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Capítulo 26-II

Al día siguiente, el muchacho bien vestido reflexionaba sobre su siguiente paso, con sus manos entrecruzadas sosteniéndole el mentón. En este estado meditabundo, Kero kero, que estaba jugando con él, tuvo que darle una buena sacudida por el hombro para devolverlo a la realidad:

-¡Control terrestre al mayor Gabo! ¿Me copias? -Comentó, con facciones de consternación.

-¡Ah, Mateo! Disculpa... -Gruñó, friccionando su mano contra la frente, buscando despertarse- Tengo demasiadas cosas en la cabeza y me siento como atrapado en una pequeña caja de hojalata.

-Ah, ya veo mae...¡Pero relax! Yo también ando medio abrumado con muchas varas. Si quiere, podemos jugar otro día que se sienta mejor-.

-No es necesario; Mi verdadero ritual anti-estrés es jugar -Aseguró con una sonrisa calmada-. Más bien, me dijiste que tú también estás lidiando con tu propia tormenta. Si es el caso, no dudes en hablarlo conmigo, Mateo -Se ofreció Gabriel.

-¿Lo...¡¿Lo dices en serio?! -Contestó Kero, con los ojos a nada de saltarle de la cabeza

-¿Qué? ¿No sonó así?

-¡No, no! Es que, en lo que te llevo conociéndote, nunca te he visto estar así de interesado en los problemas de los demás, ¿Sabes? ¡Sin ofender!

-No me ofende; Sé que es verdad -Respondió, poniendo una inconspicua sonrisa-. He sido bastante egoísta hasta ahora, pero...me gustaría serlo un poco menos, de ahora en adelante.

-Wow, en verdad que el amor hace milagros -Musitó.

-¿Qué fue eso?

-Nada. D-dejando eso a un lado, la vara es que este fin de semana, nos vamos de gira los del club de biología, y estoy un toque nervioso -Compartió el otro chico, peinando su cabello castaño hacia un costado.

-Eso se escucha como una experiencia interesante, pero, ¿Qué es lo que te preocupa?

-Primero, es que va mucha gente, porque van todos los clubes de ciencias: Biolo, física, mate y química.

-¿Química, dices? -Dijo Gabriel, con un pico de intriga escondido dentro de su voz.

-Todos los clubes van. Eso ya es una cosa, pero lo otro es que estaba esperando invitar a una persona a ir conmigo-.

-D-detente ahí un momento: ¡¿Puedes invitar a alguien para que te acompañe?! -Cuestionó con bastante interés.

-Bueno, YO puedo invitar a alguien, porque soy el capitán del club -Aclaró, señalándose con ambas manos.

-¿Y-y sabes si es así para los otros clubes?

-Creo que sí, ¿Por qué preguntas?

La epifanía que tuvo fue tan intensa que una baba cayó de su dislocada boca. Después de limpiarse la boca y volver a tierra firme, se empeñó en que Kero Kero desglosara en detalle todo acerca de esa gira.

Al día siguiente, Loretta está firme sobre sus pies, viendo desde la distancia a la fleco de tubo "organizando" su casillero. Bajo la sombra del techo del pasillo, tan solo mira fijamente, hasta que siente una suave mano posarse sobre su hombro. Levanta la mirada hacia atrás, haciendo contacto visual con Alejandra, quién declara:

-Ve.

Cierra los ojos, para estar un momento a solas, bloqueando incluso sus propios pensamientos, tan solo permitiéndose escuchar los sonidos de su propia respiración, y cuando abre los ojos, ya está en frente de Guadalupe.

-L-l-lupe... -Tartamudea la rubia, sujetando ambas de sus manos.

-¡Buenos días, Lore! ¿Te viniste corriendo? Porque estás sudando un montón -Nota la chica, levantando una ceja. Loretta niega con la cabeza, y prosigue con la fluidez de un disco rayado:

-Es...E-es que, I...¡Digo yo! Yo...quería in...in...

-¿Invitarme...?

-¡Ajá! ¡Eso! -Dijo, mientras apuntaba con el índice, con demasiada emoción. Ella notaba el manojo de nervios que era en ese instante, sin embargo, no estaba dispuesta a que su mente le volviera a jugar una mala pasada, por lo que se incrustó las uñas de la mano derecha en el antebrazo izquierdo, puso los ojos bien abiertos y...

-Lupe...¡¿Quisieras ir conmigo al-?!

-¡Muy buenos días, muchachas! -Saltó Gabriel de la nada, abrazándolas por el contorno del cuello- ¡Pero que coincidencia que estén aquí!

-¡¿Tú?! -Espetó Loretta, sin ocultar lo exasperada que la hizo sentir la súbita aparición, al mismo tiempo que pensó- ¡¿Cómo que coincidencia?! ¡Todos estudiamos aquí!

-¡Wow, Gabo! ¡Quién te ve tan animado! -Sonrió la chica trigueña.

-¿En serio? No lo he notado -Rechistó, con una mueca alegre.

-¡Eso es una completa mentira! ¡Hasta el más desentendido podría ver lo diferente que andas hoy! -Se quejó la rubia en su interior.

-¿Y se puede saber el por qué de esa felicidad para nada común? -Interrogó Ale, llegando al auxilio e interponiéndose entre su ship favorito y el que venía a llover en su desfile.

-Pues no sé, señorita Alejandra; Pueden ser muchas razones: El clima del día, el color del cielo, la posición de Marte, el precio del dólar. Es tan...Ah, discúlpenme, me desvié del tema -Se detuvo, con una sonrisilla filtrándose entre sus palabras.

La peliceleste se encontraba más alerta que nunca, porque ninguna de esas vacías palabras podía nublar su juicio sobre lo que realmente tenía a Gabriel así: Esa solo lo puede ser la satisfacción de alguien que siente que ya ganó. El varón elaboró una pregunta dirigida a la estadounidense:

-Si mal no recuerdo, tú estabas en el club de química, ¿No es así?

-Sí, ¿Por qué la pregunta?

-Pues, por ahí escuché que van a tener una gira académica este fin de semana.

En ese momento, la muchacha sintió un vacío en el estómago no muy distinto cuando uno baja una escalera y se salta un escalón. Mientras ella lidiaba con el inesperado vértigo, Lupe no tardó un segundo en comentar al respecto:

-¡¿Tienes una gira este fin?! ¿Por qué no me dijiste? -Interrogó, boquiabierta.

-P-pues, yo planeaba en-.

-¿No se lo habías contado a Lupe? Yo pensé que sí -Opinó, masajeando su barbilla-. Hubiera jurado que, para este punto, ya la hubieras invitado a ir contigo.

El muy desgraciado le acababa de arruinar la sorpresa, y Loretta ahora estaba tan roja como la superficie de marte, y su cara tenía tanta vida como ese mismo planeta. Con la semilla de la duda plantada, la mente de Lupe calentó a toda maquina para entender todo lo que pasaba:

-No es de Lore ocultarme cosas, así que debió tener un buen motivo. ¿Quizás quería invitar a alguien más? Pero ¿A quién...? ¡OOOH! -Ya imaginarán quién se le vino a la mente. De vuelta a la realidad, Ale rápidamente notó que Loretta estaba fuera de combate por el momento, así que tomó su lugar:

-¿Y por qué pareces tener un inusitado interés al respecto?

-No es nada del otro mundo; Solo quería preguntarle a Lore si podía ir con ella.

-Ja, ja, muy bueno ese, pero no estoy en el humor para perder el tiempo con tus chistes de mal gusto. ¿Qué quieres en realidad?

-No era un chiste: Quiero acompañarla a ella.

-¿Qué...? -Contestó Loretta, que ya había tomado un segundo aire- ¿Por qué quisieras ir a esa gira en primer lugar?

-Sé que no lo parezco, pero soy un poquito entusiasta de la ciencia, y cuando escuché que iban a ir al laboratorio del doctor Chang, inmediatamente me puse a buscar una manera de poder ir.

Ale pensaba que todo esto, aunque era bastante sospechoso, no parecía ser tan peligroso como imaginó a un principio. Era tan simple como que Loretta la diera un amable pero firme "No", e inmediatamente, invitara a Lupe. Ricitos de oro se adelantó, y sin titubear, la daría esa misma respuesta:

-Me parece muy bien que estés interesado en el panorama científico del país, Gabriel, y respecto a tu invitación, me temo que tendré que decirte que-.

-¡Sí! -Interpuso Lupe, dejando atónitas a las dos jóvenes.

-¿Q-q-qué dijiste?

-¡Pienso que sería excelente que ambos fueran allá! A ambos les gustan todas esas varas científicas, además de que son los mejores estudiantes de la clase, y se conocen bastante por los torneos ¡Es perfecto! -Sonrió con la cara rebosante de emoción; Un claro contraste con el rostro decolorado por el pánico de Loretta. Apenas logrando ordenar bien sus palabras, trató de lanzar excusas con tal de negarle el pase:

-P-primero, necesitaría sacar los permisos pertinentes y traerlos todos firmados por sus pa-. -Antes de poder terminar, Gabriel sacó un montón de documentos y los puso frente a la cara de la muchacha:

-Autorización parental, autorización del seguro, y renuncia firmada a demandar al colegio en caso de agravio, accidente o muerte -Dijo con soltura.

-Claro...También se ocupa una cuota para pagar el transporte, la alimentación y el hospedaje.

-Todo tomado en cuenta, Con lo que he ahorrado en premios de torneos, podría cubrir diez cuotas al contado.

Una vena resaltaba sobre la sien de Loretta, recabando en todo su archivo mental. Cuando llegó con una, levantó el índice con fuerza, y con voz sonora, habló:

-¡Hay un 0,01% de probabilidades que el generador de plasma explote y nos vaporice a todos al instante!

-Bueno, tomaré el riesgo, porque, incluso aunque fuera a morir... -Paró un momento, levantó su mano hasta la altura de su nariz, y desviando la mirada con "timidez", terminó con un...- no estaría mal, siempre y cuando fuera a tu lado.

Así es, igual que una comedia romántica, pero en este mundo, parece que todo acto de amor nunca escapa de las garras del engaño y la pretensión, porque era sencillamente el siguiente paso de su plan. Ayer en la noche, buscó en internet "Poses y manierismos de alguien enamorado", guardó sus favoritos, y se pasó las siguientes horas practicando su acto, mas, parecía que no ganaría ningún Óscar con este:

-¡Por favor! Ese fue el intento más patético de fingir estar enamorado de alguien. ¿Acaso cree que soy tan ingenua? -Pensó Lore.

-Aparte de falso, carece de bastante calidad, pero qué jugada más rara, ¿Por qué quiere hacerle creer que le gusta? -Pensó Ale.

-¡Es amor verdadero! -Pensó Lupe.

Lore trató de acumular coraje y poder decirle que "No" a Gabriel, pero tan solo con verla, se notaba que Lupe EN VERDAD quería que ambos fueran juntos, y tanta exigencia finalmente extrañó a Alejandra, y de un pronto a otro, su cerebro hizo un millón de computaciones en lo que dura el aleteo de un colibrí, viendo hacia atrás, juntando todos los hilos y llegando a la conclusión que ha estado impulsando todo este drama: Guadalupe quiere juntar a sus dos mejores amigos, y por alguna razón, Gabriel también lo sabía, y se aprovechó de eso para...

-¡Está bien! ¡Iré contigo! -Espetó Lore.

-¡Muy bien! ¡Espero que ambos la pasen de maravilla! -Celebró la fleco de tubo.

-Oh, va a ser una hermosa experiencia, ¿Verdad, Loretta? -Aludió Gabriel, con pedantería.

Con un tic en el ojo, y una sonrisa de Botox, la rubia contestó:

-C-claro...¡Necesito ir al baño! -Y salió disparada de ahí.

Ale inicialmente caminó con intención de seguirla, pero vio que los otros dos jóvenes se quedaron discutiendo sobre algo, y considerando el momento tan desesperado por el que pasaban, podría ser que en ese "algo" se encontraba el as bajo la manga.

En la tarde, el club de Cosmos veía a Lupe practicar una y otra vez sus técnicas, en especial, la última que su tutor le enseñó, y cuando finalmente la ejecutó perfecta, lo celebró con el puño en alto.

-Wow...la lograste dominar en una tarde -Declaró Granada, impresionado.

-Sí, parece que sí -Sonrió, sonrojada.

-¡Eres una jugadora especial, amiga! -Alabó Kero Kero.

-Es como un ánfora de la cual vierte infinita habilidad e imaginación -Halagó Alicia.

-¡Ok, ya! ¡Llévenla suave con la tiradera de flores! -Los detuvo un poco, sintiéndose abrumada con tantas palabras bonitas- Aún no soy una jugadora excelente como para que hablen así de mí.

-Pues es verdad, pero nosotros vemos que llegará un día en que lo seas. Y ya no te conocerán como "The cure", sino como "Las manos más rápidas de Cosmos" -Aseguró Gabriel, con una disposición gentil.

La humilde Lupe se sonrojó de sobremanera y simplemente volvió su cara de vuelta al monitor y continuó practicando, tratando de ignorar su pena. Al mismo tiempo, el sonido de unos libros cayendo hizo que todos miraran hacia atrás, solo para ver a la bibliotecaria agachándose para juntarlos.

-¿Necesita ayuda, Doña Mercedes? -Exclamó el chico de pelo negro.

-¡Ay, no, hijito! Solo venía a recoger unos libros. Sigan jugando tranquilos -Dijo la adulta mayor, con una voz bastante carrasposa. Se fue y cerró la puerta.

Una vez afuera, la "señora" se recostó sobre la madera de la puerta, y soltó un suspiro espeso, pero al mirar al frente, se dio cuenta que estaba la bibliotecaria; la verdadera bibliotecaria, sosteniendo una taza humeante, y mirándola fijamente con los ojos entrecerrados. Entonces, dijo:

-Debería dejar de ponerle vodka a mi café... -E inmediatamente, tomó un sorbo sonoro de la jarra, y siguió su camino.

La bibliotecaria impostora salió de ahí, borró su trabajo de maquillaje con toallas húmedas, y guardó su peluca y demás accesorios dentro su bolsa.

En la tarde, se puede ver un cuarto con las luces encendidas, en donde se escuchan ruidos que solo pueden ser descritos como "gritos ahogados", y al entrar a la habitación, se podía ver el origen de estos:

-¡AAAAAAH! ¡Maldito Gabriel! ¡Lo arruinaste todo! ¡Estúpido adicto a los videojuegos! ¡Metiche! ¡Degenerado! ¡Enano! -Chillaba Lore, con su cara enterrada en una almohada.

-¿Podrías parar? No lo tomes a mal, pero me gusta mis almohadas igual que me gusta mi café: Sin escupas ajenas -Explicó la peliceleste.

Loretta sacó su cara y simplemente se acostó de lado, dándole la espalda a Ale, mientras esta repasaba la situación actual:

-Bien, estamos en graves problemas; Gabriel estaría tomando el campo de Lupe, pero creo que su plan no es ir contigo.

-No me digas: Planea dejarme plantada el día de partida, y mientras yo me veo obligada a ir al viaje, él se puede quedar aquí con Lupe, libre para hacer lo que quiera... -Desglosó con apatía.

-Precisamente, y por eso, hay que impedirlo... -Alejandra paró de hablar un momento, y se sentó sobre la cama, al lado de Lore- encontré algo. Al parecer, existe un club de Cosmos Assault, conformado por Gabriel, Lupe, Alicia y el otro amigo de Gabriel. Si recuerdo bien lo que me contaste sobre su pasado, tiene sentido que quiera mantener ese club en secreto...

-...Entonces, ¿Lo vamos a exponer?

-Solo si tú quieres, todavía tenemos tiempo para pensar en-.

-No, está bien -Contestó Lore, levantándose del colchón, y volviéndose hacia su alta amiga, dijo-. Lo que importa es Lupe, así que, por mí...que se pudra.

La siguiente mañana es una fría; Inclusive para las siete de la mañana, los nublados del día aún no se han aclarado, y una diáfana bruma refracta el poco brillo que llega del sol. Con el clima así, muchos llegan adormilados al colegio, apenas moviéndose por inercia, Gabriel no siendo la excepción, sin embargo, al pasar la entrada principal, un papel en la pared capta su atención. Una vez cerca, lo despega con la mano y comienza a leerlo, mientras sus gestos crecen en preocupación entre más lo analiza, y cuando lo termina, un terror absoluto se apodera de él. Sin reserva alguna, sale corriendo hacia dentro del colegio, olvidándose del papel, dejándolo caer lentamente; Al alcanzar el suelo, se puede distinguir claramente de que se trataba el aviso: "¡Únete al club de Cosmos Assault! Nos reunimos en la biblioteca para jugar. Para más información, llama al número de abajo, o contacta a Gabriel Salazar"

Mateo y Alicia, cerca de la biblioteca, veían con angustia otro de los avisos, pero entonces, ven al líder del grupo, andando con un marchar inquieto y errático, arrancando toscamente cada folio que pudiera encontrar. Desde una buena distancia, Mateo le gritó:

-¡Gabriel, los pósteres-!

-¡Sí, ya los vi! -Le contestó exasperado, al mismo tiempo que se acercaba donde él- ¡Ayúdenme a quitarlos todos! -Él quiso seguir con su labor, mas Alicia lo detuvo por la camisa, y levantando suavemente el dedo, le indicó a mirar hacia adelante, y ver la exagerada cantidad de copias de ese aviso estaban pegadas, casi tapizando cada pared, puerta, y columna de la fachada del pabellón; Para él, esto era una completa pesadilla.

Dividió a su gente para que fueran a remover papeles en distintas partes del colegio, pero, justo después de quedar solo, una voz femenina avisó a sus espaldas:

-Esto fue una advertencia... -Fulminó Loretta, observándole fijamente con una mirada al cero absoluto de temperatura.

-¿Q-q-qué...? -Tembló Gabriel.

-No lo repetiré dos veces: Tú le dirás a Lupe que no puedes ir porque se te presentó una eventualidad, y la invitarás a que te reemplace en el viaje. Da por hecho que, si no lo haces, le contaré todo a Lupe sobre tu pasado en el vocacional, y sobre Aurora.

El muchacho sintió como si le hubieran sacado el aire con un buen puño colocado hacia el hígado, y no pudo hacer más que quedar con la mirada ida sobre la cerámica del piso, mientras la chica pasaba a su lado, indiferente, sin ninguna intención de soltar ni una palabra más.

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