—¿Y qué es?

Días después Aurelio y Julieta fueron al consultorio de Mariko para su revisión mensual, esta se diferenciaba de la anterior por un aspecto, en esta sabrían el sexo del bebé y estaban muy emocionados, llegaron puntuales y cuando llegó su turno, entraron, Julieta se acostó en la camilla con Aurelio a su lado y formuló la pregunta, a lo que Mariko respondió:

—Bueno, me complace informar, que tendrás un lindo niño –dijo sonriendo –felicidades

—Vas a tener un varoncito Julieta –dijo Aurelio emocionado también

—¿Un niño? ¿Está segura? –preguntó emocionada

—Sí, por completo, aquí está el órgano –dijo señalando la pantalla –no hay duda tendrás un niño, ¿por qué? ¿Querías que fuera una niña?

—No me importa, solo que esté sano

—Pues lo está, no tienes de qué preocuparte

—Y ahora ¿cuál es el próximo paso Mariko? –preguntó Aurelio

—Bueno, que se cuide, seguir alimentándose bien, si siente alguna molestia venir a verme de inmediato, tomar el ácido fólico eso, aunque también como ya sabe qué será, podrían comenzar a planear el babyshower

—Comenzaremos con los preparativos

Julieta no decía nada, continuaba procesando el hecho de saber que tendría un niño, un chiquito al que podría darle todo su amor de madre, estaba muy feliz y absorta en sus pensamientos que Aurelio debió hablarle dos veces para que le pusiera atención

—Julieta

—¿Sí? ¿Qué pasa Aurelio? –dijo mirándolo -¿dónde está Mariko?

—Fue a su oficina, ya terminó la consulta, ya puedes levantarte de la camilla

—Ah sí –dijo incorporándose –no me di cuenta

—¿Estás bien? –preguntó preocupado

—Claro

—¿Segura?

—Sí, salgamos de aquí

Cuando salieron del consultorio, Aurelio llevó a Julieta al parque donde ella conoció a Mariana y Joao, ahí él no pudo contenerse y le preguntó:

—¿Qué te pasa mi amor?

—Sí, estoy bien Aurelio, ¿cómo no voy a estarlo? Acabo de enterarme que tendré un niño y que estamos saludables

—Julieta, he aprendido a conocerte y sé cuando te sucede algo, ¿es que como es un niño te asusta que se parezca a él?

—No, yo jamás rechazaría a mi hijo por su aspecto Aurelio, amo a mi bebé desde el momento que supe que crecía en mí, no me malentiendas, pero creí que este embarazo sería diferente

—¿En qué sentido?

—Siempre pensé que el padre de mi bebé iría conmigo a los ultrasonidos, me cuidaría en el proceso, pero nada salió como esperaba

—¿Y eso te duele?

—Sí, pero no puedo remediarlo

—¿Te gustaría que Osorio estuviera aquí?

—Tal vez, para que él lo conozca –dijo frotando su vientre –pero no se lo merece

—Yo estoy aquí y te ayudaré en todo lo que necesites Julieta

—Lo sé

—Y ya que sabemos que será un niño, comencemos a organizar su habitación

—En la residencia no hay espacio para eso, todas las habitaciones están ocupadas, me acomodaré con Camilo en mi cuarto

—¿Camilo?

—Sí, así se llamará mi hijo

—¿Cuándo lo decidiste?

—Desde hace tiempo, mi papá se llamaba así –dijo sonriendo mientras recordaba a su padre –quiero homenajearlo

—Estoy seguro de que desde el cielo estará feliz

—Él siempre quiso un nieto

—¿También cocinaba como tu madre?

—No, era contador, se le daban bien los números, ustedes se habrían llevado bien por pasión por las matemáticas –dijo sonriendo

—También compartimos amor por alguien

—¿Por quién?

—Por ti

Aurelio se acercó a Julieta y la besó, habían pasado días desde la declaración en el jardín, ambos decidieron aparentar una amistad mientras Julieta encontraba la manera de divorciarse, pero era tarde pues en la residencia era evidente la atracción entre ellos

—Debo hablar con tu madre sobre el pago de la residencia

—No hace falta

—Hice un trato con ella, me quedaría gratis hasta que consiguiera trabajo y ya lo conseguí

—Encárgate de eso después

—No Aurelio, quiero salir de mis deudas antes de todo

—Cálmate mi amor, todo a su tiempo, lo conseguirás por tu hijo y por ti misma –dijo mientras tomaba su mano

—¿Crees que podré entrar en la universidad?

—Por supuesto, lo lograrás y serás la mejor estudiante, pero para eso debemos trabajar, comenzaremos mañana

—¿Qué preguntan en los exámenes?

—Son dos partes, una comprensión de lectura y lógica matemática

—Dios mío, yo no soy muy buena en matemáticas

—Lo lograrás, has superado obstáculos mucho peores que este, si te esfuerzas serás admitida

—Gracias por apoyarme siempre –dijo abrazándolo fuerte

—Yo te amo y siempre estaré contigo amor

—Por favor, sin promesas que quizás rompamos después

—No Julieta –dijo mirándola a los ojos –esa promesa la cumpliré y te haré otra: los protegeré a ti y a Camilo, con mi vida si fuera preciso

Julieta no dijo nada y siguió ahí, en los brazos de Aurelio, mientras disfrutaba la brisa meridiana que rozaba su cara

—¿Cuándo quisieras que sea tu babyshower? Ya sabemos qué será

—No lo he pensado

—¿Por qué?

—Pensé que no podría realizarlo, por mi situación, pero como gracias a Dios y a ti todo cambió

—Te la organizaremos en la residencia, una hermosa reunión para que este bebé –dijo acariciando el vientre de Julieta –tenga muchos regalos, ¿te parece?

—Por supuesto