👑┆Capítulo 23
Jungkook entró corriendo a la mansión en cuanto se topó en la entrada al chófer de Park Jimin. Le había dado la indicación a su personal de que nadie que fuera a buscar a su esposo podía ingresar a la residencia, sin embargo el hombre, al mencionar que era el hermano mayor de Jimin consiguió que sus empleados doblaran sus manos y le permitieran el acceso, además la actitud de Seokjin hacia ellos no era precisamente la mejor, así que no los culpaba.
Estaba muy preocupado por la presencia de ese hombre en su casa, no quería que los Park le causaran más daño a su amado niño. No le importaba que se tratase de su cuñado, él actuaría en defensa de Jimin. No obstante, la preocupación se transformó en sorpresa cuando al detenerse en la entrada principal observó que Park Seokjin estaba hincado delante de su hermano menor con la mirada en el suelo. ¿Qué era lo que estaba pasando ahí?
- Jin... - susurró Jimin sorprendido de que su hermano se pusiera de rodillas ante él. En un principio se negaba a hablar con el mayor, sin embargo después de pensarlo un par de minutos, salió a su encuentro ya que no quería poner en riesgo a Taehyung.
- Perdóname por favor Minnie, te lo ruego – dijo Jin entre lágrimas – mamá me contó una historia completamente diferente a lo que en realidad pasó y me hizo creer que tú te habías ido con Kangyoon por tu propia voluntad – explicó de pronto.
- Si me fui por mi propia voluntad – respondió Jimin con seriedad, iba a agregar algo más pero fue su hermano quién suigió hablando.
- Sí, pero él abusó de ti ¿No? tú no querías acostarte con él ¿Verdad? – algo en la voz de Jin le hizo ver a Jimin que en realidad su hermano no sabía cómo habían pasado las cosas. ¿Qué información tenía su hermano y qué tan errónea era?
- Claro que no quería que eso pasara, no sabes todo lo que sufrí antes de poder superar esa traumática experiencia – comentó Jimin enojado, ¿Cómo podía su hermano pensar así de él? - ¿Qué fue lo que dijo mamá? –
- Ella me dijo que una noche te fuiste con Kangyoon y que a la mañana siguiente regresaste a casa diciendo que en realidad Kangyoon no era la gran cosa y que no valía la pena estar con él – hizo una pausa al ver la expresión sorprendida de su hermano menor – mamá dijo que después desapareciste y tiempo después Kangyoon fue a buscarte a casa desconsolado diciendo que él te quería y que lo habías abandonado por un hombre rico, al principio mamá no quería verlo pero cuando Kangyoon le reveló sobre su estatus familiar, ambos decidieron buscarte – las cosas que sabía Jin no tenían nada que ver con la realidad.
- ¡Eso no es cierto! – gritó Jimin tapando su rostro debido al dolor de las mentiras que su madre le había dicho a su hermano de él. ¿Con qué clase de mujer estuvo viviendo todo el tiempo? Ella fue testigo del terrible estado en el que Kangyoon lo había dejado, era increíble que el dinero la hiciera actuar así. ¡Era su madre, su madre por el amor de Dios!
- Las cosas no ocurrieron así – Jungkook se acercó a Jimin para apoyarlo, detrás de él estaba Namjoon que también había observado toda la escena – Kangyoon se aprovechó de los sentimientos de Jimin y abusó de él abandonándolo a su suerte – el mayor abrazó a Jimin que temblaba debido a la impotencia que sentía – tu madre lo echó de casa y yo lo traje a vivir conmigo – explicó.
- Mamá me dijo que lo habías secuestrado – informó el mayor de los Park.
- Jungkook cuidó de mi, él fue el único que me ayudó cuando más necesitaba del apoyo de alguien, con el tiempo, su paciencia, su amor y sus cuidados hicieron que me enamorara de él – afirmó Jimin – ahora es mi esposo y vamos a mudarnos a Alemania –
- Lamento mucho haber creído en mamá – volvió a disculparse Jin – cometí el error de jamás ponerme en contacto contigo y confié en sus palabras porque tú siempre tuviste un enamoramiento por Kangyoon, además siempre fuiste rebelde y te resistías a seguir las normas sociales – explicó – y como habías rechazado a Jeon Jungkook supuse que por venganza él te tenía en contra de tu voluntad, no intento justificarme con esto, pero de verdad quiero que sepas que lo siento mucho, nunca ha sido mi intención causarte daño, eres mi hermano menor y te quiero - los ojos de Jin mostraban un verdadero arrepentimiento.
Ponte de pie Jin– pidió Jimin ya más tranquilo. Estar en los brazos de Jungkook lo hacía sentir mucha seguridad – te perdono, no tienes la culpa de que mamá haya envenenado tu alma con cosas que no eran verdad, no puedo estar enfadado contigo –
- Minnie, sé que no he sido el mejor hermano del mundo pero por favor quiero que sepas que a partir de ahora puedes contar conmigo para cualquier cosa – indicó Jin – también quiero decirte que he tomado la decisión de llevarme a Jihyo a vivir conmigo y con mi esposa–
- ¿Qué pasará con mamá? – preguntó Jimin al saber que Jin llevaría a su hermana menor a vivir con su familia.
- He hablado con ella y le he dado dos opciones, si viene con nosotros tendrá que trabajar para que ayude con sus gastos de su manutención – Jimin lo miró sorprendido ante esa información. Jin supuso por qué – es hora de que ella aprenda a ganar su propio dinero y que sepa que ya no puede vivir a expensas de otros, papá tenía muchas deudas a raíz de los excesivos gastos de mamá y yo no puedo darle esa vida a la que está acostumbrada si quiere vivir como siempre lo ha hecho, ella tendrá que esforzaste para conseguirlo –
- ¿Cuál es la otra opción? – preguntó el menor de los hermanos.
- Que vuelva con los abuelos a Irlanda y ella se encargue de cuidarlos – respondió Jin – ellos tienen tierras y animales y necesitan que alguien los ayude, mamá podrá alejarse de todo esto y vivir tranquilamente en el campo –
- Ella odia el campo - comentó Jimin.
- Es lo que hay - sentenció Jin.
Jimin quería sentir lastima por ella, pero lo único que el corazón del menor sentía era una profunda tristeza hacia su progenitora. Claro que ellos habían vivido buenos momentos, no todo había sido malo mientras había estado con ella. Sin embargo, la codicia de su madre al tener un estatus social que le proveyera de todo era mucho más grande que el propio amor que debía tener por sus hijos. Especialmente por él.
Soyeon en realidad no veía a Jimin como a un hijo, para ella era un hombre que debía ayudarla con todos los gastos que tuviera. Su segundo descendiente era su mina de oro y la iba a usar a su absoluta conveniencia. Y aunque Jungkook le pasaba una buena pensión, al saber que Kangyoon pertenecía a la realeza casar a Jimin con ese hombre no solo le iba a dar dinero sino también una muy buena posición social. O al menos eso creía.
Jimin giró su vista hacia Jungkook que también volteó a verlo. Ambos se miraron a los ojos durante varios segundos en absoluto silencio. Los dos entendían la postura de Jin y por supuesto que estaban de acuerdo.
- Quisiera ayudar a Jin con los gastos de Jihyo – le dijo Jimin a su marido con la esperanza de que accediera a ello – y quiero que canceles el apoyo que le das a mi madre por mes –
- Será como tú digas cariño – Jungkook besó la frente de su esposo y después se dirigió a su cuñado – él es mi abogado Kim Namjoon – señaló a su amigo – se pondrá de acuerdo contigo para hacerte llegar el apoyo mensual para la manutención de Jihyo – explicó después - dicha pensión será hasa que ella se case y su esposo se haga responsable de ella -
- Como tú digas – Jin extendió su mano para estrechar la de Jungkook – ¿Podremos seguir en contacto contigo, Jimin? –
- Por supuesto que sí – respondió el menor – en cuanto nos establezcamos en Alemania te enviaré una carta para que tú y Jihyo me escriban siempre que quieran –
- También podrían visitarnos cuando gusten – añadió Jungkook haciendo sonreír a su esposo.
- Gracias a los dos – comentó Jin – les deseo toda una vida llena de dicha y felicidad –
- ¿Vamos? – Namjoon, quién se había mantenido al margen de la situación, invitó al mayor de los Park a ir al despacho.
- Espero que nos veamos pronto, pequeño perrito de la pradera – Jin se despidió de su hermano y acompañó a Namjoon para ver los arreglos de la pensión de la pequeña Jihyo dejándolo solo con su marido.
- ¿Perrito de la pradera? – cuestionó Jungkook tratando de reprimir una su risa.
- Jin siempre me ha llamado de esa forma, dice que parezco un roedor de esos ¿Tú qué piensas amor? Yo nunca he visto uno de esos ¿De verdad me parezco a uno? – preguntó el menor.
Jungkook lo envolvió entre sus brazos y comenzó a reír. En ocasiones su esposo era demasiado inocente y puro. Su hermano toda la vida le había dicho perrito de la pradera y éste no tenía idea de lo que era. Sin embargo, sabía que aquel mote tan divertido no era con el afán de ofender. Jimin era tan adorable como uno de esos roedores.
- ¿De qué te ríes kook? – preguntó Jimin mientras permanecía oculto en los brazos de su esposo.
- De que ese sobrenombre te va muy bien perrito de la pradera – Jimin sonrió y abrazó a Jungkook sintiéndose feliz de su marido también lo llamase así.
***
Dos semanas pasaron desde el regreso de Jungkook y de Jimin a Londres y ya estaban listos para partir a Alemania. Hoseok ya había comprado la casa que su hermano menor le había pedido con anterioridad a unas cuantas calles de dónde los duques vivían, y algunas de las cosas de los recién casados ya habían llegado a la nueva residencia Jeon.
Se trataba de una mansión un poco más pequeña comparada a la que dejaban en Londres. Contaba con recibidor, sala de estar, comedor, cocina, biblioteca, estudio y cinco habitaciones. Además de dos cuartos adicionales en el primer piso que eran destinadas para la servidumbre. Sin embargo, solo Taehyung y Sehun habían decidido mudarse con ellos a Alemania pues Jieun no quería dejar Londres debido a su familia y al trabajo de su esposo y Eunwoo no había logrado convencer a su esposa de mudarse tampoco.
Taehyung por su parte era un hombre mayor el cual había perdido a su esposa varios años atrás debido a una fuerte fiebre que no tuvo atención inmediata y sus hijos se habían olvidado de él. Y Sehun era un chico abandonado que vagaba por el centro de Londres al cual Jungkook le ofreció un empleo, así que no tenía nada más que ser el mensajero del señor Jeon.
- ¿Estás listo para partir? – preguntó Jungkook a su esposo que salía de la mansión con dos enormes canastas a sus costados.
- Sí mi amor, llevo todo – Jimin miró dentro de las canastas verificando que nada le faltase. Dentro de ella iba comida suficiente para Taehyung, Sehun, los dos choferes que llevarían los carruajes y Namjoon, por supuesto.
- Taehyung y Sehun se irán conmigo en mi carruaje – comentó Namjoon acercándose a la pareja.
- Perfecto – dijo Jimin pasándole una canasta al abogado – llévate esta entonces, hay comida, agua, frutas y algunos panecillos para el camino –
- Eres un ángel pequeño... - Namjoon iba a agradecer pero Jungkook se interpuso en su camino.
- Estás muy cerca Nam, y no puedes llamarlo ángel ¿Queda claro? –
- ¡Ay Don Celoso no vaya a ser que Jimin se enamore de mí! – se burló su amigo.
- Ni en tus más remotos sueños – replicó el menor – y tú no seas tan celoso amor – se dirigió a su marido – Namjoon no es ni la mitad de guapo y bueno que tú, no despierta ningún interés romántico en mí – declaró dejando sin habla a Namjoon - ¿Nos vamos? – y sin más se encaminó al carruaje en el que iría con su esposo.
- Claro mi amor – con una sonrisa victoriosa de Jungkookse alejó de su amigo que seguía impactado por las palabras de Jimin. Ellos ya eran amigos, así que tenían la confianza de decirse cosas como esa, y Namjoon lo entendía pues él no había sido precisamente amable con el menor en un principio así que, fácilmente lo perdonaba.
El viaje transcurrió sin ningún contratiempo. Cuando la noche cayó, se hospedaron en un bonito hotel. Jungkook y Jimin en una habitación, Taehyung y Sehu en otra, Namjoon solo y los dos choferes en una diferente. Temprano por la mañana, siguieron su camino no sin antes desayunar. El apetito de Jimin había mejorado mucho y no le gustaba saltarse ninguna comida. Además había aprendido a hacer nuevos y variados platillos gracias a la ayuda de Taehyung.
El siguiente día, también fue empleado en el viaje siguiendo practicamente la misma rutina. Llegar a Alemania les tomaba dos días sin muchas escalas, pero como habían parado a descansar, el tiempo estimado de trayecto podrían ser de tres a cuatro días. Todo dependía del tiempo que dedicaran para reposar y seguir adelante.
Al tercer día, ya estaban cerca de su destino. Namjoon se sentía un poco cansado porque tenía mucho tiempo sin viajar. Jimin por el contrario estaba lleno de energía pues iba rumbo al inicio de su nueva vida. Jungkook estaba feliz al ver la felicidad en la hermosa cara de su esposo, observar su dulce sonrisa era todo lo que necesitaba para sentirse bien. Ni el cansancio, ni las pocas horas de sueño, ni la mala alimentación podían opacar el sentimiento de dicha que sentía su corazón al ver a Jimin feliz.
Ese día, siendo cerca de las dos de la tarde, ambos carruajes atravesaban imaginaria línea fronteriza de Berlín y se dirigían a la nueva residencia de los Jeon. Estaba en la zona centro, un lugar muy concurrido tanto por nacionales como por extranjeros. Llegando al lugar, el primero en bajar del vehículo fue un emocionado Gulf que no cabía en la sorpresa que le generaba ver su nuevo hogar.
- ¿Te gusta amor? – le preguntó Jungkook llegando y abrazándolo por detrás.
- ¿De verdad esta es nuestra nueva casa? – cuestionó el menor emocionado.
- Así es ángel, bienvenido a nuestro nuevo hogar – el mayor depositó un beso en su mejilla y Jimin se giró para verlo directamente a los ojos.
- Es todo lo que siempre soñé Kook– besó fugazmente sus labios – te amo muchísimo, por favor permanezcamos juntos por mucho tiempo –
- No puede ser de otra manera – respondió Jungkook con amor y besó los labios de su esposo.
Todas las penas habían quedado atrás y el comienzo de su nueva vida estaba surgiendo en ese momento. Ambos se encontraban en el primer capítulo de una historia de amor que precisamente ellos se encargarían de cuidar, defender, conservar y preservar por el resto de sus vidas.
Jimin sentía que todo lo que había pasado en su vida, por fin tenía una razón de ser: ser feliz. Después de la tragedia con Kangyoon creyó que era una oruga cerca de su final, pero entonces, con el amor, la paciencia, los cuidados y las atenciones de Jungkook, se transformó en una mariposa. Gracias a su esposo confiaba en la magia de que los nuevos comienzos pueden ser mejores.
Jungkook por su parte, encontraba en ese comienzo la recompensa que la vida le estaba dando por la tardanza del destino en cruzar su camino con el de Jimin. Ese era el momento para iniciar una nueva y mejorada vida. Atrás ya no había ningún pendiente que solucionar que pudiese afectarlos en el futuro. Era hora de dejar el pasado atrás y esforzarse por alcanzar lo que estaba delante de ellos, una maravillosa vida en pareja.
- Este es nuestro primer beso en nuestra nueva casa – susurró Jimin sin separar sus labios de la boca de su esposo.
- El primero de muchos – aseguró el mayor.
- ¿Entramos? – preguntó Jimin entusiasmado de conocer su nuevo hogar. Jungkook sonrió y entrelazó sus manos para dirigirse al portón principal y abrirlo.
- Bienvenido a casa amor – dijo Jungkook dejando pasar a su esposo a lo que era su nuevo hogar.
***
Después de una semana. Jungkook y Jimin por fin se habían instalado. Taehyung y Jimin se encargaban de la cocina y la limpieza del hogar, Sehun del mantenimiento y los recados, y Jungkook seguía manejando su empresa desde casa aunque ya buscaba una oficina en donde pudieran trabajar él y Namjoon y quizás contratar a más personas, que por supuesto, Jungkook no quería en casa. Su amigo también se había establecido es una casa mucho más pequeña junto con su chófer muy cerca de donde vivían los Jeon.
Hoseok y su familia solían visitarlos con regularidad, y Yonnie estaba encantado de tener a sus dos tíos cerca para poder jugar con ellos. El niño y Jimin se llevaban muy bien, al menor le encantaba "trabajar" en el jardín con su príncipe Jimin, y aunque Yoongi lo decía solo porque consideraba que Jimin era el príncipe que debía seguir, a su tío Jungkook no le hacía mucha gracia que su pequeño sobrino se adueñara de su esposo llamándolo "su príncipe".
- ¿Eres feliz mi amor? – preguntó Jungkook una noche mientras se preparaban para ir a la cama.
- No te imaginas cuanto – contestó Jimin – pero creo que va siendo hora de que pensemos en formar nuestra familia –
- ¿Y qué sugieres? – preguntó el mayor de forma coqueta. Sin embargo, no esperaba que su esposo lo empujara por el pecho directamente a la cama y se sentara en horcadas sobre su cuerpo. Muy cerca de su entrepierna.
- Por lo pronto – Jimin se inclinó para quedar cerca de sus labios – practicar e intentar procrear a nuestro bebé – dijo para después morder el labio inferior de su esposo – y si no lo logramos, ya pensaremos en algo más – sonrió y frotó su cuerpo con el de Jungkook.
- Cariño, Nam tiene razón, tú eres el que manda aquí –
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