer día!

Cómo de vez en cuando ocurría, el Ídol Deku le respondió con un corazón verde. Ahora sí estaba listo para morir en paz.
La primera vez que respondió su tweet se desmayó de la impresión y tuvo que ir al psicólogo por qué no dejaba de llorar.

Y no le importaba sí a todos les respondía con el mismo emoji, se sentía especial por qué se tomó el tiempo de leer su felicitación.

Sin mucho más que hacer, guardó lo más rápido que pudo sus cosas y jaló del brazo a Momo para que bajarán del tren ya que por poco y se cierran las puertas. No quería vivir nuevamente el regaño del director por llegar tarde o peor aún, de Aisawa... De tan solo pensarlo, le dieron escalofríos.

Tras ver la hora tuvieron que correr a la escuela. Al estar en la esquina se detuvieron para calmar su respiración y vieron a varios alumnos corriendo para llegar a tiempo. Durante el tiempo que estaban fuera de clases, los alumnos no tardaban en informar a sus amigos sobre lo que ocurrió en sus fines de semana aunque está ocasión muchísimos estaban cuchicheando, era algo normal entre jóvenes pero está ocasión no podía evitar sentir que el ambiente se notaba demasiado amigable para ser un lunes a las 8:00 am.

Sin mucho que poner atención, ambos se dirigieron al salón de profesores donde extrañamente estaban todos y pareciera que solo los estaban esperando ya que en cuanto los vieron cruzar por el umbral de la puerta suspiraron con alivio. Aunque en cuanto se cerró la puerta pudo ver cómo el ambiente se notaba tenso y más por el alumno que estaba parado al lado del director.

— Bien, ya que todos estamos aquí. Debo dar la noticia. Cómo saben hoy entrará un nuevo alumno y al ser del mundo del espectáculo debemos tener extremo cuidado con él... — el director dirigió su vista al bicolor, el cual no tardó en tensarse y pararse lo más derecho que podía — Se incorporara en el salón 1A y por las tardes estará a cuidado de Todoroki-sensei ya que entró al club de canto.

Todoroki asintió con la cabeza pero dirigió su vista al alumno que estaba parado al lado del director.

— Se preguntarán qué hace él aquí y eso es por qué debo avisarles que el motivo por el cual se le hablo al joven Bakugo es por qué-

— Es mi hermanastro y veo que le ponen una mano encima, o lo tratan diferente a los demás, les juro que los mato. — habló Bakugo interrumpiendo al director quien solo asintió con la cabeza. — ¿Puedo irme? Debo recogerlo

— Claro, ve. Y por favor que pase a mi oficina al final de sus clases.

En cuanto Bakugo abandonó la sala de profesores todos suspiraron con alivio, ese chico a pesar de ser un Omega, tenía un dominio impresionante y no cualquiera se acercaba a él, no sin antes pasar por un examen de admisión para pertenecer a su grupo llamado "El BakuSquad"

— Eso es todo, puedes ir a sus puestos ya que el timbre está por sonar. — comentó el director apretando un botón para que sonara el timbre.

Todos se fueron, cada uno a su salón correspondiente. Momo y Todoroki se despidieron en la entrada del salón de danza clásica donde entró la pelinegra para acomodar sus cosas correctamente.

El timbre ya había sonado así que los pasillos estaban vacíos. Ni un solo alumno se veía a excepción de un chico de cabello amarillo que siempre se colaba al salón de su novio. De ahí en fuera ni un solo alumno.

Todoroki sacó su celular nuevamente mientras caminaba tarareando una canción de My Hero Academia, al dar vuelta en un pasillo para llegar a su salón, chocó con alguien haciendo que su celular cayera el suelo con la pantalla pegada al suelo... Maldición le daba miedo voltearlo y que toda la pantalla estuviera rota.

No le puso mucha atención a las disculpas que no dejaba de parlotear el chico con el que había chocado. Frunció su ceño y se agachó para recogerlo pero al momento de casi agarrar su celular la persona con la que chocó fue más rápida y alcanzó antes el celular.

Fue ahí donde alzó la mirada para ver con quién había chocado.

Fue ahí donde sintio que su corazón dio mil vueltas por todo su cuerpo y en cualquier momento tendría un infarto.

— ¡Lo siento muchísimo! ¡Yo no vi por dónde iba! Enserio perdón, me perdí de regreso al salón... Fui al baño pero no supe por dónde llegue. La escuela es demasiado grande y solo he pasado por muchos lugares donde no ubico... Lo siento muchísimo, si se rompió el celular prometo pagarlo.

Todoroki tenía el mismo gesto indiferente y con cara de póker que siempre. Aunque por dentro claramente decía Todoroki.exe ha dejado de funcionar.

¡Midoriya estaba frente a él y agarró nuevamente su celular!

— Cielo nuestro que estás en el padre... — dijo el bicolor claramente sin pensarlo antes.

El peliverde soltó una carcajada al escuchar al mayor... ¡Era la risa más bonita que jamás había escuchado! Y ahora sí sentía desfallecer.

— No sería... ¿Padre nuestro que estás en el cielo? — otra risita — Lamento muchísimo haber chocado, enserio no se dónde estoy.

— Preocupes te no... ¡Digo! No te preocupes. — aclaró su garganta y se levantó para ponerse totalmente erguido. — Fue culpa mía, iba con el celular. Lo siento por haber chocado contigo... Y ¿De dónde vienes?

— Del baño. — contestó el peliverde un poco apenado.

— No, bueno lo se... Amm... Antes del baño.

— ¡Ah!... Pues del salón de Aisawa-sensei

— El 1A... Eso está del otro lado del campus... ¿Cómo es que te perdiste?

El peliverde se sonrojo y bajó la mirada un poco avergonzado lo que causo que Shōto tomara una foto mental la cual se encargaría de dibujar y enmarcar una vez lista.

— Vamos... Te acompañaré alla, solo debo pasar a dejar mis cosas. Espera aquí.

— ¡Sí! ¡Muchas gracias!

El bicolor asintió con la cabeza y una vez cerró la puerta detrás de él, sus piernas dejaron de funcionar y cayó al suelo de rodillas provocando el eco en todo el salón. En cuanto se puso de pie, dio pequeños saltitos y gritó bajito para que el chico que lo esperaba no escuchará su emoción. Quería gritar a voces y que todos se enteraran de su emoción. Todo eso era un sueño.
Se pellizco para saber si estaba soñando pero solo soltó un gruñido en cuanto sintió sus uñas encajarse en su muñeca. ¡No estaba soñando!

Respiró un par de veces y regresó a su gesto estoico de siempre para salir del salón donde vio al peliverde viendo a través de la ventana tarareando una canción que no pertenecía a su disquera.

— ¿Nos vamos? — preguntó en cuanto cerró la puerta.

El contrario se sobresalto por el habla del mayor pero solo volteó a verlo y asintió con una brillante sonrisa.

Iban por los pasillos en silencio, Todoroki no abría la boca por qué pensaba que solo saldrían incoherencias así que permaneció en silencio.

El peliverde quien iba detrás del profesor se mantuvo observando sus alrededores hasta que llegó con la ancha espalda del bicolor. Era alto, 1.90 según su regla imaginaria... Su cabello bicolor contrataba perfectamente con su pálida piel, sus ojos heterocromaticos los cuales se grabó en la mente en cuanto los vio hacían un juego perfecto entre su cabello y el par de iris.

Uno azul como el cielo despejado y uno gris como el cielo avecinando una tormenta.
Aparte esa cicatriz en su ojo izquierdo, lo hacía ver más atractivo de lo que ya era.

No se percató en el momento en que llegaron al salón, sinó hasta que chocó con la espalda del mayor.

— Lo siento — rió un poco incómodo.

— No hay problema — respondió el mayor mientras tocaba la puerta de salón.

Después de escuchar "Adelante", abrió la puerta.

— Profesor, le pedí ayuda al joven... — volteó a ver al pecoso fingiendo no conocerlo.

— Izuku... Midoriya Izuku.

— Del Joven Midoriya, lamento la tardanza.

Aisawa le restó importancia y dejó entrar al peliverde. El profesor siguió con su clase normal en cuanto el bicolor cerró la puerta después de que entrara su alumno.

Midoriya se dirigió a su asiento detrás de Bakugo y no pudo evitar sentirse un poco avergonzado al ser el centro de atención de todo el salón.

— Si no me ponen atención, los repruebo a todos menos a Midoriya y Bakugo.

— ¡No es justo! ¡No al favoritismo!

— Mina... Bakugo es el único que me está poniendo atención.

Los alumnos estallaron en risas y después de disculparse con el peliverde y con el profesor, siguieron con las clases.

Pero cierto Omega peliverde no dejaba de mirar por la ventana. Simplemente no podía poner atención, su mente estaba ocupada por el guapo profesor de canto que lo había llevado amablemente hasta su salón cuando se perdió en la escuela.

Ni siquiera sabe el por qué llegó hasta ese lado, ¡Tuvieron que salir de ese edificio para llegar al otro donde estaban los salones en grados! ¿Tanto había caminado? Ni cuenta se dió.

Su celular vibró anunciando un mensaje de texto, con cuidado de no ser descubierto, lo sacó de su bolsillo y lo puso sobre el pupitre para desbloquearlo y ver el destinatario del mensaje.

Sonrió inconscientemente al ver el nombre de su pareja.



Respondió rápidamente y guardó su celular para tratar de poner atención, sonrió tontamente al pensar en su novio. Aunque esos pensamientos se desviaron al profesor de canto de hace un momento.

"¡Tengo novio!¡No puedo pensar en alguien más, Kiri no se lo merece!"

Manteniendo ese pensamiento suspiró y se golpeó internamente para poner atención a sus clases.

El timbre sonó, anunciando el descanso donde no tuvo más opción que almorzar con Bakugo y sus amigos.
Los conocía, eran personas agradables aunque se sentía con la obligación de hacer amigos rápido. Para no incomodar a Kacchan.

Las siguientes clases pasaron de lo más rápido posible y Kacchan lo guío hasta su salón de clases de canto.

— ¡Hey! ¡Deku! Yo estaré en el piso de abajo... Si no me ves al final de tus clases aquí afuera, baja y espérame.

— No te preocupes Kacchan, por cierto me dijo Eiji que vendría al final de la escuela así que si gustas puedes ir con nosotros.

Bakugo se dio la vuelta y caminó en dirección a las escaleras.

— No quiero ir como el mal tercio, me iré aparte. Ya llamé a la vieja bruja para que mandara a alguien.

— Kacchan, sabes que a Kiri no le importa. Él te adora. — comentó tiernamente.

— Me importa una hectárea de la que te gusta... Me iré a aparte.

Bakugo siguió su camino y bajó hasta su salón donde entró y se desplomó en el banquillo detras de la batería.

Sacó su celular y mandó un mensaje de voz aprovechando que estaba solo en el lugar.

— Más te vale decirle rápido, sino lo haces... Se lo diré yo.



Nota:

*Redoble de tambores*

¡Wuuuu! Empezamos con esta historia ¿Que les pareció el capítulo? La verdad le tengo mucha esperanza a este fanfic y espero que a ustedes también les guste
👉🏻👈🏻 *Se sonroja en heroína*

Nota 2:

No tiene nada que ver pero... ¿Están viendo Sasaki to Miyano?

Apenas inicie a verlo hoy y AAAAHHHHHHHH he llorado de lo lindo que es con cada capítulo JAJAJAJA.