👑┆Capítulo 9
Jimin se pasó encerrado en su habitación por el resto de la tarde con la excusa de repasar las lecciones del día. Nada más alejado de la realidad. Lo cierto es que se encontraba recostado en la cama con sus ojos mirando fijamente al techo en un vano intento de que éste le diera las respuestas necesarias para poder entenderse a sí mismo. ¡Como si eso fuera a pasar!
Sabía que algo no andaba bien, su exagerada molestia al enterarse de que Jeon Jungkook quería llevarlo a Francia con el propósito de ir a visitar a un chico con la idea de cortejarlo, no estaba bien. ¡Pero la sentía y no podía evitarlo! No es como que ellos dos tuvieran una relación o como si Jungkook fuera suyo para que reaccionara de aquella manera. Ni siquiera sabía si podían llamar amistad a aquel vínculo que compartían.
¿Jungkook realmente estaba interesado en ese muchacho o solo lo hacía por la presión social de ya tener más de treinta años y no estar casado o formando una familia? No lo sabía con exactitud, en el tiempo que llevaba viviendo en su casa, lo más "íntimo" que conocía de ese hombre eran las graciosas anécdotas que solía contarle antes de irse a la cama. De ahí en más, desconocía la vida romántica de Jungkook por completo.
Por otra parte, no podía olvidar que Jungkook era hombre y evidentemente tendría necesidad de tener contacto físico con... pues con alguien más. Desde que había llegado a aquella mansión no había visto al mayor salir con alguien, y tampoco había notado que saliera por las noches a conseguir el placer con desconocidos como muchos hombres de la alta sociedad solían hacer.
Menos aún, había escuchado o presenciado que Jungkook se diera placer a sí mismo. De pronto, sacudió la cabeza ante semejantes pensamientos. No se sentía cohibido, pero si sorprendido de poder "meditar" sobre temas sexuales cuando su primer experiencia no había sido del todo grata. Pero tenía que admitir que con la ayuda de Jungkook, poco a poco había podido dormir recordar esa trágica noche. Aún se sentía muy vulnerable y traicionado, pero el mayor había sido su soporte y era el ancla que lo mantenía cuerdo.
Sin Jungkook a su lado, no sabía qué sería de él en ese momento. Llegó a pensar que lo que le había pasado con Kangyoon era el karma que le estaba cobrando el haber rechazado al mayor, pero éste le había dicho que aquella traumática experiencia no era culpa suya, y que el único responsable era y siempre sería Kangyoon.
De alguna u otra forma, las palabras de Jungkook acariciaban con ternura su corazón. Tenía que reconocer que aquel día que se conocieron, él estaba molesto y por ende no se dio la oportunidad de tratar más al mayor, se dejó llevar por su orgullo y por su derecho a la libertad de elegir con quién compartir su vida, y la decisión claramente no había sido la mejor.
Jungkook no solamente era guapo. Era el hombre más increíblemente maravilloso, gentil, amable, atento, considerado y respetuoso que pisaba la faz de la tierra. Jeon Jungkook era un caballero, Jeon Jungkook era perfecto. Y él... ¡Dios!, él sintió que le echaban un balde de agua fría cuando ese magnífico e impecable hombre le había dicho que iría a buscar a alguien más porque él lo había rechazado.
Frustrado, Jimin cogió una almohada y se tapó el rostro. De acuerdo, había llegado el momento de admitir que... estaba celoso. No tenía mucho sentido, pero lo estaba. Jungkook y él no eran nada, pero para Jimin, Jungkook era su todo. ¿Estaría confundiendo el agradecimiento que sentía por él con algo más? Mejor aún, ¿Desde cuándo había empezado a sentirse confundido con respecto a lo que sentía por el mayor? y ¿De verdad estaba celoso? Bueno, esa pregunta si tenía respuesta, y era un rotundo sí.
- Joven Jimin, la cena está lista - avisó Jimin detrás de la puerta.
- Enseguida bajo - anunció el joven poniéndose de pie - ¿El señor Kim se quedó a cenar? - preguntó antes de que se fuera la mujer.
- No joven, él se retiró antes de que el señor Jeon subiera a tomar el té con usted - informó Jieun.
- Gracias - cierto. jungkook se lo había dicho, pero el tema de Francia había hecho que se olvidara de aquello.
Al menos tendría una cena agradable con Jungkook, normalmente cuando su amigo los acompañaba a cenar, él permanecía callado. Mucho de lo que hablaban los mayores para Jimin era desconocido y por ende no entendía nada y nada podía decir. Y aunque algunas veces, Jungkook hacía lo posible para incluirlo en la conversación, Namjoon volvía a hablar de temas en los cuales él no podía participar. Era evidente que lo hacía a propósito, pero se repetía que no caería en su juego.
Acomodó sus apuntes, se lavó la cara y salió rumbo al comedor para cenar con Jungkook. Intentaría estar tranquilo y disfrutar de su compañía el mayor tiempo que pudiera. Un mes podría transcurrir muy rápido, sobre todo cuando no se desea que ese tiempo se cumpla pues aunque pidiera que el tiempo corriera más lento, tarde o temprano la realidad lo iba a golpear. Jungkook iba a casarse con alguien más, alguien seguramente no tan imbécil como para decirle que no a semejante partido.
- Buenas noches Jimin- saludó cortésmente jungkook al verlo entrar al comedor.
- Buenas noches señor Jeon- respondió el menor sintiéndose nervioso por primera vez en su presencia - creo que me perdí repasando las lecciones de hoy -
- Tout va bien? - cuestionó Jungkook en francés. (¿Todo va bien?)
- Excellent, monsieur - rrespondió Jimin con una sonrisa en sus labios. (Excelente señor)
- Tu pronunciación es muy buena, creo dentro de un mes podrás mejorar mucho y desenvolverte bien en París - afirmó el mayor con entusiasmo.
- ¿París, eh? -
- Iremos a París - aseguró Jungkook - y estoy seguro que te va a encantar - dijo con entusiasmo.
Sin decir nada, Jimin solo asintió con la cabeza tratando de no borrar la sonrisa de rostro. No quería que Jungkook notara algún cambio en su semblante con la mención de aquel dichoso viaje que francamente ya no quería hacer.
- Espero cumplir con las expectativas del puesto - comentó Jimin - prometo esforzarme para ser un buen empleado como lo son Taehyung, Jieun, Eunwoo y Sehun-
- No lo dudo Jimin, confío en ti -
Aquellas palabras hicieron vibrar el corazón de Jimin. Jamás había escuchado eso de nadie. Ni siquiera de sus padres que si bien le decían que estaban orgullosos, jamás le habían dicho que confiaban en él, y tal vez no se lo merecía, al final había traicionado la confianza de su madre huyendo de casa para ir a caer directamente a un abismo.
No pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas y bajó la mirada en un infructuoso intento porque Jungkook no lo notase, pero éste claramente se dio cuenta y se preocupó por él.
- ¿Qué pasa Jimin, por qué lloras? - preguntó alarmado.
No obstante, el menor no podía responder. Las sinceras palabras de Jungkook sobre la confianza que le tenía habían tocado fibras muy sensibles. Extrañaba a su familia, extrañaba su antigua vida, extrañaba la persona que antes era y ahora... a pesar de todo, se sentía tan solo y perdido. Solo Jungkook estaba a su lado, pero pronto se iría también.
- No llores Jimin, dime qué pasa - insistió Jungkook, pero Jimin no supo en que momento el hombre se había levantado de su asiento para hincarse a su lado tomando sus manos entre las suyas.
Aquel gesto fue suficiente para entender que efectivamente había cometido un grave error al rechazar a Jungkook. Él debía haberse casado con aquel hombre, estaba profundamente arrepentido de haber dejado que su rebeldía y orgullo se interpusieran en ese matrimonio. Su propia madre le había asegurado que iba a ser muy feliz con Jungkook, ¿Y las madres siempre saben lo que les conviene a sus hijos, no?
Sintiéndose derrotado, Jimin movió la silla y se lanzó a los brazos de Jungkook rodeándolo por el cuello sin dejar de llorar. Era un gesto demasiado íntimo pero de verdad necesitaba el abrazo de ese hombre que irradiaba tanta paz. Sabía que estaba invadiendo el espacio personal de Jungkook, pero quería sentir su calor para sentirse mejor, tenía miedo de ser rechazado, pero había una alta probabilidad que, aunque fuera por amabilidad, Jungkook le correspondería.
Y así lo hizo, casi al instante sintió como ese hombre lo envolvía en sus brazos en un abrazo que sintió lleno de cariño. Fue tal el sentimiento, que lo hizo gemir queriéndose fundir más en él. Jungkook lo apretaba con la fuerza suficiente para expresarle sin palabras que podía contar con él, que podía refugiarse en sus brazos, que siempre encontraría alivio en la calidez de su cuerpo junto al suyo.
- ¿Necesitas llorar cierto? - susurró Jungkook a su oído mientras acariciaba con cariño su espalda.
- Nunca nadie me había dicho que confía en mí... Jungkook - respondió entre lágrimas - ni siquiera mi familia lo hizo, y tú... - fue ahí que Jimin se dio cuenta que estaba tuteando al mayor - perdón, digo usted ha sido muy amable conmigo y... -
- Está bien si me tuteas Jimin, recuerdo que te lo dije cuando nos conocimos - indicó Jungkook.
- Aquello fue porque íbamos a casarnos - replicó el menor separándose un poco del cuerpo del mayor para verlo a la cara.
- Eso no significa que ahora no podamos vernos como amigos, me encantaría ganarme tu confianza y que puedas tutearme -
- ¡Tienes mi confianza! - afirmó el menor.
- Entonces llámame Jungkook ¿De acuerdo? -
"Fuiste un completo imbécil Jimin", pensó mientras veía a Jungkook a los ojos y éste lo seguía abrazando. "Dejaste ir al mejor hombre que se ha cruzado en tu camino y seguramente al mejor hombre que jamás conocerás". Nuevamente se refugió en sus brazos y volvió a llorar. "Y ahora, ahora tendrás que ver como ese maravilloso hombre se aleja de ti para encontrar su felicidad".
- Muchas gracias, Jungkook - susurró Jimin en su oído.
***
Después de la cena, cada uno se retiró a su habitación, se dieron un baño y se prepararon para dormir. Algo había cambiado momentos antes en el comedor. jungkook estaba muy sorprendido por la repentina muestra de afecto que había tenido el menor con él, claro que lo hacía feliz, pero de antemano sabía que no debía ilusionarse. Aquel acercamiento no tenía tintes románticos.
Pero se alegraba de que Jimin, poco a poco fuera un poco más abierto con él. Sabía que aunque el muchacho había mostrado una actitud fuerte, estaba necesitado de amor, cariño y afecto. Fue maravilloso tenerlo entre sus brazos y darle un poco de tranquilidad y calma. Jimin era tan cálido y olía tan bien, que aún podía sentirlo hasta por debajo de la piel.
Era la primera vez que había podido disfrutar de la cercanía de aquel hermoso joven. En anteriores ocasiones, habían sido bajo situaciones nada agradables, como aquella vez que lo ayudó a caminar desde el carruaje a la casa o cuando Jimin lloró entre sus brazos cuando le contó al doctor Kim lo que había pasado.
Pero minutos atrás había sido diferente. Lo apretó contra su cuerpo y deseó que en ese instante mundo dejara de girar y el tiempo se detuviera para quedarse fundidos en ese anhelado abrazo. Cada uno lo necesitaba por diferentes razones, y finalmente habían podido serenar sus corazones y pacificar su alma porque si no había amor, por lo menos un enorme cariño sí, y estaba seguro que los dos pudieron sentirlo.
- ¿Puedo pasar señor Jeon? - dos toques a su puerta y la voz de Jim lo hicieron volver a la realidad. No lo había escuchado llorar, así que se sorprendió de que el joven estuviera ahí.
- Un momento - pidió Jungkook para levantarse de su cama y colocarse el albornoz.
- ¿Llegué en un mal momento? - preguntó el menor cuando Jungkook abrió la puerta.
- ¿Mal momento? - Jungkook no entendía a lo que el muchacho se refería.
- Quiero decir, quizás está usted ocupado y yo solo... -
- Tú has vuelto a hablarme con cordialidad, pensé que ya me llamarías por mí nombre - sonrió el mayor mientras se movía de la puerta y dejaba pasar a Jimin.
- Lo siento, es la costumbre supongo - el joven sonrió de lado.
- ¿No puedes dormir? - preguntó Jungkook sin rodeos.
Al instante, las mejillas de Jimin se tornaron de color rosado. Muy tenue, pero perfectamente visible. Sí, Jungkook tenía razón, no podía dormir, pero "milagrosamente" no era debido a sus malditos recuerdos con Kangyoon. Ahora, su mente estaba llena de los recuerdos del calor y el olor de Jungkook mientras lo protegía en sus brazos. Y mentiría si dijera que no quería repetir aquella situación.
- Quizás pienses que soy un mocoso malcriado que no puede dormir sin su cuento de buenas noches ¿Cierto? - comentó Jimin apenado.
- En lo absoluto - respondió Jungkook invitándolo a sentarse en una de las orillas de la cama - por el contrario, me siento muy complacido de poder ayudarte en algo, sé que no ha sido nada fácil para ti y aunque he intentado por todos los medios hacer que no te sientas solo, creo que no he hecho un buen trabajo -
- Tú has sido muy bueno conmigo Jungkook, eres el hombre más amable y atento que he conocido en toda mi vida - replicó el menor.
- Puede que sea un buen sujeto, pero eso no es nada si has tenido que superar la experiencia con Kangyoon encerrado en tu mundo aparentando que todo está bien y que estás saliendo adelante - sin importar lo que dijera Jimin, Jungkook sentía que no estaba haciendo lo suficiente.
- Tus anécdotas chistosas han hecho que pueda dormir en las noches ¿Dime si eso no es mucho? - alegó Jimin - has hecho más que cualquier persona Jungkook -
- Y me temo que no podré seguir ayudándote con eso - indicó el mayor haciendo un tierno puchero. Jimin blo observó confundido - tendrás que esperar a que me pasé algo gracioso para que pueda contártelo, he agotado mis historias -
- Pensé que ya no querrías ayudarme - susurró Jimin soltando el aire que no sabía que estaba conteniendo.
- ¡Hey! - Jungkook levantó su barbilla con suavidad - te dije que siempre que pudiera te ayudaría, quizás no tenga más anécdotas que te hagan reír, pero... si quieres, si quieres puedo contarte de mis viajes al extranjero o si lo prefieres puedo leer en voz alta y compartir contigo lo que estoy leyendo - con cuidado tomó el libro que estaba en su mesita de noche.
- ¿Harías eso por mí? - preguntó el menor encantado de escuchar aquella propuesta.
- Por supuesto que lo haría - respondió Jungkook emocionado - ven -
Ninguno de los dos lo pensó mucho. El mayor levantó las sábanas e invitó a Jimin a que se recostara a su lado para empezar con la lectura. Era la primera vez que alguien entraba en su cama, y Jimin ignoró el hecho de que no estaba en su habitación sino en la de Jungkook. Si lo pensaron, ninguno dijo nada. Jungkook estaba emocionado por poder ayudar a Jimin y éste estaba feliz de escuchar la voz de Jungkook antes de dormir.
Jimin recostado en la cama y Jungkook acomodado en la cabecera. Esa era la imagen que se podía apreciar en aquella habitación. El mayor tomó el libro, y aunque ya iba un poco avanzado en la lectura, volvió a empezar para que el menor pudiera entender la historia.
- "Desde su rebelión en el cielo fue llamado "adversario". A simple vista era el arquetipo perfecto de la palabra belleza. La divinidad de su esencia era sublime, su esplendor tan digno del ángel más querido de Dios, su magnificencia era adoraba incluso por los mismos de su raza, su delicada e inocente apariencia fascinaba a todo aquel que lo viera. Nadie podía ser considera el ángel más bello del reino, nadie tenía tantas y tan extraordinarias cualidades; y por si fuera poco, no conforme con sus perfecta estética, había sido dotado con un intelecto y juicio mucho mayor al resto de los ángeles" - la forma en la que Jungkook relataba la historia envolvio a Jimin desde las primeras palabras y supo que querría llegar al final de la misma sin importar qué.
Se acercó un poco más al cuerpo de Jungkook para acurrucarse y escuchar tan intrigante historia. Quizás no iba a reírse esa noche, pero sin duda todo lo que importaba era escuchar la hermosa voz de Jungkook.
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