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Capítulo 4-II

De vuelta a donde todo había empezado...

—¡Y Granada es el ganador, 3—0! —anunciaron desde el megáfono

—Qué lástima, GGs —exclamó Granada, pedante, mientras giraba su sombrero sobre el índice izquierdo.

El organizador se acercó con un fajo de billetes en sus manos, distribuido entre el top tres y cuando estaba a punto de entregar la parte del ganador, un grito irrumpió cuál relámpago, rompiendo el aire a su alrededor.

—¡Gabriel! —exclamó Lupe, parada firme en medio de una multitud expectante.

—¡AHHH! —lanzó Granada un grito de pavor, soltando su dinero como confeti, lo que causó risillas entre el público— ¡¿Q-qué?! ¡¿Ustedes de nuevo?! ¡En verdad que la mala hierba nunca muere! —dijo exasperado.

—Eso explica cómo ganaste el torneo, ¿No? —replicó Ale, haciendo retroceder al campeón.

—¡Vine a hablar contigo, Gabriel! —vocifero la morena muchacha, sin perder contacto visual.

—Primero, es Granada, no Gabriel, y segundo, ya te dije que no tenemos nada qué hablar.

—¡De hecho, sí, sí tenemos! —extendió su mano hacia el frente, y lo señalo, luego, lo siguiente lo dijo con todo el aire que tenía en sus pulmones— ¡Te reto a un duelo! ¡aquí y ahora!

Un silencio prolongado más tarde, Granada comenzó a reír de forma incrédula.

—¿Lo dices en serio? Esto debe ser un chiste. A ver ¿dónde está la cámara escondida? —Se asomó a ver por encima de Lupe

—¡No es ningún chiste! —aseguró, acercándole la cara con osadía.

—Pues llegas tarde, Espinoza. Por si no lo has notado, este torneo ya acabó —afirmó mientras se hacía viento con su plata.

—En ese caso, no sé por qué te negarías, si no tienes nada que perder.

—Tampoco nada que ganar venciendo a alguien que empezó a jugar ayer LITERALMENTE.

—¿Quieres ganar algo? ¡Bien! —dijo Lupe, mientras sacaba un billete de cinco mil colones.

—Vaya, me tientas, Espinoza, pero mi moral no me lo permitiría, sería igual que robarle una paleta a un bebe; un molesto, metiche y mal peinado bebé gritón —contestó con injuria.

—Hmmm, no sé, Gabriel-.

—Granada —Le corrigió.

—Friki virgen, ajá —contestó con actitud provocativa, yendo directo a su orgullo—. Estás dando un pichazo de excusas para no jugar: "Que ya se terminó el torneo esto", "que sería muy fácil aquello", y no sé, cinco rojos son cinco rojos ¿Acaso será que me tienes miedo? ¿Miedo de perder contra una chica que apenas empezó a jugar ayer? ¿Qué no eras uno de los mejores? ¿Estabas inventando todo eso para impresionarnos...friki virgen?

—¿Sabes qué? —respondió, rojo de la ira— He tenido un día bastante decepcionante y cansado; aplastarte en frente de una audiencia en vivo suena bastante terapéutico justo ahora ¡Trato hecho! —accedió, extendiendo el brazo para dar un apretón de manos.

Granada presentó su apuesta al organizador; Lupe hizo lo mismo, y así, ninguno podía hacerse para atrás. Estaban sentados frente al televisor, listos para jugar, excepto que...

—¿Y tu control? —preguntó Granada.

—...Aaaah...ups.

—¡¿Ni siquiera tienes control?!

—¡Fue una idea del momento, ni siquiera sabía que esto iba a pasar! —gritó Lupe, agitada.

Granada gruñó y rodó sus ojos como canicas sueltas. Acto seguido, sacó un control de su bolso:

—Toma —dijo, mirándola con desinterés—. Procura no lanzarlo al piso una vez que pierdas ¿ok? —dijo, regalándole una sonrisa de lo más golpeable, a lo que Lupe solo chasqueó su lengua con fastidio.

Entonces, él se volteó hacia Lupe, con una palma abierta y su otro puño encima de esta.

—...¿Entonces qué? ¿le damos? —Le preguntó

—¿No habías dicho ya que sí?

—¡Por el amor de Dios! —exclamó frustrado— ¡Piedra, papel o tijera para decidir quién escoge escenario primero! ¡OBVIO! —dijo, rodando sus ojos.

—¡Ay, relájela! ¡no sabía que eso era una regla! —Le reprochó con mala cara— Ok, démosle.

El joven ganó con un inteligente papel de su parte.

—Ok, ¿Cuáles baneas? —Preguntó Granada.

—...¿Ah? —La muchacha quedó como si le estuviera hablando en otro idioma.

—Santo Alá, en verdad estoy haciendo esto por diez mil pesos... —espetó, soltando su frustración en un profundo exhalo.

Irían al escenario "Partenón", la casa de los dioses, que era solo una gran plataforma sólida flotando sobre un abismo. Sería un duelo entre el director de orquestra y la doctora, no obstante, Granada hizo algo inesperado; Saltó fuera del escenario hacia su perdición, perdiendo una vida y repitiéndolo dos veces más:

—¡Pare, pare! ¡no quiero que me deje ganar! —reclamó la fleco de tubo.

—¿Dejarte ganar? —resopló confiado— Mira, Espinoza: propusiste el duelo, pero yo pondré las condiciones: Ya que es imposible que me vayas a ganar, lo haré un poco más interesante: La única mía contra las cuatro tuyas, ¿Qué dices?

—Digo que te crees la gran cosa, don Gra-na-dah —Lo miró con desdén.

—Corrección: Te creo muy poca cosa —replicó burlón.

—¡Poca cosa su prima, rajón! —reaccionó fúrica— El otaku tenía razón, lo que él busca es hacerte sentir terrible por perder contra él ¡debo ganarle en su propio juego! —se decía a sí misma.

[9]

El match comenzó y Lupe salió a la ofensiva con un ataque rápido, un ataque que haces al correr, seguido por ataque fuerte hacia arriba (Galleta si adivinan lo que hace). Funcionó, Granada recibió ambos golpes.

—¡Ja! ¿Cómo te quedó el ojo? —se vanagloriaba en su mente— ¿Ah? Ni siquiera reaccionó ¡oh! ¡Ahí viene!

Amadeus, el director, volvió a tocar el suelo y tomó dirección hacia la doctora, por lo que Lupe se puso a cargar otro ataque fuerte, donde se lanzaba con una bayoneta rubí a clavar al rival y llenarlo de plomo, pero Granada le saltó por encima y contraatacó. Como un director de orquestra con poderes mágicos, él usa manifestaciones fantasmales de instrumentos de verdad: Flautas, violines, bajos, bombos, saxofones, etcétera.

Lupe y su personaje recibieron todo el peso de una sinfonía en carne propia, pero antes de esa bestialidad, ella escuchó un sonido de "click" de la nada. No obstante, ella notó que había una partitura de música encima del porcentaje de su rival, parecido a su barra del modo de hipertensión y que, cada vez que él la golpeaba, una nota musical aparecía, hasta que, súbitamente...

—Go, Ghoul! —gritó el director dentro del juego, y en frente de él, se manifestó un espíritu, con una prominente capa y una máscara partida a la mitad que dejaba ver que no tenía cabeza, solo luces incandescentes en donde antes estaban sus ojos

Era el fantasma de la ópera, la fuente de todos los poderes sobrenaturales de Amadeus. La manera de invocarlo era sencilla: El "click" que Lupe había escuchado era un movimiento especial de Amadeus, llamado "Grabar", y funciona así: Al tocar el botón, el juego "grabaría" los golpes de Amadeus que acierten, en forma de las notas de colores, o sea, cada una representa un movimiento. Estas tienen varias utilidades, pero lo que importa ahora es el fantasma, que se invoca con seis de estas. Una vez listo, el fantasma se abalanzará en una dirección y hará cada uno de los movimientos grabados, haciendo mucho daño.

Esto fue suficiente para mandar a Lupe a volar, una vida menos. Esto no le bajó en nada la moral a nuestra heroína que saltó de vuelta a la acción, tratando de pegarle con todo su arsenal. Uno imaginaría que un personaje que usaba su propia sangre para atacar sería bastante grotesco, pero, en acción, era como una pintura zen en movimiento, con trazos naturales y crudos. De vuelta a la pelea, ahora, aprenderemos otro uso de las notas: Como proyectiles, y eso porque, como director de orquestra, él siempre anda una batuta, la cual usa como varita mágica que le permite lanzarlas como hechizos. Si hace contacto, se reproducirá el movimiento grabado, con mismo daño y ángulo correspondiente, PERO, mandará siempre en dirección de Amadeus. Esto le permite hacer combos y ¿Qué es un combo? Primero, pegas un golpe, y luego, otro. ¡Felicidades! Ya sabes sobre juegos de pelea...Bueno, no.

La doctora intentaba acercarse a Amadeus, pero las notas la golpeaban, y el director podía pegarle cuantos combos le diera la gana: Golpes generan combos, combos generan daño, daño quita vidas, perder vidas es malo. Ahora con dos vidas, ya surgían los nervios dentro de la muchacha. Llevaba un buen rato sin pegarle un buen golpe a su oponente, y parecía que lanzarse a lo loco no estaba teniendo efecto. De pronto, una oportunidad se presentó, Amadeus cayó justo en frente de ella, así que no lo pensó dos veces, lo agarró a bayonetazo limpio, levantándolo por los aires. Lupe lo celebró, lanzando el puño en alto, lo malo es que, sin suficiente daño, no lo mató inmediatamente, por lo que tenía la oportunidad de volver.

Como ya sabemos, caer al abismo quita una vida y por eso, todos los personajes tienen varias herramientas para volver al escenario. Primero, todos tienen un salto que pueden hacer en el aire (Sí, nunca explican por qué), algunos tienen más, otros vuelan, pero ninguno tiene menos que esto. La segunda herramienta es algo que se llama "Impulso aéreo" o "Air dash" en inglés, que se hace presionando el botón para defenderse en el aire y una dirección en la palanca, y como dice el nombre, los personajes salen disparados en dicha dirección (Sí, nunca explican por qué).

Por último, si todo lo anterior fracasa, los movimientos especiales pueden ayudar, ya que todos los personajes tienen uno que les ayuda a durar más tiempo en el aire. A estos les llaman "movimientos de recuperación". El punto es que Granada logró volver y le devolvió el favor a la chica, lanzándola también. Aunque fuera una novata, Lupe sabía cómo volver al escenario; lo que no sabía es que los jugadores competitivos son unos tramposos.

Ella solo quería volver a la pelea, pero Granada tenía otros planes: ¿Qué tal si, en vez de esperar a que ella vuelva al escenario sana y salva, salgo yo e impido que vuelva? Asqueroso, ¿No? El muchacho bien vestido no era el único que pensaba así, sino todo jugador bueno, y lo hacían tanto que le tienen un nombre, "Proteger la orilla" o "ledge-guarding", y hay una constante universal con esta técnica: Todo jugador nuevo que se encontraba con ella la detestaba.

—¡Eso es trampa! ¡déjame volver! —Le gritaba Lupe justo en el tímpano con desesperación.

—¡Oh, no, Espinoza! ¡HOY vas a aprender por las malas! —recitaba Granada, con una risa que bordaba en lo maniático, pero parecía que el resto de jugadores compartían su placer sádico, riéndose de la desgracia ajena.

Amadeus le puso el sello de oro: ¿Qué significa esto? ¡Así es! ¡Otra explicación! ¡Viva! Imaginen que están en la situación de Lupe: Fuera del escenario, encima de un abismo, y al frente suyo, la orilla, el único lugar seguro, mientras son arrastrados hacia abajo por la gravedad, entonces, va pregunta: ¿Dónde quisieran estar, encima o abajo de la orilla? Como esto no es Dora, la exploradora, aquí va la respuesta: Arriba, para maximizar las posibilidades de sobrevivir, pero abajo, obligatoriamente hay que usar algún movimiento de los de antes, los cuales tienen usos limitados hasta volver a tierra. Por eso, un ataque que enviara directo hacia abajo sería muy poderoso y probablemente, creado por Satán para generar sufrimiento...Los golpes en picada o "spikes", como en el voleibol, mandan al jugador como un meteoro hacia el piso. Debido a lo disruptivo que son, suelen ser difíciles de atinar y esta es la razón por la que los jugadores se emocionan tanto cuando pegan, por ejemplo:

—¡Tómela! —celebró Granada, después de haber mandado a Lupe a morder el polvo, y en el público, se escuchaban miles de comentarios variopintos, como:

—¡Mae, Granada, déjela en paz, pobrecita!

—¡Ella tiene una familia, mae!

—¡Güila, desconecte el control y ríndase!

Querido lector, si piensa que las explicaciones son tediosas, eso es porque lo son, pero son un mal necesario, ya que no se puede asumir nunca qué es lo que usted sabe o no, y como este juego es un pilar fundamental de la historia, hay que garantizar que todos vamos en la misma página, pero lo bueno es que, conforme avancemos, estas explicaciones se harán más breves, y usted entenderá lo que sucede sin necesidad de estas (O eso se espera). Se dice esto porque Lupe era el vivo ejemplo de lo que pasa cuando se lanza a alguien en un mundo sin conocer cómo este funciona.

Solo me queda una vida, una sola vida y se acabó. Habré quedado como una estúpida ante todos, perderé cinco mil colones, y lo peor, es que significara que Gabriel tenía razón cuando me decía poca cosa. Habré desilusionado al otaku, a Lore, a Ale, a mí misma, esto habrá sido por nada. No...no sé qué hacer, quiero huir, quiero llorar, quiero golpearlo, quiero que me trague la tierra, no tengo ni la menor idea de por qué pensé que esto sería una buena idea —Toda esta tormenta sucedía en medio de su mente, mientras que, en la realidad, su frente reflejaba la luz cual espejo de agua, sus manos temblaban, sus labios también, y sus ideas se asfixiaban poco a poco

De pronto, alguien toco el botón de pausa, el cual sirve para...¡Ya, era un chiste! ¡Vamos

—Bueno, si la condición de la apuesta hubiera sido pegarme al menos una vez, ya te hubieras embolsado el dinero, pero, no fue así como sucedieron las cosas —recitó Granada, encogiendo los hombros con los ojos cerrados.

—¿Q...qué? —respondió Lupe, como si estuviera saliendo de un trance.

—No veo más sentido en seguir esto. Te dejaré salir de la pelea y te devolveré lo que apostaste.

—¿Q-qué estás diciendo? —contestó confundida.

—Sinceramente, el dinero nunca fue mi objetivo, sino que entendieras algo: Este es mi mundo, Espinoza —Esto último lo dijo mirándola directamente a los ojos, ni una pizca de chiste en su discurso, pero con una clara satisfacción—. Tranquila, nadie va a saber de esto, y es mejor así para ambos. Así que, démonos la mano, terminemos el duelo y sigamos nuestras vidas por caminos separados. ¿Qué me dices? ¿Good games?

Lupe solo veía inertemente la mano de Granada, por dentro, se sentía tan devastada que lo único que quería era la salida fácil, admitir su derrota y vivir con ella por el resto de su vida, así que, subconscientemente, fue acercando su mano a la del joven. Este sería el fin de la historia, de no haber sido por algo milagroso, inexplicable y ¿Quién sabe? Hasta sobrenatural...

"¿En serio vas a dejar que te humille y se marche así?" fueron las palabras de esta voz, salida del rincón más recóndito de su mente.

[10]

¿Quién dijo eso? —pensó Lupe. Escaneo rápidamente a su alrededor, pero nadie parecía estar dirigiéndole la palabra.

Si te rindes ahora, lo habrás perdido para siempre —La voz volvió a sonar.

—¡¿Quién me está hablando?!

Escucha, tu destino quedó sellado en el momento en que decidiste retar a Gabriel Salazár. El camino solo era uno: El de la muerte.

—¿Q-qué dices?

Sin embargo, ahora que estás en el cruce entre los vivos y los muertos, se te ha otorgado una última oportunidad de retar tu destino y darle la vuelta a esta historia. Si estrechas su mano, aquí acaba todo, pero si decides continuar, tendrás páginas en blanco en las cuales escribir tu propio destino.

—¡P-pero no sé cómo! —debatió a la voz— ¡Aunque continué, no tengo ni idea cómo vencerlo!

Mientes... —declaró la voz de forma fulminante.

—¿Qué...?

Vimos lo que Gabriel hizo para destruirnos, y ahora, él mismo se ha atado la soga al cuello.

—¡¿Estás loca?! ¡No, mejor dicho! ¡Yo estoy loca! ¡¿cómo podría ganarle de esa manera?! ¡No sé ni siquiera por qué hace lo que hace!

—En ese caso, solo hazlo.

[11]

Esa fue la primera gran revelación del juego, y curiosamente, sería también la última. Así que acercó su mano a la de Granada y, con una rotación del brazo, alejó la mano extendida en frente de ella.

—¡Ouch! ¡¿Pero qué-?! —gimió Granada, al cual había agarrado con los pantalones abajo.

—¡¿Quién te crees que eres?! ¡Si yo aposté, es porque no solo no tengo miedo de perder! ¡Sino que estoy segura de que voy a ganar! —Le gritó nuestra protagonista en su cara, probablemente, la primera vez en su vida que le habían hecho eso. Granada frunció el ceño, bajó su sombrero, chasqueó sus dientes y le dijo:

—Da igual, solo lo no olvides: Te di una oportunidad.

Se reinicia el juego, e inmediatamente, Granada se reclinó hacia el frente y exclamó:

—Terminemos con esta farsa de una buena vez —Y lanzó toda su ofensiva sobre la doctora, sin piedad, la rebotó contra el suelo y dijo—. Game over, niña.

—¡Va a pegarle con el critical assault! —Spoileó alguien entre el público, y así fue.

"The wonder of you" se llamaba y aquí, Amadeus mira hacia el frente, y de sus ojos, sale un rayo rosado. Cuando el rayo conecta, la doctora aparece frente a una orquestra entera, y Amadeus enamora al rival con su canto y melodía, haciéndolo desear un beso. Entonces, Amadeus lo rechaza y rompe su corazón, lo que produce daño descomunal. Esto tuvo que haber sido el final de Lupe, definitivamente, pero, aun así, Lupe no dejó de pelear, y mientras la lanzaban a la estratosfera, escuchó la voz de nuevo:

—¡Apunta hacia las estrellas! —Lupe no entendió lo que quería decir, así que lo tomó literal, y con la palanca de su control, apunto "hacia las estrellas" o en cuyo caso, hacia arriba, y esto provocó el milagro.

—¡¿Sigue viva?! —Dijeron todos los que estaban viendo.

—¡¿Qué?! ¡¿Sabe hacer D.I?! —exclamó Granada, en shock.

—¡Es nuestra oportunidad! ¡Usa todo lo que sabes! —comandó la voz.

Lupe volvió al escenario, usando su salto aéreo, su air dash y su movimiento de recuperación: Propulsión a chorro de sangre. Granada volvió a salir del escenario a tratar de proteger la orilla y hacer ledge-guard, pero Lupe no volvería a caer en el mismo truco, así que pasó por debajo del director para evitar su ataque. Ahora, usaría su propio truco en su contra. Todo ataque conlleva un riesgo y ledge-guarding era igual, porque si fallas, tu oponente puede hacerte lo mismo a ti, ya que ahora tú estás fuera del escenario. Granada sabía esto, pero nunca espero que su rival supiera hacerlo.

Lupe no dudó en ningún segundo; era hora de mantenerlo afuera, su turno de jugar el juego. Algo mágico estaba pasando: Lupe, una completa novata en el juego, pero también, una mente aún no moldeada por el entrenamiento formal, no tenía miedo de ir a donde un jugador con experiencia sí por temor a las represalias. Dicen que existe algo llamado "suerte de principiante", pero de suerte no tiene nada, sino de mente. Un experto suele pensar miles de posibilidades para distintas situaciones y aunque, la mayoría del tiempo esto es bueno, a veces, los jugadores pueden perderse en los "tal vez" y los "quizás", pero no un novato, él solo sabe dos cosas: El aquí, y el ahora.

Granada estaba tratando de imaginar en qué dirección iría Lupe después a interceptarlo, pero esto era un esfuerzo inútil, ya que ni ella sabía, y mientras él iba acumulando daño con cada ledge-guard, Lupe preparaba su último gran truco, donado otra vez y de manera involuntaria por Granada. La niña lo había estado sanando un poco cada vez que lograba alejarlo del escenario, y estaba a punto de activar el modo de hipertensión, pero su rival se dio cuenta.

—¡Ah, no! ¡ni lo sueñes! —Y le pegó con unos platillos para alejarla de la orilla. Este golpe le dio la última estrofa que necesitaba para cargar al fantasma de la ópera, así que corrió hacia ella para acabar con ella, pero mientras él corría, la doctora seguía sanándolo, era una carrera contra el tiempo por ver quién pegaría el golpe que lo decidiría todo.

—¡Go, ghoul! —gritó con más fuerzas que nunca Amadeus, el fantasma salió y...

—¡Tiene el modo de hipertensión! ¡Y también el Critical Assault! —notó el público

—¡MUÉRASE, MAE! —gritó Lupe tan fuerte que se pudo notar el momento en que se desgarró la garganta, y con último "¡DESPEJEN!", el juego había acabado.

—No. Puede. Ser —clamó Granada, agarrándose la cabeza, sin procesar lo que acababa de pasar.

—¡Gané! ¡Gané! ¡Gané! —Celebraba Lupe, mientras saltaba de su silla. Inmediatamente, fue y saltó sobre sus dos amigas, agarrándolas con un poderoso abrazo.

—Vaya que hiedes a sudor, Lupe —señalo Ale a son de broma.

—¡Lupe, lo lograste! ¡sí lo lograste! —acompañó Lore en la gritadera.

¡Sí, sí, sí! ¡Lo logramos, voz rara! —pensó— ...¿Voz rara? ¿aló? ...¿Qué habrá sido eso, para empezar? Bueno, lo averiguaré después.

—Tanta bravata por una insignificante vida —irrumpió Granada, con voz gruñona.

—¡Oh, Gabriel!

—Granada... —refunfuño, entre dientes, a la vez que extendía su mano.

—...¡Ah, claro! ¡Tú control! Toma, disculpa. ¡Jugaste muy bien! ¡Quisiera volver a jugar contigo otro día! —habló con emoción que aún desbordada.

El chico lo guardó, y con su mano desocupado, agarró su ceño y negó con la cabeza, listo para dar su perspectiva de los hechos:

—En verdad no lo entiendes, ¿O sí? Te doy una migaja de piedad, y acto seguido, te crees alguien como para decirme que "jugué bien", pero no, eso es mi culpa; nunca tuve que entretener ni siquiera la idea de este circo. Guadalupe, como veo que la comprensión de lectura no es tu fuerte, seré directo: Vuelve a enfrentarme en Cosmos, y lo lamentarás —explicó, exigiendo a cada una de sus cuerdas vocales y con los ojos bien abiertos—. Duce tiene tu premio —dijo, y se largó.

La amenaza había sido fuerte, pero la fleco de tubo sabía que era de esperarse, así que no era momento para amedrentarse. No sólo ella estaba feliz, todo el público también estaba jubiloso y se acercó para felicitarla:

—¡Wow, que increíble como lo quitaste un stock! ¡yo jugué contra él hoy y apenas lo pude tocar, menos quitarle una vida!

—¡Igual yo!

—¡Yo me hubiera rendido después de perder la segunda vida!

—¡Me hubiera muerto de los nervios estando con un porcentaje tan alto en mi última vida!

Por último, el organizador se acercó a las muchachas y ahora, él habló:

—Vaya, nunca había visto que la gente se emocionara tanto por una sola vida. Jugaste muy bien, chica.

—¡Oh, muchísimas gracias! —contestó, bajando la cabeza con humildad.

—Aquí tienes el premio, diez mil colones al contado.

—¡Oh! ¡entonces tú eras el tal Duche!

—Sí, ese es mi tag ¿y el de ustedes?

—¿Tag?

—Se refiere a tu apodo, Lupe —Le aclaró Loretta.

—Ah, ya, pues todos me dicen Lupe.

—Ya veo. No hay problema si se quedan con su nombre como tag, pero si les interesa, hay un amigo mío que da muy buenos tags y viene a los torneos grandes.

—¿Torneo grandes? Así como ¿más grandes que este?

—Precisamente. Yo soy el principal director de SourSpot Costa Rica, la primera organización competitiva de Cosmos en el país, y este mes, empezamos el circuito de este primer semestre, por si se quieren llegar.

—¡Eso suena bastante cool! ¿qué dicen, chicas? ¿se llegan conmigo?

—P-podría ser una experiencia divertida, así que no veo por qué no —dijo Lore, moderadamente segura.

—Estoy segura de que, aunque diga que no, me arrastrarías para que fuera... —exclamó Ale con Resignación.

—¡Entonces, está decidido! —respondió la fleco de tubo.

—Excelente. Hasta entonces.

A la fuerza, Lupe logró entrar dentro del mundo de Granada, por lo que ya no habría vuelta atrás. La nueva era comienza ahora.


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