disculpen si dividí  estaba corto ideas  sigamos 

Qué pintoresco e ineficaz".

Looma luego golpeó a dos que serían asesinos juntos antes de clavarlos en la arena como pelotas de fútbol.

Con ese asunto trivial concluido, se giró para ver que Ben había sometido a su propio agresor y que la policía llegaba al lugar. A medida que se acercaba, Looma vio un río rojo que corría por la pierna de Ben. Le tomó un momento recordar que los humanos tenían sangre roja.

"¡Benjamín, tu dolor!"

La pérdida de sangre ya le había quitado el color de la piel. "Es gracioso, esta es la primera vez que alguien me ataca con un arma. Normalmente son láseres o cañones de plasma o..." Ben se quedó dormido un poco y tuvo que luchar para mantener los ojos abiertos.

Looma se volvió hacia el hombre que le había hecho esto a su amado. James apenas se despertó después de la paliza que le dio Ben. Looma levantó fácilmente a Jd por el cuello y lo sostuvo a tres metros del suelo. "¡Eres una escoria desagradecida! ¿¡Ese chico te ha salvado a ti y al mundo entero muchas veces y así es como le pagas!?"

Incluso con Looma listo para partirle el cuello como una ramita seca, Jd le dedicó una sonrisa arrogante. "Nunca le pregunté. Tampoco pedí que tu inmundicia alienígena viviera en nuestro mundo".

Una multitud soldando cámaras de teléfonos celulares se había reunido a su alrededor cuando la policía tuvo que empujar para acercarse. Jd se rió mientras todos llegaban esperando ver una ejecución en vivo. "¡Vamos, muéstrales a todos quién es el monstruo aquí! ¡Muéstrale al mundo que cuando las cosas no salen como quieres, los alienígenas actuarán como los monstruos que eres! ¡Vamos, mátame y demuéstrame que tengo razón!"

Ben luchó por decir algo, cualquier cosa para que Looma se calmara.

Cada pensamiento e instinto que tenía Looma le decían que lo matara. Sin embargo, bajo toda su rabia, sabía que Ben no querría eso. Looma suspiró y luego arrojó a Jd a la policía que se aproximaba. "Benjamin tenía razón. No vales la pena".

Looma luego centró su atención en lo que era realmente importante, Ben.

Looma puso su mano sobre la herida de Ben y presionó lo suficientemente fuerte como para detener su hemorragia. Cogió a su amado y lo acunó en sus brazos. Looma luego se dirigió a la policía. "¿Dónde está el centro médico humano más cercano?"

Uno de los policías levantó la vista cuando terminó de esposar a Jd. "Está a unas cinco millas al este de aquí, pero no te preocupes, una ambulancia está en camino. Así que lo mejor que puedes hacer es..." Looma no esperó a que el oficial terminara. Dio un salto largo con superpoderes que despejó el estacionamiento. "... llévalo allí tú mismo". El policía le dijo al espacio que Looma había estado anteriormente.

Looma se movía tan rápido que pensó que podría superar a un Kineceleran. Tuvo que derribar varios autos estacionados mientras los atravesaba, pero eso no importaba en este momento. Ben se las arregló para darle a Looma una sonrisa débil. "Estuviste genial allí". Luego volvió a perder el conocimiento.

Ben Tennyson estaría bien. Looma lo llevaría al hospital más rápido de lo que lo habría hecho la ambulancia. Los médicos vendarían su herida y le harían una transfusión de sangre nueva. Pero eso fue más tarde y ahora mismo, con Ben Tennyson sangrando en sus brazos, Looma nunca había tenido más miedo.

Por primera vez en su vida, Looma Red Wind se sintió impotente y débil.

-más tarde aquella noche-

En un almacén abandonado, unos cientos de hombres y mujeres esperaban. Todos ellos vestían camisas rojas burdeos y capuchas negras para ocultar sus rostros unos de otros. Nadie habló ni conversó. Simplemente esperaron en un frío silencio mientras un hombre vestido como ellos se paraba en una caja para dirigirse a la multitud.

"Hermanos y hermanas, hemos sido invadidos".

La multitud murmuró para sí mismos y el orador comenzó de nuevo con más pasión. "¡Dije, hermanos y hermanas, hemos sido invadidos!"

Esta vez la multitud reaccionó con un grito de protesta casi bestial. "No fue una invasión de ejércitos o de fuerza sino el mismo tipo de cáncer que ha socavado a todas las grandes sociedades. Es la invasión de las masas fecundas, tomando por caridad lo que no pudieron ganar por la guerra. Nuestra madre tierra es el único hogar a los siete mil millones de humanos que ella crió y no hay lugar para el extraterrestre. Debemos despertar a nuestra gente al hecho de que cada bocanada de aire que un extraterrestre toma en la tierra es un acto de robo a nuestros nietos y un insulto a nuestros antepasados. ."

La multitud reunida rugió con odio xenófobo. El hombre que hablaba esperó a que la sed de sangre se calmara un poco. "Nosotros, los miembros del Frente de Liberación Humana, nunca descansaremos hasta que hayamos expulsado a los invasores de nuestra patria. Usaremos todos los medios necesarios para hacerlo. No mostraremos piedad con los extranjeros y aquellos que actúan en apoyo de su ocupación. ¡Porque si no actuamos, nuestros hijos nacerán en un mundo conquistado!"

El hombre que hablaba blandió un detonador y pulsó el interruptor.

Al principio no pasó nada, pero luego, desde las profundidades de la tierra, sintieron que la tierra retumbaba y se estremecía. Muy por debajo de ellos, una docena de bombas toscas pero efectivas habían estallado en Undertown.

"¡La guerra por nuestra liberación ha comenzado!"