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3| UNA PREGUNTA INESPERADA

Al día siguiente despierto con un gran malestar en mi cuerpo así que decido no ir a clases, no me gustaría que me vieran toda moribunda. ¿Puede una persona enfermarse por que le den un beso? ¿Es algo como eso posible? Aunque eso no es lo importante al menos no tendré que ver su rostro siento tanta pena y vergüenza al mismo tiempo que tan solo de pensar en lo que sucedió anoche me vuelvo un tomate. Aprovecho el tiempo para comunicarme con Elena, pero aún no contestaba mis llamadas y ya me estaba preocupando ella nunca había sido así, a pesar de conocerla desde hace 5 años nunca me ha llevado a su casa así que no podría visitarla.

-¿Hija estas vestida? Voy a entrar - dice mi madre.

-Claro, entra - respondí sentandome en la cama.

- Te traje té de manzanilla para que te sientas mucho mejor. Déjame tomar esa temperatura - presionó su mano en mi frente - Bueno no es tanta así que de seguro ya mañana estés mucho mejor.

-Gracias.

- No sabes lo mal que me siento por dejarte sola hoy, pero ya sabes que si no voy a trabajar no tendremos para comer mañana.

- Tranquila mama, tampoco es como si me estuviera muriendo - rio para hacerla sentir mejor - ve que se te hace tarde.

- Esta bien, igual te estaré llamando.

- Y yo estaré al pendiente, te cuidas.

Luego de haberme bañado tomé mis cuadernos para hacer mis tareas, odio que se me acumulen y luego ando como loca haciendo una tras otra. El tiempo pasaba hasta que llegó la noche y no dejaba de pensar en mi querida amiga, aunque una cosa si me tenía cabezona de tantas mujeres en el colegio ¿Por qué quiere ser mi amigo? Creo que ahora si me volveré loca.

-¡Hija te buscan afuera! - gritó mi madre como siempre.

-¡¿Quien?! - le devolví el grito.

-No me grites - abre la puerta de mi habitación lazándome una de sus tantas miradas matadoras - yo que sé quién te busca, sal que te esperan.

Salí con la flojera más grande del mundo, sin embargo, no lograba ver a nadie, miro al cielo y me pierdo en el mar de estrellas que se ven en el cielo, algo realmente hermoso.

-Te buscan en la tierra no en el cielo - comenta una voz masculina - ¿Por qué no fuiste a clases? - Ulises sale de atrás de una pared y mi estúpido corazón comienza a latir muy fuerte.

-¿Q-qué haces aquí? - pregunté atónita, aunque me gustaba la idea de que se preocupara por mí.

- Ven, no me gusta hablar delante de los padres suelen estar pendientes de todo - ríe - tranquila que no te haré nada malo.

-Bien, pero que sea rápido.

Nos sentamos a una esquina de mi casa, para mí era totalmente como un sueño, por favor ¿Alguien me podría pellizcar?

-¿Estás enferma? - sin permiso volvió a tocar mi rostro para tomar mi temperatura - ¿Quieres que te compre algo?

-N-no, gracias así estoy bien- quité su mano de mi cara- ¿Qué haces aquí?

-Me preocupó no saber de ti - me miró fijamente - además no tenía con quien hablar y eso me aburría.

-E-eh pues...

-Eres diferente a las demás, y eso me gusta - suspira al decir aquellas palabras.

-¿A qué te refieres?

-Hoy terminé con mi novia - fijó su mirada al suelo - tengo las sospechas de que me fue infiel.

Escucharlo decir aquellas palabras hizo que mi corazón doliera, él era muy importante para mí y verlo hablar en ese tono me hacía querer abrazarlo.

-¿Puedes... abrazarme? - me preguntó con los ojos aguados.

-¿Q-que? - me dolía verlo en ese estado, pero más me dolía que aquella chica fuera más importante para él - Lo siento, no creo que eso sea lo correcto.

-Si tu no me lo das ¿Podría yo dártelo a ti?

-N-no me gustan los abrazos.

-¿Por qué? Te lo daré yo no un desconocido ¿O prefieres un beso? - ríe.

-¿Siempre eres así con todas? - pregunté ya un poco molesta.

-No, ni siquiera con mi novia era así no tengo ni idea de porque tengo siempre esas ganas de estar cerca de ti - dice mirándome a los ojos.

-Si sabes que sólo llevamos dos días de conocernos, ¿verdad? - dije arqueando mi ceja - por cierto, en primer lugar ¿Por qué me hablaste?

-Lo sé... tal vez me estoy volviendo loco - ríe - sólo me pareció interesante ver a una chica leyendo un libro, es difícil conseguir a alguien así en el colegio - presiona mi mejilla - ¿Qué harás el sábado? Tengo ganas de ver una película ¿No quieres acompañarme?

-No tengo dinero, tal vez otro día yo te aviso.

-¿Y cuando yo pedí tu dinero? Sólo te pido que vengas conmigo ¿O tu novio no te deja?

-N-no, no tengo espero al indicado.

-Jajaja bueno me saliste romántica, entonces nos vemos el sábado. Ya es hora de que entres no quiero que te vuelvas a enfermar ¿Si?

-Está bien, gracias por venir. Chao - le doy la espalda para irme.

-¡Espera! ¿No piensas despedirte correctamente?

-¡¿A-ah?! ¿a qué te refieres?

-Nada, sólo quería volver a ver cómo te sonrojabas te hace ver muy hermosa. Ya entra nos vemos mañana. Descansa. - me gira en dirección a mi casa y me da un pequeño empujón para que me fuera.

Siguió su camino de vuelta a su casa y por más que quería que volteara nunca lo hizo, solamente desapareció entre la oscuridad y la poca neblina que se formaba a estas horas de la noche. Tengo algunas dudas sobre todo lo que está pasando siento que oculta algo todo esto va muy rápido ¿Cómo es que de un día para el otro me habla y hace todo esto? De niños nos llegamos a cruzar muchas veces, pero él nunca llegó a voltear a verme, tal vez sólo esté inventando cosas que no son y de verdad él quiere conocerme, lo triste es saber que no está interesado en mí.

- ¿Abi no piensas entrar? - preguntó mi hermana - Ya voy a cerrar la puerta ¿Es tu novio?

- Ya quisiera - dije entre risas - vamos.

Al día siguiente la misma rutina antes de ir al colegio sin falta, ya esto se vuelve aburrido cada año. Me encontraba terminando de peinar mi cabello cuando mi hermana llamó a la puerta.

-Abi es el chico de anoche, creo que vino a buscarte - comentó ella con una sonrisa de oreja a oreja - ¿Segura que no es tu novio?

-No, deja de decir cosas y que se yo ponte hacer algo - dije mientras culminaba con mi cabellera.

-¿Para qué lo arreglas tanto si a la final te vas con el cabello suelto? Por cierto ¿Es colonia lo que cargas? - se acerca a olfatear como un perrito - hueles a vieja - ríe.

-¡Aileen, YÁ! - le lanzo una almohada - avísale a mamá que ya me fui.

Es mi hermana y la amo, pero a veces suele ser algo irritante, a pesar de tener 13 años tiende a ser mucho más inteligente que yo.

-¡Al fin! por un momento pensé que no saldrías déjame te ayudo con el bolso.

-No es necesario, igual gracias.

-Ya dámelo no seas tonta - me lo quita de mi espalda - ¿Vamos?

-¡OYE TÚ, CHICO LINDO! - Oí gritar a mi hermana tomando total atención de Ulises - cuidado con esas manos.

-Claro que sí, mantendré mi distancia - se burla y se aleja un poco de mí.

-No exageres tómale la mano - ríe.

- Aileen ya basta, entra - me adelanto para ya no tener que pasar más vergüenza.

-Oye espera - corre detrás de mí - tu hermanita es muy linda y graciosa ¿Debería tomar tu mano? - camina de espalda para verme de frente.

-Me gusta caminar en silencio, ¿Podrías?

-Claro, no tengo problema alguno.

Caminar al lado del chico que me gusta es como un sueño, únicamente faltaría ir agarrada de su mano, mi corazón latía como nunca lo había hecho su presencia era increíble, tal vez no logre ser su novia, pero al menos me conformaré en ser su amiga seré la mejor amiga de todas sin importar que esté con alguien más. Dejando mis pensamientos a un lado me doy cuenta que mi quería Elena se encontraba esperándome, el volverla a ver me hacía sentir mucho más tranquila.

-Nena discúlpame por no contestar tus llamadas - me abraza fuertemente - ya luego te contaré.

-Tranquila, lo importante es que estés bien - le doy una sonrisa cálida.

-¿Y ustedes que hacen juntos? - nos mira confundida - ¿Por qué llevas su mochila? ¿Será que...?

-Elena bájale a tu imaginación, sólo somos amigos.

-Exacto y puede que te la logre quitar - dice acercándome a él.

-Eso jamás, ella es mía y de nadie más - me toma del brazo y me lleva casi arrastra al salón de clases - ¿Y este quién se cree? No porque te guste hará lo que quiera contigo.

- No exageres Elena, tampoco es para tanto - dije sacudiendo su cabeza.

- Voy a ser sincera, no confío en él ¿Cómo es que de un día para otro te trata como si te conociera de toda la vida? - cruza sus brazos - No es algo normal.

- Me dijo que era diferente a las demás y por eso me habló - solté un suspiro - No le veo nada de malo.

- Que malo le vas a ver si estás loca por él yo que tu....

- Silencio alumnos hablarán en el recreo - interrumpe la profesora de matemáticas entrando al aula.

- Tienes mucho que contarme - me susurra al oído - No te me vas a escapar.

- No soy yo la que tiene que dar explicaciones.

- Silencio niñas - fija su mirada directamente hacia nosotras- Deberán entregarme un trabajo en parejas para la siguiente clase, pero yo voy a elegir las parejas.

-¡No! ¿Por qué? - exclama Elena levantándose de la silla - Ya aquí todos tenemos nuestras parejas.

-¡Exacto! Por eso lo haré a mi manera para que se conozcan más. Comenzaré a mencionarlos.

-Vieja loca - dice en voz baja después de sentarse.

-Dilo más fuerte que no te escuchó - me burló de ella y me hace una mueca.

La profesora comenzó a mencionar las respectivas parejas y para suerte de Elena le asignaron al más inteligente de la clase, aunque al principio no estaba del todo de acuerdo tenía una sonrisa que se podía a ver a 1000 metros de distancia.

- Bueno ya aprobé este trabajo - ríe.

- Abigail Saeli con Hérmes Caro.

-¿Quién? - pregunté confundida - Disculpé, pero ese no es un estudiante de aquí

- ¿Segura? - dice mientras revisaba sus archivos.

- ¡Disculpe! - hablaron desde la puerta.

- ¿Si, diga? - se acercó la profesora.

- Sólo vengo a entregarle la mochila a Abigail - por un momento me había olvidado de ella, me levanté para buscarla y todos empezaron a gritar como simios - Toma, ten más cuidado con tus cosas.

- Gracias - digo apenada.

Ulises se fue a su respectiva aula de clases, la profesora me pidió unos minutos para verificar de dónde sacó el nombre de aquel alumno. Un chico alto de cabellera castaña, ojos claro con algunas pecas en su rostro entra y se presenta a la profesora.

-Perdón, soy nuevo en la ciudad así que me perdí un poco - dijo con una sonrisa en su rostro.

-¿Tu nombre es?

- Hérmes Caro.

«¿Así que tú eres aquel alumno? Creo que me caíste del cielo porque realmente eres lindo»

-Bueno siéntate, para la próxima preséntese temprano porque no lo dejaré pasar - le indicó la profesora - abran sus cuadernos ya vamos a comenzar.

La clase comenzó como de costumbre y aburrida como siempre, nos explicaron algunos temas que ni al caso como también la realización del trabajo, luego de acabar continuamos con biología una materia que se me hacía eterna.

- Ya falta poco para el recreo - me susurra Elena - Tienes que presentarme al chico nuevo - dice mordiendo su labio inferior mientras lo miraba de una manera provocativa.

- ¿Por qué? No lo conozco - dije levantando una ceja.

-Aún no tonta, pero debes hablarle para lo del trabajo.

Cierto ¿Cómo puede ser que se me olviden tanto las cosas? Aunque no sé cómo presentarme no es como que ando por ahí hablando con todo el mundo, además su sola presencia me intimida y siento que sólo voy hacer el ridículo.

- Abi ya termino la clase es hora - dijo muy emocionada - tranquila que no te dejaré sola - me toma de la mano.

-Ok, vamos - nos acercamos lentamente - Hola - le dije casi susurrando.

-¡Hola! Mucho gusto me llamo Elena y ella es mi amiga Abigail - comentó mientras extendía su mano.

-Hola, mucho gusto. Me llamo Hérmes - contesta con una sonrisa.

-La cosa es esta, debemos entregar un trabajo para la siguiente clase y te tocó con ella así que los dejaré para que platiquen - culminó para luego dejarme en esta situación, a veces me salva y en otras me lanza del acantilado.

-¿Qué tal? - me saca de mis pensamientos - Tienes lindo nombre.

-E-eh gracias - pasó mi cabello detrás de la oreja - yo no tengo problemas en hacer todo y ya luego te agrego.

-¿Por qué dices eso? Yo te ayudaré - levanta su mano y la presiona en mi cabeza ocasionando que sienta un gran cosquilleo por todo mi cuerpo.

-¡Quita tu mano de ella! - escucho gritar a Ulises.

-Tranquilo, no es para tanto amigo - dice Hérmes entre rizas.

-No somos amigos - me toma de la mano y me lleva afuera.

- ¿Por qué dejas que te toquen? - me reclama.

-¿Qué tiene que otros me toquen? - pregunto confundida cruzando mis brazos.

-Nadie más que yo te puede tocar.

-¿Qué te sucede? No soy tu propiedad - respondí molesta.

-S-si pues... igual no tienes por qué hacerlo -comentó pasando su mano por su cabeza - yo sólo quiero cuidarte.

-Gracias, pero tampoco debes actuar de esa manera.

-Tenemos planes el sábado no puedes cancelar.

-Clar...

-¿Algún problema Abi? - interrumpe Hérmes.

-No la llames así, no tienes ningún derecho - lo confronta Ulises.

-Lo siento, no quería causarte problemas con tu novio - me dice amablemente.

-Él no es mi novio - ya quisiera que lo fuera - Hérmes vamos adentro para planificar lo del trabajo.

Aunque no quería dejar sólo a Ulises debía hacerlo, se estaba comportando como un estúpido y eso no me gustaba para nada.

-¡Espera! - me tomó del brazo y me llevó lejos del aula, me miró atentamente y pronunció aquellas palabras que nunca esperé escuchar - ¿Quieres ser mi novia?

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