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CAPITULO 17


Karla se libró de los brazos que la sostenían, lo que hizo de inmediato a Juan reaccionar, ella se giró y se puso delante de él, le sostuvo la cara con sus dos manos y mirándolo a los ojos le dijo:

-Tú eres la persona más maravillosa que he conocido, todos cometimos errores y sé muy bien que el error de alejarte de tus hermanos fue algo que te hizo sufrir y no lo volverás hacer, por dos razónes, primero porque sabes que sin ellos no estas completo y segundo, mientras pase por mi mano siempre estaremos todos unidos.

-Por lo que es a esa maldita hija de puta - el joven abrió los ojos como plato no podía creer lo que sus oídos escuchaban, no la había vuelto escuchar hablar así y de una muy extraña manera lo excitó - no tiene idea del favor que me ha hecho, claro que mejor que ni se cruce por nuestro camino, porque será la última vez que la vean, desde hoy todo lo sucedido queda en el pasado, desde este momento somos tú y yo, claro si es que estás de acuerdo - no alcanzo a terminar su frase y Juan la tomó por la cintura, la dio vuelta y ella quedo recostada en la arena y él por encima.

-¿Enserio? Después de todo lo que te conté ¿me aceptas? - le pregunto un poco inseguro.

-Enserio estas chiflado, o quieres que te lo vuelva a repetir - le respondió acariciándole el rostro, pasándole sus dedos por los ojos - quiero que cada vez que habrá mis ojos y tú los tuyos nuestras miradas se conviertan en una - recorriéndole la superficie de la nariz - sentir tu olor en mi cuerpo y tú el mío - en el momento que pasaba la yema de sus dedos por los gruesos labios del joven, sintió como él dejaba un jadeo salir de su garganta - disfrutar de tus labios y saber que son solamente para mí.

-Nunca pensé el poder desear de nuevo a una mujer, no te miento, tenía mujeres para pasar el rato - le dijo a la vez que hacia una mueca con su boca en forma de disculpa - pero tú has cambiado todo mi mundo, me das esperanza de que por fin puedo ser feliz.

-Si te digo que todo será fácil, me estaría burlando de ti, van a ver dificultades, pero tenlo por seguro que lo mismo deseo yo, ser feliz y si es a tú lado creo que vale la pena intentarlo, pero necesito algo de ti.

-¿Y eso que sería? - preguntó de inmediato el joven que ya no sabía cuánto podría aguantar el deseo de besarla.

-El pasado quedara ahí, no volveremos a tocar ese tema y nunca me escuchas, nunca desconfiaras de mi por algo que te hizo esa perra, lo conversaremos todo y si llega algún momento que uno de los dos o los dos se hallan cansado de esta relación lo diremos y la daremos por terminada - le quería demostrar que ella estaría con él en todo momento pero no quería sentir que el pudiera compararla con la puta que lo hizo sufrir ya que eso sería el fin.

-Mi gatita eso no podría hacerlo nunca, tú no tienes comparación alguna, así que estoy de acuerdo - siguió levantando una ceja y dándole una sonrisa muy traviesa - pero yo también necesito algo de ti.

-¿Y que sería eso? - preguntó ella con un tono de diversión.

- ¡Que por una maldita vez me beses y dejemos hablar a nuestros cuerpos! ¡Por el amor de Dios me están matando las ganas que tengo de hacerlo!

-¿Y qué esperas? - ni pasados unos segundos sintió como sus bocas chocaban en un beso desesperado, en un beso que esperaba demasiado tiempo para haberse dado, un beso que cerró el trato que tanto habían esperado, tendidos los dos en la arena con sus cuerpos pidiendo más, pero sabiendo los dos que no debían de seguir y tendrían que calmarse pararon de apoco ese beso y él se recostó a su lado llevándola a que ella se apoyara en su pecho, así se quedaron por bastante tiempo, hablando de cosas comunes, se empezaba a iniciar una relación muy bella que los haría a los dos mucho más fuertes.

Mientras en el departamento todos ya fuera del agua para comenzar alistarse y poder llegar a la hora que les había indicado Juan, con excepción de Paulo y Noemí, quienes se había quedado por un momento solos, el joven quería tranquilizarla y hacer que ella se sintiera a gusto a su lado.

-Nomi al fin te queda muy bien el verde - le dijo riéndose lo que le dio de premio un manotazo en el pecho por parte de ella.

-Rubio ándate con cuidadito y no me jodas más - dijo ella apartándose de su lado para salir de la piscina, lo cual fue interrumpido por el joven quien la levanto en el aire le dio media vuelta e hizo que ella enredara sus piernas en la cintura de él.

-Tranquilízate un poco - le pidió a la vez que la acorralaba en la esquina - ¿podemos hablar como dos adultos?

-Sí, claro dos adultos, ¿dónde está el otro? Por qué hace un momento me demostraste que tú no lo eras - le respondió ella tratando de librarse del acorralamiento.

-Noemí déjate de estupideces por favor, sabes muy bien que no te dejare ir hasta que hallamos hablado - dijo dándole un beso en el cuello y apretándola más contra su cuerpo - sabes muy bien, bueno mejor dicho, no sabes que a mí lo primero que me gustó de ti fue tu carácter, que no dejabas a nadie que pasara por encima tuyo y que fueras la primera mujer que me miró con desprecio, eso para mí fue lo más nuevo; pero tu carácter y de la forma que eres me han hecho estar perdido por ti desde el primer momento que nos topamos - le dijo poniéndole una mano en su culo para poderla adaptar más a su cuerpo y la otra en su mejilla para que ella solamente lo mirara a él.

-Lo que sucedió con Erick fue simplemente que él trataba de tener conmigo la "conversación de hermano mayor" - al momento que ella ponía los ojos en blanco siempre su hermano tratando de protegerla - y bueno él trataba de conocer mis intenciones contigo y por eso me dijo lo de tu carácter y trataba de hacer un poco de broma para aliviar el momento, pero estoy seguro que me gané a Erick, ahora la pregunta acá es otra.

-¿Cuál sería esa? - quiso saber ella, habiendo ya dejado de resistirse.

-¿A ti te gané? ¿Tú me dejarás conocerte y quererte? ¿Y que esa boquita mal hablada sea el único que la disfrute? - le preguntó con los ojos llenos de deseo, pero ella no le respondió, quería seguir haciendo lo sufrir por haberse burlado de ella, ya llegaría el momento que su hermano también pagaría por ello - di que sí Nomi, por favor me, no mejor dicho nos estas castigando a los dos, tu sabes muy bien que es lo que deseas, no seas cabezota.

-¿Me has llamado cabezota? - le preguntó entrecerrando sus ojos.

-¡Si y muy grande y una chica muy mal hablada!

-Pues te guste o no así soy yo.

-No solamente me gusta, sino que me encanta - y la beso bruscamente haciéndola estremecer de pies a cabeza, ella le dejo el paso libre de inmediato a la lengua del joven, bailaban se acariciaban una con la otra, él tomaba de vez en cuando su labio y le daba pequeños mordiscos, las manos de él subían y bajaban por todo el cuerpo de ella, su ropa mojada era lo único que los separaba, su momento fue cortado por los gritos de Sara que los llamaba desde arriba para que se apuraran para ir a cenar.

-Ve tú, yo tengo que tranquilizarme antes de poder salir de acá - dijo señalando su miembro con la cabeza lo que le hizo a Nomi mucha gracia y sin borrar su sonrisa le dio un beso en la boca y salió corriendo hacia su dormitorio dejando sus huellas húmedas por todo el trayecto.

A las diez en punto se encontraban todos donde habían dado su cita, era un lugar precioso, la sala estaba por abajo del mar y dejaba ver a su alrededor todos los peces marinos que podías imaginar, iluminado exactamente lo necesario para ser un lugar romántico pero a la vez también muy familiar, las chicas como siempre después de un momento se dirigieron al baño, en donde se encontraba Sara y Nomi conversando sobre las cosas que habían sucedido en tan pocas horas, cuando sintieron que la puerta volvía a abrirse y entraba una joven, al verlas se quedó pegada en su lugar sin poderse mover.

Las tres jóvenes sorprendidas se pusieron a gritar de alegría llevaban mucho tiempo sin verse, su amiga se había trasladado a Santiago con su familia y poder terminar sus estudios, habían sido amigas las tres en el colegio y se les había sido muy difícil esa separación, pero se habían acostumbrado, se abrazaron se besaron, salieron muy contentas las tres juntas y se dirigieron donde se encontraban los demás esperándolas.

Arturo y Paulo vieron a las chicas dirigirse hacia ellos, los dos las esperaban con ansias de por fin tenerlas a sus lado y con una sonrisa de oreja a oreja que mostraba toda su dentadura, la cual de apoco se perdía y se convertía en una línea recta, la mirada del primero iba desde las chicas a su hermano y viceversa, el cual se dio cuenta de inmediato de lo que sucedía.

Había sido la noche anterior, antes de partir de Santiago hacia San Fernando, habían pasado una noche juntos, pero no le había preguntado nunca el nombre ni de donde era, Dios no lo dejaría estar tranquilo nunca, ¿era tan pequeño el mundo? ¿Cómo era posible que aquella joven con la que se había acostado un día antes de conocer a su Ángel fuera amiga de ella?

-¡Karla mira quien esta acá! - le dijo Sara a su hermana muy contenta.

-¡Valentina! ¡Qué alegría verte! - le dijo la joven dándole un beso en la mejilla el cual ella lo aceptó muy feliz de la vida, les habían hecho mucha falta sus amigas, pero no se había dado cuenta de los demás en la mesa, así que Nomi comenzó a presentarla y al llegar donde se encontraba Arturo quedo petrificada.

"Como podía ser que ÉL estuviera ahí, quien la había vuelto loca desde el día en que se habían acostado y se había ido sin presentarse ni nada, ¿será que tendremos una segunda oportunidad?"

Pensaba la joven sin darse cuenta de que Sara le hablaba.

-Vale te presento a mi novio - dijo la joven muy entusiasmada a la vez que abrazaba a su chico.

-¡Mucho gusto! -le dijo Arturo estirando su mano para estrecharlo con ella, él esperaba que ella no digiera nada, pero no estaba seguro, no se había comportado muy bien, ni siquiera se habían presentado. Ella le siguió el juego pero no lo dejaría así, no era de aquellas que dejaban lo que deseaban sin luchar por ello.

-¡Igualmente! - Le respondió ella dándole un beso en la mejilla y le susurro - tú y yo tenemos que hablar....

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