Extra VI: Mi mundo, mi sueño
No permití que mi corazón se abriera de ninguna manera que se considerara razonable para cualquier otra persona...pero cada vez que estoy a tu alrededor, me afectas y sorprendes de formas inesperadas. Disfruto tu compañía. Digo todo esto con el conocimiento de que no vas a creer una palabra porque te engañé.
(Sire, Jex Lane)
‹‹Asmodeus y Sofía Bane tenían demasiado poder, demasiados conocidos en el mundo de las Letras.
Ellos querían que su hijo se casara con Sibel, hija de sus mejores amigos, para mantener su posición y la amistad entre ellos.
Además que realmente no les gustaba que su hijo fuera orgullosamente bisexual. "Nos haces quedar mal", le dijo muchas veces Asmodeus.
Tal vez Magnus habría aceptado si no fuera porque un día su avioncito de papel golpeó a cierto ojiazul que cambió su mundo, si no hubieran tenido que luchar por su amor para saber que era real.
‹‹Yo también te amo. Sé que han sido difíciles estos años, pero no por eso me arrepiento. Desde aquel día, en ese salón de la sección 27, supe que eras para mí, había algo en ti, en el brillo de tus ojos cuando volteaste molesto a reñirme por golpearte con un avión de papel, cuando tus labios formaron una pequeña sonrisa de disculpa, y tu voz hizo vibrar algo en mi interior. Cuando, a partir de ese día, comencé a escribir una historia que, si me dejas, terminaré de escribir el día que muera. Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, Alexander Lightwood. Si tú quieres...››
Tal vez si no se hubiera enamorado a tal grado de prometer, con el corazón en la mano, aquello que en Guanajuato se dijeron, con un poco de alcohol y un mucho de amor en la sangre. "Quiero una vida contigo", le había confirmado Alec cuando él le dijo que, aunque eran jóvenes, estaba seguro que era su persona definitiva.
Tal vez si Alec no existiera en su vida, Magnus habría aceptado hacer felices a sus padres, y ser pareja de Sibel. Pero, afortunadamente, Alec existía y sus caminos se cruzaron.
"Dejaremos de darte dinero", había amenazado Asmodeus.
Magnus se había reído, "Si conocieras un poco a tu hijo, sólo un poco, sabrías la importancia que lo material y el dinero tienen para mí. Si sólo me conocieras..."
"Ya no podrás comprar tus libros", Sofía había hecho un gesto despectivo, ella no entendía esa manera de vivir leyendo, "no podrás seguir estudiando en tu amada Letras".
Magnus había hecho una mueca. ¿Lo creían inútil? "Buscaré trabajo, me pagaré yo mismo la Universidad, y lo que haga falta".
"¿Y dónde vas a vivir?"
Magnus casi había sonreído, al recordar la casa en la que vivirían juntos. Con Alexander, estuvo a punto de responder, con el amor de mi vida. "Ya veré, yo puedo solo, no porque siempre haya vivido entre lujos y riqueza significa que lo pedí o que los necesito".
"Está bien. No podrás seguir estudiando porque nos encargáremos de que no seas aceptado en ninguna Universidad, que seas echado de Letras. Que si un día quieres ser alguien en el mundo de eso que amas, así seas el mejor escribiendo, no te sea posible".
Los ojos de Magnus habían ardido por las lágrimas, sus dientes rechinaron.
"Sólo tienes que dejar a ese...chico, Magnus", ni siquiera dijeron su nombre, "¡Es un hombre, por dios, y no está a tu nivel!".
"No voy a dejar a Alexander nunca. Tal vez ustedes no lo entienden, es evidente que lo que los une no es el amor, que entre ustedes no hay esa chispa que se enciende sólo al mirar los ojos del otro, al sentir su piel, ver su sonrisa, que antes de dormir lo único que quieres es tenerlo a tu lado y aferrarte a él, imaginar una vida juntos, y saberla posible mientras lo abrazas..."
Asmodeus había hecho un sonido desagradable.
"Tal vez no todos tenemos la oportunidad de amar. De conocer el amor. Pero yo la tuve y no voy a perderlo por dinero, por una posición económica, ni siquiera por mis sueños. Dolerá no escribir más que para mí, dolerá dejar las Letras, pero estoy dispuesto...por él. Por mi Alexander daría incluso mi vida, ¿creen que no sacrificaría aquello que más quiero?"
Por un tiempo, al ver su convicción, lo dejaron en paz, disfrutar la ilusión de un mundo perfecto, la ilusión de haberles ganado, de que podía tenerlo todo sólo por amor.
Pero un día Sofía se dio cuenta de su error, al recordar las palabras de su hijo: "Aquello que más quiero". Y es que aunque Magnus amaba las letras y su sueño era escribir, lo que más quería, su debilidad, era aquel pobre ojiazul.
Cuando obligaron a Magnus a ser amigo de Sibel y casi su tutor mientras estudiaba en Letras, él no había mentido a Alec, Sibel sería sólo, como mucho, su amiga.
Pero luego el chantaje llegó: "Magnus, queremos hablar contigo. Sibel está muy enferma, no hay cura, queremos que cumplas sus sueños, se lo prometimos a tus padrinos, a sus padres".
Magnus negó. Si era verdad eso, lo sentía mucho por Sibel, pero nadie merece un amor fingido y él no iba a hacerlo.
"No es una pregunta, Magnus. Y antes de que digas nada, no vamos a quitarte dinero o la Universidad o a cerrarte las puertas de tu mundo. Ya vimos lo que es tu prioridad. Y a eso vamos. Hemos investigado, y tu Alexander, el chico Lightwood, parece tener futuro en el mundo de las Letras, tiene talento, es inteligente. Y si tú eres inteligente, verás lo egoísta que sería desperdiciarlo sólo por no estar con alguien como Sibel unos cuantos meses."
Magnus se había sentido vacío de repente. Estaba dispuesto a escribir sólo para él, sabía el poder de sus padres, poder internacional, sabía que podían realmente cerrarle el mundo. Y no le importaba, no su mundo, pero... ¿El de Alec?
"Sólo unos meses, Magnus. Haz feliz a Sibel unos meses o desdichado a tu novio toda su vida. Y antes de que pienses en contarle esto a tu chico, no querrás que sus padres se queden sin empleo, o algo le ocurra a uno de sus seres queridos. Imagínate sus bellos ojos azules rebosantes de lágrimas y su corazón de odio...por ti, hacia ti. Por tu culpa, porque fuiste egoísta y no supiste sacrificarte."››
En este punto, he perdido el control de mi cuerpo, sólo Alexander me sostiene, como siempre lo ha hecho, las lágrimas ya no me dejan ver y mis palabras apenas se entienden.
—No sabes cómo dolió fingir que era feliz, mirarte de lejos, tomar su mano, ver el dolor en tus ojos. No sabes cómo me desgarró ser un espectador en momentos importantes para ti, momentos que debería haber vivido a tu lado.
Alexander no dice nada.
—Tal vez no merezco tu perdón. Permití que rompieran lo nuestro, pero era por tu bien, por el de los tuyos, tu familia, tu futuro... No me casé con Sibel, cuando descubrí la verdad, ella nunca estuvo enferma y en realidad no sabía del trato entre nuestros padres, ella...sólo fue feliz pensando que había logrado enredarme, lo que siempre quiso. Rompí el trato con mis padres, prometí hacer un escándalo si te pasaba algo o truncaban tu futuro, tus sueños. Dejé una carta lista por si algo me pasaba a mí. Sólo eso los hizo dejarme ir. Me gradué de Letras, conseguí mi título también yo, y, aunque fue difícil, conseguí un lugar donde empezar este sueño, uno que me regresó hasta ti y me dio la oportunidad de este momento. De pedirte que, si no quieres nunca más estar conmigo, al menos me perdones, que me digas que me entiendes.
Alexander parece reaccionar por fin. Me deja contra la pared. Sus ojos enrojecidos, llenos de lágrimas como los míos, sus mejillas manchadas, sus labios hinchados y maltratados por haberlos mordido mientras yo hablaba sin que él me interrumpiera.
Una de sus manos queda a un lado de mi cabeza, la otra acaricia mi mejilla, limpia las lágrimas mientras las suyas siguen fluyendo, sonríe antes de acercarse y rozar sus labios con los míos.
Mi corazón se rompe. Porque, a pesar de todo, lo conozco mejor que a mí mismo y sé lo que este beso significa.
—Gracias. Gracias por amarme, Magnus, por dejarme amarte. Gracias por sacrificarte por mí. Gracias por no dejarme decidir sobre mi vida, por no saber que yo también habría sacrificado mi sueño, nuestro sueño, por nuestro amor. Gracias por salvar mi mundo, por no darte cuenta que mi mundo eras tú.
Eras.
Sus manos recorren mi rostro una vez más antes de que recoja sus cosas y lo vea avanzar, tal vez una última vez, por los pasillos que lo vieron venir tantas veces.
"No quiero el mundo. Te quiero a ti."
* * *
Hola 🙆, ¿se esperaban eso? 😭 ¿todavía siguen sin querer que vuelvan a estar juntos?
Subiré el último extra ahora mismo y daré el aviso por fin 🙌❤
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