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Capítulo 18

Llegó el día de la fiesta de Aurelio, todo estaba listo, la comida, bebidas y música solo faltaban los invitados que no tardaron en llegar, la residencia se llenó con rapidez de personas felicitando a Aurelio, Julieta se comprometió a ayudar en la cocina hasta que Elisa y Darcy llegaran, no se sentía cómoda pues no conocía a nadie, pero Aurelio tenía planes, cuando estaban recibiendo a los invitados llegaron Elisabetta y Darcy, Aurelio desconfió pues no los había visto nunca, entonces se acercó a ellos

—Buenas noches

—Buenas noches –saludó Elisabetta –soy Elisabetta Benedicto, él es mi marido Darcy Williamsom, somos amigos de Julieta, ella nos invitó, dijo que estabas de acuerdo

—Sí claro, Julieta me habló de ustedes, bienvenidos, Aurelio Cavalcante –dijo extendiéndoles la mano a ambos

—El gusto es nuestro –dijo Darcy

—¿Dónde está Julieta? –preguntó Elisabetta sintiendo la falta de Julieta

—No lo sé, mamá ¿dónde está Julieta?

—En la cocina, si quieres te llevo con ella –sugirió Victoria a Elisabetta

—Claro doña Victoria

—¿Ustedes se conocen? –preguntó Aurelio sorprendido de que la amiga de Julieta supiera el nombre de su madre

—Sí hijo, hace unos días Elisabetta vino a ver a Julieta y ahí nos conocimos

—Sí, Julieta nos ha hablado de ti y lo bueno que has sido con ella te lo agradezco

—No tienes nada que agradecer, esta es la casa de Julieta por el tiempo que quiera

—Gracias, bueno voy a ver a Julieta con permiso de nuevo ha sido un placer conocerte

Julieta estaba acomodando los aperitivos para los invitados cuando llegó Victoria con Elisabetta, Julieta se puso feliz al ver a su amiga

—Elisa, amiga –dijo abrazándola –me alegra verte

—Hola amiga, ¿cómo estás?

—Muy bien gracias a Dios, ¿y ese niño? –preguntó acariciando el vientre de su amiga

—Creciendo cada día, no he tenido complicaciones, ¿y Darcy? ¿Viniste con él?

—Sí, está hablando con Aurelio

—Julieta, ¿por qué no vienes a la sala, ahí estamos todos? –invitó Victoria

—En un momento doña Victoria, terminaré de acomodar estos bocadillos

—Está bien, pero recuerda: no eres una empleada, sino una huésped –dijo cogiendo una bandeja con comida para llevar a la sala -con permiso

—¿Por qué no me dijiste que Aurelio era tan guapo?

—Elisa, a mí no me importa eso

—¿No te gusta ni un poco?

—Estoy agradecida con él por lo que hizo por mí pero nada más, por otro lado soy una mujer casada

—Para lo que le importa eso a Osorio ¿Sigues esperando que aparezca?

—No, ya me resigné a que no volveré a saber de él, ahora quiero enfocarme en mi hijo y mis estudios, Aurelio me ayudará a entrar en la universidad y terminar la carrera de gastronomía

—¿En serio? –exclamó emocionada Elisa –Juju qué gusto, siempre me contaste que no pudiste terminar la carrera porque tu papá murió

—Sí, pero al fin podré y así le daré una mejor calidad de vida a mi hijo, voy a sacarlo adelante y abriré mi restaurante

—Así se habla amiga –aclamó feliz -¿y esta comida tan deliciosa?

—Entre Mercedes la cocinera, doña Victoria y yo la hicimos, las dos cocinan delicioso

—Ya quiero probar, ¿hiciste tu cheesecake de fresa?

—Claro, está en la refrigeradora, es mi regalo para Aurelio, como no pude comprarle nada se lo hice

—Puedes darle otro regalo si quisieras

—¿Cuál?

—Hacerte su novia

—Elisa

—¿En serio no te gusta ni un poquito?

—En serio

—Pues ojalá estés diciendo la verdad y así no sufrirás cuando tenga novia

—Está planeando tenerla hoy, me contó que piensa declararse a una compañera del trabajo yo espero que acepte

—¿Cómo se llama esa compañera?

—Cassandra, me lo confidenció, estuvo renuente a decírmelo pero luego confió en mí

—Yo dudo que sea cierto, cuando hablé con él hace un rato y vi un brillo en sus ojos cuando habló de ti, me parece que te dijo eso para despistarte

—¿De qué debería despistarme?

—De que a quien en verdad ama es a ti, los hombres son cobardes en ese sentido hazme caso amiga, ese hombre está enamorado de ti

Elisa conocía bien a su amiga, sabía que aunque lo negara le gustaba Aurelio y que Osorio ya no le importaba en lo más mínimo. Estuvieron un rato hablando en el comedor y después regresaron a la sala, ahí, Julieta vio algo que apretó su corazón, Aurelio estaba hablando con dos personas: un hombre y una mujer rubia muy bonita, sonreía para Aurelio y él le correspondía.

—Debe ser ella –pensó –ya entiendo por qué está enamorado, es muy hermosa más que yo –Julieta los observaba con atención, pensaba en la bonita pareja que hacían, Cassandra era muy afortunada que Aurelio la quisiera, salió de sus pensamientos al ver que Aurelio la llamaba ella quiso esconderse pero de nada serviría, tarde o temprano se enteraría, respiró hondo y se acercó

—Julieta, aquí estás, estaba a punto de ir a buscarte

—No te preocupes por mí, disfruta tu fiesta, feliz cumpleaños

—Gracias, ven quiero presentarte a algunos amigos –dijo acercándola a Jorge y Cassandra –Chicos ella es Julieta Sampaio, Julieta ellos son Cassandra y Jorge

—Hola, mucho gusto

—Igualmente –dijo Cassandra -nunca te había visto por aquí

—Es que soy nueva, llegué hace unos días

—Oh

—Y él es Jorge

—Hasta que al fin conozco a la famosa Julieta, Aurelio me ha hablado mucho de ti

—¿En serio?

—Sí, Aurelio, dijiste que era linda pero no imaginaba cuanto –dijo sonriéndole

Julieta se sintió avergonzada y nerviosa, ¿Aurelio les habrá dicho sobre su situación? No, él jamás lo haría, le dio su palabra, además aprendió a conocerlo y sabía que era leal. Mientras tanto, Aurelio sintió celos de su amigo por la forma en que miraba a Julieta, Jorge era un soltero con fama de enamorado y no permitiría que se acercara a ella, para alejarlo inventó la excusa de pedirle que le acompañara por un refresco, Cassandra se fue con otros compañeros y Julieta fue a sentarse con Ema y Jane pues no quería someterse al interrogatorio de Elisa.

—Es muy linda tu enamorada amigo –bromeó Jorge cuando llegaron a la cocina

—Escucha, será mejor que te alejes de ella

—Calma, solo dije lo hermosa que es, pero tranquilo, solo me interesan las mujeres disponibles

—Como ella

—No Aurelio, es mujer no está disponible, ella está interesada en ti

—¿De qué hablas?

—¿No notaste cómo miraba a Cassandra? Con tristeza, pero una tristeza de mujer herida, ¿te ha preguntado por casualidad si te gusta alguien?

—Sí, cuando la llevé a su ultrasonido, ¿cómo lo sabes?

—Es la típica pregunta de las mujeres cuando están interesadas y quieren saber si tienen el camino libre y por lo sucedido me atrevo a decir que le dijiste que te gustaba Cassandra

—En vez de ser profesor deberías ser especialista en seducción o casamentero

—No exageres, solo es intuición masculina, además me gusta mi trabajo en la universidad, aclárale todo y te sorprenderás, voy con nuestros compañeros

A Aurelio le nació la esperanza de ser aceptado por Julieta, no comprendía cómo no percibía que ella era la mujer a quien amaba, se lo aclararía cuando terminara la fiesta, iba a salir de la cocina cuando Julieta apareció:

—Aurelio, no sabía que estabas aquí

—Vine a hablar con Jorge sobre un asunto, ¿y tú?

—Vine por más bocadillos, los invitados tienen hambre

—Te ayudo

—No, el cumpleañero no debe esforzarse en su cumpleaños

—No me cuesta nada, ¿qué llevo?

—Esos frijoles molidos y ese atún con queso crema que hizo tu madre

—¿Ya lo probaste?

—¿Qué?

—El atún con queso crema

—No

—No sabes lo que te pierdes –Aurelio cogió una cuchara, tomó un poco y se o dio a Julieta –pruébalo, tu bebé y tú me lo agradecerán, hazlo, cuando lo pongas no quedará en poco tiempo

—Está bien –Julieta tomó la cuchara y probó –tienes razón Aurelio está delicioso si no queda nada, lo comprendería

—Es un clásico de mi madre

—¿Desde cuándo lo hace? –preguntó mientras iban a la sala donde estaban los demás

—Desde que tengo uso de razón, cuando era niño amaba cuando lo preparaba e incluso cogía a escondidas, muchas veces me descubrió

—Bueno, es que no debías hacerlo –opinó mientras colocaba unos snacks en la mesa que pusieron para la comida

—¿Vas a decirme que nunca lo hiciste?

—Sí, cuando arreglaba frijoles molidos, una delicia –dijo dirigiendo sus pasos a la cocina nuevamente

—¿A dónde vas? ¿Qué falta?

—El cheesecake que hice, está en el refrigerador

—Por fin podré probar el cheesecake del que tanto he oído hablar, nunca me dejaste probar

—Aún no estaba listo

—Vamos Julieta Sampaio, ¿nunca comiste un pastel de tu madre estando crudo?

—También –dijo riendo mientras sacaba el pyrex–mi madre me contó que cuando estaba embarazada quiso comer dulce y a mí me fascina quizás mi hijo herede esa actitud

—Se ve delicioso –opinó viendo el cheesecake

—Bueno, me alegra, es mi regalo de cumpleaños para ti, habría querido darte más pero ya sabes

—Haberte conocido es el mejor regalo –dijo acariciando sus manos –estás helada

—Debe ser el frío del pyrex –opinó cuando sabía que no era así –vamos debo colocar el pyrex en la mesa

—Yo lo llevaré estás embarazada y no debes cargar nada pesado

—No pesa nada

—Es de mal gusto desobedecer al cumpleañero

—¿Siempre encuentras la forma de conseguir lo que quieres? –preguntó al pasarle el pyrex

—Me gusta pensar que sí

Julieta le dedicó una sonrisa, ya se había acostumbrado a sonreír desde su llegada a la residencia pues se sentía con una nueva esperanza, lo que ella no sabía es que esa noche cambiaría su vida.

Cuando Aurelio colocó el pyrex sobre la mesa, Ernesto propuso un karaoke para que los presentes pudieran expresar sus dotes artísticos

—Ema, ¿nos harías el honor?

—Oh no, soy profesora de piano, no cantante

—¿Julieta? Sería tu debut en la residencia

—Soy pésima cantante, si me pidieran cocinar sería diferente

—Yo lo haré –dijo Aurelio acercándose a la pantalla

—Excelente, si el cumpleañero se anima, talvez los demás –dijo Jorge

—¿Cuál quieres cantar?

—Para enamorarte de mí de David Bisbal

—Vaya Aurelio, ¿ya tienes novia? –preguntó Rómulo

—No, pero pretendo tenerla pronto –dijo mirando a Julieta

—Ya era hora –dijo Jorge quien sabía la verdad –cuando sea oficial nos la presentas

—Hijo empieza a cantar –pidió Afranio

Ernesto buscó la canción en internet y después del intro Aurelio comenzó a cantar:

Te has vuelto una razón para decir
Que doy mi vida a cambio de tu amor
Fue un beso infinito, un segundo contigo
Estoy perdiendo en ti mi corazón

Te has vuelto una razón para sentir
Que callas el vacío en mi interior
Hoy tengo en mis manos el alma rogando
Que sientas lo que estoy sintiendo yo

Escúchame, que el amor es como es
Llega en silencio y descalzo
Entiéndeme, yo no descansaré
Hasta tenerte a mi lado

Para enamorarte de mí
Yo seré quien tome en sus manos la luna
Y te la entregaré
Para enamorarte de mí
Yo seré tu cómplice
En cualquier locura y te acompañaré

Seré tu soldado
En tu cuerpo tu esclavo
Guardián del sabor de tu piel
Por siempre, mi amor, he jurado
Que así te amaré

Te has vuelto una razón para pensar
Que el cielo me ha devuelto algún favor
Tus ojos me llenan, el tiempo se frena
Buscando enamorarte como yo

Escúchame, que el amor es como es
Llega en silencio y descalzo
Entiéndeme, yo no descansaré
Hasta tenerte a mi lado

Para enamorarte de mí
Yo seré quien tome en sus manos la luna
Y te la entregaré
Para enamorarte de mí
Yo seré tu cómplice
En cualquier locura y te acompañaré

Seré tu soldado
En tu cuerpo tu esclavo
Guardián del sabor de tu piel
Por siempre, mi amor, he jurado
Que así te amaré

Para enamorarte de mí
Yo seré quien tome en sus manos la Luna
Y te la entregaré

Para enamorarte de mí
Yo seré tu cómplice
En cualquier locura y te acompañaré

Seré tu soldado
En tu cuerpo tu esclavo
Guardián del sabor de tu piel
Por siempre, mi amor, he jurado
Que así te amaré

Cada palabra dicha estaba cargada de sentimiento y todo el tiempo Aurelio miraba a Julieta, ella también y en ese intercambio de miradas, él le transmitía todo su amor y ella lo fascinada por saber que cantaba, cuando terminó Aurelio recibió el aplauso de todos.

—¿Y te gustó? –preguntó al sentarse junto a Julieta

—Sí cantas muy bien

—Me hubiera gustado oírte

—Como cantante soy buena cocinera, comenzaré a triunfar cuando tenga mi restaurante

—No lo dudo, cuando termine el karaoke iré a probar el postre

Esa conversación no pasaba desapercibida por Cassandra quien le preguntó a Jorge:

—Jorge, ¿sabes quién es esa mujer?

—No, solo lo que tú escuchaste hace un rato

—A mí no me engañas, Aurelio te cuenta todo

—Julieta Sampaio, llegó hace unos días y está embarazada

—Embarazada, ¿y su esposo vive aquí también? Porque no creo que le guste la proximidad que tienen ella y Aurelio

—Según me contó vino sola

—Se me hace conocida

—No creo, es la primera vez que la vemos

—Estoy segura que la he visto antes y no descansaré hasta recordarlo –dijo la mujer quien desde hace tiempo estaba enamorada de Aurelio y no descansaría hasta que la amara

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