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Epílogo

Un año después

Querido Jungkook:

Ya han pasado casi diez meses desde que estás allí, y no tienes una idea de lo mucho que te he extrañado, cada noche rezo para que el tiempo pase rápido y pueda tenerte de nuevo a mi lado. Deseo volver a besarte y tener entre mis manos tu lindo cabello, acariciarlo con suavidad mientras estamos acurrucados juntos en la cama y tú cantas para mí. Extraño tanto esos tiempos. Trato de no pensar mucho en todo, así duele menos, ¿sabes?

¡Te tengo una buena noticia! ¿A qué no adivinas? Me dieron un trabajo en una academia de baile, soy profesor de los niños. Deberías verlos, son todos muy lindos y adorables, y se la pasan siguiéndome de un lado para otro llamándome "Minnie". Hay un pequeño, Eunwoo, dice que se casará conmigo cuando sea grande. De verdad me divierto mucho allí, y el jefe es un chico unos años mayor que yo, que aunque es un poco loco es muy amable y dulce.

Por cierto Nam y Hobi te mandan un fuerte abrazo, al igual que Tae. Deberías verlo, parece otro desde que tiene novio, se pasa todo el día detrás de Jin aunque éste le dice que le de su espacio, el solo lo abraza y le dice que si quiere espacio que se busque un astronauta. Es muy gracioso verlos juntos. Ya lo olvidaba, Yugyeom te manda saludos, ya hace cuatro meses que no prueba nada de droga, el chico con el que sale lo ha ayudado mucho.

Ahora voy a salir con mi jefe, me invitó a una bonita cafetería. Perdona que sea tan corta, prometo escribirte pronto, te quiero mucho mucho.

Con amor tu,
Jiminie.


Suspiré releyendo la última carta que me envió Jimin hace dos meses, no había vuelto a escribirme, a pesar de que lo hacía dos o tres veces cada mes ya no había recibido ninguna carta de él después de esta. Desde que me hice amigo de mi psicóloga él le llevaba las cartas a su casa y ella me las daba.
Lisa es una chica muy gentil, se graduó hace solo tres años, tal vez es porque no es mucha la diferencia de edad que nos llevamos tan bien.

Ella me ha ayudado mucho, al inicio fue muy difícil, pensé que me volvería loco. Mi mente las veinticuatro horas del día se la pasaba recordándome una y otra vez todas las sensaciones que me causaban las drogas, creía que iba a morir de ansiedad. Por suerte, con el tiempo fue disminuyendo cada vez más mi deseo de ingerir cualquier narcótico, y gracias a eso Lisa dijo que ya estaba listo para irme de aquí.

Mañana podré salir y ver por fin a mi precioso Jiminie, aunque no podía negar que estaba aterrado. Me asustaba tanto que ya hubiera encontrado a alguien más y por eso no haya vuelto a escribirme, tenía miedo de verlo junto a otra persona.

Lo he extrañado tanto, su voz, sus ojos, su risa, todo de él. A veces solo me daban ganas de mandar todo a la mierda y salir de aquí solo para verlo aunque sea una vez más. Me deprimí tanto, pero gracias a los consejos de mi amiga psicóloga lo superé en poco tiempo, tenía tanta razón cuando me dijo que si no era capaz de ser feliz solo, tampoco lo iba a ser con Jimin a mi lado.

—Tú felicidad depende solo de ti Jungkook —dijo con tono seguro—, si no eres capaz de ser feliz por tí mismo, no harás a Jimin feliz.

Esas fueron sus palabras, y a pesar de que estoy consciente de eso no puedo evitar que me duela el pensar que Jimin tiene a alguien más, pero sé que si es así solo voy a desearle mucha suerte y tratar de rehacer mi vida.

Estaba tan hundido en mis pensamientos que no había escuchado los golpes en la puerta, Lisa se asomó con una sonrisa.

—¿Como te sientes? ¿Estás emocionado? Mañana podrás volver a casa —se sentó en mi cama.

—Tengo miedo —murmuré—. ¿Qué tal si Jimin ya no me ama?

—Mira, no sé porqué razón él no ha vuelto a escribirte, pero estoy segura de que te ama. Si no es así, ya sabes lo que debes hacer, lo hablamos un montón de veces.

Asentí soltando un audible suspiro.

—Ahora descansa, solo faltan unas horas para que seas libre —comentó en tono divertido.

—No hables como si estuviera preso —soltó una carcajada y se puso de pie.

—Espero que no te olvides de mí cuando salgas de aquí.

—No lo haré —sonreí y ella asintió antes de salir.

Me acosté, dejándome llevar por mis pensamientos, sentía emoción por volver a ver a todos, a Nam, Hobi, Taehyung, Yugyeom, a Jimin. Incluso tal vez un poco a Yoongi, porque a pesar de todo solíamos ser amigos antes de su relación con Jimin.

Y así entre pensamientos y pensamientos, terminé dejandome llevar en brazos de Morfeo.

[...]


Tomé mi mochila y la coloqué en mi espalda, arreglando mi ropa. Acomodé mi cabello, el cual había recogido en una pequeña coleta debido a que estaba un poco largo y tapaba mis ojos, exhalé mirando mi imagen en el espejo y me di fuerzas internamente.

Salí de aquel edificio mirando atentamente, esperando ver a Jimin parado fuera, mirándome con una sonrisa. Lisa me prometió que le avisaría. Me decepcioné un poco al no ver a nadie, e inconscientemente formé un puchero.

—¡¿Por qué sigue tan malditamente tierno?! —chilló una voz conocida y miré hacia la derecha, viendo a mis mejores amigos.

Corrí hacia ellos con una sonrisa, dándoles un fuerte abrazo. Los había extrañado tanto.
Quedé muy sorprendí al ver el pelo rubio de Nam y a Hoseok con el cabello negro.

—¡Te dejaste crecer el cabello! —exclamó Nam viendo la coleta.

—Sí... ¿saben algo de... Jimin? —pregunté con cautela.

—Él fue quien nos avisó, pero no sé si vendrá —la cara que puso Nam no me dió a entender nada bueno.

—Hay un chico que va a recogerlo en las tardes a la universidad, siempre se van juntos —me informó Hobi.

—Entiendo —dije tragando audiblemente, sintiendo toda la emoción de mi cuerpo caer al piso—, supongo que no vendrá entonces, vámonos de aquí.

Al parecer, lo que más temía se ha vuelto realidad, Jimin había encontrado a alguien y al parecer, ya se había olvidado de mí. Y dolía, dolía como la mierda, pero como le había dicho, si es feliz junto a esa persona solo le puedo desear la mayor felicidad del mundo, a pesar de que mi corazón estuviera hecho pedazos.

Ellos asintieron y comenzamos a caminar hacia el auto de Nam, pero unos rápidos pasos y una respiración agitada me hicieron voltear cuando estaba a punto de entrar al auto, y ahí estaba, con las manos en las rodillas intentando respirar adecuadamente.

—Jimin

Alzó la mirada, y podría jurar que a pesar de la distancia vi sus ojitos brillar. Sin pensarlo mucho comenzó a correr hacia mí, solté la mochila antes de que saltara a mis brazos, enrrollando las piernas en mi cintura y besando mis labios de forma apasionada. Un beso que no dudé en continuar, moviendo mis labios a su ritmo, apegando lo más que podía su cuerpo al mío, deseando su delicioso aroma a vainilla.

—Te amo, te amo, te amo —repetí una y otra vez, dejando suaves besitos en su rostro.

—Perdón por llegar tarde, se me presentó un pequeño problema en la academia —explicó abrazándome fuerte.

—No te preocupes —acaricié su rostro con devoción, aún no me creía que lo tenía enfrente después de todo un año.

Volví a besarlo, olvidándome del resto del mundo. Solo quería concentrarme en sus labios, que encajaban tan bien en los míos; en mis manos apretando su fina cintura y su cuerpo pegado al mío.

—Ya deténganse o terminaré besando a Namjoon —dijo con diversión Hobi, recibiendo un golpe en la nuca por parte de Nam.

—No digas tonterías —ambos reímos y bajé a Jimin, tomando su mano y adentrándonos en la parte trasera del auto, donde estuvimos besándonos hasta llegar al apartamento, recibiendo reclamos por parte de Hoseok.

Al llegar no lo pensé dos veces para cerrarles la puerta en la cara a mis amigos, escuchando las maldiciones de ambos.

—¿Asi dices que nos extrañaste? —gritó Nam desde el otro lado.

—Lo lamento, pero necesito tiempo a solas con mi Jiminie- grité mientras me sentaba en el sofá y ponía a Jimin sentado a horcajadas encima de mí.

—¡¿Prefieres tener sexo que hablar con tus mejores amigos que no ves desde hace un año?! ¡Hasta aquí oigo los chasquidos, ya dejen de besarse! —reímos a carcajadas por lo dramático que puede llegar a ser Hoseok. Ni siquiera nos estábamos besando.

—¡Ya váyanse! —tomé la cara de Jimin entre mis manos, acariciando sus suaves mejillas. Me acerqué, dejando un suave beso en sus labios, solo era un simple roce, ahora solo quería tenerlo así entre mis brazos.

—Te extrañé tanto —murmuró.

—Yo también, precioso —acomodé un mechón de su cabello detrás de la oreja—. Por un momento pensé que no irías, Hoseok me dijo que un chico siempre te iba a buscar a la universidad y pensé lo peor.

—Te dije que te esperaría Jungkookie. Ese chico es mi jefe, como Taehyung ahora solo anda detrás de Jin para arriba y para abajo debía buscar un nuevo amigo —me dió un corto beso—, sabes que te amo a tí.

—¿Y por qué dejaste de escribirme?

—He estado muy ocupado Kookie, salgo de la universidad directo a la academia, y los fines de semana también trabajo allí, perdón, pero no tenía tiempo para escribirte —frunció los labios.

—Está bien, pero no es bueno que te esfuerces tanto —le regañé.

—No es esfuerzo, estoy haciendo lo que me gusta Jungkookie.

Asentí, besando sus labios con delicadeza una vez más. Nunca, y repito, nunca jamás me cansaré de besar sus labios, son tan adictivos, que no me quiero separar de ellos ni un solo segundo.

—Mañana saldremos a una cita —le dije pero él negó.

—Perdón, pero le prometí a mamá que iría a visitarlos mañana.

—Irás a Busan —afirmé con un puchero.

—Puedes venir conmigo —expresó con una ligera sonrisa—, podemos ir a la playa Haeundae o al parque Amnam, ¿qué dices?

—Mmm, no sé, sabes que no le caigo muy bien a tu papá —negué con la cabeza.

—¡Oh, vamos, por favor! ¡Por favor, por favor! —rogó como un pequeño.

—Está bien —suspiré—, si lo pides así no puedo negarme.

—¡Gracias!

[...]

Tres años después

—¡Feliz noveno aniversario Jiminie! —grité, haciendo que mi pequeño novio despertara sobresaltado, más aún cuando Bam se subió en la cama y comenzó a lamerle la cara.

—¡Bam, detente! —chilló tratando de apartarse del gran doberman que teníamos por mascota.

—Bam, ven aquí —lo llamé y rápido se bajó de la cama, sentándose a mi lado mientras movía la cola de un lado a otro.

—Sabes que solo son tres años —dijo pasándose las manos por la cara, quitando la baba de nuestro perro.

—Sabes que no cuento esos meses en los que nos dejamos. —Me senté a su lado en la cama.

—¿Y el año que estuviste en el centro?

—Ese sí cuenta, estuviste esperándome y yo solo deseaba salir para estar contigo, no estuviste con nadie más, así que si cuenta —aseguré cruzándome de brazos.

—¿Y quién te dijo que no estuve con nadie más? —abrí la boca y llevé una mano a mi pecho, haciéndome el dolido.

—Vámonos de aquí, Bam, tu papi Jiminie me fue infiel —lloriqueé.

—Ven aquí, tonto —dijo agarrándome de la cintura cuando quise ponerme de pie, apoyando su mentón en mi hombro— . Sabes que no estuve con nadie.

Comenzó a besar mi cuello, en ese punto debajo de la oreja que está consciente que me enloquece.

—Jiminie —susurré, sintiendo como sus manos se colaban por debajo de mi pijama—, basta —pronuncié, pero pareció más un jadeo.

—Tú cuerpo no quiere que me detenga, mi amor —dijo mientras mordía y lamía mi cuello.

Estaba a punto de dejarme llevar, pero recordé todo los planes del día de hoy.

—Ya detente, pequeña máquina de sexo insaciable —exijí poniéndome de pie rápidamente—. ¿Qué no te bastaron las tres rondas de ayer?

—Jungkookie —dijo con ese tono sensual que sabe que me tienta.

—No, nada de Jungkookie, tengo todo el día planeado.

—Quedémonos aquí, acurrucaditos en la cama —articuló con un puchero. Suspiré, Jimin siempre consigue lo que quiere, solo tiene que poner esa carita adorable y me tiene en sus manos.

—Bien —empezó a celebrar, y me haló para que cayera encima de él.

—Hazme el amor, Kookie —pidió con tono coqueto, pero sin dejar de mirarme ni por un segundo con los ojos brillantes.

—Todas las veces que quieras precioso.

No importa cuanto tiempo pase, Jimin siempre va a ser el amor de mi vida, el chico por el cual voy a luchar simpre para hacerlo feliz, para que siempre tenga una jodida sonrisa en la cara.

Porque mi amor por él no tiene límites, es infinito, y sé que con él es igual. Soy el hombre más feliz del mundo a su lado. Deseo envejecer con él, porque verlo despertar todas las mañanas es lo que alegra todo mi día.

No sé que nos depare el futuro, porque lastimosamente es muy incierto. Lo que si puedo asegurar es que sin importar qué, todo lo que siento hacia su persona seguirá intacto, porque no habrá nada ni nadie que me haga dejar de quererlo. Porque Jimin es mi otra mitad, esa que me complementa.

Te amo, por y para siempre Jiminie.










Y ahora sí la historia está terminada, aunque pienso hacer algunos extra, aún no lo sé, pero espero que hayan disfrutado de leer.

Gracias por sus lindos comentarios y por votar, y principalmente gracias por tomarse el tiempo de leer mi historia.

Bye

Nota actual: no hay extras, así que hasta aquí llegamos.

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