Capítulo 1 | 𝗡𝘂𝗲𝘃𝗮 𝗩𝗲𝗿𝘀𝗶𝗼́𝗻
Capítulo 1
Todo comenzó un 2 de diciembre.
La biblioteca de la pequeña ciudad donde vivía solía ser uno de mis lugares favoritos. Allí encontraba la paz y la tranquilidad necesaria para sumergirme en el mundo de los libros. Aunque el frío del invierno se hacía sentir, eso no me impedía acudir a mi refugio literario.
Hoy llevaba un vestido blanco con mangas largas, de cintura alta y falda larga, la cual me protegía del frío. En mi bolso beige llevaba los libros que había pedido prestado la semana pasada; había leído la bilogía "El traslado" y quedé encantada.
Mientras caminaba, pensaba en el nuevo libro que pediría. Karen, la señora que atendía la biblioteca. Era mi amiga, solía confiarme algunos libros por más tiempo.
Al entrar, escuché el suave crujir de mis pasos sobre el suelo de madera y sentí el característico olor a libros viejos. Saludé a Karen, quien me había cuidado en varias ocasiones cuando era pequeña.
—Siempre tan linda y responsable —me sonrió mientras le entregaba los dos libros—. ¿Pasarás a buscar otro?
—Gracias por decirlo —respondí con una sonrisa—. Sí, pienso buscar algunos de romance.
Después de hablar con Karen, caminé por los pasillos hasta la sección de romance, que conocía perfectamente. Definitivamente, era una amante del romance y la pasión.
Al acercarme a una de las estanterías, observé desde lejos a un chico concentrado en buscar un libro. Parecía tener mi edad, aunque su estatura decía lo contrario.
Una chispa de curiosidad se encendió en mí al verlo allí; visitaba la biblioteca desde los once años y nunca lo había visto. Sin pensarlo dos veces, me acerqué tímidamente.
—Hola —logré pronunciar.
Mis palabras provocaron que el chico me mirara perplejo. Se acomodó los lentes y me sonrió.
—Hola, ¿necesitas ayuda? —preguntó, aún sonriendo.
—No, en realidad solo me acercaba para conversar un poco —contesté, observándolo —. Te vi muy concentrado en la sección de romance; es una de mis favoritas.
El chico tenía el cabello y los ojos de un tono castaño oscuro, y su piel era clara. Era más alto que yo, llevaba un abrigo grueso de color oscuro y pantalones negros.
—Bueno, es un gusto —dijo y alcanzó un libro en la parte más alta de la estantería—. Pensaba leerme este.
Me mostró la portada y leí el título: "La hipótesis del amor" de Ali Hazelwood. Nunca había leído nada de aquella autora.
—Se ve interesante.
Aunque no solía juzgar los libros por su portada, la belleza de esta y su título me hicieron desear saber más sobre su contenido.
—Si quieres, podríamos comenzar un reto de lectura con este libro —sugirió, sonriendo. Yo asentí con alegría.
Alcanzó otro libro y me lo extendió. Le di las gracias y nos dirigimos a una de las mesas para sentarnos juntos.
—¿Ya lo leerás? —preguntó al notar que hojeaba las páginas.
—No lo sé, siempre que vengo suelo leer historias cortas aquí en la biblioteca y luego pido a Karen un libro para llevar a casa —respondí y él colocó su libro sobre la mesa.
—¿Qué géneros son tus favoritos? —preguntó.
—Romance principalmente —respondí—, pero también me gusta mucho la fantasía y el misterio. ¿Y a ti?
—Parece que compartimos el mismo gusto por el romance y el misterio. En cuanto a la fantasía, es mi género favorito.
—Eso es súper interesante —comenté entusiasmada—. Yo amo la fantasía y la ciencia ficción.
—Lo curioso es que tenemos gustos literarios similares.
—¿Tienes algún autor o autora favorita? —pregunté, tratando de mantener la conversación, que me estaba pareciendo muy especial.
—Difícil de decir, pero me gustan mucho los libros de Holly Black —respondió al instante.
—También es una de mis favoritas. Aunque, Elise Kova tiene los mejores libros de fantasía.
—Sí, de ella leí, Un baile con el príncipe de los Fae.
—Es mi libro favorito —dije entusiasmada—. Bueno, uno de ellos.
—Tampoco tengo uno favorito en particular.
Sonreímos y nos miramos un instante en silencio. Su sonrisa era encantadora, y sus hoyuelos hacían que se viera aún más atractivo.
—Soy Karel, por cierto —se presentó, rompiendo el silencio—, sobrino de la recepcionista de esta biblioteca.
—No sabía que Karen era tu tía —dije, algo sorprendida.
—La verdad es que no somos familia, pero ella ha sido como una madre para la mía.
—Entiendo, yo soy Naomi, aunque me puedes llamar Nao.
—Naomi, un gusto nuevamente.
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