Capítulo 19-V
La competición podía haber terminado, pero la convención aún seguía en todo su apogeo, y hubiera sido un desperdicio no echarle un vistazo. Fueron saltando de actividad en actividad, revisando todo tipo de regalos y souvenirs en las ventas, Lupe aprovechó para tomarse mil y una fotos con cosplayers de sus personajes favoritos. También escucharon música en vivo, vieron torneos de otros juegos, jugaron en maquinitas y otras consolas clásicas que estaban en el evento, y mucho, mucho más. Para Lupe, sería una mera diversión de fin de semana, nada más que con Gabriel en vez de Lore y Ale, pero para al chico, debió ser lo más cercano que ha tenido a una cita, y lo que había empezado como una mala jornada, apuntaba a ser el mejor día de su vida hasta ahora.
Deambularon un poco más, buscando qué más hacer, y terminaron en el espacio solitario del inicio, ahora bañado con los rayos celestiales del atardecer, después de que las nubes negras se despejaran un poco. Lupe dio un comentario rápido:
-Creo que ya no nos queda nada por ver ¿Verdad?
-Me parece que así es. Además, no falta mucho tiempo para que cierren -Agregó.
-Sí, podríamos ir a comer un poco y...¿No escuchas algo? ¿Como unas voces?
-Tienes razón. ¿De dónde-? ¡Oh! Disculpa, es la música de mi celular -Mencionó, poniendo su palma sobre la cabeza- Se habrá activado la reproducción automática, ya la apa-.
-¡Espera! -Le detuvo Lupe, y rápidamente, acercó el celular a su oído, y pasados unos segundos, empezó a tararear la canción, y con una mirada fastidiosa, le dirigió la palabra -¿Esta es la música que escuchas?
-¿Qué dices? Es "Something stupid", un clásico de Sinatra. ¿Algún problema con eso? -Contestó disconforme y de brazos cruzados.
-No, para nada -Aclaró, risueña- Pero ¿No crees que esta canción es más música para bailar?
-Supongo, pero no soy aficionado al baile, solo me gusta la melodía -Cuando dijo eso, la fleco de tubo entrecerró sus ojos, y lució una mueca de lo más quisquillosa hacia su humanidad- ...Ni siquiera lo pienses, no voy a bailar.
-¡Muy tarde! -Declaró mientras lo agarraba de ambas manos- Mira que un hombre que no sabe bailar da más tristeza que un chihuahua cojeando, ¡Así que nada de excusas! -Indicó, despótica. El chico solo rodó los ojos, y dijo:
-Salgamos de esto lo más rápido posible.
Lupe reinició la canción, puso el brazo de Gabriel en su cintura, y empezó a marcar el compás de la canción. Paso a paso, la chica lo guiaba a cada instante de la tonada, y aunque él frecuentemente perdía el ritmo, se enredaba con sus pies, o la terminaba pisando, ella no le reclamó en nada, solo le mostraba cómo disfrutar la música de una manera distinta, y bueno, algunos dicen que los que no disfrutan bailar es porque aún no lo han hecho con la persona indicada, y en el caso de Gabriel, era la primera vez que sentía algo distinto a la vergüenza. Terminaron la canción, se separaron e hicieron una reverencia.
-Estuvo divertido ¿verdad?
-Eeeeh, pudo ser peor -Confesó, riéndose, y contagiándole la risa a Lupe.
Y mientras ellos carcajeaban frente a un fondo difuso y desdibujado, la realidad volvió al enfoque, y reveló a una única espectadora cerca de ellos, una chica caucásica y de cabellos dorados, vistiendo una cara de shock.
-¡Lore! ¡Al final sí pudiste venir un rato! -Se fue de saltitos, y la saludó de beso en la mejilla, pero Loretta no se sonrojó, solo seguía viendo a el muchacho bien vestido, con una espeluznante fijación. La recién llegada tomó la palabra:
-Katie me hizo el favor de traerme aquí. Y...¿Qué estaban haciendo? -Inquirió con amabilidad.
-Estaba enseñándolo a bailar un poquito al tronco de Gabo.
-Gracias por las palabras de aliento, profe... -Exclamó, irónico.
-¡Pero bueno! Ya están a punto de cerrar, y ya que estamos todos juntos -Remarcó, acercando a Lore y a Gabriel entre ellos- ¡Yo digo que le saquemos todo el jugo al rato que nos queda! Ahora bien: Gabo, ¿Recuerdas dónde estaba ese lugar donde vimos esos bonitos pósteres de Sailor Moon?
-Claro, era yéndonos por aquí -Dijo, y de manera inconsciente, su mano fue a tomar la de Lupe para llevarla, no obstante, antes de poder sostenerla, sintió como su muñeca era fuertemente sujetada por alguien. Era Loretta que, con un rostro confundido, lo tenía agarrado.
-¿Qué pasó, Lore? -Cuestionó la morena, con una ceja levantada.
-Ah, bueno...E-es que pensé que le había visto un m-mosquito encima, y lo agarré sin pensar -Explicó con una risa algo neurótica
Lupe puso su cara quisquillosa, y compartió una observación:
-Yo creo que vi al mosquito por aquí, más bien -Y sin resistencia alguna, junto las manos de los otros dos- ¡Vamos!
Sin embargo, en medio de todo esto, Gabriel tuvo una epifanía; cuando Loretta lo agarró de la muñeca, fue como si todas las piezas cayeran en su lugar, todas las actitudes de la chica para con Lupe, la cercanía entre ambas y demás comportamientos, ahora todo tenía sentido, y en ese instante, su rostro se enserió, al mismo tiempo que soltó la mano de la rubia. La verdad era aparente.
Anduvieron un rato curioseando, pero el evento llegó a su fin, y comenzó el desalojo. Afuera, las nubes volvieron y finalmente cumplieron su amenaza, soltando un diluvio sobre la capital, que representaba un gran problema.
-Maldición, olvidé traer mi sombrilla -Confesó Gabriel.
-Igual yo -Compartió Lupe, suspirando con decepción.
-No hay problema -Aseguró Loretta con tranquilidad, y abrió su paraguas- Aunque, no sé qué tan bien nos vaya a cubrir a todos...
-Es mejor irnos hechos un puño que salir sin sombrilla del todo -Opinó la otra chica, poniendo su índice sobre la sien.
-No se preocupen por mí, no es la primera vez que me pasa -Aseguró Gabriel, extendiendo su saco y poniéndolo encima de él.
-Si sientes que puedes irte así, entonces, emprendamos camino -Habló la rubia, manteniendo el rostro serio.
Y así, los tres bajaron por las escaleras del museo de los niños y pusieron ruta hacia al centro de la ciudad, con Loretta en medio de Gabriel y Lupe, no obstante, detrás de ellos, una figura arrecostada sobre el arco de la entrada principal parecía que les había estado poniendo atención desde hace ya un buen rato; era Erick, masticando un chicle, y en su mente, pasaban las palabras "Conque eso es lo que pasa entre esos tres..."
Los charcos traslúcidos en la acera reflejaban sobre sus aguas, borrosas imitaciones de los rótulos de neón que parasitaban los edificios circundantes que se distorsionaban aún más con los pasos desconsiderados de los peatones, y el tráfico raudo de los autos cuyo sonido al levantar el agua de las calles sublevaba por instantes el incesante ruido blanco de la lluvia. En estas melancólicas avenidas caminaban los jóvenes, en completo silencio, hasta que Loretta dejó salir su voz para romper con la monotonía del aguacero:
-Parece que tuvieron un lindo día... -Dijo, dirigiéndose a Gabriel.
-¿Qué? ¡Ah, sí! Hizo buen día, la verdad. Nos entretuvimos bastante -Respondió, con una pequeñísima sonrisa.
-Me tranquiliza bastante que Lupe haya pasado un buen rato mientras no estuve -Comentó con gentileza, sin embargo, Gabriel notó que la rubia tenía su mano desocupada agarrando con fuerza el bíceps de su otro brazo como si algo le incomodara.
-¿Te tranquiliza? ¿Acaso te preocupaba que le fuera pasar algo? -Cuestionó con una ceja enarcada
-Para nada, es solo que, la mayoría del tiempo, Lupe y yo vamos a todos lados juntas. Es algo natural de las mejores amigas -Ahí estaba la misma sonrisa amable, pero, su mirada no emitía esa misma candidez en lo absoluto.
-Ya veo -Se rio secamente- Te aseguro que no tienes nada que temer. Después de hoy, ya sabes que Lupe puede pasarla de maravilla, incluso si su mejor amiga no puede estar ahí -Exclamó, levantando un poco su sombrero hacia al frente.
-Sí, eso me alivia, igual que me alivia ver que ya son amigos en tan poco tiempo, considerando que, al inicio, su relación fue algo...rocosa, si me lo preguntas -Mencionó un poco jocosa- Espero que su amistad no sea pasajera, y perdure por muchos años más.
-Me conmueve escuchar eso de ti -Exclamó, con una voz halagadora un tanto artificial- Viniendo de su mejor amiga, significa mucho, más en el caso de ustedes, que han sido amigas desde... ¿Cuándo era, otra vez? Desde la escuela ¿verdad? Eso es mucho tiempo, a este paso, parece que van a ser mejores amigas de por vida -Especuló, a la vez que línea de su sonrisa se hacía más larga.
-Eso espero, aunque uno nunca sabe -Contestó, pero su gesto de amabilidad parecía debilitarse.
-Y ya que estamos hablando de esto, quisiera pedirte que me dijeras un poco acerca de Lupe, siento que tú sabrías mucho sobre el tema... -Entonces, la faceta afable se derrumbó por completo y, con el rostro apático, preguntó- ¿Podrías decirme qué tipo de...chico le agradan a Lupe?
Loretta imitó el gesto y, de forma tajante, respondió:
-Los que saben bailar.
Al mismo tiempo que dijo esto, un rayo cayó atronador, haciendo saltar a Lupe, mientras que los otros dos mantenían el contacto visual, rígidos como gárgolas. Lupe notó esto, y pensó al respecto:
-¡Qué bien que ya están hablando mientras se miran a los ojos! Aunque, me hubiera gustado chismear un poco acerca de lo que hablaban, pero no quisiera ser más mal tercio de lo que ya soy.
La chiquilla se fue a casa con esperanzas por el futuro, feliz e ignorante de lo que se acababa de desatar frente a ella. Ahora, solo queda rezar para que la chica escuché la maquinaria del tren antes de que la arrolle.
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