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Capítulo 25

—Y así es como se resuelve este ejercicio, fácil, ¿verdad?

—Si tú lo dices

Como lo prometió, Aurelio ayudó a Julieta a prepararse para el examen de admisión de la universidad, pero le estaba costando trabajo, algunos ejercicios no tenían sentido para ella. Sin embargo; estaba dispuesta a todo por su hijo quien en ese momento tenía 7 meses. En el tiempo transcurrido Julieta trabajó con Brandao y Mariana en la cafetería y gracias a Dios tuvieron recibimiento entre los clientes. Seguiría trabajando pero en ese entonces el tamaño de su vientre ya la cansaba y dificultaba su movimiento, por eso tampoco había vuelto al jardín de la azotea y extrañaba hacerlo. Tampoco había vuelto a saber nada de Osorio desde aquella vez que Paulo la llevó a su apartamento, pero no le importaba pues tenía a un hombre maravilloso junto a ella.

—¿Crees que pase el examen de admisión? –le preguntó mientras estaban en la mesa de la cocina

—Por supuesto mi amor, has superado mucho en estos meses y cuando entres en la universidad será otro obstáculo superado –posó su mano sobre la de ella –y Camilo estará orgulloso de ti, ¿verdad campeón? –posó su mano en el vientre y el niño pateó como siempre hacía cuando Aurelio lo tocaba

—Le agradas –comentó Julieta –patea antes de que vuelvas de la universidad o cuando pienso en ti

—Es recíproco, lo amo como si fuera mío

—¿Sigues con el deseo de registrarlo?

—Sí, si lo deseas nada me haría más feliz que convertirme en el padre de tu hijo, cuidarlo, amarlo, también a su mamá

—Sigo pensando que no deberías encargarte de un niño que no es tuyo, no tengo problema en registrarlo como madre soltera

—Existe un dicho que dice Padre no es el que engendra sino quien cría, no sería un deber sino un placer –se acercó a Julieta y acarició su rostro

—Aurelio, aquí no

—No hay nadie en la casa, un besito, ¿sí? –Aurelio y Julieta se besaban pero a escondidas, nunca en un lugar tan transitado como la cocina. Preferían mantener su relación en secreto hasta que naciera el bebé pero era muy tarde cada vez que los veían juntos cuchicheaban y sus miradas no mentían. Pero en esta ocasión el momento romántico se vio interrumpido con la llegada de Mariana.

—Hola chicos

—Hola Mariana –saludaron los dos

—Veo que estás estudiando Julieta

—Sí, debo estar lista para el examen de admisión

—Lamento interrumpirlos pero te necesito, surgió un evento de última hora

—¿Qué evento? –preguntó confundida

—Un quince años, un conocido recomendó nuestro cáterin, en especial por tus postres, me llamaron anoche para saber si podíamos realizarles el servicio y yo acepté

—Ve Julieta –dijo Aurelio –te doy permiso ya hemos estudiado bastante por hoy

—Gracias Aurelio por prestármela, bien vamos a tu cuarto a cambiarte

—¿Cambiarme? ¿Por qué?

—Sí, el lugar al que vamos es muy elegante, necesitamos ropa de gala, como ves ya tengo mi vestido –Mariana llevaba puesto un vestido azul que le llegaba a las rodillas, zapatos de tacón con brillantes y el cabello recogido en un moño –y aquí está el tuyo levantó una bolsa blanca –vamos a tu cuarto

Julieta quedó sin palabras cuando vio el vestido que Mariana le trajo para el evento, era hermoso: rosa, de seda con una faja blanca, el soñado de cualquier embarazada.

—Mariana es hermoso –lo tocó, la tela era tan suave

—Me alegra que te guste, en cuanto lo vi en la tienda pensé en ti

—Fuiste muy rápida al escogerlo ¿y si no me queda?

—Doña Victoria me dio tu talla, ustedes fueron a la tienda hace meses y compraron unos vestidos ¿no?

—Así es

—Bueno, te dejo para que te cambies y luego regreso a maquillarte y peinarte

—No Mariana, los invitados esperan, ve tú, no quiero que pierdas esa venta por mi culpa

—El evento comienza dentro de dos horas, tenemos tiempo suficiente, ahora cámbiate –Mariana cerró la puerta y dejó a Julieta sola con sus pensamientos y confundida con lo que sucedía.

Cuando se quedó sola Julieta se quitó la blusa y el pantalón que tenía y se colocó el vestido, luego se paró delante del espejo, sintiéndose al borde de las lágrimas por verse tan hermosa, el vestido encajaba con su cuerpo y la caída era perfecta debía preguntarle a Mariana si podía quedarse con el vestido para su baby shower porque le gustaría usarlo para ese día

—¿Qué te parece Camilo? ¿Mamá se ve bien? –preguntó a su avanzado vientre y recibió una patadita como afirmación –gracias mi amor

Mariana peinó con unas trenzas y maquilló a Julieta quien aumentó su belleza diez veces parecía un ángel

—Te ves hermosa Julieta, y tú que no querías arreglarte

—No es que no quisiera, lo consideraba una pérdida de tiempo y ahora llegaremos tarde al evento

—Descuida, la festejada comprenderá todo cuando lleguemos, ahora vamos

Si la actitud de Mariana confundió a Julieta, ver a Aurelio con un traje formal después de que bajaron la desconcertó, pero él no lo notó porque estaba deslumbrado por lo hermosa que se veía Julieta, Mariana hizo un excelente trabajo

—Estás muy bella Julieta

—Gracias, también tú, ¿a dónde vas?

—Las dejaré en el lugar del evento, ya está listo el auto 

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