Capitulo 11
ELENA POV
Me acaba de dar un beso que me a dejado tonta. No se como lo hace y por que se aprovecha del eso.
Entro a la biblioteca todavía atónita
Empiezo a buscar unos libros muy importantes que necesito para hacer un trabajo que debo entregar el lunes.
[...]
Luego de una hora y media de buscar los 6 enormes libros que necesitaba y traerlos todo el camino llego a la casa.
—Hola, Chris ya llegué. —grito y mi voz viaja por toda la casa pero sin respuesta alguna así que supongo que no esta
Desbloqueo mi teléfono y le paso un mensaje en Whatsapp a Chris
Para: Jicoteo
<Primoooooooooooooo>
<¿donde estas?>
4:56pm
De: Jicoteo
<En casa de una amiga>
4:57pm
Para: Jicoteo
<Es que llegué a la casa y no te vi>
<Lucas nos invitó a una fiesta en su casa, pero si estas muy ocupado podemos cancelar>
5:00pm
Ojala cancele.
<a quien engañas claro que no quieres que cancele estas que te mueres por ir y ver a Arthuro>
Ya calla de una buena vez solo apareces para contradecirse y chivarme la existencia.
Mi móvil suena y me da miedo mirar
De: Jicoteo
<Prima ya sabia de la fiesta y si, vamos a ir, llego a tiempo para prepararme. Estoy en casa de Sara tu compañera en la Uni, la del café, ella también va a la fiesta Te quiero >
5:03pm
[...]
Son las 8:17 quedamos en llegar a la fiesta a las 9:00
Ya estoy lista, me puse unos jeans negros, igual que los tenis vans, con una blusa de de escote alto, bueno mas bien sin escote, ajustada al cuerpo, sin mangas y de color blanco, por ultimo una chaqueta de cuero negro. Me hice pequeñas hondas en el pelo, en los ojos solo me hice un delineado perfecto y mascarilla de pestaña y los labios los pinte de mi acostumbrado color carne mate, de alta duración.
No faltaba nada solo Chris lo llame hace 20 minutos y me dijo que en media hora estaba aquí, así que tardara unos 10 minutos en llegar.
Marco en el teléfono el número de mi madre.
Dos tonos
Tres tonos
Cinco tonos
—Hola
—Hola mamá, es Elena
—Dime hija ¿que pasó?
—No, no, no a pasado nada
—Elena no puedes llamar por gusto, tu padre y yo no estamos jugando estamos trabajando
—Pero es que…
—Pero es que nada. —me interrumpe y la rabia me inunda. —Uno se asusta y piensa que paso algo, aquí nosotros no tenemos tiempo para tonterías, ¿entendido? —no emito ni un sonido y ella da por sentado que entendí, cuando estoy aquí conteniendo las lágrimas y mi boca para no decirle cuatro verdades —Chao cuidate.
Así me cuelga la llamada y estoy a punto de desmoronarme cuando siento que Chris esta abriendo la puerta y por eso me contengo de llorar.
Chris entra al living y se da cuenta de que mis puños están muy apretados y mis ojos rojos pero sin señales de lágrimas.
—¿Estas bien?
—Claro. —le doy una de mis sonrisas fingidas más creíbles que tengo, he tenido años para practicarla, tantos que ya soy experta —si lo dices por mis ojos esos es que preparé una ensalada y pique cebolla.
—Esta bien, me voy a duchar si necesitas algo solo grita y bajo como si es envuelto en toalla —eso si me hace reir. El si se interesa de verdad por mi, no como mis padres, esta vez si sonrió de verdad. Estiro el puño al frente justo como lo hace supermen
—Entonces tu no serias supermen vendrias siendo más bien un toallamen —los dos reímos —ya toallamen ve a bañarte y vestirte que ya yo estoy lista —el me da un beso en la frente y sube.
Cuando baja me mira de arriba abajo ya bañado y listo, me mira de arriba a bajo, ahora es que se percata de mi conjunto.
—No puedes irte así. —me decreta de momento
—¿Por que? ¿Me queda mal?
—No, ese es el problema, te queda demasiado bien y en ves de ir a disfrutar me la pasare espantando a los chicos que se te acerquen.
—Hay fainito, entonces tu tampoco puedes ir vestido así ese azul marino te queda de maravilla te resalta el buen año en el extragero y esos jeans te queda bello, tendré que ponerte un cartel que diga "tengo una prima MUY celosa"
Los dos nos fuimos en taxi por si acaso el compañerito bebía. Llegamos y de lejos se veía mucha gente, es una casa grande pensé que era un departamento y que era una reunión pequeña. Nada que ver lo que me imagine, a lo que veo. La música electrónica se escucha desde lejos y apenas se entra se siente olor a alcohol y sudor mezclado, más el ruido ensordecedor.Chris miraba a Sara a lo lejos.
—Voy a la barra a tomar algo luego nos vemos
—Esta bien, que te diviertas
Fui directo a la barra pedí un trago suave pero el barman creo que no me entendió y me puso uno de los tragos mas fuertes que había probado nunca. Me quemó la garganta y calló como bomba en mi estomago, el efecto me salio rápido. No era tan malo, te dejaba un dulce en la garganta luego de quemarla era como mis padres, daban la sensación de que hacían bien con sus viajes de negocios cuando en realidad era como la quemadura en la garganta o la pésima resaca del otro día.
—Pon otro igual. —le pido al barman y este obedece. Me lo tomo de un solo golpe y esta vez arde menos, con el tiempo uno se acostumbra al ardor y no hablo del de garganta.
Así me tomo 2 más ya van 4
Siento una mano en mi espalda y cuando volteo veo a Raquel con su novio. Son majos los dos, me caen super bien.
—Hola Elena, que bueno que viniste —me saludan los dos al mismo tiempo
—Hola chicos que bueno verlos
—Arthuro te estaba buscando —comenta el hermano de Sara señalando la parte de atrás de la casa
—A pos si lo ven diganle que estoy en la barra
Ellos asintieron y se fuero no sin antes desirme que luego nos veíamos.
Cuando estoy sola miro al chico detrás de la barra
—Pon uno igual pero doble bien cargado
—Segura
—Por supuesto
El chico los pone dudoso. Me lo tomo de dos trago
—Repitemelo. —a regañadientes lo hace.
Lo empiezo a tomar, voy por la mitad cuando miro al barman
—Sabes cual es el problema —miro al chico rubio detrás de la barra, él pobre que no tiene culpa de nada. —el problema es que me subestiman —no me refiero solo al alcohol sino por todo, sigo hablando. —por ejemplo yo aquí donde tu me ves, aquí puedo seguir tomando que no estoy ni siquiera mareada . —y eso es una enorme mentira tengo tremenda borrachera —me pones otro más
—Creo que has tomado demasiado
—No creas nada, pon-ponme otro doble. —cuando me lo pone lo desaparezco de un solo trago y me tambaleo hacia el frente pero unas manos me sujetan la cara para que no choque con la fria barra
—¡Dios santo! —reconozco esa voz, es el, mi príncipe verde
ARTHURO POV
Los chicos me dijeron que Elena estaba en la barra así que fui a buscarla pero Lucas me pidió que lo ayudara a subir unas sillas del sótano. Resulta que mientras yo estaba sacando unas la puerta se cerro y quedé atrapado una media o cuarenta y cinco minutos.
Cuando salí fui directos la barra, de lejos se notaba el nivel de embriaguez de Elena. Iba a meter su cabeza contra la barra cuando le sujete las mejillas.
—¡Dios santo! —fue lo único que me salio al ver a Elena así, ella me sonríe.
Dos opciones, una o tiene muy pero muy mal tomar o dos, se a tomado toda las bebidas que Lucas compro y en realidad creo que es la primera pero por las dudas pregunto al barman.
—¿Cuantos se tomó? —el chico alzó las cejas y me miro muy serio
—Mira hermano, esa chica bebio más de las que tu o yo aguantariamos, en verdad nunca había visto en mis seis años de barman a una mujer tomar así, toma como albañil que acaba de cobrar.
—Gracias por vigilarla —le digo al muchacho. —creo que se acabó la fiesta para nosotros. —esta vez se lo digo a Elena.
La tomo de la cintura para ayudarla a levantar y la llevo dando pasos torpes de su parte. Al bajar el ultimo escalón de la casa tropieza y casi cae, pero aprieto mi agarre a su pequeña cintura y la pego en mi pecho.
Mi corazón se dispara, parece que se quiere salir del pecho, al tenerla tan cerca es inevitale que me pase eso. Pone sus manos en mi pecho y levanta la mirada encontrándose con la mía, sus ojos estaban cristalizados a punto de desbordarse. Agacho mi cabeza para acercarme a su oído.
—¿Que pasa chiquita? —le susurré lo más suave posible y ahí es cuando se desmoronó en mis brazos la apreté en mi pecho la abrase y pase mi mano delicadamente por su lacio pelo. —¿Que pasa? Cuentame. —me desespera no saber que hacer para calmarla. Me mira con los ojos totalmente rojos.
—¿Me puedes sacar de aquí? —me pide casi en forma de suplica
—Esperame aquí sentada le voy a decir a tu primo. —la senté en el escalón y me acerqué a la puerta y lo vi con Sara cuando mira en mi dirección le hice una seña de que venga y eso hace
—¿Que pasa? —me dice cuando llega a mi lado
—Elena esta muy muy borracha y me dijo que la sacara de aquí
—¿Elena borracha? —me interrumpe y yo asiento —¿Como es posible? si ni yo me le pego tomando y seguro estoy que tu tampoco.
—Eso me dijo el barman, tu tranquilo yo la cuido espero que se le baje un poco el alcohol y la llevo a su casa sana y salva, tu sigue disfrutando con Sara —le codeo y le guiño un ojo, el suelta una risita nerviosa que me confirma lo que me imaginé, esta coladito por Sara
—Bueno cuida a mi prima con tu vida, si le pasa algo estas muerto.
—Esta demás decirlo
Voy para la entrada y esta Elena en la misma posición en la que la deje, me siento a su lado.
—Hola —la saludo y voltea a verme
—Hola lindo. —dice arrastrando cada letra, no puedo evitar sonreirle
—¿Nos vamos?
—¿A donde?
—Bueno en mi moto por el momento no nos podemos ir y tu carro esta roto
—Ujum.
—Vamos a sentarnos un rato en el parquecito que esta a una cuadra de aquí hasta que te puedas ir en la moto ¿te parece?
—Cla-claro —se paro de golpe del escalón y en el primer paso cayo sentada en mis piernas. Empezó a reír como borracha que estaba. —lo-lo siento.
—Tranquila. —la paré suave de mi regazo y fui caminando a su lado mientras ella tomaba mi cuerpo como base solida para no perder el equilibrio.
Llegamos al pequeño parque y Elena seguía dependiendo de mi un 80% para mantenerse en pie pero no me quejo, me encanta de echo, tener su cuerpo recabado al mio es sumamente placentero, si no estuviera ebria seria perfecto. Nos sentamos y ella estaba mirando el cielo, una noche preciosa por cierto.
—¿Por que llorabas antes? —baja la mirada para toparse con mis ojos
—No es nada
—Elena no creo que "nada" te ponga así de mal
—Es que antes de venir… —hace una pausa, se nota que le cuesta hablar del tema —hay un dicho que dice: "las cosas lastiman cuando te importa quien las hacen" y no hay nada más verdaderio, sabes, muchas veces la actitud de otras personas te cambia —estaba dando gritos no podía ni articular bien sus palabras —aunque tu no quieras y ¿que pasa si ya no me quedan fuerzas para salir de ese hoyo en el que mis padres me han enterrado? y ¡quiero cambiar! de verdad que quiero ser como era antes. —se le escapaban lágrimas involuntariamente, sus mejillas están llenas de etas y me parte el pecho ver la realidad de como se siente, de todo el dolor que reprime. Seco sus lágrimas con mis dedos, ahueco su rostro y le sonrío.
—¿Y si te ayudo? Dejame ayudarte, a enseñarte, quiero que aprendas a ser feliz ¿me dejas? —me mira con ojos soñadores y con rastros de esperanza.
Como respuesta recibí, los brazos de Elena abrazando mi cintura y su cabeza pegada en mi pecho. La abracé correspondiéndole y acaricié sus largos cabellos. No se cuanto tiempo estuvimos así, pero estoy seguro de que eso era lo que Elena necesitaba.
Nos quedamos conversando y fue muy notorio el cambio en Elena, su confianza fue creciendo, su borrachera pasando y su felicidad naciendo. En diversas ocasiones sonrió y solo con eso me siento feliz.
Descubrí muchas cosas de ella, me habló de su vida, aficiones, hasta de su amplio gusto musical, escucha incluso rock, una lección de no guiarnos por estereotipos. Aprendí mucho de ella esa noche y cada vez me gusta más, me gusta hablar con ella, lo que siento en estos momentos es algo nuevo, una sensación que nunca había sentido.
Yo también le conté de mi le conté de como era mi vida antes de mudarme, los pro y los contra de esta acción pero claro esta no le hable de el mayor beneficio que fue conocerla. El tiempo pasó y ni siguiera lo sentimos.
—Debería llevarte a casa, no quiero que Chris me mate.
—Tranquilo el es inofensivo, es mas rollo que película —los dos reímos, esta noche la hemos pasado mejor que en la mismísima fiesta
—Bueno vamos a recoger la moto esta en casa de Lucas
—Esta bien —llegamos a la casa de Lucas y aun se escuchaba la musica desde fuera. saque la moto del parqueo y Elena me esperaba en la calle.
—Si te dan miedo las motos me lo puedes decir y pedimos un taxi
—La verdad. —hace una pausa y soba su nuca con su mano y veo esfumarse la idea de llevar a Elena abrazada a mi —es algo que pocos saben cuando digo pocos somos dos y ahora contigo tres.
—¿De que se trata?
—Es que me gustan muchísimo las motos. Hace 6 años Chris me enseñó a montar y amo manejar motos. Si mis padres lo supieran les daría un infarto, por eso solo Chris lo sabe y el me la prestaba de vez en cuando para dar unas vueltas. Pero eso hace mucho paso al olvido. —estoy en shock, de nuevo los estereotipos me juegan mala pasadas con ella
—E-eso es, genial. —digo de corazón —tendrás que darme un día una vuelta a ver que tal se te da el volante —le extiendo el casco
—Claro. —dice poniéndose el casco integral. A dado un cambio tan grande en parece otra Elena, o tal vez solo me esta empezando a mostrar como es ella en realidad y esta forma de ser de ella solo reafirma lo que estoy empezando a sentir. Como dijo se nota que a montado mucho en moto porque sube con una facilidad increíble a pesar del tamaño y la tosquedad de mi transporte
—Te recomiendo que te sujetes muy fuerte
—Vale. —pasó sus manos por debajo de la chaqueta abrazando mi cintura y apoyando su mejilla en mi espalda
—Al final no se donde vives.
—Sigue recto, te voy diciendo —puse en marcha el motor de la moto siguiendo las instrucciones de Elena.
Íbamos por la calle que esta mi casa y por un momento pensé que quería ir a mi casa pero eso es imposible por varias razones como por ejemplo: Elena no sabe donde vivo o al menos eso creo otra, no iría con migo a mi casa ni estando igual de borracha que hace unas horas. Así que solo me queda una opción y es que tengamos que pasar por ahí para ir a su casa.
A unos metros del frente de mi casa me pide que pare y no entiendo ¿sabe que vivo aquí?
—¿Puedes parar aquí? —me señala la casa que queda al frente de la mía
—¿Aqui?
—Si —estaciono y nos bajamos
—¿Esta es tu casa? —no puede ser, esta no puede ser su casa, lo supiera si fuera así
—Si ¿porque? ¿esta tan fea? —no podía más con el asombro y era claro en mi cara, no entiendo como pude ser tan tonto y no darme cuenta. Ahora todo tiene sentido ya entiendo porque su forma de tocar el violín era tan familiar ella es la chica que toca en la ventana como no me di cuenta ¡Dios! Es que estoy siego o que.
<tiempo vas a tener para recriminarte pero Elena esta esperando una explicación a tu reacción hasta ahora piensa que la casa esta fea, ni se imagina>
—No, no es nada de eso
—¿Entonces?
—Nada importante
—Vale si tu lo dices. Muchas gracias por todo, lamento que te perdieras la fiesta por mi irresponsabilidad
—Tranquila no tienes nada que agradecerme y me gusto más pasar tiempo contigo que la misma fiesta, además a cualquiera le pasa lo que te paso hoy.
—Siento mucho haberme desahogado contigo.
—No sabes cuanto me alegra que confiaras en mi y te voy a ayudar, veras que en poco tiempo seras como antes. Yo me voy a encargar de eso...
Sin pensarlo dos veces la envuelvo en un cálido abrazo y siento su musculos tensarces bajo mis brazos cuando pienso que se va a separar incomoda me responde con fuerza, como si buscara un lugar seguro y en calma y mi pecho fuera ese lugar. Mi corazón va a mil por segundo, pero no me importa que ella lo escuche, quiero que lo haga, quiero que vea lo que causa en mi.
Lentamente se va apartando, sujeto sus mejillas y achico la distancia dejando un beso en su frente, ella como de costumbre se sonroja. —ahora ve y descansa
—Buenas noches que descanses y gracias —solo me fui cuando la vi desaparecer tras su puerta verificando que ya estaba sana y salva.
Fui de inmediato a mi casa, abrí la puerta sin hacer ruido no quiero despertar a nadie. Subo a mi cuarto y me doy una ducha de agua muy caliente. No quiero desprenderme del olor del perfume de Elena que quedo en mi ropa pero de verdad nececito un baño, cuando acabo me desplomo en la cama.
No puedo con la emoción, fue un día demacido intenso, no puedo pegar un ojo a pesar de que son las 2:26 am. No dejo de pensar en que pasara a partir de ahora como me va a tratar, tengo que empezar por ser su amigo.
<estas coladito por ella admitelo>
es vedad, nunca había sentido esto por nadie y eso que es algo reciente
<y ¿con Claudia?>
lo que sentí por Claudia fue fuerte tanto que quería vivir con ella para siempre pero ella lo destruyó todo y me hizo ver que en verdad no la amaba tanto como pensaba. Era un pequeño, ya he crecido y madurado, veo las cosas muy distintas se puede decir que soy otro y Claudia forma parte del "yo" del pasado.
Agito mi cabeza espantando mis pensamientos
—¡DIOS! ¿Quien en su sano juicio tiene este tipo de platicas con sigo mismo?
Tomo el teléfono y marco.
—Vamos Lucas contesta el teléfono— susurro a mi móvil
Cuatro tonos
—¿QUE RAYOS HACES LLAMANDO A LAS... 4:37 DE LA MADRUGADA?¿ACASO ESTAS COMPLETAMENTE LOCO?¿QUE TE PASA DEMENTE?¡DEJA A LOS DEMAS DORMIR! —me grita tanto que tengo que separ el móvil de mi oído
—¿Ya terminaste?
—Si quieres te sigo insultando
—Bueno estas mejor que yo. Yo no he podido pegar un ojo
—¿Que pasa? —dice ya mas calmado
—Me lleve anoche a Elena de tu fiesta mas borracha que una uva
—Si eso ya lo se
—Lo que no te imaginas lo que paso
—¿SE BESARON? —grito de nuevo, que mala maña de escandaloso que tiene. Me da gracia de sierta forma lo que dice porque si yo la hubiera intentado besar tendría un hermoso tatuaje de sus 5 dedos en mi cara
—Estas loco Elena ni con toda la borrachera del mundo se dejaría bese de mi
—¿En tonces?
—Paso algo que ni en mis sueños más locos me llegaría a imaginar
—¡HABLA DE UNA VEZ JODER TIENES A UNO CON LA INTRIGA AQUI A LAS 5 DE LA MAÑANA! ¡ACABA DE HABLAR!
—Somos vecinos. —suelto de golpe y solo recibo silencio, aquel todavía esta dormido por eso tarda mas en procesar la información
—¿QUE? NO ENTIENDO ¿COMO QUE VECINOS? —y como no, para variar grita
—¿Quieres callarte? No grites ya te lo cuento pero callate
—Si, si, si pero habla
—Bueno después de que nos pasamos horas hablando, le dije para llevarla a su casa en la moto y ella me fue indicando. Cuando me dijo que parara en la casa que queda justo al frente de la mía me quede en shock
—JO-DER, es que no te lo creo, Arthuro tío esto es muy fuerte.
—Si, como no me di cuenta antes
—¿Ella lo sabe?
—No, ella ni idea, tengo que pensar muy bien como hacer las cosas, aunque la verdad, hasta el momento no se que voy a hacer. Me he pasado horas y horas pensando y no se me ocurre nada.
—Bueno yo voy a pensar en algo, pero ahora no creo que mi cabeza genere apenas son las 5 de la mañana
—Lo se es que no podía dormir
—Si, yo se pero acuerdate que en mi casa había gente hasta hace apenas unas dos horas y estoy que me caigo del sueño
—Lo se, por algo eres mi mejor amigo
—Si, si, si no me rindas
—Vale te dejo dormir
—Arthuro, te sacaste la lotería
—Si, verdad. —no pude evitar sonreir. —ya descansa
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