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Capítulo 18-II

La manecilla mayor marcó la una de la tarde, y sobre una pequeña tarima, estaba Duce, parado frente a un micrófono. Acto seguido, picó la rejilla del aparato con el dedo, alzó la voz:

—¡Bienvenidos todos a la tercera entrega de "Burning down the house"!

El vitoreo que siguió a esto fue indescriptible, incluso un transeúnte desentendido podría confundir lo que veía con el inicio de un concierto, en vez de la pelea virtual de unos tipos que se toman demasiado en serio un juego, pero desvarío. Mint Jams tomó el micrófono y la palabra:

—Igual que el año pasado, estamos orgullosos de decir que superamos de nuevo el récord de asistentes una vez, ya que hoy contamos, y escúchenme bien a lo que los voy a decir: Ciento. Veintiún. ¡Asistentes! Y déjenme decirles que desde Sourspot estamos muy orgullosos por ello.

»¡Pero dejémonos de varas! Todos sabemos por qué están aquí. ¡Así es! ¡las Crew Battles! ¡y una que todos esperábamos desde hace tiempo! ¡Ghost Town! ¡versus! ¡Green Fiyah! ¡Por favor! ¡démosles una gran bienvenida a los respectivos capitanes! ¡Granada y CrizpySnax!

Ambos atendieron a la señal, escalando hacia la tarima desde extremos opuestos, no obstante, manteniendo un enervante contacto visual con el otro. Los dos beligerantes frenaron a un paso de cada uno, igual que en los pesajes del Boxeo; la repulsión siendo tan fuerte que generaba relámpagos momentáneos que interfería con los electrónicos

—¡En tan solo unos minutos, estos dos equipos sin duda nos regalaran una verdadera guerra para el recuerdo! Y los capitanes mandarán a su primer representante. ¡Qué gane el mejor!

Ninguno hizo el esfuerzo darle la mano al otro, solo se fueron a juntar a sus equipos. Granada, por su caso, ya tenía bien decidido cómo iba a plantear esta pelea, o eso creía. Con un fuerte silbido, llamó a los suyos para hablarles de frente:

—¡Atención, gente! Vamos a salir así: De primero va a ir—.

—Ponme de primera.

—¡AH! ¡¿L-loretta!? Digo, ¡¿Blondie?!—exhaló el capitán, con la mano en el pecho.

—Ponme de primera, Gabriel.

—¿De primera? Ya tenía la estrategia planeada y... ¿estás bien? Estás algo ro-.

—¡QUE ME PONGAS DE PRIMERA! —contestó la rubia con exasperación, majando fuerte.

—¡Está bien! ¡Está bien! Tú ganas...—apaciguó con las manos.

El chico sintió intención homicida exudando de Blondie y no tenía interés en descubrir hacia quién iba dirigido. Duce les indicó que Crizpy ya había elegido al primero en fila. Con la suerte echada, y anegados en gritos de una afición inyectada con adrenalina, ambos jugadores subieron al cuadrilátero. Blondie caminó en frente de esa multitud sin sentir ni un rastro de nervios; ni siquiera los veía, ya que solo tenía ojos para Ugo, la primera elegida por Erick.

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La atractiva joven saludó con sensualidad al público por un periodo tan extendido de tiempo que sorprende que no haya dado una pasarela también; muy al contrario de su rival, que fue directa a su asiento, soltando vapor donde fuera que pisara. Acto seguido, le extendió la mano a la rubia, mas ella la ignoró por completo, haciendo que ella inflara una bomba de chicle con indiferencia, y se largara en silencio.

Lupe reposaba ambos brazos sobre la tarima, viendo cómo se desenvolvía la situación, y compartió su opinión con Granada:

—¿Por qué estará molesta Lore?

—¿Hablaste con ella?

—No, solo lo sé. ¿Ves eso? —señaló a la extranjera.

—...¿A Robinson agarrándose el hombro?

—Ajá. Solo lo hace cuando se está muriendo de la colera.

—¿Cómo estás tan segura? —preguntó el capitán, con la ceja arqueada.

—La conozco desde tercero de la escuela y siempre ha sido así. ¡La hubieras visto entonces! Se puteaba con facilidad, y andaba toda malencarada con todo el mundo.

—No conocía ese lado de ella...

Lupe solo se quedó mirándolo, mientras Granada se concentraba en el duelo que estaba a punto de empezar. Entonces, la fleco de tubo esbozó una maliciosa sonrisa y pensó:

—Ve aprendiendo más sobre ella, Gabo, porque en poco tiempo, serás su novio.

Naturalmente, los pensamientos del jugador de élite se encontraban en otros asuntos:

—No me gusta mandar a Robinson de primero; aún le falta experiencia, y Ugo no es ninguna pelele en el juego. Rara vez viene a torneos, pero su nivel es ligeramente más alto que el del resto de lambiscones de Erick. Robinson podría quitarle una o dos vidas, pero debo ir pensando a quién mando después. Kero Kero es bastante explosivo, él podría emparejar las cosas, pero si Erick manda a D.O.A, me obligará a ser el siguiente para que no se agrande la brecha. Argh, esta es una situación com-.

—¡Gabo!

—¡Ah! ¡estoy a la par tuya! No tienes que gritar.

—¡Te decía que Lore ya ganó!

—¡¿Que ya qué?!

—¡Increíble! ¡Blondie dio el batacazo, y despedazó a Ugo con un JV5 en menos de dos minutos! ¡Ghost Town se adelanta en el marcador 40 vidas a 36! —escupía Mint Jams desde la mesa de comentaristas.

Ante el rostro de shock de todos quienes veían, Ugo se desplomó de su asiento con efecto retardado; su caída imitando en forma, mas no en magnificencia la caída de la estatua de algún dictador. Rodó un metro entero en posición fetal, ocultando la desfiguración en su cara, producto del maquillaje arrastrado por las lágrimas, incapaz de reconciliarse con la más pesadillesca realidad que podría imaginar cualquier jugador.

Desconsolada y empapada, sintió una presión extraña, como si algo la aplastara, no obstante, cuando se volteó, no vio nada sobre ella más que la mirada de Loretta. Era como un láser; penetrante, concentrado, quieto y definido, posado justo en su entrecejo; en esencia, estaba experimentando algo que solo unos cuantos podrían decir que vivieron, mas no para contarlo: Ver la mirilla del francotirador antes de que este pulsara el gatillo, y Blondie, con pulso frío, disparó las siguientes palabras:

—Ni siquiera pienses en acercarte a Guadalupe, ni ahora ni nunca...

La aterrorizada sirena solo asintió con inmovilidad, como si sintiera el filo de la guillotina rasurándole la nuca, y salió gateando de la tarima. Del lado de Crizpy, el capitán permanecía incrédulo ante lo que había presenciado, haciéndose la manicura a base de mordiscos ansiosos, y mientras pasaba esto, Granada marchó galante sobre el escenario, poniéndose en vista de sus rivales, y con su mueca burlona reluciendo como una navaja, desenvainó la verdadera arma; Su lengua:

—¡Ay! ¿qué le pasó a tu amiga, Erick? ¿se le olvidó la palabra de seguridad?

Green Fiyah estaban regando bilis, y de inmediato, se pusieron a discutir su siguiente movimiento. Aprovechando esto, Granada se acercó para hablar con su jugadora revelación:

—Ya que nos conseguiste esta ventaja, canjeémosla en el banco. ¿Cuento contigo?

Sin perder la postura gélida y indiferente que traía, Blondie se limitó a asentir con la cabeza, sin embargo, su deseo de matar a cualquiera que se le pusiera en frente se invirtió cuando sintió como Lupe la constriñó con la longitud de sus brazos como una adorable anaconda amazónica, y con absoluta efusividad, le dijo:

—¡Eres una crack, Lore! ¡sigue así!

Y si el instinto de pelea de Blondie milagrosamente continuaba respirando después de eso, el más minúsculo de los besos en la mejilla lo terminaron de sepultar. Siguiente por el lado de Crizpy, vendría DOA, de la cual las chicas habían escuchado hablar, más nunca habían tenido la oportunidad de encontrarla. Su imagen surgió por debajo de la tarima como un amanecer. Era una mujer que brillaba con luz propia, con su tersa piel canela, cabello inmaculadamente rizado y un atuendo que pasaría los estándares de Alejandra con facilidad: Una chaqueta de cuero borgoña de fabricación magistral, y bajo esto, un estremecedor vestido carmesí con bellos encajes circunscritos a la pieza, y para rematar, unos tacones que aumentaban su ya nada modesta estatura; En ningún aspecto, su apariencia gritaba "Gamer".

Loretta, ya fuera de su elemento, ahora dependía de nuevo de su propia habilidad, independiente de cualquier combustible emocional. No logró ganarle a la experimentada D.O.A, pero al menos, le rascó una vida, dejando el marcador 36 a 35, aún a favor de Ghost Town.

—No importa, obligué a Erick a sacar su mejor ficha de manera prematura, y voy a hacer que sufra por eso —razonó Granada.

—Disculpe, jefe, pero fue la rubiecita quien hizo todo el trabajo... —opinó Amadeus, desde los rincones recónditos del subconsciente.

La rubia desconectó su control sin mucha emoción al respecto, mientras se castigaba por haberse distraído con sus absurdos pensamientos, sin embargo, antes de volver a la tribuna, una voz extrañamente grave le habló desde atrás, diciéndole:

—¡Tienes demasiado potencial, amiga! Si sigues así, muy pronto serás una de las mejores.

El comentario la desconcertó, no por lo que era, sino que, no podía razonar de quién podía provenir esa voz, porque cerca de ella, solo estaba D.O.A, así que se atrevió a preguntar:

—D-disculpa si sueno irrespetuosa, pero... ¿la que acaba de hablar fuiste tú?

—Tranquila, siempre toma a todos por sorpresa —compartió la chica con una sonrisa.

—¡¿Pero cómo?! ¡si se ve como una mujer lindísima! —reaccionó Lupe con sobresalto.

—Bueno, es una mujer, tan solo que no nació como una; es una mujer transgénero—reveló Granada.

—¡Wow!

Una nota curiosa: En la vida real, es bastante común que la cantidad de miembros que se identifican como mujeres trans supere a las mujeres cis en las comunidades de juegos de pelea. Regresando con las dos mujeres en la tarima, DOA profundizó sobre su previo halago:

—Vieras que me recuerdas a alguien, que jugaba super parecido a ti —confesó la jugadora de élite, tomándose la boca a modo de análisis—. Tengo el nombre en la punta de la lengua... ¡bah! Ya lo recordaré. Como sea, ¡fue un placer conocerte!

—I-igualmente —expresó la rubia—. No pensé que la forma de jugar de alguien pudiera ser tan memorable como para que suscite recuerdos en las personas... —pensó.

De vuelta con la Crew Battle, Granada ahora buscaría la manera de sacar rápidamente a D.O.A del juego. Llamó a su hombre de confianza, al bueno de Metallica, para que su ofensiva, pero habilidosa Jeanne, a punta de balas y machetazos, intentaría neutralizar a la mejor Manfred Von Gravity de toda la región. Su intento no fue en vano, lográndole quitar dos vidas antes de perder todas las suyas. Iban 32 a 33, gana Green Fiyah.

La siguiente parte del plan, era Kero Kero, que caería como Napalm sobre el escenario. Antes de empezar, el joven Mateo había vaciado y aplanado una decena de Red-bulls con la testa, y ahora, sentía un ímpetu que coqueteaba al borde de un ataque de euforia. El frenético Jurel del chico agarró a D.O.A por sorpresa, gritando cada vez que asestaba un golpe devastador o quitaba una vida. Su espectáculo pudo traer de nuevo la igualdad al marcador; 32 a 32.

Crizpy, sin su mejor jugadora, estaba en una situación complicada, en donde no estaba en posición de guardarse a sus mejores reservas, y con reluctancia, llamó a Barracuda, pilota de la más agresiva Irina que hay. Al caminar hacia su asiento, miró en dirección de la banca de Ghost Town, solo para regalarles la imagen de ella pasándose el pulgar por la garganta. El tren sin frenos llamado Kero Kero, sin embargo, no estaba dispuesto todavía a ceder, reclamando la primera vida de Elena, pero, con su siguiente vida, congeló al tren sobre sus rieles y luego, lo prendió con Keroseno. Marcador: 28 a 31.

Por su parte, Granada tampoco tardó en su deliberación de mandar a Collins a medirse contra el violento tornado en forma de niña, mas, salió nalgueado como niño malcriado, perdiendo todas sus vidas sin quitar una.

—¡De manera enfática, Barracuda aumenta la ventaja de Green Fiyah a siete vidas!

Al otro costado del escenario, Erick achinaba los ojos, y se tapaba la luz del sol con la palma, a la vez que le gritaba a Granada:

—Mae, sorry, creo que necesito anteojos. Es que busco y busco, y no veo su estrategia en ningún lado ¡Ay, no! ¡Ya la encontré! —exclamó, y con mucho profesionalismo, procedió a simular la eyección de un objeto en sus cuartos traseros.

Lupe enfureció con la ofensa, pero al voltear hacia su capitán para decirle que respondiera, vio que su rostro estaba completamente inexpresivo,. Él volteó hacia sus barracas y apuntó a Godot con el dedo, mandando al cristiano a pelear con el león del coliseo. La chica a su lado comentó sobre esto:

—Espero que logre ganarle.

—Recibí un puñetazo para que se metiera al equipo. Si no quita una vida como mínimo, pediré un reembolso —afirmó, frunciendo el ceño.

Como si hubiera escuchado, Godot logró quitar una vida, pero sus aportaciones no llegaron a más, y el marcador se seguía desbordando en contra de Granada, ahora 20 a 30, mientras los del otro lado seguían con sus mofas y grescas, y el líder aún permanecía impasible ante la situación, ante el desconcierto de la fleco de tubo. Sin titubear, mandó ahora a Cambodia, pero el resultado fue el mismo: Cuatro vidas al drenaje solo para poder sacar un insignificante stock de Barracuda, y ahora el partido estaba 16 a 29.

De una moderada ventaja al inicio, parecía que Ghost Town se estaba cayendo a pedazos, y la trigueña no podía ocultar lo frustrada que estaba al ver que el capitán no parecía importarle, pero fue aquí que entendió que había un plan, porque Granada se volteó hacia Alicia, y con voz poderosa, le habló:

—¡Hardy! Es hora de que el Deus Ex Machina entre en escena.

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Hardylune, o sea, Alicia, que había permanecido todo este rato absorbida en sus retazos dispersos y estrofas incompletas de su libreta, la cerró de inmediato, se levantó erguida, y con la mirada inerte, caminó hacia la tarima. Cuando pasó al costado de Granada, este le mencionó:

—Diviértete.

Lupe juntó las manos y cerró los ojos fuertemente, mandando cada buena vibra que tuviera hacia Hardy, pero para Granada, no era necesario, porque ya tenía un dios a su lado. La chica entró y con facilidad, enterró la última vida de Barracuda, acabando con su reinado del terror, no obstante, como muchas veces a lo largo de la historia, el ocaso de un déspota da paso al amanecer de otro.

Para ponerlos a corriente, el personaje de la poeta era arte, igual que ella, vivo y abstracto que no desentonaría en los portafolios de Dalí. "Madame Mimí! era, para sorpresa de nadie, una mimo francesa tan buena en su campo, que cada una de las "mímicas" que hacía terminaba haciéndose real; Si fingía que tenía una pared al frente, una barrera sólida e invisible se formaba donde descansaban sus manos, o si hacía como que cargaba un yunque gigantesco, mas vale no poner el pie debajo de este cuando ella lo dejaba caer. Era la absurdez cruda y concentrada, una que retorcía los cerebros de sus rivales y los desterraba a un laberinto no euclidiano del que jamás saldrían.

Crizpy mandó como respuesta a Diddy Bop; no logró nada, 16 a 24, y Ghost Town seguía en el juego. Erick tomó nota de esto, y mandó a Sky, un muy buen jugador de Bowie Aaron, un ermitaño arquero que se especializaba en combos de largo alcance, usando una amplia variedad de flechas mágicas. Sin embargo, sus esfuerzos fueron bloqueados; una flecha no podía llegar a su blanco en mundo sin inicio ni fin. Llamaron al siguiente, un tal Skiptrace, cuyo paso fue meramente testimonial, porque HardyLune lo agarró como trapo viejo y lo restregó contra el piso.

—¡Increíble, después de una ventaja de casi doce stocks, Ghost Town volvió a la paridad, con dieciséis vidas restantes para cada lado!

Ante este panorama, el lado de Erick y su pandilla se empezó a tomar la deliberación de su siguiente peleador bastante en serio, usando todo el tiempo disponible. Sin embargo, nada de esto tenía sentido para Lupe porque, si Alicia pudo haberse encargado de todos desde el principio, ¿por qué esperar tanto para llamarla? La niña no tardaría mucho en encontrar una respuesta en las palabras de Granada:

—¿Tienes miedo, Erick? ¿por qué no vienes tú y sacas a Hardy de una vez? ¿o es que no crees que puedas contra una niñita?

—¡Claro! ¡la única razón por la que planteó la crew battle así es porque quiere humillar a Erick! ¡este desgraciado lo hizo otra vez! —comprendió la chica morena con tan solo ver la jactanciosa sonrisa de su capitán.

Decidido a no caer en provocaciones, Erick mando a Meníto a desembarcar en Normandía, y este terminó acribillado antes de poner pie en la playa. Sin embargo, mientras Granada y su gente celebraban la ventaja conseguida, el chico de la voz grave pudo ver al límite de su visión periférica a su jugadora estrella, mandando su cara hacia el techo con un rostro pensativo, un rostro que ya había visto muchas veces antes y que sabía muy bien lo que significaba, así que, con pudor y desesperación le gritó:

—¡No, no, no, no, no! ¡todavía no, Alicia!

Chilló sin remedio, porque la pequeña enderezó la postura, y colocó su puño sobre la palma opuesta con determinación, cruzando el punto sin retorno. De la soul se acercó con el temor en la boca a jugar, esperando que la indescifrable literata de ojos verdes tachara su nombre como a los demás...puro temor infundado, porque ganó, y sin perder ni una vida, para variar.

—¿La eliminaron así nomás? ¡pero había estado imparable! —cuestionó la fleco de tubo, mientras que el muchacho bien vestido restregaba su cara contra la superficie bruna de la tarima.

Al mismo tiempo, HardyLune se acercó a ellos, y extrañamente, agradeció a Granada:

—Te lo agradezco, Gabriel, la epopeya fue una caterva de pasiones, zozobras y contradicciones. Fue romántica y desoladora, y una verdadera decantación de inspiración pura de la cual pude ser el receptáculo, en carne y hueso. Y ahora, igual que una madre pájaro, regurgitaré mis vivencias en forma de palabras sobre mi cuaderno. Verás que será un trabajo espectacular.

Lupe no dijo nada, solo le jaló la manga repetidamente a Granada, tratando de hacerlo escupir una respuesta. Él captó bien el mensaje:

—Veras, creo Alicia ve las peleas en Cosmos como historias autocontenidas de las cuales puede sacar poemas épicos, pero cuando cree que sus trabajos necesitan más "drama", simplemente deja de intentar ganar...—esclareció, con la palma tapándole la cara.

—¡¿E-eso significa que Alice solo pierde cuando quiere?! —expresó Lupe, boquiabierta.

—¿Tal vez...?

De la Soul tenía un mal récord contra Key, así que la respuesta de Granada fue rápida, y con gracia digna de pasarela en Milán, Bachelorette entró al campo. Su batalla fue sorprendentemente reñida, con De la Soul siendo el agresor la mayoría de las veces con su personaje, Itzamná, dios maya del sol y la luna, que además de su gran fuerza, tenía la capacidad de generar portales a voluntad, abriendo la puerta (Literalmente) a gran variedad de trucos.

Alejandra logró quitar cuatro vidas perdiendo tres, pero, su siguiente duelo sería más interesante:

—Estuvo muy buena tu pelea contra Soul, linda. Te voy a reservar para la próxima crew battle de una vez —le guiño Erick, como de costumbre.

—Es una lástima, justo me iba a retirar de estas carajadas al terminar esta, pero no te lo quería decir para que el shock de la noticia no te fuera a desconcentrar —declaró con sarcasmo.

—Linda, con solo tu recuerdo en mi mente, pierdo el control. Ni siquiera creo poder ganarte esta; mi corazón no me lo permitiría...

Inicio la pelea, Crizpy salió disparado hacia el frente con su Shin, y Ale...voló hacia el precipicio y perdió su última vida, acabando la pelea en tres segundos. Se levantó de su silla y le dijo:

—Si tu corazón te impide hacer cosas, ve con el cardiólogo, playboy.

8 a 8, y sería Granada quién tomaría el podio; general contra general, pero había alguien que no estaba de acuerdo:

—¡Yo también quiero jugar! —reclamó la fleco de tubo, pisando fuerte el sitio en donde estaba.

—No te pongas histérica, Lupe. Deberías sentirte extasiada que nuestro equipo es tan superior al otro que no tuvimos que usar toda nuestra fuerza para decimarlos.

—¡Pero no habré hecho nada para merecer ganar! —contestó indignada.

Lo siguiente agarró por sorpresa a todos, y fue cuando Gabriel puso su mano en el hombro de Lupe, para hablarle de corazón:

—Lupe, el equipo armaste vos. Si ganamos, la mayor responsable serás tú, y fue porque fuiste la primera que tuvo fe en esto, y...quiero demostrarte ahí afuera que no pusiste tu fe en vano.

La chiquilla estaba conmovida, pero no podía dejar ir la desilusión de no poder pelear junto a ellos. Al ver esto, el chico cerró sus párpados con fuerza, y de la oscuridad, brilló una idea:

—Si venzo a Crizpy... —se detuvo, y soltó una risilla antes de seguir— CUANDO venza a Crizpy, llevaré al siguiente jugador a su última vida, y tú le darás el golpe de gracia

—¡¿Solo podré quitar una vida?!

—La más importante, tú nos darás la victoria.

Ella cruzó los brazos, como cuando uno va sentado en bus a la hora pico, pero entendió que Gabriel realmente apreciaba su presencia ahí, y más importante aún, quería ganar junto a ella. Al final ella aceptó, y con una sonrisa porfiada, Granada saltó a la tarima, listo para pelear. 

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