Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPITULO 9

Se quedó por unos momentos contemplando a ese Taz que había llegado a arrasar con todo en su vida, aunque más que un demonio ella lo sentía como su caballero personal. La hacía sentir cosas que nunca había imaginado ni en sus sueños que un hombre, solo con sus caricias y sus besos, podía hacerla llagar a sentirse que alcanzaba el cielo.

Habían pasado una semana entera en el patio, a oscuras tratando de aprender el uno del otro, pero la única que alcanzaba el clímax era ella, él quería hacerla disfrutar lo más que pudiera y de seguro no quería que se sintiera presionada por nada del mundo.

Él era un caballero, era su mosquetero que estaba siempre ahí para defenderla y amarla pero también era ese Diablo de Tasmania que podía arrasar con todo en un momento. Tenía un carácter de los mil demonios si llegaba a enojarse, lo había visto unas veces discutir con sus hermanos por tonteras y era terrible, ¿cómo sería si hubiera alguna razón seria?

Contemplaba como él conversaba con los demás, de la forma en que se reía y como pasaba sus manos por el pelo. Era un Adonis, un Dios Griego, como era posible que él se hubiera figado en ella una chica tan simple, pero parecía que de verdad la quería. En ese momento se fijó como Juan le decía algo y él se daba la vuelta hacia ella y la impactaba una vez más con su mirada y esos ojos de ese azul tan profundo, sintió que las piernas se convertían en gelatina y como de inmediato su cuerpo reaccionaba a la mirada de ese hombre, él con una leve sonrisa seductora la miró desde arriba hasta abajo, la acariciaba con sus ojos y sabía lo que él le producía, se daba cuenta como la agitaba. De apoco todo a su alrededor desaparecía, lo único que él quería era estar entre sus brazos.

Sus ojos se encontraron diciendo tantas cosas, cosas que nunca hubiera podido explicar con palabras. En ese instante desde la pista empezó a sonar una hermosa melodía, la voz gruesa de un hombre empezó a cantar "Yo no sé qué me han hecho tus ojos" de León Pereyra.

Yo no sé si es cariño el que siento...

Yo no sé será una pasión...

Solo sé que al no verte una pena...

Va rondando por mi corazón...

Ella sostenía su respiración sin poder moverse de ese lugar.

                                                                 Yo no sé qué me han hecho tus ojos...

Que al mirarme me matan de Amor...

Yo no sé qué me han hecho tus labios...

Al besar mis labios se olvida el dolor...

En ese momento Arturo empezó a levantarse y a caminar hacia donde se encontraba su Ángel. Nomi al ver que su amiga no se movía, le dio un pequeño empujón, para que comenzara a dirigirse hacia su mosquetero.

Tus ojos para mí...

Son luces de ilusión...

Que alumbran la pasión...

Que albergo para ti...

Tus ojos son destellos que van reflejando ternura y amor...

Tus ojos son divinos y me tienen preso, preso alrededor...

Todo ese tiempo, sus ojos no se apartaban, solamente ellos dos existían, vivían en su mundo, las palabras habían sido escritas para ellos.

Tus ojos para mi...

Son el reflejo fiel...

De un alma que al querer...

Querré con frenesí...

Tus ojos para mi serán...

Serán la luz de mi camino...

Que con fe me guiaran...

Por un sendero de esperanza y esplendor...

Por qué tus ojos son...

MI AMOR...

Al encontrarse los dos, la canción finalizó, no apartaron su mirada en ningún momento. En el instante que él la alcanzó, la tomó por la cintura y la atrajo hacia su cuerpo. Un escalofrió traspasó toda su espalda, ya no existía nada y nadie que pudiera separarlos.

-Bailemos – le susurró al oído y la llevó hacia la pista donde ya se habían reunido bastantes parejas para su baile, él ya sabía que después de esta noche todos se darían cuenta de lo que tenían y él tenía bien claro que marcaría su territorio para que nadie tuviera la menor esperanza de tener algo con su Ángel.

En ese momento empezó a sonar la voz del joven cantante.

Quiero perderme en tu cuerpo...

Como agua clara en un bosque de sol...

Mirar tus ojos inciertos...

Donde sembrara mil sueños de Amor...

La mantenía muy pegada a su cuerpo, una mano le sostenía la nuca y la otra se encontraba un poco más arriba de su trasero. Le acariciaba la cintura tratando de tocar lo más que podía impulsado por el momento que había pasado hace poco tiempo, viendo como otro hombre la sostenía entre sus brazos y haciéndola sonreír de tal manera que juraba que eran pareja. En ese preciso momento se dio cuenta que no había confiado cien por ciento en ella y eso no se lo perdonaría de ahora en adelante.

Quiero beber en tus labios...

Esa caricia de luna y de miel...

Y descubrir el encanto...

De la pasión que se esconde en tu piel

-Me muero por besar tu boca – le dijo al oído y noto como ella se estremecía con sus palabras – quiero que todos sepan que eres mía y que no permitiré que estés en otros brazos, ¿lo entiendes? No me gustó verte así con Erick, no lo aguanté, me volví loco – Sara lo miraba sin poder creer todo lo que él le decía, era verdad todo lo que le había dicho Nomi sobre la reacción que había tenido él – desde ahora eres mi novia, solo yo te tocaré, te haré feliz y ahora haré lo que quiero hacer desde el momento que te vi en tu casa – la tomó con las dos manos en la cara mirándola en cada momento directo a los ojos para ver si ella ponía resistencia a lo que él estaba dispuesto hacer, al no ver reacción alguna de su parte, se acercó hasta donde podía sentir su aliento y con sus dientes le mordió el labio inferior, le pasó su lengua por encima del mordisco pidiendo permiso para entrar a su boca a lo cual ella respondió de inmediato con un gemido.

Quiero pintar con tus besos

Un cielo de estrellas, sembrado de luz...

Buscar abrigo en tu cuerpo

En la noche eterna de tu juventud

Sara entrelazó sus manos en la nuca del joven dando más pasión a su beso y dejando claro a quien los viera que el sería solamente suyo, ellos seguían con su baile sexual el cual ya los estaba llevando a un límite que si no paraban tendrían grandes problemas.

Quiero saciar mi locura

En la tibia playa de tu desnudez

Para llenar de ternura

La inocencia pura de hacerte mujer

Quiero escapar por tu vientre

Para nuevamente llenarme de paz

Que está inmenso tenerte

Clavada en mi pecho como una verdad

Todas esas palabras se las cantaba él en un susurro a su oído haciéndole caricias con su aliento y con su mano a donde la espalda perdía su nombre manteniéndola pegada a su cuerpo, haciéndola sentir el poder que tenía ella sobre él. Cantándole el ultimo parágrafo con todo su ser y mirándola directo a sus ojos.

Quiero entregarte mis años

Mis ansias de amarte

Mi fuerza y mi fe

Para llegar de tu mano

Al rincón sagrado que siempre soñé...

Con estas últimas palabras de nuevo se volvieron a perder en un beso, esta vez más dulce y bastante necesitado, hablándole a su palomita por encima de sus labios le dijo:

-Sé que no soy tu primer hombre – al escuchar esto ella se tensó –tranquila mi ángel, solo quiero decir que haré que te olvides del pasado, solo estaremos nosotros dos desde hoy en adelante – al entender el significado de lo que Arturo le decía Sara le dio una de sus más hermosas sonrisas y poniéndole su mano en la mejilla del joven, le susurro de la misma manera.

-Gracias amor de verdad que así será – al escuchar estas palabras a Arturo les brillaron los ojos de esperanza.

-¿Cómo me has dicho? – quiso saber él.

Sara sonrojada como un tomate lo miró avergonzada.

-¿Amor? ¿Acaso te ha molestado? – le preguntó ella.

-No, para nada lo contrario – levantó su mano para acariciarle su mejilla y Sara se dio cuenta de sus cortes. Le tomó la mano y le preguntó:

-¿Qué te ha pasado acá?

-Nada – le respondió él tratando de esconderla – solo un pequeño accidente con una copa que se me rompió.

-¿Por qué te enojaste tanto cuando llegó Erick? ¿Acaso creíste que había jugado contigo todo este tiempo? Respóndeme por favor Arturo – le suplicó Sara mirándolo a los ojos.

-Perdóname mi ángel, pero al verte así con él se me nublaron todos mis sentidos y no sabía cómo reaccionar – le respondió el muy avergonzado – dime tú ¿cómo te hubieras sentido si hubieras estado en mi lugar, más encima el no poder reaccionar para que nadie se dé cuenta? Para no levantarme y romperle la cara me fui a tomar un trago en el bar junto a Juan y ahí sin querer rompí la copa, pero dime ¿Cómo te hubieras sentido tú? – le sostuvo la cara para que no aparta su mirada.

-Tienes razón, no sé cómo lo habría llevado yo, perdóname por haberte puesto en esta situación y no decirte nada, pero me ganó el entusiasmo por ver a Erick, no pensé que te hubieras molestado tanto – le tomó la mano y le besó los cortes que se había hecho y siguió diciéndole – estoy contigo, soy tuya, aunque tengo un miedo tremendo, pero no puedo estar sin ti y no lo quiero tampoco – dijo esto dándole un casto beso en la boca.

Él muy satisfecho con todo lo que habían hecho la tomó por debajo de su culo, la elevo al aire y empezó a darla vuelta, estaban los dos muy felices por lograr pasar por este mal momento y lograr tener este comienzo en su relación.

Sus hermanos felices por lo que veían también disfrutaban de su baile, Juan muy a gusto con Karla, con la cual evitaba a toda costa sentir algo más que un simple cariño, pero esta chica le estaba haciendo despertar cosas que no había vuelto a sentir desde que Adriana, la chica que había conocido en la universidad y con la que había tenido sueños para su futuro. Esa chica que sería su mujer y llevaba en su dedo un anillo de compromiso. Esa joven la cual era su primer y último pensamiento. Aquella mujer que un día, entrando en su habitación de la universidad, la encontró follando con su compañero. Aquella desgraciada que le había dicho que estaba con otro porque él no la satisfacía en el sexo, porque era muy poco, que estaba con el solamente por el dinero de sus padres. Cómo había podido estar tan equivocado con ella. Cómo no se había dado cuenta de lo serpiente que era aunque sus hermanos siempre se lo habían dicho y él nunca había hecho caso.

Desde entonces habían pasado unos ocho años y no había vuelto a estar con una mujer por mucho tiempo, no se abría con ninguna y tampoco dejaba que ellas se encariñaran demasiado con él. No quería hacerlas sufrir, ya que estaba seguro de que no valía la pena como hombre, aunque todas habían dicho que era un amante excepcional. En ese momento la voz de Karla lo sacó de sus pensamientos.

- Nuestros hermanos hacen muy linda pareja

- Estoy de acuerdo contigo, es la primera vez que veo a mi hermano de esta manera por una chica –respondió Juan sonriéndole y mirando hacia la pareja.

- Te digo que no he visto nunca a mi hermana de esta manera, ni cuando andaba con ese desgraciado de Julio. Ahora la veo reír, la veo contenta, puedo decir hasta que enamorada, más le vale a tu hermanito que la cuide o se las verá con migo – le dijo ella cerrándole un ojo y riendo picara.

- No te preocupes que el primero en patearle el culo si le hace algo a ella seré yo, ya se lo he advertido y sabe que lo que digo lo cumplo, pero no te preocupes que mi hermano esta de la misma manera que ella, así que quédate tranquila – le devolvió la sonrisa y cuando vio la cara que había puesto Karla volvió a reír mucho más fuerte - ¿Por qué esa cara? – le pregunto él.

- ¿Por qué te importa tanto lo que suceda con ella, acaso sientes algo por ella? – le pregunto Karla mucho más seria y a Juan se le cortó de golpe la risa.

- ¿Qué dices mi gatita, de dónde has sacado eso? – preguntó el mucho más serio.

- Muestras que te importa mucho mi hermana, pero no entiendo, ella está con tu hermano – le dijo ya sin nada de tranquilidad en su cuerpo. Sentía que ya algo sucedía en sus sentimientos hacia Juan y había salido todo a la luz al descubrir que él podría sentir algo por Sara.

- Mi gatita estás tan equivocada, como que te dijera que el sol es verde – le dijo levantándole el mentón con un dedo – me importa, si, en eso no te equivocas, pero también me importas tú y Mirian ellas dos ya son como mis hermanas desde el momento que están con mis hermanos y por mi familia siempre lo doy todo. Puede que una vez no los haya escuchado cuando me hablaron y me fui a la mierda. Tu hermana desde el momento en que la conocí activó el modo de protección y como le dije a ella siempre me tendrá en lo que me necesite, pero nada más que eso, que te quede bien claro.

- Y yo ¿Por qué te importo? Ellas son como tus hermanas pero yo solo soy la hermana de Sara y una amiga si me puedo llamar así – le preguntó ella bajando un poco su mirada.

- Si como tú dices eres su hermana y nuestra amiga, mi gatita – siguió Juan haciéndola que lo mirara a los ojos y que no pudiera esconder sus sentimientos – pero sabes muy bien que los dos hemos empezado a sentir cosas el uno por el otro, así que creo que es normal que me importes y que me preocupe por ti y por todo lo que sucede a tu alrededor – Karla impactada por las palabras del joven, no sabía qué hacer, él había sido muy directo en sus palabras sin tener vergüenza ni nada. Ella que siempre tenía la última palabra no podía decir nada en absoluto – no me mires así, sabes que tengo razón y sabes también que siempre soy directo en lo que digo, así me has conocido desde el primer momento. Sé también que quieres tener la última palabra y no sabes que decirme ya que no lo esperabas ¿estoy en lo correcto? –le pregunto él y ella solo afirmo con un movimiento de cabeza – también sé que no estabas preparada para todo esto y te digo que yo tampoco, he pasado por muchas cosas pero no es el momento de hablarlo así que ahora disfrutaremos de la noche y lo hablaremos mañana ¿estás de acuerdo?

- Está bien – era lo único que salió de su boca junto a una hermosa sonrisa, Juan la había desarmado, pasaría una larga muy larga noche eso estaba claro.

Siguieron bailando, y empezó una canción que a Karla le gustaba mucho, la voz de la cantante era maravillosa y la canción describía muy bien lo que sucedía entre los dos, en ese momento. Pegados y con el acariciándole la espalda y mucho más relajados pasaron una hermosa velada.

Empezó la cuenta regresiva para cambiar de año, todos con excepción de Paulo estaban con las chicas que querían, pero él tenía que aguantar estar con una joven que no era quien deseaba en ese momento porque la mujer que había visto en sus sueños estaba con su novio unos pasos más allá y no podía hacer nada para solucionarlo.

Nueve, Ocho, Siete...

Todas las parejas se tomaron de la mano.

Seis, Cinco, Cuatro...

Arturo se puso delante de Sara para poder mirarla a los ojos y ser lo primero que viera para el comienzo del nuevo año, empezaban algo nuevo, algo precioso y estaban los dos juntos.

Tres, Dos, Uno

¡FELIZ AÑO NUEVO! – gritaron todos.

Arturo se acercó a Sara pidiéndole con su mirada un beso que le entregara su alma, un beso que simbolizara más que cualquier cosa, un beso que hiciera que se rindiera a sus pies.

Se acercó anhelando un abrazo que le demostrara que el amor no tiene que ser perfecto simplemente tiene que ser amor, un abrazo que lo hiciera sentir seguro un abrazo más allá de la razón.

Y se acercó susurrando palabras que no conocía, diciéndole que la amaba más que a la vida diciéndole que su vida empezaba y terminaba con ella...

Y ella se acercó y le dio todo lo que pedía porque aunque el miedo muchas veces controlaba su alma él hacía que su miedo no existiera.

-Estoy feliz por este nuevo año mi ángel, con un nuevo comienzo ¿qué más puedo pedir? Soy el hombre más afortunado del mundo, tengo a la mujer más guapa y es mía y yo soy de ella y ella me quiere y yo la adoro, ¡Feliz año nuevo MI AMOR! –dijo entusiasmado tomándola de la cintura y dándole un beso que tanto deseo demostraba.

Empezó a sonar música mucho más movida, más de juventud, todos bailaban entre todos, estaban muy animados y disfrutaban la compañía. Las parejas bailaban y bueno ellos casi no se despegaban, pero igual Sara bailo con todos los hermanos Coelho y también con Erick. Menos mal que Arturo ya estaba más tranquilo, estaban pasando de maravilla todos juntos.

Las chicas decidieron ir al baño, al salir alguien la tomó por la cintura y la pegó a su cuerpo. Sara de inmediato se tensó, conocía muy bien esas manos, no quería que la tocaran, le daba demasiado asco. A su mente venían todas las escenas vividas con él y los golpes, de inmediato sintió que se le cortaba la respiración.

- ¿Qué pasa mi morenita, después de mi vas de uno a otro? – le dijo él en un susurro muy cerca de su oído.

- Julio déjame en paz por favor – le suplicaba ella.

- ¿Dejarte en paz, ahora que de seguro te habrás convertido en una experta? –Le decía él entre dientes - ¿Cuál de los dos te ha follado mejor?

- No sabes lo que dices, déjame por favor, vete, van a venir por mí y tendrás problemas – ella suplicaba que alguien la buscara, que Arturo apareciera.

- Siempre te dije que tu serías mía cuando y donde yo quisiera – empezó a acariciarle los pechos – tendré que borrar todo lo que han hecho ellos.

- ¡Te suplico, estas borracho, mañana te arrepentirás! – ya suplicaba, estaba muerta de miedo, y sentía nauseas con las caricias de Julio. Si no llegaba alguien, le sucedería algo muy malo – por favor Julio no te metas en problemas, haz tu vida y déjame en paz.

- ¿Cariño es que tu no entiendes? – empezó a bajar su mano hasta su lugar más íntimo – esto de acá – dijo apretándolo – siempre será mío y su placer no lo tendrá nadie. Te perdono por haberte comportado como una mujerzuela, una puta, pero te daré tu castigo y ahora nos vamos – empezó a tirarla del brazo para salir del lugar, Sara no podía hacer nada, estaba en estado de shock, solamente lloraba y suplicaba que la dejara.

Arturo al ver que las chicas regresaban, preguntó por Sara y en ese momento se dieron cuenta que no las había seguido, de inmediato Karla se tensó, su hermana no era así, en algún momento también había visto a Julio así que nada bueno podría estar pasando. Juan se percató del estado de su compañera y le preguntó.

- ¿Mi gatita que sucede has perdido tu color, no te sientes bien?

- No, lo que pasa es que tenemos que buscar a mi hermana y encontrarla, Julio anda por acá y no me gustó como lo vi – dijo Karla muy nerviosa.

- ¿Qué sucede Karla, que me escondes? – le preguntó Arturo nervioso al verla en tal estado.

- Peque tranquilo, pero tenemos que encontrar a Sara, el desgraciado anda por acá y Karla tiene miedo de que pueda hacerle algo malo.

- ¿¡QUÉ!? Por Dios yo primero lo mato si pone una mano encima de ella – fue lo único que dijo y salió en su búsqueda.

Todos se dieron por enterados y salieron a buscarla.

Al salir del lugar en el momento que Julio trataba de meter a Sara en el vehículo, alguien grito.

- Aparta tus manos de encima de ella o te arrepentirás, tenlo por seguro...

 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro