Capitulo 2
ELENA POV
Ya casi llego a la entrada, los pasillos están desiertos y en información no hay nadie, ¡que extraño! Doblo la esquina para ir a los salones pero algo se pone en mi camino, algo que parece una pared. Todos mis libros terminaron en el suelo.
—Dios que patosa soy. —murmuro y me arrodillo a recoger todos los libros que estaban regados por todas partes.
—Disculpa fue mi culpa —siento que alguien se arrodilla y se pone a recoger el desastre echo.
—No en realidad es mi cul… —cuando levanto la vista no lo podo creer.
Enfrente de mi hay un chico con facciones marcadas, labios finos, nariz recta y elegante. A pesar de poseer semejante belleza, lo que más llama mi atención son sus ojos. Tiene unos ojos café con algunas lineas color mil, sus pobladas cejas adornan a la perfección esos sencillos ojos.
Empiezo a sentir el vapor que llena mis cachetes y mis orejas —no se por que no me puedo sonrrojar como todos los demás— para colmo el sonríe al ver mis mejillas y que sonrisa tan perfecta.
< Elena por dios centrare mira que vergüenza estas pasando, vete de aquí>
Termino de recoger los papeles y los libros y me pongo de pie lo más rápido posible. El también se incorpora y me extende lo que había recogido con una sonrisa iluminado su rostro.
—Muchas gracias y disculpa —susurro lo más bajo posible y con la vista al suelo.
—Disculpame tu a mi, no se como no te vida —me dice con voz coqueta.
Seguro es un playboy de esos arrogantes y creídos. Se creen que por ser perfectos físicamente pueden jugar con los sentimientos de los demás. Tengo que salir de aquí urgentemente. Me doy la vuelta para irme, cuando voy a un par de metros me habla de nuevo.
—Me puedes decir como llegar a clase. —apresuro el paso —al menos dime como te llamas.
Esta loco si cree que le voy a responder, no lo quiero ver más. No se por que me pongo tan nerviosa es un muchacho normal común y corriente.
<hay Elena claro que no es normal ¿no viste esos ojos? a espera, claro que los viste si te quedaste como idiotas mirándolo y esa sonrisa y esa espalda y esos músculo>
¡te quieres callar de una vez! no se porque tengo que tener que lidiar contigo
<por que soy tu conciencia claro>
[...]
Supongo que encontró el salón pero no con mi ayuda y no lo he visto en todo el día, mejor.
<a quien engañas, no has dejado de pensar en el todo el día, sabes que un poco más y te derrites como hielo en el desierto cuando viste esos ojos tan tan...>
necesito una forma de deshacerme de mi conciencia y buscarme una nueva, tu definitivamente no me ayudas
<¡que! ¿como que no te ayudo? Te ayudo a darte cuenta de la verdad te has pasado el día pensando en ese muchacho>
—Elena ¿estas con nosotros en clase?
—Si profesor.
—Genial pues ven a resolver el ejercicio. —resoplo para mis adentros. Esto no me puede estar pasando a mi.
—Profesor el hecho de que este en la clase no quiere decir que entienda lo sufísiente el ejercicio como para hacerlo en la pizarra.
Por todo el se salón escucha un "OHHH" y ahí es donde me doy cuenta de mi error. Siempre he sido la callada de la clase, la aplicada y justo digo esto delante del profesor más recto de toda la universidad.
—Señorita Elena esos no son modos de hablarle a tu profesor.
—Lo siento no pasara de nuevo —que vergüenza, la verdad no debí decir eso.
—Esta bien se la dejo pasar por que es una de mis mejores estudiante y esto nunca había sucedido. Pero que no se repita de nuevo o la mando a la dirección. ¡Entendido!
—Si profesor lo siento de nuevo.
El timbre suena anunciando que el largo y agotador día de clases había terminado.
[...]
Al fin en mi casa, al fin soledad y silencio
—unos ojos llegan a mi mente y muevo la cabeza para quitarme esa imagen—
—¡SERA POSIBLE! ¡DESAPARECE DE MI MENTE! —grito a la nada.
<definitivamente ya estas loca>
Me dice mi conciencia riéndose de forma divertida como si estuviera viendo una película de comedia. ¡Me tiene arta ella y el dueño de esos ojos y esa sonrisa! Ya le he cogido repugnancia y ni siquiera lo conozco. Lo que me hace falta es una buena ducha.
[...]
Luego de la larga ducha mi estomago empiezs a sonar. Bajo rápido a la cocina y tomo un vaso de un delicioso jugo de naranja. Amo sentir el sabor del jugo danzando en mi boca, simplemente lo amo.
Tomo la regadera para atender a mis helechos la lleno de agua de la pila y subo a mi balcón. Iba entrando al cuarto cuando sieno una melodía que proviene de la casa del frente —los nuevos vecinos ya los había olvidado— El sonido que llegaba a mi habitacion era una pieza tocada a piano. Esta era tocada con destreza y perfección.
<vamos Elena puedes cerrar de una bendita vez la boca>
Corro al balcón, no lo puedo creer, es maravilloso. Siempre he pensado que las manos que sean capaces de tocar un instrumento como el piano con semejante destreza, firmeza, pero sensibilidad, entrega, elegancia y pasión esa persona seria digna de todo mi respeto. ¿Quien lo estará tocando? Sea quien sea se nota que ama tocar y que lleva años haciendolo, tal vez lo haga hasta profesionalmente.
La idea de que uno de mis vecinos toque piano me pone de muy buen humor, parezco una niña pequeña que le acaban de regalar un dulce. Una sonrisa se me dibujo de inmediato en el rostro, esa sonrisa que me empeño en no mostrarle a nadie.
Después de casi una hora la música para y mi sonrisa se fue con ella, no se por que dejaron de tocarla.
<sera porque llevan una hora tocando>
Nadie salia de la casa donde vivían mis talentosos y nuevos vecinos.
El sonido de mi teléfono me saca de mís pensamientos y en la pantalla pone el nombre de "mamá" Contesto de inmediato.
—Hola
—Hola Elena ¿como estas?
—Muy bien mamá —aunque me este muriendo mi respuesta es siempre la misma —¿Como estas tu y papá?
—Nosotros bien, pero con muchísimo trabajo la expansión de la empresa aquí en Los Ángeles se a complicado un poco pero nada que con trabajo no se pueda resolver.
—¿Cuando regresan?
—No se Elena ya te dije esto se a complicado y nos tenemos que quedar más de lo previsto. ¿Como te va en el colegio? ¿Estas comiendo bien? ¿Te hace falta dinero?
—Me va bien en la universida, si estoy comiendo bien y no no me hace falta dinero. No es la primera vez que me quedo sola —se escucho un murmullo al otro lado de la linea pero no entiendo nada porque taparon él micrófono del teléfono
—Elena me tengo que ir aquí tengo muchísimo trabajo. Cuidate
—Chao
Odio cuando mi mamá me llama de sierta forma me deja un vacío.
Abro mi closer inmediatamente, la musica es una de las pocas cosas que calman mi angustia y esa sensación de que una mano exprime con fuerza mi corazón. Cuando lo abro, lo veo, ahí esta un estuche negro, lo tomo y lo pongo enzima del escritorio con delicadeza y quito los broches que lo mantienen cerrado. Ahí esta mi amigo, mi violín.
Desde los 6 años estoy tocando el violín y además de practicar diario con el lo saco cuando me siento fatal como ahora.
Mi vida ya es un circulo vicioso hago lo mismo todo el tiempo. Mi vida ha cambiado mucho desde que la empresa de mis padres dejó de ser una pequeña empresa, que nos daba más de lo que necesitábamos para vivir bien, a ser una súper empresa y empezar a extenderse por varios estados e incluso países. Desde ese entonces todo cambio y no para bien.
Tomo el violín y me pongo a tocarlo.
ARTHURO POV
—¿Mamá escuchas eso? —le grito a mi mamá desde la sala de estar
—¿Es un violín?¿De donde viene la música? —ella me responde con igual pero desde la cocina
—Si, es un violín y viene de la casa de en frente.
Me acerco a la ventana a ver si podía conocer a quien genera ese sonido que me transmite tanto sentimiento. Es como si el violín se estuviera lamentando de algo, como si fuera tocado con tristeza. Necesito saber quien lo toca.
Sin embargo por la ventana no se ve nada más que una silueta en la segunda planta. Es una joven pero esta de espalda a la ventana solo veo que tiene el cabello largo y veo como mueve sus manos con elegancia. Seria muy muy muy raro que le toque la puerta le diga —hola me llamo Arthuro te vi tocar por na ventana y me encantó lo que tocaste con el violín — ni loco, quedaría como un psicópata así que solo la voy a escuchar. Ya nos tendremos que conocer a fin y al cabo somos vecinos.
[...]
—Arthuro, ven hijo, ya hay que poner la mesa
—Ya voy mamá. —la música a parado hace un rato, sin embargo no me he podido mover de la ventana. Ya es hora de comer y no quiero que los demás esperen por mi, así que emprendo rumbo a la cocina. —dime que hago mamá.
—¿Me puedes ayudar a poner la mesa? —me pregunta mientras prepara una ensalada
—Claro —le tiro un beso y ella me sonríe. Me encanta ver a mi madre sonreirme.
[...]
Todos estamos comiendo, siempre lo hacemos juntos es una costumbre muy bonita
—Cuentanos hijo ¿como te fue en la escuela?
—Muy bien papá. Los profesores me parece que tiene muy buenos métodos de enseñanza podré adaptarme rapido y amigos creo que es muy pronto. —me llevo un bocado a la boca.
Lo admito soy un Nerd, me encanta estudiar. Se varios idiomas y me gusta la filosofía y todas las ciencias. Por ser como soy no la pase muy bien en la escuela pero eso nunca me detuvo.
—Y a ti cariño ¿como te fue? —le pregunta mi madre a mi padre
—Muy bien amor solo tengo que hacer unos ajustes a mi horario y arreglar unos asuntos de contabilidad de la empresa y ya esta.
Mi papá a decidido hacerse cargo del negocio familiar. Luego de muchos años de trabajo mi abuelo decidió descansar y mi papá como hijo mayor y más responsable se ha echo cargo de la empresa. Dejó de ser el bisepresidente a ser el jefe.
La cena se va en risas bromas anécdotas y después como de costumbres elegimos algo para hacer en familia. Todos concordamos en ver una película.
[...]
Ya va más de media película y mamá y papá están abrazados apoyando mamá la cabeza en el hombro de mi padre. Yo tengo al reguilete acostado en mis piernas, se ha quedado dormido en mis brazos y lo he tapado con una manta.
Cuando la película acaba lo llevo a su cuarto y lo acuesto dándole un beso de buenas noches.
Acostado llevo más de dos horas y a pesar de que estoy agotado, no concilio el sueño no dejo de pensar en esa chica, ese rostro tan bello lleno de inocencia y con un fugas deje de tristeza en su mirada ¿quien sera? No se a que hora me quede dormido pero fui víctima del cansancio y no me resistí quede rendido en un sueño profundo.
[...]
Al otro día por la mañana me meto al baño para darme una ducha matutina. Cuando salgo del baño envuelto en una toalla paso por delante del espejo y me detengo un momento. Intento identificar una sensación extraña que tengo en mi pecho, pero no se que es, ni por que la tengo, es como un vacío, como una nececidad de un no se que.
De un momento a otro mi cabeza es un verdadero lío así que salgo de en frente del espejo y decido que me hará bien escuchar una voz conocida. Asi que tomo mi móvil que estaba en la mesita de noche y busque en los contactos hasta que la pantalla pone el nombre de Lukitas.
Dos timbres y siento que contestan.
—Hola Lukitas ¿Como estas hermano?
—Que milagro, debe de haber pasado algo muy grave como para que me estés llamando.
—¿Que va a pasar? No pasa nada.
—Es que no habías dado señales de vida desde que te mudaste.
—Ya sabes es que con la mudanza no he tenido chance de nada. Lo siento.
—Esta bien Arthuro pero cuentame ¿Como te va?
—Bien la Uni esta bien y el lugar me gusta mucho.
—Imagino que ya tienes nuevos amigos siempre caes bien donde quiera que vas, eso es un don y lo sabes.
—Si lo quieres llamar así, pero sabes que escojo muy bien a mis amigos. No pienso remplazar a ninguno de ellos. A ti Lucas aunque quiera no hay quien te reemplace eres muy insufrible, melodramático, escandaloso.
—Ya, ya, ya lo pillo pero dejalo así. Te lo iba a decir después pero en vista de que me llamaste y te pusiste ahí todo en plan 100% cursi. —me dice con un claro tono de sarcasmo en su voz. —te mereses que te lo cuento. En el trabajo me dieron un ascenso.
—Que bueno Lucas.
—Si pero esa no es la gran noticia a que no sabes ¿para donde me mudo en unos días?
—No me digas, ¿de verdad por fin te vas para Alaska con los pingüinos? —suelto una carcajada riéndome de mi propio chiste, patético por cierto sonaba mejor en mi mente.
—JA JA JA que gracioso. —un poco más y no se nota el sarcasmo —ya hablando serio
—Yo siempre hablo serio.
—Estas hoy mijitico insoportable. —me grita por el teléfono en forma de obstinación se que lo estoy desesperando porque esa rara palabra solo la usa cuando ya esta a punto de colapsar.
—Por favor dime que vamos a ser vecinos, necesito a mi mejor amigo cerca.
—¡Oh Se! seremos vecinos, pero aclaración en forma de PD no es que te este siguiendo por la vida como si no hubiera nada que hacer, es que me ofrecieron un súper ascenso y una casa grandísima y la verdad no lo podía rechazar.
—Me alegro muchísimo por ti, tengo un amigo talentoso. Es que terminar los estudios antes que todos, tener un trabajo que te encanta y que te den un ascenso tan rápido. Esto muy orgulloso de ti hermanito.
—Gracias pero no se de que hablas si tu eres el mejor pianista que conozco y todos esos premios que dicen que eres el mejor el número uno. Ademas tienes una voz que no eres famoso por que no quieres.
—Ya para con eso —digo avergonzado —sabes que no me gusta eso de ser famoso y el piano y el canto es un pasatiempo.
—Bueno ya esta bien. Oye vas a llegar tarde a la universidad.
—Ya estoy listo, ya voy a salir en la moto —menos mal que me fui alistando mientras usaba el altavoz sino llegaría tardisimo —despuez te llamo.
—Esta bien. Ah oye una cosa más.
—Si dime.
—No hagas locuras. —hizo una pausa. —No sin mi —los dos empezamos a reír pues nos conocemos y sabemos que cuando estamos juntos somos una amenaza —esperame —agrega entre risas.
—Eres una mala influencia para mi y lo peor es que lo se y no hago nada para alejarme de ti eres un virus. Ah y deja de perseguirme —empesamos a reír de nevo.
—Bueno chao.
—Chao.
No me gusta llegar a la Universidad creo que es por la moto o que me ven cara de chico malo, pero prefiero ignorar las miradas y seguir así solo teniendo buenos conocidos —como los llamo yo — estoy concentrado en una sola cosa su sonrisa quiero verla de nuevo. En ese pensamiento se me va el día.
Hola oficialmente doy inicio a la historia de Elena y Arthuro espero traer mucho amor a ustedes y que me regresen una pequeña porción de ese amor.
Chaop
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