La marginal luz del amanecer peina las cabezas de los estudiantes mientras estos entran en marea al complejo educativo. En este oleaje de displicencia estudiantil, las esperanzas de que algo venga y rompa la rutina vienen a morir ahogadas como gaviotas viejas. No obstante, eso no es del todo malo, ya que es por la rutina que lo verdaderamente excepcional tiene la oportunidad de sobresalir; Una estrella brilla más cuando está en medio de tinieblas. Dicho esto, hoy había un destello que ni el mismo sol del alba podría opacar, y ya verán porqué.

Invadimos la visión de este nuevo astro del firmamento, vemos lo que ve, pero, más importante aún, vemos cómo lo ven. Tan solo entrando al pabellón principal del colegio, ya algunas retinas comienzan a virar en su dirección como habituales de un bar del viejo oeste al sentir la presencia de un forajido. Los murmullos de la multitud no se hacen esperar, y un smog de preguntas congestiona el aire: Los dóndes, cuándos, cómos, y por encima de todos estos, un solo cuestionamiento: ¿Quién?

La figura innominada transitaba con pasos pausados por la cerámica gastada de los pasillos, y en su camino, detecta al conserje, con la vista pendiente en el brillo de los azulejos y su mente, en mantener el ritmo de su trapeador. Por un breve instante, levanta el semblante para limpiarse el sudor, y ve a los ojos sin cuerpo; Su asombro es inmediato, provocando que su palopiso tome vida y salte entre sus manos cual salmón. Domina a su ayudante elongada y se hace a un lado, con obediencia militar casi, al mismo tiempo que usa la mano para indicarle que puede caminar tranquilamente por el sitio que acababa de limpiar, no sin antes, poner un paño encima para que cruce sobre este. La mirada incorpórea baja brevemente, asintiendo a modo de agradecimiento y continua su camino, mas, los vistazos furtivos no cesaron.

Al frente suyo, venía un juntado de muchachos hablando de quién sabe qué, sin molestar a nadie. Cuando se cruzan, todo el grupo queda boquiabierto y ceñido con la entidad caminante, tanto que, persisten en su fijación incluso después de que la figura ya los dejó atrás, pero, se podía decir que su atención fue mal colocada ahí, ya que, a pocos metros, la banda resbaló mancomunadamente en el piso humedecido con agua jabonosa (O tal vez, con las babas que iban dejando por no cerrar la boca). No dejando que el accidente detuviera su paso por mucho tiempo, continuó su camino, y a su diestra, un cuarteto de chicas se encuentra tertuliando con naturalidad, hasta que la figura entra a su visión periférica, desencajándole la mandíbula a cada una con la misma facilidad que Mike Tyson, y provocando que tengan que ocultar su asombro y su cotilleo con la mano. A su siniestra, otro combinado de muchachas estas, más jóvenes que las anteriores, ve al transeúnte idénticamente que resto de estudiantes, pero, no solo se limitan a eso, y se le acercan con las manos juntas y marchar tímido para decirle "Buenos días". El individuo responde, sonrojando a las jovencitas.

Continua con su ruta, y cuando llega a diez pasos, gira a la derecha. Diez pasos más, y vuelve a girar, ahora hacia un aula abierta; Había llegado a su destino. El cuarto hace eco con las conversaciones de los colegiales, pero este caminante solo tiene ojos para una pareja en particular: Una chica morena con un retazo de cabello peinado en forma de cilindro, y otra chica, con ojos grises como las nubes, y pelo celeste como el cielo. Como el resto de los presentes, también estaban hablando:

-Y entonces, él nada lentamente hacia ella, abraza su cuerpo desnudo con el de su mujer, levanta su mentón suavemente, la mira con ojos bien románticos, y ¡BAM, ¡La besa justo al amanecer! ¡Y luz que se filtra de un pino les marca la silueta mientras lo hacen! ¡AHHH! -Gritó Lupe, al recontar la historia.

-Ok, muy lindo y todo, mae, pero ¿No me dijiste que el tipo le llevaba como treinta años a la protagonista?

-¡Es que no entiendes! Eso-.

Y antes de seguir, la silueta sin voz que las estaba mirando finalmente rompió su voto de silencio, interrumpiendo a las interlocutoras:

-B-buenos días.

-¡Oh! Buenos... -La chica con Brackets se volteó para antes de terminar la oración.

Veía un suéter de patrón a cuadros amarrado a una cintura delgada, una muñeca retenida por un consorcio de pulseras coloridas y fabricadas a mano, uñas tintadas de púrpura, y una gargantilla con una estrella turquesa colgando en el medio, que mandaba la atención a su pecho, con dos botones desabotonados; Dos más de lo normal. También veía unas perlas púrpuras en sus orejas, con dos aretes negros prensados en el hélix de una de estas, unas pestañas alzadas y un delineado marcado con acentos celestes. Para terminar, había una compleja y robusta trenza francesa que colgaba de un solo lado de su cabellera, en cambio, del otro lado, su frondoso cabello rubio ocultaba parcialmente su frente...Espera, cabello rubio ¡Ah, claro! Ya sé quién es.

-¿De qué hablaban? -Preguntó Loretta, mirándolas fijamente, con el cuello inclinado unos quince grados más o menos, corriendo su cadera un poco hacia un costado, reposando una mano sobre esta.

-N-no, n-nada -Titubeó la fleco de tubo- Es que te ves...

-¿Sí? -Dijo la rubia, con destellos expectantes tintineando en sus córneas.

-...Terrible -Exclamó, con cara de lástima.

-Ah -Chilló de inmediato, sintiendo como el corazón se le hundía más rápido que un bebé en una piscina para adultos.

-¡T-tú no, Lore! -Corrigió Lupe de inmediato- Me refiero a Gabo -Señaló con el dedo a sus espaldas.

-¿Cómo que Gabriel? -Entonces, dio media vuelta para contemplar el horror.

Parecía a Gabriel, pero haciendo de doble para "The Walking Dead", con ojeras preponderantes, párpados lánguidos, ojos desenfocados, nariz irritada que sobresalía de su mascarilla médica, piel descolorida, y un andar jorobado con el que podía fichar como doble de Cuasimodo. Lo aquejaba el más aciago de los males: El resfriado común. Loretta pegó un gritó y un salto al verlo, lo que provocó que Gabriel reaccionara:

-No grites tan fuerte, con un demonio... -Reclamó cansino, poniendo una mano sobre su oreja.

-P-p-perdón -Se disculpó la chica caucásica.

-No te ves muy animado hoy, Gabo -Se compadeció Lupe.

-"Reanimado" queda mejor, como el monstruo de Frankenstein -Denotó Ale, reposando la mejilla sobre su mano.

-No está muy lejos de la realidad... -Concordó Gabriel- Me...¡ACHÚ! Argh, me habrá contagiado algún desdichado, y ayer no pude dormir del todo. A duras penas si me pude levantar hoy a punta de acetaminofén y café...

-¿Por qué no tomaste el día libre? -Preguntó Lupe, consternada.

-Créeme cuando te digo que cualquier otro día, hubiera optado por esa opción, pero hoy ya me había comprometido con Alicia para acompañarla a su club de poesía.

-¿Estás seguro que puedes hacerlo? Si quieres, yo podría-.

-No, no, no, des...¡ACHÚ! Descuida, estoy seguro de que estaré mejor para cuando llegue la hora de salida -Aseguró, mientras caminaba a rastras a su pupitre, mientras el trío de amigas lo veía como Jesús en un Vía Crucis.

-Qué cabezón que es, espero que no se sobreexija -Expresó su preocupación la chica morena-...Pero, cambiando de tema, ¡Lore, hoy andás despampanante! -Mencionó con una enorme sonrisa.

-Oh, ¿E-en serio? -Respondió la aludida, retorciendo la punta de su trenza con el dedo.

-¡Pues cómo no! Estás igual de linda que las modelos de las revistas de Ale -Al decir esto, la peliteñida arrojó un guiño en dirección a Lore, y ella lo reciprocó.

Mientras sucedía esto, Lupe meditó un poco más la situación en su interior:

-Gabo es muy afortunado por tener a Lore tan enamorada de él, hasta el punto de hacerla cambiar de look, aunque es algo triste que no pueda notar lo guapa que anda con lo enfermo que vino hoy, pero, hay algo que me preocupa, y es que, si Lore empieza a venir así más a menudo, es un hecho que un montón de maes se van a enamorar de ella e intentarán echarle el cuento, ¡Incluso una que otra chica! ¡Pero que ni crean! ¡No voy a dejar que nadie se pase de cariñoso con ella! Con excepción de Gabo, claro está...Sí, solo él.

La "chica nueva" se sentó detrás de Alejandra, tocó su hombro, e inclinó su cabeza hacia ella para murmurarle algo:

-Gracias por los videos que me mandaste. Fueron muy ilustrativos,

-Ni lo menciones, linda. Ahora, ambas estamos juntas en esto, y no voy a escatimar en ayudarte con todo -Comentó, con una expresión confiada.

-Sin embargo, tengo que admitir que es más trabajo de lo que imaginaba -Declaró, mientras movía su trenza fuera de su hombro-. Tuve que despertarme más temprano para poder dedicarle el tiempo necesario a cada paso.

-Lucir bombi no es un capricho, Lore; Es un estilo de vida, así que debes considerarlo como otro clavo a cargar en la cruz de nuestra existencia -Aseveró, encogida de hombros.

-N-nunca pensé de la moda como algo existencialmente agotador...

-Además -Prosiguió, volteándose a verla-, no puedes dormirte en tus laureles ahora que estamos en guerra.

-Por supuesto... -Contestó, posando su visión sobre los restos andantes de Gabriel.

-No lo subestimes solo porque hoy se ve como el cadáver de la novia. En cuanto se recupere, notará nuestra jugada, y la respuesta de él y Erick no se hará esperar.

-¿Qué procede, entonces?

-Sencillo -Desplegó su abanico de mano y dijo-: "Conócete a ti mismo, conoce a tu enemigo, y de cien batallas, saldrás victorioso".

-Sun Tzu; El arte de la guerra. Conozco la cita -Contestó la rubia.

-Pero no a tu enemigo. Conseguir información de él nos daría una gran ventaja ¿Sabes?

-Supongo, pero ¿Qué clase de información sería?

-Momentos vergonzosos de su vida, alergias, tamaños de ciertas partes corporales, relaciones pasadas, realmente no importa, siempre y cuando puedas abusar ese conocimiento en su contra -Indicó la peliceleste, apuntándole con el abanico.

-La forma en que lo dices suena como algo que haría una villana... -Opinó la chica, algo incómoda con la idea.

-En el amor, no hay buenos y malos, solo gente que transita el camino hacia el romance, y gente cuyos corazones pavimentan dicho camino. Es él o tú, no hay nada más -Loretta solo permaneció en un silencio meditativo.

El día se movió más rápido que de costumbre, y antes que los estudiantes pudieran dar un vistazo al reloj, las clases ya habían concluido. Lupe se apuró a guardar sus cosas en su bulto e irse directo a su casa y saciar su ansia de jugar Cosmos Assault. No obstante, antes de dar el primer paso fuera del aula, con el rabillo del ojo, vio a Gabriel, desplomado sobre su escritorio. Se acercó a él y lo zarandeó para despertarlo. El dormido se levantó de un salto, con la mirada perdida, y cubierto en sudor, producto de la fiebre con la que lidiaba, y fue esto lo que provocó que Lupe se plantara en la tierra:

-¡Usted está demasiado enfermo para seguir aquí, Gabriel! ¡Levántese y yo lo llevo a su casa! -Exclamó con firmeza.

-P-pero, alguien debe acompañar a Alicia -Expresó Gabo, descolorado.

-Usted tranquilo, tengo una idea. ¡Lore! -Vociferó.

-¡T-te escucho! -Se sacudió la chica con el ruido- ¿Necesitas algo?

-¿Me harías un favor? ¿Conoces a Alicia? ¿La de ojos verdes?

-Ella es Hardylune en los torneos, ¿Verdad?

-¡Esa misma! Verás, Gabo le había prometido que la iba a acompañar, pero en este estado, jamás. ¿Podrías tú hacerte cargo de ella?

-N-no la conozco muy bien, pero claro, no hay problema.

-¡Muchísimas gracias! -Sonrió Lupe con brevedad- Ahora bien: Gabo, ¿Hay alguien en casa que te cuide?

-Solo Sofía, porque ambos de mis padres están trabajando -Explicó, con la respiración pesada.

-Qué problema, y una chiquita no puede quedarse cuidándolo sola... -Torneó su fleco maniáticamente, buscando una solución, al mismo tiempo que Ale sorprendió a la rubia, al decirle:

-¿¡Qué estás haciendo?!

-¡AAAH! ¡¿Q-qué pasa?!

-¿Qué no ves? Es lógico que Lupe decidirá quedarse con él mientras llegan sus padres. ¿Acaso eso no te parece problemático para nuestros intereses? -Remarcó, levantando la ceja tanto como le diera la cara.

-P-puede ser, pero ¡mira cómo está! No creo que sea un peligro en este momento -Debatió la anglosajona.

-Debes ver más allá de tus horizontes, nena. Esta es la oportunidad justa para recabar más información sobre él, justo ahora que está más indefenso -Atinó Ale, el cerebro de la operación.

-N-no lo sé... -Le contestó, acariciando con pena su codo.

-Además, con su "estado" que tanto subestimas, pues, no sé... -Se volteó, juntó los dedos y se estiró, para decirle- yo pensaría que es la oportunidad perfecta para que se ponga a jugar a "los doctores" con Lupe ¿No crees? -Expresó con crudeza, dejando a Lore en shock.

Del otro lado de la habitación, Lupe seguía enredando su cabello, hasta que finalmente, llegó a una solución:

-¡Ya sé! Gabo, me voy a-.

-Yo lo cuido -Interrumpió Loretta, con seriedad.

-¿Vos, Lore? -Preguntó la fleco de tubo, impresionada

-Tú conoces a esa chica, Alicia, mejor que yo, por lo que me parece más apropiado que tú fueras con ella, y dejaras el cuidado de Gabriel en mis manos -Propuso.

Pero ¿Por qué...? -De pronto, a Lupe se le encendió el bombillo- ¡No se diga más! ¡Tú encárgate de él! ...A solas -Esto último, lo dijo esbozando una mueca diabólica dentro de su imaginación.

-Le estoy eternamente agradecido, oh, dulce doncella -Farfulló el enfermo.

-¡Ah, te dijo "Dulce doncella"! -Mencionó Lupe, enternecida.

-Sí, eh, estoy segurade que está delirando por la fiebre... -Afirmó Lore, sin emoción alguna.