CAPITULO 4
Después de hacer el trato con sus papás, el castaño subió a su habitación con el mejor animo que había tenido en ese par de días. Ya solo faltaba convencer a Taehyung para poder hacer los deberes. Sopeso un tiempo la idea de cómo comenzar y decidió que lo mejor era hablar directo al punto y de una buena vez. Obviamente si. Decirle que prácticamente lo utilizaría para que le hiciera los trabajos.
Buscó en su agenda del celular el número de Tae. Espero unos tres timbrazos hasta que el alfa contestó.
—¿Bueno?— Una voz profunda y diferente a la que había escuchado en clases se escuchó del otro lado de la línea. Dudó que fuera el.
—¿Taehyung? — Preguntó el Omega con aroma a manzana.
—Si, ¿Jungkook? — El Omega sintió un poco raro al escuchar su nombre en esa voz.
—Justamente, hola ¿Cómo estás?— El castaño se acostó en su cama para hablar más cómodo.
—Bien, dime ¿Qué sucede?— La voz del alfa era completamente distinta a cuando hablaban en persona, aún Jungkook tenía dudas de si era el pelinegro.
—No mucho, pero mira seré directo. Soy pésimo en ciencias. — Una pequeña risita se escuchó del otro lado de la línea. — Y quería saber si pudieras ayudar a un alma en pena como yo.
El silencio se hizo presente en la línea, Jungkook creyó que Taehyung había colgado.
—Claro, y-yo puedo ayudarte. — Una vez más su tartamudes hacia presencia. — Si quieres te voy explicando la tarea de hoy y…
—Pero por teléfono no es lo mejor, si de por si soy un asco en ello, no te cuento que por teléfono será peor. ¿te parece si nos vemos?
—Si— Respondió rápidamente, el Omega sonrió triunfal. —Puedo ir ahora mismo.
—No!— Jungkook se dio un golpe en la frente, había sonado más mal de lo que pensaba.— Mira que encima de que me vas a ayudar hacer que vengas, mejor mándame tu ubicación y yo voy ahora mismo.—La realidad es que el Omega no quería que alguien pudiera ver a Tae y entonces su reputación se acabara.
—Esta bien, entonces te mando por WhatsApp mi ubicación, te espero.
—Perfecto, entonces nos vemos más tarde. Gracias!— Jungkook terminó la llamada. Se fue directamente a cambiar la ropa, tenía que deslumbrar al alfa para que no se negara a lo que el castaño le dijera. Aplicó bálsamo en sus labios haciéndolos ver más lindos de lo normal, un poco de loción. El Uber ya lo esperaba para irse, ya que él chófer había salido con sus papás.
Antes de irse paso a ver el auto en el garaje.
—Espérame, precioso, pronto estaremos juntos.— Si no fuera muy ridículo el le hubiera dado un beso al auto, pero el Omega aún tenía decoro.
Diez minutos después ya se encontraba bajando del automóvil para encaminarse a la casa del pelinegro. La boca de Jungkook se abrió cuando vio la residencia. Jamás se imagino que el alfa viviera en esa casa. Era muy grande, bonita y elegante. Comprobó dos veces que fuera ese lugar, y así era. Se acercó a tocar el timbre, esperó unos segundos y la puerta fue abierta. Un hombre joven, uno que Jungkook reconoció como un Omega le abrió la puerta, olía a frutos rojos.
—Buenas tardes, mi nombre es Jeon Jungkook, soy compañero de Taehyung, ¿Esta el en casa? — El joven hizo una reverencia con respeto.
—¡Hola, Jungkook, claro que sí pasa, ahora viene Taehyung.
El castaño se adentro a la casa, y la sorpresa fuera mayor al notar tan bella decoración, se notaba que los papás del alfa tenían buena posición económica, así como gusto. Era amplia, espaciosa y luminosa la estancia. Jungkook no entendía como esa familia tenía a un nerd por hijo.
—Hola, Jungkook.— La voz profunda del alfa se escuchó sacándolo de sus pensamientos. —Papá, iremos a mi habitación a hacer los deberes. — Una vez más Jungkook notó que la manera de hablar del pelinegro era más segura.
—Esta bien hijo, vayan.— El padre Omega de Taehyung tenía una sonrisa igual de bella que el alfa, le gustaba la idea de que su hijo tuviera más amigos. Ambos jóvenes comenzaron a subir las escaleras. —Taetae, recuerda dejar la puerta abierta.
Jungkook se quedó un poco descolocado, ¿Qué significaba eso, acaso creía que ellos harían algo más que estudiar? Si eso era entonces tenía que ver mejor a su hijo, porque definitivamente Jungkook no intentaría nada con el chico de gruesos lentes.
—Perdona a mi papá, a veces…a veces dice cosas que no debe— Una vez más comenzaba a tartamudear.
—Si, no te preocupes, ya se a que te refieres, mi madre hubiera dicho algo similar.
Al llegar a la habitación de Taehyung el castaño sonrió para si, justo como lo esperaba era una habitación de un chico nerd, libros por todos lados, un pequeño laboratorio al fondo, vídeo juegos, posters de animes. Todas esas cosas de las que Jungkook y sus amigos se burlaban.
—¿Te gusta Queen?— Los ojos del Omega bonito se abrieron al ver un póster de la banda de rock, la favorita del castaño.
—Seguro, Freddy es el mejor cantante de todos.— Tae ya estaba sacando sus libros y libretas.
—Si que lo es. Tienes una habitación muy genial. — Tenía que comenzar su plan para hacerse su amigo.
—El se quedó un poco descolocado, no sabía si tomarlo como sarcasmo o sinceridad, así que solo se encogió de hombros— Algunas cosas me las dio mi hermano cuando se fue con mis tíos a Daegu.
—¿Hoby se fue?— Ahora que lo pensaba, el castaño no había visto a el hermano menor de Tae.
—Si, realmente no se que sucedió con el, solo un día quiso irse. — Taehyung tomó asiento— Mi hermano es muy raro.
Jungkook trato muy fuerte de no carcajearse ahí mismo, Taehyung hablando de rarezas.
—¿Comenzamos?— El alfa ya había dispuesto todos sus materiales de estudios en su escritorio, colocó dos sillas y el Omega se acercó dejando su mochila en el piso, tomó asiento y Taehyung hizo lo mismo.
—Lo primero que debes saber es…—El de cabellos negros comenzó a explicarle a Jungkook el tema, pero este definitivamente no entendía absolutamente nada de lo que le hablaba. En su mente solo rondaba el auto que pronto tendría que ser de el. —¿Entendiste?
—No.—Jungkook tuvo que ser honesto, no sabía nada de lo que Tae hablaba. — Te dije que soy un asco.
—Tranquilo, al inicio es difícil, pero no imposible— Sonrió con esa sonrisa inusual que Jungkook pudo ver días atrás en el salón, el castaño juraba que jamás había visto alguna así. —Mira, si t-tu quieres… yo puedo ayudarte en ciencias, s-solo si tú quieres.
Bingo! Y ahí estaba, Jungkook no tuvo que hacer más para que el se ofreciera a ayudarlo, solamente mostrarse como el pésimo alumno que era. Y es que aunque ya no se estaba en un contacto tan profundo como antes con sus lobos, aún persistía el instinto de los alfas por proteger a los omegas, y de los omegas por dejarse mimar y consentir por un alfa.
—¿Harías eso por mi?— Jungkook dejo salir solo un poquito de su aroma, nada como para volver loco a nadie, Taehyung se levantó de su silla, se dirigió a su mochila y Jk creyó que la había cagado, que tal vez el Alfa lo había tomado a mal. Mierda
Pero no, el pelinegro sacó de su mochila su inhalador, aspiró un par de veces y regresó.
—Perdona, mi asma a veces se descontrola.
—Venga, que no te disculpes por eso, no es como si fuera tu culpa.—Jungkook sentía pena por el, ser un alfa y tener ese tipo de problemas
—Cuando tienes un padre como el mío, cualquier cosa es merecedora de pedir disculpas.
Jungkook iba a preguntar el por qué, pero el padre Omega de Taehyung entró con una bandeja de dos sándwiches y latas de refresco. Ambos se dieron un tiempo para comer el refrigerio mientras Jungkook preguntaba de los pósters que tenía el alfa. Y cosas sin sentido que solo se le ocurrían en ese momento.
—¿Sabes Taehyung?, me agradas.— No era cierto, pero el castaño tenía que comenzar a mostrar algún tipo de interés si pensaba en que no solamente le ayudara en ciencias, si no que también en las demás asignaturas y si se podía que de paso le hiciera los proyectos, mejor.
—¿S-si?— El alfa no lo podía creer, el chico más popular de la ciudad estaba en su habitación diciéndole algo así.
—Seguro, ¿Entonces ayudarías a un pobre chico en apuros?
—Claro, s-siempre e-es bueno co-compartir lo-s conocimientos con…con los D-emas— Taehyung tragó duro cuando el Omega le sonrió, notó que un par de arruguitas se formaban al lado de sus ojos, y sus dientes frontales sobresaliendo un poco y la tierna imagen de un conejito se le quedó en la mente.
—¿Entonces te parecería bien hacer los deberes juntos a diario? — Talvez se estaba pasando, pero el nerviosismo que mostraba Taehyung le dejaba ver qué tenia al alfa en la palma de su mano.
—S-si!— Sin dudarlo el alfa aceptó. Tenía que ser algún tipo de sueño para que eso le pasará a él.—¿Q-quieres que iniciemos…ya?
—Por mi perfecto, cuánto antes mejor, como lo notarás no tengo idea de nada y los profesores me odian demasiado como para continuar así. Lo que me lleva a lo siguiente, Taehyung, lo mejor será que nadie sepa que haremos esto juntos.
—Oh…s-si supongo que no…no quieres que n-adie sepa que estudias Co-conmigo.— Un tono de dolor se formó en su hablar.
—Si, pero no es por mi, verás me he forjado una reputación con los profesores que no es la misma que con nuestros compañeros. Entonces si de algún modo los profesores saben que estudio contigo pensaran que te estoy coaccionando de alguna manera o no creerán que lo estoy haciendo por méritos propios. O peor aún, que voy a volverte como yo. ¿Si lo entiendes?
Jungkook esperaba con todo su corazón que el pelinegro cayera en eso. Tenía que hacerlo.
—C-creo que tienes razón, me… me di cuenta en la clase que no creen en ti. —Jungkook lo maldijo en su mente por recordar tan bochornosa situación, pero asintió dándole la razón.—Esta bien, nadie…nadie lo sabrá.
Jungkook respiró profundo, tal vez lo de ser abogado si le quedaba, había convencido a Taehyung en prácticamente nada de tiempo para que lo ayudara en sus materias, a qué no dijera nada sobre ellos estudiando y que solo era por el bien del alfa. Bravo, Jungkook!
—Bueno, Tae, entonces así lo haremos.—Jungkook le extendió la mano a Taehyung para cerrar el trato. El alfa le estrechó la mano para sellarlo.
Este arroz ya se coció.
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