Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 21

De inmediato miro a Arthuro y la verdad no entiendo por que me trajo a un orfanato pero solo me sonríe. Sin darme una explicación me toma de la mano entrelazando nuestros dedos y me lleva a la entrada principal. Una señora de unos 60 años más o menos nos espera con una sonrisa en la puerta.

—Hola hijo que bueno que viniste, los niños están impacientes.

—Hola ¿como esta?

—Bien hijo ¿quien es esta señorita tan preciosa?            —iba a agradecer el cumplido pero Arthuro con una bella sonrisa respondió por mi

—Ella es Elena es una gran amiga         — se sintió como una patada en el estómago la palabra "amiga" pero ¿que va a decir?¿que soy su novia? Hace una pausa volteo a verme y con sus penetrantes ojos cafés termina la frase con algo que no espero y que me remueve las entrañas               —es alguien muy, muy especial para mi.

—Debe ser una excelente chica cuando te refieres a ella de esa manera.            —Arthuro asinte y ella me extiende la mano.         —un gusto Elena, yo soy Gema, me alegra ver caras nuevas por aquí. Los niños se van a poner súper felices.

—El gusto es mio.           —contesto con una sonrisa

—Ya quiero verlos ¿podemos pasar?   

—Claro sabían que vendrían y los esperan

—Un momento regreso en diez segundos

Arthuro sale literalmente corriendo en dirección al auto y de inmediato está de regreso con unas diez bolsas en la mano. Llega a nosotras y me da todas la bolsas que tiene en una mano. Ya entiendo por que el auto.

—A los chicos le encantarán los regalos.                          —ahi comprendo algo de su plan: Orfanato, violín, regalos, niños

Pasamos a un salón muy grande e igual de antiguo que el resto de la construcción. Al cruzar el umbral de la puerta un grupito de niños de diferentes edades corre hacia nosotros, más bien, hacia Arthuro y de inmediato lo rodearon. La imagen era capaz de enternecer a cualquier persona, de hacer que el corazón más duro se ablande. Todos los niños decen "Tío AR" son una preciosidad.

No entiendo como existen personas que pueden abandonar a su suerte a estas criaturitas. Yo se que hay algunos que son huérfanos, pero hay otros que no son queridos o son maltratados por las personas que se supone que los deben amar y cuidar incondicionalmente.

La voz de Arthuro me saca de mis pensamientos.

—Niños ella es la "Tía Lena".                 —ese era el apodo que en ocasiones utilizaba Lucas. De un momento a otro toda la atención me la había robado yo.

—Hola niños.                  —me arrodillo para estar a su altura y estar más seca de sus rostros  inocentes                 —yo soy su nueva tía

—¡Que bien! ¡Tenemos otra tía!                 —todos me vienen a abrasar y por la inestabilidad de mi postura caigo con el cuerpo de los chicos enzima mio. Todos empezamos a reír como desquiciados. Luego de que las risas se van apagando los niños se levantan de enzima mio y Arthuro me extiende una mano para ayudarme a levantar. Tira de mi con tanta fuerza que mi rostro choca con su pecho. Apenas susurro un "gracias" de inmediato nos apartamos como si hubiéramos sufrido una descarga eléctrica.

Empezamos a repartir los regalos y de verdad me asombra, las cantidad de detalles que trajo a los niños y como cada uno venia predeterminado. Nada se compara con ver las caras de satisfacción y esas sonrisas.  Porque detalles como estos para ellos que no tienen nada en el mundo significa muchísimo.

—Te pedí que trajeras el violín porque no sabia si ibas a querer tocar.         —me derrito, es que no tengo palabras para describir el mar de emociones que estoy sintiendo en este momento.

—Me encantaría tocarles algo.            —un niño de unos 6 años con cachetes rellenos, ojos café y cabellera rubia empieza a alar la camisa a Arthuro para llamar su atención y ya cuando lo logra con voz suave le habla

—Tio Ar nos estábamos preguntando….       —hizo una pausa al parecer tenia pena de preguntar                  —¿vas a cantarnos hoy?

—Claro  y la tía Lena también

El pequeño nos toma de las manos y nos conduce a toda prisa a una esquina del salón. Ya me había percatado de la presencia de un piano de cola maltratado por los años. Arthuro se sienta y me hace un lado, el cual acepto de muy buena gana. He progresado, no mucho pero ahí vamos, alguito se tocar.
Arthuro comienza a tocar unas canciones infantiles en el antiguo piano y los niños lo ven con una admiración que se reflejaba claramente en sus ojos.

En el medio de una canción como si hubiera un resorte me paro de el lado de Arthuro y voy a buscar mi violín. En cuestiones de segundos ya estamos tocando en perfecta sincronía. Se siente una conexión tan especial a la hora de tocar que me perece increíble. Nunca habíamos tocado los dos instrumentos juntos. Por lo general deberíamos de descompaginar, pero solo hay perfección en cada una de las notas que tocábamos.

Cuando terminamos un silencio ensordecedor se apodero de la sala Arthuro y yo nos miramos y luego unos estrepitosos aplausos se hacen oír por todo el salón. No puedo evitar sonreír, la satisfacción que producen los aplausos es indescriptible aunque prácticamente no he echo nada.

Nuevamente tomo el violín y lo coloco en mi hombro y rosando con delicadeza mis dedos con las cuerdas, en la posición adecuada para que cuando el arco choque contra estas produzca el sonido que deseo. Empiezo a tocar, pero esta vez me mueve un sentimiento de felicidad es tan grande que me impulsa a tocar una melodía como si fuera una fiesta popular de algún pueblo. Los niños se ponen de pie y empiezan a bailar y mi satisfacción aumenta el doble, incluso yo bailo mientras toco mi violín. Se escuchan risas y aplausos al compás de la música.

[…]

Estamos en el auto con el motor apagado frente a nuestras casas. Por primera vez reina el silencio en todo el viaje, pero no es incomodo, transmite paz, una paz que siempre pensé que solo se podía tener en soledad, pero definitivamente no tienen punto de comparación. Me di cuenta de que no, solo es estar con la persona adecuada. Decido romper el silencio puede que a mi no me moleste pero a el si.

—Arthuro…

—Yo…                  —hablamos los dos al mismo tiempo y sin poder evitarlo soltamos una risita

—Dime tu primero.




Hola dulce criaturita no es mucho, lo se, pero algo es algo. Gracias por leerme.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro