[T/N] se quedó viendo como el tipo de los tatuajes en la cara se iba y suspiro...el tipo la ponía nerviosa, su mirada dura y los tatuajes, su porte imponente y esa actitud que tenía como de estar siempre molesto la ponía muy nerviosa...observó sus tres dedos cortados y vio la hora...todavía no era ni la hora de almorzar y ya tenía 3 dedos vendados

—Aaaaaah....—suspiró para sí—Realmente eres muy torpe— se dijo a sí misma [T/N] y caminó hasta el mesón para limpiar los restos de papel de seda y cinta, estaba concentrada en eso mientras tarareaba una canción cuando la puerta vuelve a abrirse y era nuevamente el tipo de los tatuajes en el rostro, venía con la planta otra vez

—Oye...¿Puedes guardármela? La vendré a buscar más tarde...mi...human-mi mamá puede verla y... — le dijo indicando la planta con su cabeza

—C-claro...—murmuro [T/N] sorprendida de lo considerado que era el tipo con su mamá, le pareció algo muy tierno a pesar de que se veía molesto por alguna razón

—Gracias... —murmuró el tipo mientras [T/N] recibía la orquídea con ambas manos y sonreía delicadamente—Disculpa ¿cómo te llamas? —le pregunto Sukuna viéndola

—[T/A T/N]...¿y tú? — le preguntó [T/N] ladeando su cabeza a un lado, Sukuna levantó una ceja...algo en ese gesto se le hizo muy familiar

—Nanami Sukuna...— le respondió Sukuna...como su humana favorita se casó con Kento y luego los adoptaron...ahora tenía el apellido de Kento...sentía que no sonaba bien...pero no era algo que le importara mucho realmente y [T/N] asintió con una sonrisa

—Un gusto Nanami-san—le dijo [T/N]

—S-si...—murmuró Sukuna frunciendo un poco sus cejas—U-un gusto...[T/A]-san—agregó haciendo una leve reverencia justo como su humana favorita le enseñó que tenía que hacerlo—Vendré antes de que cierres—agregó Sukuna y [T/N] asintió sonriendo

—Ok...— dijo [T/N] viendo como Sukuna salía por la puerta y corría por la vereda, se notaba que estaba apurado. Con cuidado [T/N] dejó la orquídea detrás del mesón y siguió con lo suyo

El resto del día fue tranquilo para [T/N] con los clientes de siempre. Estaba limpiando el suelo porque tiró tierra de hoja al trasplantar una suculenta cuando su celular comienza a sonar, extrañada lo toma y mientras lo contestaba se volvió a pegar en la misma caja sólo que en la otra canilla, vio quien la llamaba y era su amiga de la universidad

—Naomi-chan ¿cómo estás? —[T/N] le respondió muy animadamente. Con Naomi se conocían desde el primer año de la universidad, estudiaron juntas y si bien ambas se titularon [T/N] no ejercía porque heredó la tienda de su abuela y como le tenía mucho cariño luego de que su abuela muriera ella se hizo cargo de la florería

—[T/N]-chan, ¿tienes planes para hoy en la noche? —Naomi últimamente la llamaba para que la acompañara a citas a ciegas organizadas en bares, a [T/N] no le llamaba mucho la atención principalmente porque se sentía muy incómoda con hablar con tipos desconocidos que sólo querían impresionar a Naomi y que le hablaban a ella para llegar a su amiga...además...últimamente Naomi era un poco...por decirlo de una manera amable: una perra desagradable. Comenzó a comportarse así desde que la ascendieron en el ultimo trabajo de editora trainee a editora en jefe, ahora Naomi se preocupaba mucho más por su apariencia y siempre le tiraba comentarios desagradables a [T/N] sobre su peso, su ropa, sobre lo que comía y sobre su apariencia y si bien a [T/N] le incomodaba que de pronto de la nada Naomi le saliera con un comentario de "[T/N]-chan tu cara es muy linda pero debe bajar como unos 40 kilos para ser mas bonita" o "[T/N]-chan esa ropa te hace ver más grande de lo que ya eres", [T/N] tampoco quería perder su amistad porque guardaba buenos recuerdos de cuando estudiaban juntas y también a pesar de los comentarios hirientes [T/N] aun así la quería mucho

—N-no...no tengo...¿Por qué?—le preguntó [T/N] mientras terminaba de limpiar el desastre que había hecho

—Obvio que no tienes...—le dijo la voz de Naomi un poco fastidiada al otro lado del teléfono—Bueno, con las chicas de la oficina vamos a ir a un bar que queda cerca de tu tiendita...hay noche de citas a ciegas—le dijo Naomi

—Ah...qu-que bien...—sonrió [T/N] tratando de no darse por aludida

—Bueno, te paso a buscar después de la oficina...te llevaré ropa decente para que te pongas...—le dijo Naomi y sin esperar una respuesta de parte de [T/N] cortó la llamada

—P-pero no quiero...—murmuró para si [T/N] suspiró cansada y siguió con su día

La tarde después de su almuerzo pasó rápidamente, los clientes habituales entraban y compraban lo de siempre: el señor Abe compró sus rosas de siempre, una estudiante de preparatoria que era entusiasta de las plantas de interior y que siempre le compraba le compró sustrato para sus plantas y un detective llamado Ito quien trabajaba en la estación de policías que estaba a unas cuadras de la tienda pasó a comprar el ramo de lirios que todas las semanas sin falta compraba para su esposa. De pronto [T/N] vio la hora y ya eran casi las ocho de la noche, comenzó a hacer caja y estaba en eso cuando la puerta de la entrada se abre de par en par para dejar entrar a Naomi, [T/N] la observa y sonríe feliz de verla. Su amiga tenía el cabello largo de color café claro con ondas en las puntas, siempre usaba tacones altos y falda tubo cuando estaba en la oficina y ese día no fue la excepción. Traía una falda café claro una blusa blanca y un blazer que combinaba con la falda. En su brazo izquierdo llevaba su bolso de mano y en la mano izquierda Naomi traía una bolsa de papel

—[T/N]-chan, traje ropa y maquillaje...quiero que te veas decente—le dijo Naomi a modo de saludo

—Uhm...es que...tengo que...—comenzó [T/N] nerviosa

—No balbucees, es molesto...—le regañó Naomi mientras comenzaba a sacar de la bolsa de papel la ropa que le traía—Póntela rápido...después vienes para que te arregle la cara—agregó mientras que se sentaba sobre el mesón, en silencio [T/N] tomó la ropa y se fue a la trastienda. Comenzó a revisar la ropa que Naomi le había llevado y sintió un poco de angustia...siempre le llevaba ropa que ella no se sentía bien o comoda, esta vez le llevó una mini falda de cuerina color negro y una blusa muy escotada de color vino junto con unos tacos altos como los que Naomi usaba

—Naomi-chan...estos zapatos son muy altos...—le dijo [T/N] mientras lentamente se cambiaba de ropa

—Tonterías...—le dijo Naomi mientras sacaba maquillaje de su bolso de mano—Vamos apresurate para que lleguemos pronto...—agregó impaciente. [T/N] suspiró y terminó de ponerse la blusa que le quedaba un poco pequeña del busto y la falda le quedaba apretada de la cintura

—Tu ropa no me queda buena...—gimió sintiéndose mal

—Son la talla más grande que encontré...por eso tienes que bajar de peso...no es saludable que estés así de gorda...—le regañó Naomi mientras veía su celular

[T/N] agradeció que no hubiera espejos en la trastienda, se sentía incomoda y de seguro se veía ridícula...observó su ropa normal, su jean, sus zapatillas deportivas y su suéter...suspiró pesada y tímidamente salió de la trastienda

—Te demoraste mucho...—le dijo Naomi frunciendo el ceño y luego de verla frunció la nariz—[T/N] en serio tienes que bajar de peso...te ves muy mal...además mira tus piernas están todas llenas de cicatrices y de moretones—le regañó Naomi

—M-me pondré mi ropa normal y...—comenzó [T/N]

—No, ya es tarde...no importa...vamos...—le dijo Naomi, había retocado su maquillaje y comenzó a guardarlo en su bolso

—Ah...pero...Nanami-san no ha venido por su planta aun...—murmuró [T/N]

—Pues que venga mañana...—le dijo Naomi tomándola del brazo y comenzando a tironearla hasta la puerta

—[T/A]-san...me retrasé un poco...—la voz de Sukuna las interrumpió. Cuando Sukuna entró se encontró a una mujer de unos 28 años de cabello café claro con ropa de oficinista y mucho maquillaje en la cara tironeando de [T/N] quien por algún motivo traía una minifalda muy corta, unos tacones muy altos que claramente ella no sabía usar porque sus piernas temblaban tratando de conseguir equilibrio y una blusa color vino que dejaba muy poco para la imaginación

—Ah, Nanami-san...—sonrió [T/N] soltándose del agarre de su amiga—Le entrego la orquídea de inmediato—agregó dando dos pasos hasta el mesón, pero se torció el tobillo y se hubiera caído muy feo de no ser por Sukuna quien se movió de manera instantánea para sostenerla...lo hizo sin pensarlo, su cuerpo simplemente se movió sólo sin permiso de su cerebro