Y bien, estoy aquí otra vez.

A punto de entrar de nuevo a esa tortura a la que llaman escuela.

¿Por qué la odio?

No, no es por calificaciones. Ni tampoco por vagancia. No es por presumirles pero soy el mejor en ese instituto, aunque claro, eso no les importa.

De todos los defectos del mundo ¿por qué me atacan por amar diferente? Como si ellos fueran los expertos en el amor.

Adolescentes con las hormonas al tope y malgastando el dinero de sus padres ricos, no hay que esperar algo bueno de ellos.

Ahora mismo sólo pretendo terminar el instituto vivo. Cada vez las burlas y comentarios hirientes se vuelven más y más recurrentes. No les he hecho nada malo ¿me lo merezco? No. Al menos esto ya no puede empeorar más. Tal vez si...

Oh esperen, me ha llegado mi horario.

Veamos.

Horas buenas, materias no tan pesadas, los mismos compañeros y.

¡Esperen!

¡¿Él?!

¡¿Por qué?!

Ahora me retracto. Todo va a ser mucho... Muchísimo peor.