Capítulo 4
Llegó el día de la reunión en la casa de los padres de Ricardo. No podía negar que estaba nerviosa, no sé qué planes tenían mi hermana y su esposo pero sospechaba que iban a hacer explotar a su esposo ya que cuando hablaba con ella por teléfono no hacía más que reírse y hacer algunos comentarios de que alistara todo para brindarle los primeros auxilios a su marido.
Ella me sugirió lo mismo que hizo Esteban, en pasearme delante suyo en forma provocativa y así lo hice. Cuando los niños se iban a su habitación para poner su pijama, yo me desnudaba delante de él y caminaba hasta el baño dejando la puerta abierta. Más de una vez sentir su mirada sobre mí, pero yo no me volteé ninguna sola vez.
Cada día se veía más irritado y había escuchado que había empezado a discutir con esa mujer cada vez que lo llamaba, en especial en las noches cuando salía solo por unos minutos y entraba de nuevo y se acostaba al lado de nuestros hijos, ya que los pequeños seguían durmiendo con nosotros.
-¿Llevan todo?- Pregunto a mis hijos al verlo bajar las escaleras.
-Si mami, todo está en la maleta-
-¿Ya le pidieron permiso a papi?- Ricardo se acerca arqueando una ceja.
-¿Permiso?- Pregunta.
-Si papá, hoy queremos quedarnos todo el fin de semana con nuestros abuelos- Dice mi hijo mayor -¿Podemos?- Su padre me mira por un momento y luego asiente a nuestros hijos.
-Claro- Mis hijos lanzan un grito y corren para abrazarlo.
Llegamos a casa de sus padres, Ricardo se mantiene tenso al ver a varias personas en casa y empieza a ignorar a todo el mundo y sale al patio con nuestros hijos a jugar.
-Hola- Mi hermana menor entra y su pequeña barriga se nota.
-Hola- Me levanto a abrazarla y ella se sienta a mi lado.
-¿Cómo está todo?- Pregunta y mira a Ricardo jugar con mis hijos y mis sobrinos, los hijos de mi hermana mayor que se han acercado para jugar con ellos.
-Bien, pero como vez, ignora a todos y solo se concentra en los niños- Mi hermana suspira y toca su barriguita -¿Ya saben el sexo?- Pregunto.
-No. Quiero torturar un poco más a Esteban- Dice con una sonrisa.
-¿Cómo así?- Pregunto.
-Esteban está loco por saber si va a ser niña- Dice –Aunque él dice que no le importa el sexo, yo sé que quiere niña y ha pintado varias veces la habitación- Ríe –Si vieras, primero la pinto de rosado y le dije que no podía hacer eso ya que podía ser niño y la pinto de azul cielo y le dije lo mismo y la pinto de blanco, pero después dijo que se veía vacía y la pinto de verde – Ambas reímos –Por último contrato con un diseñador de interiores y volvieron a pintar la habitación pero esta vez la convirtieron en una jungla, así si es niño o niña no hay problema con la decoración-
-Esta semana me dijo que tuvo que esconderse en el baño y encerrarse con pestillo ya que tú lo acosabas y lo tenías seco de tanto sexo- Mi hermana suelta una carcajada.
-Idiota- Niega limpiando sus lágrimas.
-Me alegro que estén bien- Los ojos de mi hermana brillan.
-Es un maravilloso esposo y sé que será un gran padre- Asiento.
Cecilia, mi madre y unas tías de Ricardo se sienta en la mesa con nosotras y empezamos a platicar sobre el embarazo de mi hermana y los planes para el baby shawer, Al poco tiempo Richard, mi padre y los hombres se sienta en la otra mesa conversando hasta que llaman a Ricardo para que se integre pero este los ignora y sigue jugando a la pelota con los niños hasta que escuchamos entrar a Esteban quien siempre hace su entrada triunfal.
-¡Llego el más guapo de la familia!- Grita haciéndonos reír, mi hermana mueve su pie y me hace señas con su cabeza para que mire a Ricardo que se ha quedado parado mirándonos desde lejos.
-¡Vaya! Esta mesa sí que está rodeado de mujeres hermosas- Se acerca y empieza a tomar nuestra mano para besar el dorso y luego en ambas mejillas – Querida –Esteban se inclina y besa mi mano, sonrio mirando a mi hermana quien ríe junto con las otras mujeres –Luces hermosas- Guiña su ojo y se acerca para besar mis mejillas quedándose un momento ante el contacto y susurra en mi oído –Allá viene el toro- Y se aleja y en ese momento veo a Ricardo a mi lado- ¿Qué tal primo?- Esteban extiende su mano y no la acepta, solo lo mira por un momento antes de pasar por su lado golpeando su hombro para entrar a casa.
-¡Vez!- Dice Sonia aplaudiendo -¡Se los dije!-
--Mandan- Esteban se acerca a mi hermana y besa su mano y levanta la mirada hacia donde salió Ricardo comprobando que no está cerca –Se ve hermosa con ese vestido y me pregunto, ¿Su marido es celoso?- Dice con una sonrisa.
-Lo es- Mi hermana quita su mano y voltea su rostro hacia un lado –Te voy a pedir que no te me acerques, mi esposo es muy posesivo-
-Bueno eso es de todos los Denver- Me mira y guiñe su ojo – Nuestras mujeres son nuestro mundo y debemos protegerlas- Sonríe y se inclina haciendo una pequeña reverencia – Con su permiso, damas- Reímos por su payasadas y se acerca a la mesa de los hombres y se sienta a conversar con ellos.
Richard le insiste a Ricardo que se siente con ellos y termina aceptando quedar frente mío. En ningún momento apartaba su mirada de mi cuerpo haciendo que me sienta incómoda pero no le di la satisfacción de verme afectada y lo ignoré mientras reía de la ocurrencia de mi hermana con su esposo.
-¡Oye Clara! ¿Qué tal si salimos un rato esta noche?- Dice Esteban desde su asiento y por un momento, solo por un momento me dio por mirar a Ricardo y ver como apretaba los puños esperando mi respuesta.
-Te agradezco, pero la verdad es que me siento un poco cansada, pero si quieres mañana podemos almorzar- Esteban sonríe y decido seguir conversando con mi hermana quien muerde sus labios para no reír.
El servicio nos informa que la cena está servida y todos nos levantamos para ir hacia el comedor, en ese momento me volteo llamando a mis hijos y al darme la vuelta tropiezo con el torso de mi esposo, levanto mi mirada y me encuentro con sus ojos, unos hermosos ojos azules pero puedo ver como su mirada se oscurece. En ese momento nos quedamos mirando y abre la boca para decir algo, pero es interrumpido por nuestra pequeña quien se estrella contra su pierna haciendo que se tambalee hacia atrás y se separe un poco.
-¡Papi! Cárgame- Ricardo sin dejar de mirarme toma a nuestra hija entre sus brazos y mi pequeña toma sus mejillas para que la mire –Tengo hambre- Ricardo mira a nuestra hija y le sonríe y se da la vuelta para entrar a casa.
¿Qué mierda es lo que acaba de pasar?
Después de poder recomponerme decidí entrar a la casa, todos se han sentado y al lado de Ricardo esta un puesto desocupado, el que siempre me sentaba cuando veníamos a comer.
-Salud- Esteban quedó frente mío y levantó su copa hacia mí brindando, cada vez podía ver como Ricardo se movía de su asiento incómodo y sabía que estaba perdiendo el control.
Me removí incómoda, si Esteban seguía así iba a terminar dejando a mi hermana viuda.
-¿Cuándo va a ser el baby shawer?- Le pregunto a mi hermana cambiando el tema y ella sonríe antes de contestar y de nuevo empezamos a conversar con los planes para la fiesta.
Al terminar de cenar decidí que ya había sido suficiente con alterar a Ricardo y les dije a todos que ya estaba cansada y me iba a casa. En ese momento los ojos de Ricardo brillaron y pude verlo sonreír y despedirse de todos con amabilidad, eso sí, menos de Esteban que una vez más lo dejó con la mano extendida y solo salió de la casa dejando la puerta abierta para que yo lo siguiera.
-Cuídate- Susurra Esteban en mi oído y yo asiento.
-Cuídala- Señalo con la cabeza a mi hermana quien se acerca y mira hacia la puerta y al ver que Ricardo no esta le pellizca la nalga a su esposo.
-¡La vez!- Dramatiza – ¿Quién me va a cuidar a mí de esta depravadora sexual?- Mi hermana y yo reímos.
-Si tienes problemas con mi apetito sexual puedo buscar a otro- En ese momento Esteban voltea la cabeza como si fuera el exorcista y la mira con furia.
-Ni se te ocurra volver a hacer un comentario de esos- Dice entre dientes – Esa puta broma no me gusta- Lo dice con tanta seriedad que mi hermana y yo no podemos evitar soltar una carcajada y al ver que nos burlamos con más fuerza se da la vuelta y desaparece por el corredor.
-No hay mejor manera de ponerlo furioso que insinuar algo con otro hombre- Mi hermana niega riendo –Iré a buscarlo, debe estar encerrado en el baño haciendo berrinche- Ambas nos abrazamos y sale en búsqueda de su marido.
Me despido de todos y de mis hijos para salir de la casa y ver a Ricardo apoyado contra uno de los autos que está estacionado con los brazos cruzados, parece que está desesperado porque no vayamos.
Ambos nos montamos en mi vehículo, yo de piloto y el copiloto. Abrocha su cinturón y ninguno dice nada en lo que queda del camino a casa. AL bajar me espera y abre la puerta para que yo entre primero, los nervios se disparan y siento mi corazón desbocado.
-Necesitamos hablar- Dice Ricardo al entrar y cerrando la puerta.
-¿Qué quieres hablar?- Camino hasta la sala y dejo mi bolso en uno de los muebles y al voltearme me encuentro de nuevo con Ricardo muy cerca de mi cuerpo.
-¿Tienes algo con Esteban?- Pregunta mirándome a los ojos.
-Ya te dije que él y yo solo somos amigos-
-¿Pero después...? ¿Después de que yo desapareciera nunca hubo algo?- Su voz se vuelve más ronca y niego con la cabeza.
Cierra los ojos por un momento como si mi respuesta le aliviara y al abrirlos, su iris se dilata y me toma de la nuca para acercarme con fuerza y estampar sus labios contra los míos.
Gimo al momento que mis labios hacen contacto con los suyos y no puedo evitar apretar su camisa entre mis manos, Ricardo gruñe y pasa una de sus manos por mi cintura para atraerme más hacia su cuerpo y ambos nos empezamos a besar como si no hubiera mañana.
Me apoyo contra el mueble y empieza a mover sus caderas haciendo que sienta su gran erección y por poco caemos al suelo al momento que el mueble se mueve por nuestro cuerpo.
-Te necesito- Se separa de nuestro beso y me mira a los ojos –No puedo recordarte pero no puedo sacarte de mi mente- Me toma entre sus brazos y me carga para subir las escaleras sin dejar de mirarnos, termina de subir y abre la puerta de una patada dejándome suavemente sobre nuestra cama –Dime que me detengas y lo haré, porque si vuelvo a besarte ya no habrá marcha atrás- Puedo observar como su pecho sube y baja con rapidez.
Me levanto y me acerco pasando mis manos por sus manos y las subo lentamente hasta llegar a su barbilla y acaricio su mentón.
Ricardo cierra sus ojos sintiendo mi caricia hasta que lo tomo del cuello y acerco mi cuerpo al suyo.
-No te detengas... Nunca lo hagas- Abre sus ojos y lo veo tragar fuerte –Soy y siempre seré tuya-
Sonríe antes de volver a besarme, pero esta vez se toma su tiempo para hacerlo. Lo hace despacio, tomándose su tiempo de saborearme pero para mí es una completa tortura.
Nuestras ropas desaparecen, nuestras manos exploran cada centímetro de nuestro cuerpo.
Yo, trazando con mis manos y besando cada cicatriz y tatuaje que no conocía y el conociendo de nuevo mi cuerpo.
Hicimos el amor toda la noche, la madrugada. En la mañana me despertó con sus besos y caricias y volvimos a hacer el amor, así la pasamos todo el fin de semana. No fuimos ni siquiera a ver a los niños, solo lo llamábamos para saber que estaban bien y nos quedamos en cama, abrazados, desnudos.
Así la pasamos todo el fin de semana y con ella la semana. Nuestros hijos se quedaron con sus abuelos y ellos se encargaban de llevarlos y traerlos de la escuela mientras nosotros no salíamos de la casa.
En ese momento sentí que había recuperado a mi esposo, al mismo hombre que me enamoró hace unos años y al que sigo amando con todo mi ser.
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