Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12


Zayn se despertó con la sensación de que algo había cambiado. Tardó un minuto en darse cuenta de que estaba solo en la cama y de que los sonidos que oía indicaban que Liam se estaba vistiendo.

Abrió la boca y bostezó.

—Buenos días.

Liam casi había terminado de vestirse, de modo que Zayn se perdió la mejor parte.

—Oh, lo siento. No quería despertarte.

—¿Qué hora es?

—Las ocho. Sigue durmiendo.

Zayn estaba bastante cansado. Habían dormido muy poco. —¿Qué estás haciendo? Vuelve a la cama...

Liam parecía extraordinariamente despierto para ser una persona que sólo había dormido dos o tres horas. —Tengo que trabajar.

—Esto de que yo trabaje de noche y tú trabajes de día va a ser un problema —observó el pelinegro—. ¿A qué hora terminas?

—¿Hoy? Hacía las seis de la tarde.

—Pues ven a cenar al bar. Voy a empezar con el martini de la competición, así que podrías echarme una mano.

—¿Yo? Pero sí no sé nada de cócteles...

—Pero todos los cócteles necesitan una musa. ¿No lo sabías?

—No, no lo sabía —respondió, sonriendo—. Nunca había sido la musa de nadie... de acuerdo, iré a verte al bar.

Zayn volvió a bostezar.
—Espera un momento... No te dará de repente por apoyar al Hennington, ¿verdad? A fin de cuentas te alojas allí y trabajas para ellos.

—Bueno, el Hennington cuenta con todo mi apoyo profesional.

—Pero eso no afecta a los cócteles, supongo. No estaría bien que me espíes y luego le cuentes a Nick lo que has visto.

Liam rió. —Descuida. Te doy mi palabra de honor de que no revelaré tus secretos a Nick. Pero tampoco te revelaré los suyos... aunque a decir verdad, los desconozco.

—Excelente. Entonces, intentaré salir del bar antes que de costumbre. Hablaré con algún compañero para que eche el cierre él.

Zayn pensó que Liam se alegraría, pero no pareció muy contento. De hecho, había fruncido el ceño.

—¿Seguro que te lo puedes permitir? Necesitas dinero para pagar la renta de la casa y ni siquiera tienes un compañero de piso que comparta los gastos —dijo el castaño—. Zayn, no quiero que por mi culpa...

—Liam, no es ningún problema. Mi economía no está en peligro, créeme.

Zayn pudo decirle que la casa era suya y que tenía otras propiedades inmobiliarias, pero se había acostumbrado a permitir que la gente pensara de él lo que creyera oportuno. Además, hablar de dinero con Liam habría sido un peligro, como era asesor financiero, se exponía a que le diera una conferencia sobre cómo mejorar la eficacia de sus inversiones o cómo cobrar más a los pobres inquilinos.

Se pasó las manos por la cara y dijo: —Llévate mi bicicleta.

—Acabo de llamar a la compañía de taxis. Estarán aquí enseguida.

Liam caminó hasta la cama y se sentó en el borde. Zayn pasó los brazos alrededor de su cintura.

—Preferiría que te quedaras. Lo de esta noche sólo ha sido un aperitivo.

Liam sonrió. —Lo sé. Y estoy deseando repetir.

Liam lo besó. Zayn quiso arrastrarlo a la cama, pero el castaño se levantó a tiempo, se alejó y alcanzó sus cosas.

—Hasta luego...

Zayn se levantó poco después. Hacía tan buen tiempo, que decidió reparar los tablones sueltos del embarcadero, y en eso estaba cuando Taylor apareció.

—¿Cómo has sabido que ya se ha marchado?

—Por los martillazos —respondió su amigo—. Clavar clavos es la típica ocupación masoquista de un tipo que no se ha comido una rosca la noche anterior.

—Qué gracioso...

—Liam es encantador.

—Sí, lo es.

Taylor empezó a caminar de un lado a otro, nervioso. Cuando se arrodilló junto a Zayn y empezó a criticar el ancho de los clavos, el tipo de madera y hasta su forma de golpear, Zayn le dio el martillo y dijo:

—Toma, hazlo tú. Yo voy a preparar café.

—No, iré a buscar mis herramientas: las tengo en la furgoneta. Si necesitabas ayuda, deberías haberme llamado.

Zayn no necesitaba su ayuda para poner unos cuantos clavos, pero le pareció evidente que Taylor necesitaba descargar energía, pegar golpes y hacer ruido. De modo que se limitó a gruñir y se dirigió a la cocina. Cuando volvió, miró el embarcadero y pensó que Taylor lo estaba haciendo mejor que él. De hecho, terminó en muy poco tiempo.

—¿Y bien? ¿Se puede saber qué te ocurre? —preguntó Zayn.

—Nada.

Zayn lo conocía de sobra y sabía que estaba mintiendo. —¿Algún problema de ligues?

—Es posible.

—No sabía que estabas saliendo con alguien. Anoche te marchaste solo de la fiesta... y me consta que podrías haberte ido con compañía.

Taylor arrojó el martillo con tanta fuerza que rebotó en los tablones del embarcadero. Era una reacción impropia para un hombre que cuidaba sus herramientas con tanta delicadeza como si fueran personas. Zayn supo que tenía un buen problema.

—Me están manipulando —declaró Taylor—. Me están usando como objeto sexual.

Zayn sonrió de oreja a oreja.
—Qué horror... —se burló.

—Sí, ríete si quieres. Suena muy gracioso, pero no lo es.

—¿De quién hablamos?

Taylor lo miró con cara de pocos amigos.
—Me temo que no te lo puedo decir. Me ha advertido que me abandonará inmediatamente si se lo cuento a alguien.

—Oh, vaya... No me digas que te has liado con una mujer casada.

Taylor apretó los dientes. —No es una mujer, y tampoco es casado. Pero está convencido de que me dedico a castigar a mis amantes — explicó—. Es lo que me ha dicho.

—¿Cuándo?

—Anoche.

—No lo entiendo. Cuando nos dejaste en mi casa, parecías de buen humor...

—Me lo dijo después. Pasó a verme a las cuatro de la madrugada... Y hay algo más, esta relación se basa en que nos vemos cuando él quiere.

—¿Y se ven muy a menudo?

Taylor lo miró con intensidad. —Cada noche.

—¿Desde cuándo?

—Desde hace cinco o seis semanas.

—Vaya, es tu relación más larga desde...

—No te atrevas a recordármelo —le interrumpió—. Y no es verdad que castigue a mis amantes por culpa de Sarah. Simplemente he madurado, eso es todo.

—Pues no lo entiendo, Taylor. Deberías estar encantado con ese chico. Se presenta de noche en tu casa, hace el amor contigo y no te pide nada más —declaró Zayn—. ¿Por qué diablos estás tan alterado?

—Porque puede que yo quiera algo más —bramó.

Zayn pensó que el largo invierno que había empezado cuando Sarah abandonó a Taylor, podía estar a punto de terminar. Sólo esperaba que el remedio no fuera peor que la enfermedad. Si era una persona inteligente, ayudaría a su amigo a recuperarse; si no lo era, podría complicar la situación.

Habría dado cualquier cosa por saber su nombre.

—¿Es atractivo?

Taylor respondió con una mezcla de risa y gemido.
—Oh, sí. Lo es.

—Y supongo que te gustaría enseñarlo por ahí, demostrarle a todo el mundo lo hombre que eres y lo bien que se te dan las conquistas.

—Sí, por supuesto, me encantaría... —ironizó—. Diablos, Zayn, eres tan malo como él. ¿Por quién me has tomado?

—Por nadie, sólo quería saber lo que quieres. Lo describes de tal forma que parece la persona ideal para ti —respondió.

—Lo único que quiero es salir a cenar con él y charlar de cualquier cosa sin necesidad de estar desnudos. Quiero llamarlo por teléfono y saber si está libre el fin de semana. Quiero poder...

—Quieres una relación seria.

—Sí.

—¿Crees que estás preparado?

—Sí.

—Pues entonces, ¿a qué esperas?

[...]

Liam entró en el bar Driftwood y sintió un cosquilleo en el estómago al ver a Zayn en su sitio habitual, detrás de la barra: era una mezcla de placer por verlo y de promesa de encuentro sexual.

El alzó la cabeza y lo miró. Su cara se iluminó de repente. —He estado pensando en ti —dijo el pelinegro.

Afortunadamente, la barra estaba vacía. Liam se sentó en un taburete y afirmó: —Y yo en ti.

—Magnífico. ¿Quieres cenar ya o te apetece trabajar un rato?

—Trabajar un rato.

—Entonces, prueba esto... dime lo que te parece.

Zayn le sirvió una copa con un líquido de color turquesa que tenía un fondo a menta y a frutas.

—Está bueno.

—Pero sólo bueno...

—Sí.

—Lo sabía —dijo Zayn, frotándose las manos—. Necesito una idea, algo con lo que empezar. He salido a navegar, pero no me ha inspirado.

—Te veo algo nervioso. ¿Tienes miedo de volver a perder? Nick y tú son extraordinariamente competitivos.

—Y que lo digas.

—Bueno, pues pongámonos manos a la obra.

—¿Tienes alguna idea para el martini? ¿Algún tema que me pueda sugerir algo?

—Desde anoche, soy incapaz de pensar en otra cosa que no sea el sexo —respondió Liam—. Dios mío, no puedo creer que haya dicho eso en voz alta...

Zayn sonrió. —Descuida, precioso, a mí me pasa lo mismo. Pero me parece bien. Tú serás mi musa y el tema de este año será el sexo —declaró.

Zayn se inclinó sobre la barra y se acercó un poco, Liam lo miró.

—No pretenderás que lo hagamos aquí... —dijo el castaño, mirando a su alrededor.

—No. Vamos a dar una vuelta.

—Pero sí todavía no he cenado...

—Cenaremos por el camino. Esta noche tenemos muy pocos clientes, así que me puedo marchar cuando quiera. No me necesitan.

—Está bien.

Zayn hablo con uno de sus compañeros para que se encargara de la barra. Después, volvió con Liam y dijo: —Dame un minuto para que encuentre un coche.

—No hace falta. Yo tengo uno.

—¿Qué tienes uno?

—Sí, lo alquilé hace un rato. Parece que voy a viajar más de lo que había pensado...

—Excelente. Entonces, vámonos.

Zayn le indicó el camino de un lugar pequeño que se parecía más a una choza que a un restaurante. Liam llegó a la conclusión de que lo llevaba allí porque tenía poco dinero, pero se llevó una sorpresa cuando entraron y vio que era un local moderno y con las paredes llenas de cuadros de artistas locales.

El menú era muy variado; tenían desde pescado fresco hasta todo tipo de verduras. Y la clientela era tan ecléctica como el menú: hombres con pendientes y coleta, tipos duros que probablemente llevaban trajes durante el día, mujeres sin maquillar y jóvenes que parecían recién levantadas de la cama.

—Es un sitio genial... —dijo Liam.

—Y la comida es fantástica.

Se acababan de sentar cuando Taylor apareció en compañía de otro hombre; los dos iban vestidos con ropa de trabajo. Antes de alejarse hacia su mesa, Taylor se detuvo un momento para dar una palmadita a su amigo y saludar a Liam.

—Me preocupa Taylor —dijo Zayn—. Tiene un problema con un chico.

—¿En serio?

—Sí, con un tipo misterioso. No me ha dicho quién es, pero debe de ser alguien de Orca Bay. Por lo visto, él no quiere que los vean en público... lo trata como si fuera un juguete sexual y el pobre se está volviendo loco.

—¿Y qué piensa hacer?

—Ni idea —respondió, acercándose—. Ahora mismo estoy más preocupado por mis propios problemas.

Liam no pudo resistirse a la tentación de bromear.
—¿Qué problemas son esos?

—Cómo inventar un martini triunfador antes del viernes y cómo mantener una relación sexual apasionada con un chico maravilloso que tiene horarios laborales radicalmente distintos a los míos —contestó.

—Como experto en eficacia, afirmo que tendrás que encontrar la forma de combinar las dos tareas. Y será mejor que sigas mi consejo; soy muy bueno en mi trabajo.

—¿Combinarlas? ¿Pretendes que prepare cócteles y te haga el amor a la vez?

—¿Por qué no?

Zayn cambió de posición, y empujó un poco la mesa. —Te recomiendo la ensalada de marisco —dijo.

—¿Es su especialidad?

—No, pero es lo que tardan menos en preparar.

—¿Pretendes que nos marchemos cuanto antes para hacer el amor?

—Exactamente.



¿Qué les pareció? De nuevo perdón por la tardanza...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro