03. Gracias Jungkookie
Cuatro años antes
Para Yugyeom no era fácil. No estaba siendo fácil, estaba siendo más difícil de lo que el pensaba y más aún porque todo era nuevo. Absolutamente todo lo estaba siendo y no estaba muy seguro de si podría sobrellevarlo.
Tenía miedo.
La ansiedad había vuelto y era horrible, horrible porque sentía que no podía controlarla, sentía que no iba a poder.
No tenía a Jungkook¿Cómo iba a calmarse?
Agachado, escondiendo su cabeza en sus piernas mientras abrazaba las mismas en una de las esquinas de su nueva habitación, intento calmarse, respirando profundamente, contando hasta diez para poder controlarse aún mejor. Justo como lo hacía antes de conocer a Jungkook.
Y por un momento, Yugyeom se odio, porque sentía que no lo estaba haciendo bien, y lo que menos quería era decepcionar a su familia, a su Jungkook. Pero todo estaba siendo tan difícil.
Al menos los primeros días fueron así,y cuando Jinyoung lo encontró de tal forma, lo que hizo fue ayudarlo, como lo hacía cuando estaba pequeño y recién se enteraron de lo que padecía su hijo.
Jinyoung le preguntaba si quería que le hablara a Jungkook, pero Yugy siempre se negaba, diciendo que esa no era su horario de llamada y no quería descontrolarse aún más por lo mismo. Su padre lo entendió, aunque estuvo tentado varias veces a llamarle al conejo porque sabía el efecto positivo que esté tenía sobre su hijo, sólo quería ayudarlo aún más. Aunque Jaebum nunca lo dejó, pues sabía que su pequeño podría, sólo necesitaba adaptarse, tal y como lo había hecho otras veces.
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Yugyeom odiaba no escuchar nada, aunque aveces se aprovechaba de ello para desconectarse del mundo, sólo lo hacía cuando el quería, pero ahora que lo estaba haciendo porque se lo habían pedido, no lo estaba disfrutando como otras veces.
Estaba nervioso y sabía que eso en cierta forma era normal, después de todo lo iban a operar. Quería hablar con Jungkook un poco más, pero sabía que sería difícil con el sin poder escuchar, y lamentablemente su Kookie no sabía mucho de lenguaje de señas, más que sólo lo que el se había encargado de enseñarle.
Ese día no iba a poder hablar con su conejito.
Soltó un pesado suspiró, sería un largo día.
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—Muy bien Yugyeom, ahora me dirás si puedes escuchar algo¿De acuerdo?—. Con lenguaje de señas el doctor le habló, Yugy asintió.
—¿Yugy?¿Puedes escucharnos?—. Yugyeom miró a su padre con una sonrisa, podía escucharlos. Eso los hizo sonreír y sentirse felices de que todo haya salido ala perfección.
Aunque la cirugía había resultado ser un éxito, aún Yugyeom debía tener ciertos cuidados con sus oídos, así como también tendría que esperar más tiempo para que su audición mejorará, así como también estaba el hecho de que aún debía ir al doctor, pues las pruebas de audición debían seguir cada cierto tiempo.
Al mismo tiempo que asistía a ello, comenzó a ir al tratamiento que lo ayudaría a poder tener la vida de un alfa normal.
Aunque le costó un poco(por no decir mucho)confiar en su nuevo psicólogo, al final logró hacerlo, pues la plática con Seokjin le había ayudado, recordándole que debía confiar en aquellas personas que solamente lo querían y lo iban a ayudar.
Con ese pensamiento en mente, pudo comenzar a confiar en Jongsuk. Un alfa de leopardo, el cuál era el principal encargado de llevar a cabo aquel tratamiento.
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—¿Como te sientes Yugyeom?—. Yugy parpadeó un par de veces antes de sonreír.
Se sentía diferente, pero de una buena forma y eso fue lo que lo hizo sonreír.
Se sorprendió al ver sus ojos ahora de color verde grisáceo, el café había sido reemplazado para dejarle pasó a ese color que era un poco típico en los de su especie. Jaebum sonrió en grande, su hijo ahora tenía el mismo color de ojos que el.
Iba a extrañar ver aquellos ojitos que lo distinguían del resto, que lo hacían ver y saber que su hijo era diferente al resto, pero también es cierto que le alegraba ver como ahora ya tenía contacto con su animal interior y por lo tanto podría hacer cosas en familia junto a ellos con su forma animal.
Eso los hizo feliz.
A Yugyeom le dio un poco de gracia ver la reacción de Jungkook cuando le mostró como ahora eran sus ojos. Pero se alegró por ello, viendo como el tratamiento le estaba dando buenos resultados.
Yugyeom nunca había tenido un mal cuerpo, pero el hecho de que ahora tuviera contacto con su pantera, lo había ayudado bastante a qué su cuerpo mejorará, haciéndolo aún más alto así como el hecho de que ahora se veía más fuerte.
Eso lo hizo sonreír.
Por fin podría cargar a su Jungkook.
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Aún con todo lo bueno que le estaba pasando, había algo que no lograba dejar tranquilo del todo a Yugyeom, y eso era el miedo. El miedo a perder a Jungkook, el miedo de que el se cansará de esperarlo y buscará a alguien más, el miedo de que se cansará de lo que el era y terminará por aceptar a otro alfa.
Aunque sabía que eso era técnicamente imposible por el gran amor que su Kookie le tenía, le era inevitable no sentir miedo.
No quería perderlo, no podía, no cuando ni siquiera habían podido ser pareja o algo así.
Cuando conoció a Peyton, una chica americana la cuál también tenía Asperger, ella siendo una omega de lobo, su miedo en cierta forma se disipó, pues tal y como otras veces, le había contado a Jungkook sobre ella. Pero ver los celos que su sola mención causaban en el omega, lo hizo ver aún más que era imposible que Jungkook lo olvidará.
No es que usará a Peyton para darle celos, pero ella se había vuelto una muy buena amiga para el, tener una amiga que te entienda al cien por ciento era realmente algo bastante bueno.
Claro que los celos por parte de su conejito, se calmaron en cuánto supo que la chica tenía pareja, un alfa de lobo justo como ella.
Y ahí una vez más, Yugyeom le recordó que al que amaba, era a el.
—Te amo a ti Jungkookie, nunca dudes de ello—. Vio los ojos de Jungkook cristalizarse. Aún así, ambos sonrieron
Nunca se iba a cansar de decírselo he intentar demostrarselo, aún apesar de la distancia.
Actualmente
"Te tengo una sorpresa Jungkookie, te la daré el lunes, lo prometo"
Fue lo último que le dijo antes de dejar de hablar bien con su Jungkookie, aunque se había sentido raro y también lo extrañaba, había sido más que necesario debido a su viaje. Si bien pudo haberle dicho algo a su conejito, quería que todo fuera sorpresa.
El plan de Yugyeom era encontrar a Jungkook el antes, sorprenderlo, abrazarlo, besarlo y después cuando ambos fueran libres, llevarlo a una linda cita. Después de todo hace bastante que no tenían una.
Sería lindo, todo saldría bien, todo debía salir bien.
Claro que no contaba con que Jungkook lo encontraría antes y terminarían por irse a su casa. Aunque eso no le molestó en lo absoluto, al contrario, fue demasiado agradable para el poder convivir con la familia de su lindo futuro omega.
Por eso y más, Yugyeom le agradecía a Jungkook. Había tanto por lo cuál agradecerle, pero el principal motivo era por haber sido tan paciente y esperarlo.
Ahora que ambos se encontraban y seguían solos, ahí afuera en el patio de Jungkook, quería darle las gracias.
—Chico conejo—. Jungkook volvió a reír ante tal apodo he hizo un leve "ajam", dándole a entender que estaba escuchandolo. —Gracias—. Aunque Kookie no entendió muy bien el porque, aún así sonrió y dejó un pequeño beso sobre su mejilla.
Gracias por esperarme Jungkookie.
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Aquí quise mostrar un poco de lo que vivió Yugy estando lejos, me faltó sí, pero algo es algo.
Por fin también pude subir este capítulo, espero no volver a tener problemas para actualizar.
Posiblemente traiga un maratón de este fic en la semana.
Cualquier error háganmelo saber porfavor.
Bonita noche/madrugada.
Cuídense mucho.
Nos vemos~
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