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👑┆Capítulo 6

Jungkook le había contado un par de sucesos deshonrosos que había pasado en su vida y el menor reía con genuina diversión. Jungkook pensó que quizás sus empleados podían escucharlos, pero no por eso detuvo a Jimin se reírse con plena libertad. Sentía que aquello era lo que el muchacho necesitaba para sentirse aunque fuera un poco mejor.

El mayor sabía perfectamente que Jimin ble había mentido al decirle que tenía pesadillas pues cuando llegó a su habitación pudo notar que éste no estaba durmiendo. Pero no quiso mencionar nada, si Jimin quería compartir algo con él, deseaba que fuera porque así lo quería, no porque se sintiera presionado o en deuda por la ayuda que le estaba brindando. No iba a presionarlo para que le dijera algo, dejaría que con el tiempo, si Jimin llegaba a confiar en él, le hablara con la verdad.

Fue cuando dejó de escuchar la risa de Jimin que se percató de que el muchacho por fin había caído en el mundo de Morfeo. El menor lucía adorable dormido tomando con ambas manos la cobija quizás en un reflejo de sentirse seguro. Sonrió ante la inocente imagen y se levantó de la cama con cuidado. Se cercioró que Jimin estuviera bien y salió de la alcoba del muchacho para ir a descansar a la suya. Moría de sueño, pero estaba feliz de poder hacer sentir mejor a su querido invitado.

***

A la mañana siguiente, aún con sueño a cuestas, Jimin se levantó temprano y se vistió para bajar a la cocina y ayudar a Taehyung a preparar el desayuno. En la casona comían, Jungkook, todos sus empleados y él. Aunque de vez en cuando Namjoon llegaba temprano y desayunaba con ellos para después encerrarse en el despacho de Jungkook para hablar de negocios.

- Buenos días Taehyung– dijo Jimin cuando entró a la cocina mientras buscaba el delantal que Jieun le había regalado.

- Buenos días joven Jimin– saludó el cocinero – veo que ahora despertó con un semblante diferente, se le ve mejor que otros días si me permite decirle –

- ¿De verdad? – preguntó el menor con una sonrisa.

- Así lo creo – afirmó el hombre mayor - ¿Las pesadillas desaparecieron? – preguntó el hombre mayor pues Jimin también le había mentido diciendo que solía tener pesadillas por las noches.

- Tuve un mal sueño anoche, pero el señor Jeon me hizo compañía un rato y pude dormir mejor – confesó el menor.

- ¿El señor Jeon le contó un cuento para dormir? – Taehyung intentó bromear con el menor y Jimin así lo sintió por lo que solo sonrió y empezó a acomodar la mesa con esa sonrisa adornando el rostro – algo así, fue un cuento muy... agradable –

- Ya lo creo, el señor Jeon es muy culto, y gusta de leer por las tardes después de la merienda ¿Usted sabe leer joven Jimin? –

- Se leer, pero leo muy poco – afirmó el menor – mi madre prefería que tomara clases de piano y de violín en lugar de encerrarme en los libros.

- Debería tocar algo algún día – comentó Taehyung mientras meneaba la comida que estaba a fuego lento.

- ¿Cree usted que el señor Jeon me permita tocar su piano? – a Jimin no le desagradaba la idea, pero sentía algo de vergüenza al preguntarle a Jungkook.

- Puedes hacerlo si lo deseas, no necesitas pedirme permiso – la voz de Jungkook exaltó a Jimin que no lo había visto venir hacia la cocina y tampoco lo escuchó bajar las escaleras – buenos días – saludó el mayor.

- Buenos días señor Jeon – respondieron al mismo tiempo Taehyung y Jimin.

- El día que quieres puedes entrar al salón de música y tocar el piano Jimin – indicó Jungkook nuevamente.

- Se lo agradezco mucho, después de ayudar Louis con el jardín tocaré algo – afirmó el menor sin borrar la sonrisa de su rostro.

- Me encantaría escucharte ¿Puedo? – el mayor no quería presionar, pero ansiaba escuchar de lo que era capaz Jimin.

- Estamos en su casa, lo justo sería permitirle ser mi público – Jimin se permitió bromear un poco – aunque debo decir que no soy muy bueno, pero me gusta y espero que a usted también –

- El desayuno estará listo en breve señor Jeon – interrumpió Taehyung – pueden ir al comedor y tomar asiento, en unos momentos serviré sus platos –

- Yo le ayudo Taehyung – habló Jimin.

- No se preocupe joven Jimin, vaya a hacerse compañía al señor Jeon en el comedor, yo me encargo de todo –

Jimin asintió con la cabeza y siguió a Jungkook hacia la zona en la que se encontraba un largo comedor de caoba con disposición para doce personas. No entendía por qué Jungkook tenía una mesa tan grande y solo comía él ahí. Sus empleados solían hacerlo en la cocina más por decisión propia que por órdenes de Jungkook.

- He pensado que sería bueno que aprendas idiomas y matemáticas, pueden servirte en mucho en el futuro – comentó Jungkook mientras tomaban asiento – no quiero que con esto pienses que te estoy presionando a algo, de hecho has sido de mucha ayuda en la casa, pero creo que tienes mucho potencial para los negocios –

- ¿Cómo puede pensar eso de mí? – cuestionó Jimin – nunca he trabajado en mi vida – declaró bajando la mirada.

- Lo sé, pero me pareces un joven inteligente y con mucha disposición para aprender – expresó Jungkook – he notado el empeño que pones para hacer las cosas y normalmente captas a la primera el proceso de cómo hacerlas –

Jimin guardó silencio. No sabía que el señor Jeon notaba su tenacidad para hacer las labores de la casa. Tenía que admitir que era como la mayoría de los jóvenes acaudalados, sin oficio ni beneficio, como solía decir su abuelo. No trabajaba y solo sabía leer, escribir y tocar el piano. Fuera de eso no tenía ningún otra cualidad. Pero Jungkook lo había ayudado mucho y lo menos que podía hacer era mejorar un poco como persona para poder devolver aunque fuera algo mínimo de los favores que le estaba haciendo.

- Gracias por notar que me esfuerzo por aprender cosas nuevas – dijo el menor – pero es lo menos que puedo hacer por usted y por su extraordinaria bondad, ha sido muy bueno conmigo -

- No quiero que volvamos a hablar de eso Jimin, ya te he dicho que no me debes nada, no necesito que hagas nada por mí porque sientas que estás en deuda conmigo –

- Lo sé señor Jeon pero no siento cómodo con abusando de tantas atenciones, así que si hubiera algo más que pueda hacer por usted, solo dígalo –

Jungkook estaba más que feliz de tener a Jimin viviendo en su casa. Pero sin duda, sería más feliz si en lugar de invitado, Jimin fuera su esposo. En el poco tiempo que llevaban viviendo juntos había conocido un poco más al menor y su amor por él solo fue aumentando. Según él, lo disimulaba muy bien. Nunca había hecho un comentario y mucho menos había insinuado algo que dejara al descubierto sus sentimientos por el chico.

Y no porque no quisiera ser descubierto, pero debía respetar el espacio del menor y el tiempo que necesitaba para sanar la mala experiencia que había pasado con kangyoon. Además, también lo hacía porque en ningún momento Jimin había dado una mínima señal de sentirse ligeramente atraído por su persona, y en realidad, todo lo que hacía por él se debía al profundo agradecimiento que sentía por haberlo ayudado cuando más necesitaba a alguien. Así que, por mucho que deseara decir que sí había algo que podía hacer él y que ese algo era aceptar sus sentimientos, jamás iba a pasar. Él no era esa clase de hombre.

- Me ayudaría mucho que estudiaras idiomas y matemáticas – volvió a decir Jungkook– constantemente tengo que viajar al extranjero y me vendría bien un ayudante que pueda encargarse de ciertas cosas mientras yo me encargo de los negocios grandes –

Los ojos de Jimin se agrandaron con sorpresa. Estaba interpretando eso como una invitación, con fines laborales por supuesto, pero una invitación al fin y cabo para viajar fuera de Reino Unido. Y él jamás había salido del país. Esperaba no equivocarse por esa propuesta le resultaba fascinante. Además de viajar, ayudaría a Jungkook.

- ¿Yo iría a esos viajes con usted? – preguntó el menor, quizás en lo que Jungkook se iba de viaje él se encargaría de cuidar sus bienes en Londres. También eso era una opción.

- No a todos pero si a la mayoría – contestó Jungkook – algunos de mis viajes son de placer, viajo a Alemania para visitar a mi hermano, no habría mucho trabajo que hacer por allá –

Por extraño que pareciera, aquella información le dolió a Jimin. Se reprendió mentalmente por aquellos sentimientos pues no tenía derecho a sentirse mal porque Jungkook no quisiera llevarlo de viaje a visitar a su familia. ¡Por Dios! aquello era lo más normal del mundo, era obvio que Jungkook solo llevaría a quién fuera su esposo. Pero su corazón dolía, y no podía evitarlo.

- Claro, cuando se visita a la familia no se trabaja – comentó el menor sin saber que más decir.

- ¿Entonces qué dices? ¿Te gustaría trabajar para mí? – preguntó Jungkook – evidentemente tendrás un pago justo por las actividades que realices, además los viáticos corren por cuenta de Steel Company –

- ¿Steel company? –

- Es el nombre de mi empresa – aclaró Jungkook.

- No señor Jeon, no puedo aceptar un pago por trabajar para usted, ya suficiente hace con tenerme en su casa, darme comida, vestido y educación – comentó Jimin con seriedad – con gusto acepto ser su empleado pero por favor no me pague, no podría aceptar su dinero –

- Lo justo por un trabajo es recibir un pago – Jungkook intentó convencerlo.

- Y lo obtengo – aseguró el menor – obtengo mucho más de lo que merezco, ni siquiera mi familia me ha ayudado tanto como lo ha hecho usted, así que no me debe nada tampoco –

Jungkook sonrió. Ahí estaba el Jimin obstinado que conocía. Quizá aún no superaba la mala experiencia que lo hacía llorar por las noches, pero poco a poco el muchacho que había conocido en la fallida fiesta de compromiso volvía a aparecer y aunque terco y testarudo, disfrutaba mucho de su compañía.

- Le diré a Namjoon que se haga un tiempo para que pueda venir a enseñarte por las tardes – anunció Jungkook y la sonrisa de Jimin decayó. Jungkook notó este gesto - ¿Sucede algo malo? –

- No sé si usted lo ha notado pero creo firmemente que no le agrado al señor Kim – mencionó Jimin sin tapujos – me temo que no tomará su propuesta con mucha alegría –

Por supuesto que Jungkook había notado que Namjoon era un poco cortante e incisivo en sus conversaciones con el menor, y era precisamente por eso que Jungkook pretendía que su amigo enseñara a Jimin, quería que hubiese un acercamiento entre ambos sobre todo para que Namjoon viera con sus propios ojos que Jimin no era una mala persona como seguía creyendo.

Pero también tenía que tomar en cuenta la opinión de Jimin, si éste no se sentía cómodo con Namjoon no podía obligarlo, además de que ponía en riesgo que el menor verdaderamente aprendiera los temas de cada materia si no se llevaba bien con su amigo. El muchacho estaría estresado y preocupado en todo momento y no se concentraría en sus clases.

- Namjoon estará dispuesto a ayudarte – mencionó a Jungkook conociendo bien a su amigo y sabiendo que si le pedía ese favor por supuesto que lo haría – Jimin, sinceramente no quiero que nadie externo venga a la casa y te enseñe –

- Entiendo que le preocupe que alguien pueda robarle señor Jeon, pero si gusta podemos tomar clases en el jardín o en la cocina – insistió Jimin.

- No es por eso – Jungkook se recargó en su silla para permitir que Taehyung sirviera su plato y su amado café. Jimin hizo lo mismo segundos después.

- Entonces puedo ir yo a tomar clases a la casa del profesor – Jimin soltó otra alternativa que hizo que Jungkook bhiciera una mueca.

El mayor suspiró y esperó a que su cocinero se fuera para hablarle con la verdad al muchacho que parecía estar dispuesto a hacer todo lo posible para que Namjoon no fuera su maestro.

- Hay... hay rumores Jimin– dijo Jungkook una vez que estuvieron solos.

- ¿Rumores? ¿De qué? – cuestionó el menor sorprendido.

- De... bueno... de ti –

Jimin parpadeó varias veces soltando el tenedor con el que comía su huevo revuelto. ¿Rumores sobre él? Ya sabía más o menos por donde iban encaminados esas historias que a la gente le gustaba contar sobre otras personas a sus espaldas. ¿Qué no tenían nada mejor qué hacer?

- Lamento mucho si esos rumores lo perjudican señor Jeon– dijo Jimin bajando la mirada – tenerme en su casa ha hecho que la gente hable de usted cosas que seguramente no son –

- Los rumores no son sobre mí – indicó el mayor – y si lo fueran, tampoco me preocuparía, lo que la gente quiera decir de mí me tiene sin cuidado, yo sé lo que soy y sé lo que hago – hizo una pausa para observar con detenimiento a Jimin – sin embargo, no es agradable escuchar las habladurías de la gente con respecto a ti porque ellos no saben lo que has pasado y lo que aun sufres por lo que kangyoon te hizo y por el distanciamiento de tu familia –

Jimin elevó sus ojos hasta encontrarse con la mirada indulgente y bondadosa de Jungkook. Habían pasado un par de meses y aunque intentaba aparentar que todo estaba bien, el mayor le había dado a entender que sabía que seguía sufriendo por lo que había pasado aquella trágica noche.

- Yo... -

- Lloras todas las noches y puedo imaginar por qué – confesó Jungkook – la gente puede ser cruel al momento de juzgar a otros sin conocer el profundo dolor que padecen, la única intención que tengo con que Namjoon te enseñe es evitar que venga alguien y te pueda herir con sus palabras, sin embargo, tampoco puedo obligarte a convivir con él, así que si quieres puede ser otra persona la que sea tu maestro, solo tendrías que prometerme algo –

- ¿Qué cosa? – preguntó el menor confundido.

- Si esa persona te lastima tendrás que decirme de inmediato – respondió Jungkook – bajo ningún concepto voy a permitir que alguien te hiera Jimin, y si alguien lo hace tendrá que rendirme cuentas –

Una extraña emoción embargó el corazón de Jimin. Nunca nadie había mostrado un genuino interés por su bienestar, al menos no alguien externo a su familia. Jungkook realmente estaba cuidando de él en todos los sentidos. Era lindo sentir la preocupación del mayor hacia su persona, sin duda alguna era todo un caballero. Un buen hombre de esos que nacen cada cien años.

Día con día se daba de topes con la pared por haber sido tan idiota y no haberse casado con él, aunque se preguntaba si el Jungkook con el que convivía sería igual en el papel de esposo. Lo más probable era que sí, pues nunca lo había visto actuar diferente con nadie.

- No quiero ocasionarle problemas señor Jeon, así que si el señor Kim está dispuesto a ayudarme con gusto tomaré clases con él – dijo Jimin regalándole una sonrisa sincera a Jungkook.

- Y yo no quiero que te sientas incómodo, de verdad tú eres libre de escoger quién quieras que te de clases –

- Elijo al señor Kim, si usted confía en él es porque sin duda es un buen hombre como lo es usted –

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