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Capítulo 26

Aurelio condujo hacia un salón ubicado en el centro de São Paulo, se veía lindo con el césped podado y verde, además había muchos autos fuera, me gustó que esa chica tuviera tantos seres queridos. Recuerdo mi fiesta de 15 años con claridad, mi familia y amigos celebraron conmigo y bailé el vals con mi papá, fue un hermoso momento juntos, extrañaba mucho a mi papá, deseaba tenerlo conmigo, hubiera amado enterarse sobre mi embarazo y consolarme por lo ocurrido, jamás hubiera permitido que pasara las carencias de los primeros tres meses de gestación.
Caminamos por el sendero de flores hasta la entrada del local, yo iba a abrir la puerta pero Aurelio me detuvo porque según él no era el momento, cuando iba a preguntar, Mariana sacó una tela rosada de su bolso y vendó mis ojos con ella. Yo me asusté.
-¿Qué pasa? -pregunté
-Descuida nos lo agradecerás después
Sentí los brazos de Aurelio en mi cintura y mano derecha, luego me pidió que caminara con cuidado para no tropezarme.
-Aurelio, ¿qué ocurre? Dímelo
-No te preocupes, todo está bien, solo camina -susurró en mi oído
Mi corazón latía en cada paso, no sabía que pasaba, sentía vergüenza con la quinceañera, no quería arruinar su fiesta. Cuando caminamos unos pasos Aurelio me quitó la venda y los invitados aplaudieron.
Vi a mi alrededor, no se trataba de una fiesta de 15 años, las decoraciones eran para un baby shower, había globos azul pastel, centros de mesa infantiles y un cartel que decía: Baby Shower Camilo.
Recorrí con la vista a los invitados, para mi sorpresa eran: doña Victoria, el señor Afranio, Elisabetta y todos los de la residencia.
-Bienvenida al baby shower de Camilo -dijo Aurelio sonriendo
No podía creerlo, me habían llevado engañada a mi propio baby shower, ya me parecía extraño que Mariana prefiriera arreglarme antes que cumplir con sus pedidos, era muy profesional en su trabajo, ahí estaba en una de las mesas con Brandao y João. Doña Victoria se acercó, me abrazó y le dio un micrófono a Aurelio.
-Parece que la homenajeada quedó sin palabras -hubo risas en todo el salón -Julieta este evento lo organizamos con mucho cariño para ti y Camilo, ese angelito que llegará para darnos felicidad a todos. Eres una mujer valiente y te mereces esto. ¿Por qué no le damos un fuerte aplauso a Julieta?
En ese momento lloré, agradecida por esas muestras de cariño hacia mi bebé apenada por arruinar el maquillaje de Mariana pero me sentí tan acogida y amada que no pude evitarlo, todo era perfecto, solo faltaba mi mamá para completarlo.
Cuando los aplausos terminaron, Aurelio me tendió el micrófono para que dijera unas palabras, tomé aire antes de comenzar.
-No esperaba esto de verdad, me sorprendieron, hace meses pensaba que no tendría mi baby shower, uno de los sueños de toda embarazada, eso rompía mi corazón, pero gracias a ustedes pude tenerla -de inmediato lloré otra vez y Aurelio me abrazó con ternura
-Te lo mereces
-Lo escondieron muy bien -risas otra vez -pero vale la pena, recordaré esto para siempre y le contaré a Camilo cómo fue su baby shower. Gracias de nuevo.
Todos aplaudieron de nuevo y Aurelio me llevó a la mesa principal, había dos sillas, seguro era para él, pero me engañé de nuevo
-Antes de ir con el brindis tenemos una sorpresa más para ti Julieta, hay una silla a tu lado que será ocupada por alguien especial para ti. Cierra los ojos.
-¿De nuevo?
-Sí
Cerré los ojos y esperé, ¿cuál será la sorpresa? Ya tenía suficiente con esta hermosa sorpresa del baby shower. Escuché que la silla se movió y entonces escuché una conocida y amada voz.
-Hija
Abrí los ojos y vi a mi mamá junto a mí. De la emoción la abracé con fuerza y lloré de nuevo, esto era demasiado, había soñado tanto con que mi mamá estuviera conmigo en el embarazo dándome consejos y cuidándome, ese toque era tan familiar, extrañaba el calor de mi mamá.

—Julieta mi bebé, mi niña –sentí sus besos sobre toda mi cara –ay mi amor, me hiciste mucha falta

—Tú también me hiciste mucha falta, ¿cómo es posible que estés aquí?

—Él –vio a Aurelio –hace unos días fue a Recife a buscarme

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