Capítulo 21-III
Dos pechugas de pollo pasaron de la tabla para picar cubierta de condimentos a la sartén ardiente, inundada de burbujeante aceite, para terminar reposando, doradas y jugosas, en los platos de impoluta porcelana, acompañados por una pequeña guarnición de arroz y una ensalada surtida de lechuga, tomate, apio, cebolla y rábanos, con un delicioso aderezo encima. Tanto detalle demostraba dos cosas: La distinta disposición servicial de Loretta, y que ella también tenía bastante hambre. Colocó los platos uno frente al otro, se sentaron, agradecieron la comida, y le clavaron el colmillo. Mientras comían, Sofía habló.
-¡Muchas gracias, Lore! ¡Cocinas mucho mejor que mi hermano! -Aseguró, mientras se metía otro bocado.
-No pienses en ello, solo fui amable -Sonrió la extranjera.
-¡Lo digo en serio! No sabes que lo desastroso que puede ser Gabo a la hora de cocinar. De hecho, una vez recuerdo que pegó un grito fuertísimo mientras hacía una ensalada -Hizo reminiscencia la chiquilla.
-¿Ah, sí? ¿Sabes por qué lo hizo?
-Ni idea, aunque sí recuerdo que la ensalada tenía un aderezo muy oscuro y salado ese día.
-¿U-un aderezo, dices? Lo que mencionaste suena a que podía haber sido san-.
-Me gustó mucho el sabor.
-...¿Qué?
-Era espeso, y muy concentrado... -Recordó la sensación en su palada, con la mirada perdida.
-Eeh, b-bueno, no sé si he probado algo así -Contestó inquieta la rubia.
-Quiero volver a probarlo... ¿Conoces algún aderezo así?
-¡No, no, para nada! -Contestó aterrada, con ambas manos al frente- N-no soy buena para los sabores...exóticos -Mencionó, rozando su codo con nerviosismo, mientras bifurcaba su mirada-. C-cambiando de tema, algo que quería preguntarte era ¿Qué hubieras hecho si yo no hubiera estado aquí?
La infanta apretó su labio inferior con la mano, buscando exprimir una idea, y esto dio resultados:
-No sé cocinar, así que creo que me hubiera servido confleis y helado para almorzar y ya.
-¿Y no has tratado aprender a hacerlo? -Cuestionó la mayor.
-Bueno, como soy tan bajita, necesito una silla para llegar a la cocina y ver, y la última vez que traté de cocinar algo, mi hermano me dijo que solo él lo haría desde ese momento en adelante.
-¿Te dio alguna razón de por qué?
-¡No, ni eso! -Refunfuño- ¡Y lo peor de todo, es que se día me super esforcé para hacerle algo rico y chiva! Descubrí que puedes hacer que el pollo quede con un bonito color rosado en el medio si lo cocinas por cierto tiempo, así que lo hice especialmente para él. Se lo comió todo y me dijo que le gustó ¡Pero estoy seguro de que no fue sincero! -Gruño Sofía, al mismo tiempo que Lore pensaba en lo muy buen hermano que era Gabriel. Cuando ordenó sus pensamientos, Loretta compartió su opinión:
-Es entendible que aún tu familia piense que no estás en edad de hacer ciertas labores, pero Gabriel no estará aquí para siempre. Te aconsejo que vayas familiarizándote con cocinar y demás acciones que haga por ti.
-Oh, ¡Ok! Aunque siento que no hay nada de qué preocuparse ¡Gabo no planea mudarse! -Contestó con sincera inocencia, disfrutando de su comida.
En contraste, Loretta solo tenía su mirada vacía y opaca, pegada a su vaso de agua, y a los cubos de hielo contenidos en este que refractaban la imagen de la niña al frente de ella y la transformaban en una persona diferente; En una pequeña niña de pelo macho, ojos celestes llenos de fe y que de igual manera, pensaba que su hermano siempre estaría ahí. En este silencio que se antojaba eterno, la hermanita volvió a tomar la palabra una vez más:
-¿Sabes? Gabo nunca ha sido de tener amigas mujeres...Bueno, nunca ha sido de tener muchos amigos en general, sino hasta hace poco -Compartió, con una sonrisa suave.
-No sabía eso.
-Hay mucha gente que solo lo ha conocido como un gruñón, ¡Pero él no era así antes!
-¿Antes, dices? ¿Qué pasó? -Inquirió Loretta, con inusitado interés.
-Eeeh, Gabo me ha dicho que no debería hablar de eso... -Contestó, juntando las puntas de sus índices.
La genio percibió el candado frente a ella, y en cuestión de milésimas de segundo, una corriente eléctrica hizo brotar un plan maestro. Primero, se dispuso a pensar en Lupe tanto como pudiera, con el fin de que la sangre le subiera a las mejillas para vender la ilusión y una vez sintió la cara caliente, comenzó la segunda fase de su taimado plan:
-V-verás, te voy a contar un secreto, pero debes prometerme que no se lo vas a decir a nadie, en especial a Gabriel ¿Entiendes?
-¡Claro, claro! ¡Con el meñique! -Expresó, levantando enérgicamente el dedo. Una vez sus falanges entrelazados sellaron el trato, Loretta reveló "su secreto".
-La verdad es que...estoy enamorada de tu hermano -Dijo, abrazando su cabeza con ambas manos.
-¡AH! ¡¿Lo dices en serio?! -Preguntó la chiquilla inmediatamente, apoyándose sobre la mesa para acercarse más a Lore.
-Sí, pero cada vez que me acercó a él, siento una presión muy fuerte en el pecho, y las palabras no logran escapar de mi boca, y por eso, no he podido conocerlo tan bien como quisiera.
-Entonces ¿Quieres que te cuente sobre él?
-Precisamente, quisiera conocer más acerca de la clase de persona que era él en el pasado, y qué fue lo que le pasó para que cambiara. ¿Me harías el favor de contarme? Prometo que nadie más sabrá -Juró, poniendo un dedo frente a su boca, y echándole un guiño.
-Bueno, si tú lo dices...¡Está bien!
Loretta celebró en silencio al escuchar a esto. Acto seguido, Sofía comenzó con su historia:
-Bueno, Gabriel antes estaba en el vocacional.
-Ese es un colegio muy prestigioso hasta donde tengo entendido.
-¡Ajá! Gabo logró entrar ahí por las notas, viendo que es un nerdazo total -Carcajeó la chiquilla, aunque Loretta solo pudo sonreír a medias, considerando que el insulto también aplicaba a ella-. Bueno, por eso se metió ahí, pero, cuando entró, al parecer la gente no era muy amable con él ahí adentro... -Se compadeció.
-Ya veo. Lo que me quieres decir es que Gabriel se cambió de colegio por ese motivo; Porque lo acosaban -Razonó la rubia.
-Eeh, sí y no -Dijo, metiendo los labios entre la boca-. Es verdad que Gabo me contaba que cada rato lo jodían e insultaban en ese colegio, pero siempre parecía que todo eso le resbalaba. Siempre que me contaba lo que le decían, se reía por lo tontos que esos insultos le parecían.
-Eso suena más como el Gabriel actual, si me lo preguntas... -Musitó la chica de secundaria.
-Además, si te soy sincera, lo que más le interesaba en ese tiempo no era el cole, sino mejorar en el juego. Cada segundo libre del día lo usaba para practicar, y de lo único que le gustaba hablar era del juego -Elaboró la hermana, rascándose el pómulo-. Suena como se volvería tedioso después de un par de veces, pero a mí me gustaba, porque así, podía conversar más tiempo con él de lo que hago ahora -Sonrió al exclamar esto-. Tú también piensas igual ¿Verdad?
-No -Pensó- ¡P-por supuesto! -Exclamó- Por favor, prosigue.
-¡Claro! Pues, Gabriel era un friki, bla, bla, bla, ¡Pero! De un día para otro, comenzó a verse agobiado por algo. Andaba en las nubes, siempre pensando en otras; Cuando llegaba a la casa, se ponía a escuchar canciones románticas, y ahora, tardaba más tiempo arreglándose a la hora de ir a clases. Cuando me entró la curiosidad, traté de preguntarle que le pasaba...
-¿Y te respondió?
-¡Para nada! -Exclamó con pasión- Pero, yo sabía que eso podía pasar, así que le oculté al hámster y le dije que sí quería volver a verlo, tendría que decirme la verdad -Permaneció sonriente mientras que explicaba cómo extorsionó a su hermano.
-Espera, esto pasó hace dos años ¿Verdad? ¿Cuántos años tenías tú en ese entonces?
-¡Seis y medio! -Indicó con los dedos también
-Esta niña me da un poco de miedo -Dijo Lore dentro de su mente-. A parte, parece que Gabriel tiene un patrón con chicas buscando sacar información de su vida privada por mera curiosidad. Eso me hace sentir un poco mal acerca de lo que estoy haciendo...No lo suficiente para disuadirme de hacerlo, eso sí.
-Como sea, con ese truco, logré sacarle el cuento a Gabo, y este tenía nombre y apellido: ¡Era una chica! Y su nombre: ¡Aurora del Sol Abarca! -Reveló, abriendo sus brazos como un maestro de ceremonias.
-Aurora...He escuchado ese nombre antes -Meditó Loretta en voz alta- ¡Ah! ¡Pero claro! A Aurora la conocí en olimpiadas un tiempo atrás, y es una chica bastante amigable y entretenida -Sonrió con los ojos cerrados recordando a la chica.
-¡Eso me decía Gabo también! Pero él nunca me la presentó, así que no la pude conocer en persona... -Mencionó a son de reclamo, inflando los cachetes.
-Yo las puedo introducir, si quieres -Alivió Loretta oportunamente.
-¡Muchas gracias! En fin, Gabriel cayó redondito por ella, pero había un problema, y es que ella, en ese entonces, era la novia del chico más popular del grado, un tipo que se llamaba Damián.
-Comprendo -Asintió la adolescente, de forma sobria- No puedo imaginar la frustración que podía sentir Gabriel en ese momento.
-¡Sí, sí! -Concordó fuertemente Sofía- Peor aún, es que Damián era el que más lo molestaba en todo el cole, tanto así, que Gabo solo se refería a él como "el demonio de ojos azules". ¡Muy chiva ese apodo! ¿No?
-S-supongo -Respondió forzadamente la extranjera, ya que su mente estaba concentrada en la parte de "Ojos azules". La hermanita continuó.
-Otra cosa que me contaba Gabo en ese tiempo era que la comunidad de Cosmos no estaba pasando por su mejor momento, porque cada vez eran menos los que venían a los torneos, y tenía miedo de que toda esa vara fuera a colapsar.
-¿Por qué fue que la comunidad estaba decayendo?
-Me dijo que habían sacado un personaje que era mucho más fuerte que el resto, y que eso estaba haciendo que la gente se frustrara y perdiera las ganas de ir a competir.
-Comprendo. Prosigue, por favor.
-¡Sí, sí! Bueno, Gabriel estaba super preocupado por eso, y empezó a hacer todo lo posible para que los torneos continuaran: Donó de sus ahorros a la comunidad, habló con cuanta gente pudo para convencerlos de que volvieran, hizo videítos acerca de cómo ganarle a ese bicho, y más importante que todo, se puso a buscar jugadores nuevos, hablando de Cosmos y de los torneos con quien fuera, ¡Incluso, mandó a imprimir folletos y los pegó por todas partes! -Recordó Sofía.
-Gabriel en verdad estaba determinado en preservar su mundo... -Opinó Loretta, en parte, intimidada por lo que parecía ser una obsesión para el joven; En parte, sintiendo cierta admiración por la diligencia que tenía al respecto.
-De todos modos, sus esfuerzos en el cole no parecían llegar a nada, solo hizo que se burlaran más que él, excepto una persona que sí se intereso al respecto, que fue Aurora, que parecía sí tener interés en el juego, y así, ¡Comenzaron a formar una bonita amistad! -Mencionó, con un notable sonrojo.
-Y ahí, fue donde Gabriel empezó a desarrollar sentimientos por Aurora.
-¡Ajá! ¡Y todo parecía ir muy bien! Hablaban casi todos los días, y no solo de videojuegos, y poco tiempo después, Aurora le terminó al novio. Todo parecía estar calzando para que terminaran juntos...Claro, hasta que un montón de cosas horribles pasaron...
Existe un término llamado "Information hazards" en inglés, cuya traducción más apropiada sería "Riesgos de la información". A grosso modo, explica cómo algo tan simple como conocer un dato podía llegar a ser perjudicial para ti: La fecha de tu muerte, que alguien que ames no tenga esos mismos sentimientos hacia ti, los contenidos exactos de esos deliciosos Nuggets que almorzaste ayer; Información tan nefasta y existencialmente aterradora que no haría más que colocar una gran nube negra sobre nuestras cabezas.
¿Por qué se menciona esto? Simple, porque en ese momento, Sofía reveló una historia a Loretta, una historia de ilusión, amistad, injusticia, maldad y arrepentimiento, una tragedia que, por instantes, provocó que Loretta dejara de verlo como un oponente a vencer, y así, pudo ver de nuevo al humano; Confundido, solo y temeroso, igual que todos nosotros. La cara de la extranjera no se movía de la expresión de shock, tan solo para tragar saliva, mientras que los labios de Sofía seguían recontando la historia lentamente, como si se tratara de un accidente mortal visto en cámara lenta. Queridos lectores, aunque asumo que en este momento sienten un gran deseo por saber qué pasó, esto se tendrá que revelar más tarde. Por ahora, consideren esto como una prevención a los riesgos de la información.
Sofía concluyó su historia, y dio su perspectiva al respecto:
-Desde entonces, Gabriel ha cambiado mucho. Ya no habla casi nunca del juego, más que para decirme cuando hay un torneo, o si ganó plata en alguno, y en general, parece que se toma todo esto de competir mucho más en serio. Un día de estos, estaba jugando en la compu, cuando me encontré una publicación que hablaba sobre él, y que lo describían como "Un competidor cruel y despreciable", "Alguien que hará todo lo que pueda con tal de ganar" y "El jugador maldito". No podía entenderlo, porque así no era mi hermano... -Entonces, sus ojos empezaron a ponerse brillantes con líquido- Y l-la verdad, es que me duele mucho que le digan cosas así.
Loretta meditó lo que iba a decir por unos segundos y, con una mirada llena de ternura, le expresó lo siguiente:
-Entiendo cómo te sientes, Sofía. De pequeña, yo también pensaba que mi hermano era el mejor del mundo.
-¿E-en serio? -Replicó, pasándose el antebrazo por la nariz.
-Sí. Era la persona más graciosa, fuerte e inteligente que conocía, y no podía concebir que ese no fuera el caso para el resto de la gente, e imagino que yo también hubiera reaccionado de la misma manera si alguien hubiera dicho semejantes cosas de él, incluso ahora, pero, te aconsejo que los ignores porque, aunque tu hermano no sea el mismo que era antes, te puedo asegurar que sigue siendo una gran persona. Nunca dudes de ello -Concluyó, ladeando su cara amena y empática.
-M-muchas gracias por decir eso s-sobre Gabo -Decía, limpiándose las lágrimas.
Respiró un poco con el fin de calmarse, y después de lograrlo, invitó a Lore a que volvieran al cuarto de su hermano a jugar un rato más, a lo cual Loretta aceptó con completa disposición. Se la pasaron frente a la pantalla el resto de la tarde, jugando más juegos además de Cosmos. A cierta hora, Loretta notó que el jugador dos no se movía, y cuando desvió su mirada del monitor y hacia su co-jugadora, vio a la niñita babeando la alfombra y soltando ronquidos. Al mismo tiempo que vio tan corronga imagen, otra voz decidió comentar al respecto:
-Ese tornado -Mofó Gabriel-. Se ha emocionado tanto contigo que se le olvidó tomar la siesta de la tarde.
-Ya despertaste, huh. ¿Te sientes mejor? -Preguntó Lore.
-Todavía me zumba la cabeza un poco, pero sobreviviré -Enfatizó con una mueca débil.
-Me alegro, pero, la próxima vez, no te fuerces y quédate en casa descansando -Aludió con sincera preocupación.
-Sí, bueno, voy a llevar a Sofía a su cuarto, no quiero que deje mi alfombra como si un caracol le haya pasado por encima -Exclamó, mirando a la niña durmiente-. Y tú ¿te quedarás a cenar?
-N-no en realidad. Le prometí a mis padres que volvería antes de las siete, así que lo siento -Se disculpó, haciendo una sutil reverencia.
-Entiendo. En ese caso, déjame mover a Sofi y te acompaño a la salida.
Saltamos unos cuantos minutos al futuro y ahora, ambos enamorados de Lupe estaban afuera del pórtico, en medio del patio del frente. La oscuridad había ya había caído, y las calles estaban inquietantemente solitarias, descartando al carro arbitrario que fulguraba por la avenida, y a los omnipresentes grillos, cantando su perpetua serenada a la noche. Tanto Gabriel como Loretta se vieron absorbidos por esa extraña paz, pero esto no le impidió a la chica hablar:
-Mi taxi no debería tardar en venir -Exclamó, dándole la espalda a Gabriel.
-Si pudieras llegar más tarde, mi papá te hubiera llevado en su carro, pero ¿Qué se va a hacer?
-Sí... -De nuevo, los grillos rellenaron los vacíos en información, hasta que el muchacho retomó la conversación:
-Claro, antes de que se me olvide...Gracias por traerme a casa y cuidarme durante la tarde.
-De nada. Tampoco fue un gran lio gracias a tu hermana; Ella hizo que las horas pasaran rápido. Esa niña en verdad te admira como su hermano -Sonrió.
-Me gusta pensar que ese es el caso -Respondió, rascándose la nuca. Luego, volvió a callar, en preparación a sus próximas palabras- ...Entonces, esas prendas son tu primer paso al frente, ¿No?
-¿A qué te refieres? -Contestó con fingida ignorancia.
-No es necesario que lo reconozcas, tan solo déjame decirte algo, Loretta: Me gusta Lupe -Los ojos de la joven de cabellos áureos saltaron por un momento. Todavía sin darle la cara, le preguntó:
-¿Por qué me dices esto?
-No quiero hacer nada a tus espaldas, pero haré todo lo posible para que Lupe sea mi novia.
Finalmente, la chica caucásica se volteó hacia él y le dirigió la palabra:
-Esto es lo que llaman una declaración de guerra ¿No? Sin embargo, no encuentro cuál es su propósito. Estaba bajo la idea que ya ambos sabíamos que sentía el otro -Declaró con objetiva frialdad.
-Claro, lo que pasa es que, aunque nuestras causas sean opuestas, no puedo verte como una enemiga, y a pesar de mis mejores intentos...Aún me caes bien, Loretta -Reveló, un poco sonrojado. La chica abrió los ojos con sorpresa momentánea, pero pronto, ella evitó la mirada.
Poco después, un taxi se encaramó sobre la acera, así que la muchacha se acercó al asiento trasero, abrió la puerta y procedió a sentarse, pero, antes de cerrarla, miró a Gabriel, y le dijo:
-Tú también me agradas, Gabriel, pero no por eso puedo dejar de sentir lo que siento. No sacrificaré todos estos años de silencio por nadie, porque sí: Yo amo a Guadalupe, y pelearé con todas mis fuerzas para estar junto a ella por siempre. No tengo nada más que decirte -Y cerró la puerta.
Con esto cortamos a un día posterior, con Alejandra, ojeando una de sus revistas de moda, mientras habla con Loretta:
-Parece que saliste millonaria, güila. Esa historia de Gabriel que me contaste es tan dramática que, si fuera una historia de ficción y no real, pensaría que sería demasiado cruel del autor no detallar la historia en cuanto pudiera y dejar a su audiencia con el corazón en la mano por más tiempo. Pero, bueno, ahora que ya sabes todo eso, ¿Dejarás que Gabriel gane esta vez?
-Por más sufrimiento por el que haya pasado...mi corazón no me permitiría dejar que eso fuera así -Respondió Lore, con rostro serio, pero algo entristecido.
-Bien. Si quieres, podrás pensar en algún premio de consolación para que no se sienta tan escupido por la vida, pero ahora, seguimos en guerra.
-¿Cómo procederemos?
-Sigue con lo tuyo y despreocúpate del resto -Aseguró la peliceleste-. Además, tengo a alguien de lado de él que podría ayudarnos...
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