
👑┆Capítulo 10
A las once de la noche, Jimin seguía despierto escuchando atentamente a Jungkook. La historia que le estaba leyendo era una de ángeles y demonios, una historia de amor entre esos míticos seres, en realidad. Y lo tenía atrapado. De vez en cuando la lectura se detenía debido a que ciertos conceptos no eran del todo comprensibles para Jimin, y Jungkook, con paciencia, le explicaba el significado de esas palabras que eran desconocidas para él.
Cerca de la una de la mañana, Jungkook se detuvo para poder estirar un poco las piernas y acomodarse mejor. Sin embargo, pudo notar que Jimin yacía profundamente dormido en su cama mientras abrazaba una almohada cerca de su pecho. Él leyendo sobre ángeles, cuando a su lado tenía uno. ¡Qué irónico!
Con cuidado de no despertarlo, se levantó de la cama, dejó el libro en la mesita de noche y se sentó en el amplio sillón que estaba frente al lecho donde dormía el menor. Su mayor deseo era dormir a su lado y envolverlo en sus brazos toda la noche. No obstante, no iba a abusar de su posición como dueño de la casa, de la habitación y de la cama con la patética excusa de que Jimin se había quedado dormido ahí en primer lugar. Él era un caballero y siempre, por encima de cualquier cosa, respetaría a Jimin.
Afortunadamente no hacía tanto frío, por lo que con una ligera manta y una almohada reposando en su cabeza, logró conciliar el sueño a pesar de la posición en la que estaba. Tener a Jimin a pocos metros de él valía la pena el dolor que su cuerpo sentiría al día siguiente por dormir en aquel sillón.
***
Cuando abrió los ojos, lo primero que pudo recordar fue el nombre de "Lucifer" uno de los personajes de la fascinante historia que Jungkook le estaba leyendo por la noche.
- ¡Jungkook! - gritó Jimin incorporándose bruscamente en la cama, cuestión que lo llevó a sentirse mareado.
- Ten cuidado - Jungkook se acercó a la cama para ayudar a Jimin - nunca te levantes así de repente Jimin, puedes sufrir de insuficiencia cardíaca debido a la falta de sangre, al despertar tu cerebro está anémico, necesita recuperarse poco a poco, no vuelvas a hacer algo así -
- Lo... lo siento - habló Jimin volviendo a recostarse, el mareo estaba provocándole náuseas.
- ¿Estabas teniendo una pesadilla? - preguntó el mayor arropándolo nuevamente. Jimin negó moviendo lentamente su mano.
- Recordé que... recordé a Lucifer y que estabas leyendo para mí, entonces... ¡Oh Dios mío! - hizo una pausa para tapar su rostro con sus manos - Dime por favor que no estoy en tu cama - pidió el menor con vergüenza.
- La educación que me dieron mis padres no me permite mentir Jimin- indicó Jungkook con seriedad - pero si te hace sentir tranquilo, quiero que sepas que no dormimos en la misma cama -
- ¿Ah no? - el menor descubrió un poco sus ojos para ver observar el semblante de Jungkook y ver si no le estaba jugando una broma.
- No, yo dormí en el sillón - señaló en lugar en donde ya estaban la almohada y la manta perfectamente acomodadas.
- Debiste haberme despertado para que me fuera a mi habitación - se quejó Jimin - no es justo que no te deje dormir y encima te despoje de tu cama, me siento terriblemente mal por eso -
- Pude haberme ido a cualquier otra habitación - jungkook intentaba no hacer sentir culpable a Jimin - sin embargo no me quise ir para que no te asustaras al despertar, aunque veo que mi plan no funcionó - se rascó la cien y sonrió de lado.
- ¿Y si mejor después del té de la tarde nos quedamos en la sala para que pueda escucharte leer? - preguntó Jimin mirando directamente a Jungkook - así no te robaré más horas de sueño ni tu cama -
- Estaría encantado de hacerlo, pero que sepas que no me molesta recibirte por las noches, ¿Seguro que podrás dormir bien? -
Jimin asintió con la cabeza y le regaló una sonrisa al mayor. Estaba seguro que a partir de ese momento podría dormir muy bien sin la necesidad de molestar a Jungkook. El maravilloso hombre que lo había recogido literalmente de la calle, lugar a donde lo había echado su madre, lo había ayudado más de lo que creía para poder conciliar un reconfortante sueño.
- Bajaré primero al comedor, ve a cambiarte - indicó Jungkook.
- Enseguida voy - Jimin se puso de pie, y salió de la cama para después partir a su habitación.
Sintiéndose como un adolescente, Jungkook se tiró en el espacio de la cama en el que había dormido Jimin y respiró su aroma. Aún podía sentir la calidez que el cuerpo del joven había dejado impregnado ahí. ¡Lo que hubiera dado por haber dormido con él esa noche! Quizás, esa había sido la única en la que dormiría tan cerca de él. Ahora entendía la famosa frase que citaban los enamorados mal correspondidos "Tal cerca y a la vez tan lejos".
Esa mañana jungkook se encargó de hacer su cama solo por el placer de seguir disfrutando el aroma de Jimin alrededor. Cuando terminó, bajó al comedor y Taehyung ya estaba sirviendo el desayuno. Ese hombre era muy eficiente.
- Buenos días señor Jeon- saludó el Taehyung con cordialidad - me temo que el joven Jimin aún no baja a desayunar, ¿Desea esperarlo? -
- No tarda, está cambiándose - respondió jungkook - lo esperaré - sonrió.
- Como usted diga señor - asintió el cocinero saliendo del comedor para seguir con sus labores.
A los pocos minutos Jimin bajó con una radiante sonrisa en el rostro. Esa era la primera vez que jungkook veía ese gesto tan auténtico y brillante. Sin duda alguna había conocido solo las sonrisas fingidas del menor porque estaba atravesando una difícil situación. ¿Será que ahora se encontraba mejor? ¿Sería la noticia del próximo viaje a Francia lo que lo tenía de tan buen humor?
- Poco a poco iremos comprando más ropa para nuestro viaje a Francia - comentó Jungkook después de unos minutos de silencio.
- Bien - dijo Jimin mostrando poco entusiasmo pero sin borrar la sonrisa de su rostro - ¿Podrás leerme esta tarde después de que termine mis clases? - de pronto, cambió abruptamente de tema. Jungkook lo notó.
- Por supuesto, pero ¿Y los repasos que das a las clases? -
- Quizás puedo hacerlo por las noches para ayudarme a conciliar el sueño - comentó Jimin ofreciendo una solución - no puedo seguir molestándolo... molestándote por la noche Jungkook -
- Ten en claro que no eres para nada una molestia Jimin, pero creo que también debes comenzar a dormir mejor - sonrió el mayor.
El resto del desayuno transcurrió en completa calma y tranquilidad. Y aunque hablaron de muchas cosas, Jungkook pudo darse cuenta que, con referencia al viaje a Francia, Jimin cambiaba el tema y no se mostraba tan entusiasmado como cuando le dio la noticia. ¿Había cambiado algo que hiciera que el menor no pareciera entusiasta? Tal vez, y solo tal vez, conociendo como era Jimin, el menor estaba preocupado por los gastos.
Después del desayuno, Jimin se ofreció a ayudar a Thomas en la cocina en lo que llegaba Namjoon para iniciar las clases y Jungkook se encerró en su despacho pues tenía mucha correspondencia que leer. Mientas el menor lavaba los platos que había usado en el desayuno, no pudo evitar notar que lo estaba haciendo con más fuerza que la que normalmente empleaba.
¿El motivo? Sus propios pensamientos. Algo en su cabeza lo hizo preguntarse si entre todas esas cartas que Jungkook había recibido había una del tal Dominique Lefebvre. ¿Había sido el joven él que había invitado a Jungkook a Francia o Jungkook lo buscaba porque quería formar una familia? Y no es como que pudiera ver la correspondencia del mayor solo para tranquilizar a su mente. Además ¿Qué podía hacer? ¿Retrasar o cancelar el viaje?, ¡Ja!, Jungkook con o sin él iría en busca del amor.
"Y probablemente el amor lo tiene más cerca de lo que imagina", pensó Jimin muy disgustado por el rumbo en el que estaba yendo su vida. "Debí hacerle caso a mamá". De pronto, el menor comenzó a recordar a su familia. Ya habían sido varios meses en lo que no tenía noticia de ellos. Ni siquiera su hermano mayor había tenido la "amabilidad" de buscarlo, pero estaba seguro que estaba molesto porque Kangyoon nunca había sido santo de su devoción, aun así, nadie de los park se había parado en la mansión Jeon.
Se preguntó si ellos pensaban en él así como él pensaba en ellos. Se sentía tranquilo de saber que Jungkook apoyaba económicamente a su madre y a su hermana, pero ¿Quién las ayudaba con las labores de la casa? ¿Quién iba a comprar los víveres y todo lo que se necesitaba en el hogar?
- Será mejor que vaya a limpiarse, el señor Namjoon ya llegó y en breve comenzarán sus clases - la voz de Taehyung lo sacó de sus pensamientos.
- Se me ha pasado el tiempo volando - comentó Jimin limpiándose las manos en el delantal que solía usar.
- Cuando alguien llena de actividades su día, suele pensar que el tiempo corre más rápido y que le faltan horas para cumplir con sus obligaciones joven Jimin - Taehyung se encontraba sentado limpiando patatas.
- Tienes razón, además estoy ansioso porque ya llegue la hora del té de la tarde - dijo con entusiasmo - nos veremos a la hora de la comida Taehyung - se despidió el cocinero y caminó hacia el estudio de Jungkook.
- Que le vaya bien en las clases joven Jimin-
***
Tal parecía que Jungkook había contagiado a Namjoon con su entusiasmo por el viaje a París, pues el hombre propuso tratar temas turísticos en la clase de francés. El amigo de Jungkook tenía la información suficiente para hacer de esa tarde un verdadero tormento. No dejaba de hablar de lo maravillosa que era Francia, de lo hermosos que eran sus paisajes, de lo deliciosa que era su comida y de lo feliz que estaba porque Jungkook por fin iba a sentar cabeza.
¿Cuál era la urgencia de ese hombre para que Jungkook estuviera casado? ¿Qué ganaba él? Sabía que para los cánones de la sociedad, Jungkook ya era muy mayor como para no tener descendencia o mínimo estar en matrimonio con alguien. Pero el mismo Jungkook no parecía tener la edad que decía, así que la sociedad podía hacer una excepción ¿O no?
¿Y si Jungkook también deseaba formar ya una familia? Era comprensible, pero... ¿No querría mejor pensarlo bien? Casarse con un extranjero implicaba varias complicaciones, como por ejemplo en qué país iban a vivir, qué idioma iba a hablarse en casa, qué costumbres iban a llevar, cómo sería su convivencia diaria...
- Jimin ¿Me estás escuchando? - Namjoon notó que Jimin estaba más distraído que de costumbre - Jimin ¿Me escuchas? -
- Lo siento - se disculpó el menor - estaba pensando que Londres me parece más bello que París - fue lo primero que se le vino a la mente para ocultar lo que verdaderamente pasaba por su cabeza. Namjoon sonrió.
- Cada lugar tiene su encanto, pero París, París es una ciudad mágica, por eso la llaman la capital del amor -
- Londres también tiene lugares muy románticos - expresó Jimin.
- ¿Acaso escucho ataques a París? - cuestionó Namjoon sorprendido - ni siquiera conoces la ciudad Jimin, espera a conocer su encanto, estoy seguro que te gustara mucho y querrás volver siempre que puedas -
Para no discutir más con el amigo de Jungkook, Jimin solo asintió con la cabeza. Ambos le decían que París, y en general Francia, era un hermoso lugar y que sin duda se enamoraría de él. ¡Ja! Lo dudaba mucho, pues teniendo en cuenta que allá vivía ese tal Mark...
- Además ¿Qué clase de nombre ridículo es ese? - soltó Jimin en voz alta llamando la atención de Namjoon que ya preparaba los ejercicios de matemáticas para ese día.
- ¿Hay algo que quieras compartir con tu instructor? - preguntó Namjoon mirando sospechosamente al menor.
- Nada señor Kim - respondió Jimin y se concentró en las hojas que debía repasar para mejorar su francés.
El resto de la clase pasó sin ningún contratiempo. Los problemas matemáticos ayudaron a Jimin a despejarse de Francia y de Mark y mientras el menor realizaba los ejercicios, Namjoon se encargó de revisar la tarea del menor, sorprendiéndose de lo buen alumno que era. Sin embargo, aunque ya llevaba tiempo tratándolo, su instinto le decía que aún no era momento para confiar en él.
- Gracias por la clase señor Kim - dijo Jimin al momento en que recogía sus cosas - nos vemos mañana -
- Hasta mañana Jimin - respondió Namjoon cuando de pronto ambos notaron la presencia de Jungkook en el despacho.
- ¿Terminó la clase? - preguntó el recién llegado. Tanto Namjoon como Jimin asintieron con la cabeza - excelente ¿Cómo te fue Jimin? -
- Hemos visto el cálculo de porcentajes y en realidad me ha parecido un tema muy fácil y práctico - respondió el menor el entusiasmo - además, el señor Kim me ha dicho que soy bueno en ello y que pronto podremos ver temas más complejos, espero estar a la altura -
- ¿Y con tus clases de francés cómo vas? - cuestionó nuevamente el mayor. Jimin cambió radicalmente de actitud.
- Bien - dijo Jimin sin agregar nada más - me retiro, iré a ayudar a Taehyungen la cocina y le hablaré de porcentajes - se encaminó en la puerta y antes de salir de giró hacia Jungkook - ¿Sigue en puerta la lectura de esta tarde Jungkook? -
- Por supuesto - exclamó Jungkook feliz.
- Que tenga buena tarde señor Kim - entonces, el joven salió del despacho de Jungkook dejando perplejos a los hombres.
- Así que ya no eres más el señor Jeon, ahora solo eres Jungkook - Namjoon cruzó sus brazos y frunció el ceño - ¿Me puedes explicar el porqué del radical cambio? -
- No he hecho nada en especial, Jimin poco a poco ha ido superando lo que pasó con Kangyoon así que se siente más en confianza conmigo, supongo - Jungkook se encogió los hombros.
- ¿Qué no has hecho nada especial? - preguntó con sarcasmo su amigo - Jungkook, prácticamente le has salvado la vida a ese muchacho -
- No exageres - Jungkook no quería darse mucho crédito porque no sentía que había hecho mucho - Nam, ¿Puedo preguntarte algo? -
- ¿Qué pasa? - éste lo miró con curiosidad.
- No sé si sean ideas mías pero me parece que Jimin se muestra esquivo con lo referente a Francia ¿No ha mencionado nada de eso? -
- Si, tu chico odia a Francia y desconozco el por qué si nunca ha estado en ese lugar, ¿Quieres que averigüé de lo que se trata? -
- No, le preguntaré directamente, tal vez no quiera ir y yo lo estoy presionando - respondió Jungkook.
- O tal vez, el tal Kangyoon haya huído a París y Jimin lo sepa - Namjoon siempre pensaba mal de Jimin, pero Jungkook reconoció que quizás podía tener razón.
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