Capítulo 8
¿Qué es el amor?
Creo que hasta ahora no ha habido nadie capaz de expresar en palabras su gran significancia. El amor es el sentimiento más sublime y honesto que uno puede llegar a experimentar en la vida, en cualquiera de sus formas y expresiones. Amor filial, fraternal... el romántico.
El amor es risas, alegría, dolor, empatía, y muchas emociones y cualidades más, todas recogidas en cuatro simples letras. Por esa razón es imposible ser egoísta con una persona a la que verdaderamente amas, porque tú único objetivo es verla feliz, sin importar el costo, sin importar el porqué, sin importar que no seas tú la fuente de su felicidad.
Por eso Jungkook dejó ir a Jimin a pesar de que su corazón se negaba.
Sin tener en cuenta lo mucho que te duela, cuando amas a alguien solo quieres lo mejor para esa persona, aunque te desgarre el alma el saber que es feliz contigo fuera de su vida.
Que ya no necesita de ti para sonreír, que ya no le hacen falta tus besos y caricias para sentirse feliz, y aunque te lastime, hay veces que el simple hecho de verla reír junto a alguien más puede hacerte sonreír.
Porque lograste tu propósito al apartarla, la dejaste marchar sabiendo que atándola solo la harías infeliz. Porque tal vez gracias a ti pudo hallar al verdadero amor de su vida, la persona a la que estaba destinada desde un inicio para él.
[...]
Me giré viendo a Jimin y Yoongi tomados de la mano, y como ya era tan normal en mí, esa fuerte punzada en mi pecho me hizo apretar mis labios.
-¿No se supone que deberías estar en la universidad? -me preguntó con una ceja alzada.
-Eso mismo te pregunto yo -dije de igual forma.
-¿No nos vas a presentar? -Yugyeom interrumpió nuestra guerra de miradas.
-Claro, Jimin, él es Yugyeom -dije ignorando a Min. Desde el momento en punto en que me dejó en claro que iría detrás de Jimin sin importar nuestra amistad para mí su existencia pasaba desapercibida.
-Asi que tú eres el famoso Jimin -murmuró mi acompañante con una sonrisa de lado, y eso no significaba nada bueno.
-¿Famoso? -preguntó mirándonos con el ceño fruncido.
-Sí, Jungkook me ha contado de tí y de lo mucho que lo aburriste estos años -habló de forma burlona y yo lo miré enojado, jamás de mi boca saldría algo como eso.
-¿Oye cuando te dije eso- -iba a reclamar pero la voz de Jimin me interrumpió.
-Bueno, al parecer los dos estábamos en la misma situación, ya que desde que estoy con Yoongi todo es tan diferente. -Y aquello lastimó aún más mi ya de por sí maltrecho corazón. Jimin hablaba sin medir las consecuencias, sin tener la mínima idea de lo poderosas y letales que eran sus palabras para mí.
-No era necesario que dijeras eso, se nota que son muy felices. Deberían casarse y adoptar un niño, o tal vez tener un montón de gatitos. -La ironía en mi voz era palpable, no queriendo demostrar que sus palabras me habían quebrado, mordiendo con fuerza mi labio inferior para detener las lágrimas que querían deslizarse sin permiso por mis mejillas.
-Es un buen plan, lo tendremos en cuenta -dijo Min imitando mi tono.
-Entra al puto auto, Yugyeom -mascullé dándome la vuelta.
Él lo hizo sin reprochar, sabiendo que estaba enojado. A veces me sorprendía lo bueno que era para adivinar mis estados de ánimo con solo mirarme, justo como hacia Jimin. Abrí la puerta dispuesto a entrar pero una risa me hizo detenerme.
-¿Te irás sin despedirte Jungkook? -la burla en la voz de Yoongi hizo que mi sangre comenzara a hervir.
Me acerqué con mi objetivo claro, cerrarle la boca a ese idiota y tal vez quitarle un par de dientes a esa sonrisa burlesca que me estaba dando. A solo dos pasos Jimin se puso delante de él, mirándome enojado.
-¡No te atrevas Jeon! -Me encantaba verlo enojado, se veía jodidamente adorable cuando me miraba con la cara enfurruñada y los puños apretados.
-Si no me dejas golpearlo haré algo más -murmuré con una sonrisa viendo la confusión pintar su rostro.
-¿Qué har-
Tomé sus mejillas entre mis manos y lo besé, viendo como me miraba con los ojos bien abiertos, pero por un segundo correspondiendo a mi beso antes de apartarme de un empujón.
-¡Tú... maldito idiota! -gritó Min enojado intententando venir hacia mí, pero él lo detuvo.
-¡V-vete de una maldita vez! -Sonreí al escucharlo titubear, queriendo esconder una pequeña sonrisa.
Reí entrando al auto, sintiendo que ese beso me había dado cien años de vida, tocando mis labios con mis dedos, sintiendo aún su suavidad y dulce sabor ya tan conocidos para mí.
-¿Por qué lo besaste? -masculló Yugyeom apretando con fuerza el volante, poniendo el auto en movimiento.
-Solo lo hice para fastidiar a Min -mentí, pues es obvio que extrañaba demasiado sus labios.
-¿En verdad lo hiciste solo por eso? -Se notaba a leguas que estaba enojado.
-¿Yugyeom, yo te gusto? -Detuvo el auto de pronto causando que me fuera hacia delante ya que no tenía el cinturón de seguridad puesto-. ¡¿Estas loco?! -grité sobando mi frente por el golpe que me di.
De pronto comenzó a carcajearse de forma exagerada, logrando una mirada confundida de mi parte. Definitivamente las drogas quemaron todas sus neuronas.
-¿Gustarme tú, Jeon? Por favor, no me hagas reír, sabes que ese no es mi estilo. -Volvió a reír.
-Es mejor que sea así, no me gustaría hacerte daño a ti también.
-Eso no sucederá -dijo con tono decidido.
[...]
-¿Tú otra vez, en serio? -reclamó el chico recogiendo sus libros-. ¿Tu segundo apellido es "Torpe"?
-¿Si ves que vengo distraído por qué no te apartas entonces? -dijo de la misma forma Taehyung, agachándose para ayudarlo a recoger los libros.
-Oh perdón, es que me encanta chocar contigo -habló de forma sarcástica, sacando un bufido de parte de Taehyung.
-Ja, ja ja, muy gracioso.
-¿Hasta cuándo seguirás chocando conmigo?
-¡Oye, no es como si yo quisiera chocar contigo, no es mi culpa! Si fuera por mí no desearía verte.
-¡Ja! Lo dudo, soy demasiado hermoso, después de que me ven una vez quieren seguir admirando mi rostro siempre -dijo haciendo una pose extraña, causando una carcajada en el peliazul.
-Eres apuesto -reconoció-, pero ya me gusta alguien, aunque... él no siente nada por mi -bajo la mirada sintiendo sus ojos cristalizarse. De todas formas, ¿por qué le contaba algo así a un completo desconocido?
-Oye, no llores -murmuró el contrario, intentando darle algún tipo de consuelo-. Si no ve el chico genial que tiene frente a él en serio es muy estúpido -sonrió poniendo una mano en su hombro-. Eres un chico lindo, y tú torpeza es adorable.
El peliazul sintió sus mejillas calentarse, sintiendo algo bonito nacer en su pecho.
-Nos vemos otro día, lindo -le guiñó un ojo y se marchó, no observando como el sonrojo se acrecentaba en el rostro del chico.
[...]
Tocó la puerta con ahínco, demasiado preocupado por el bienestar del pelinegro. Un chico alto, delgado y muy apuesto abrió la puerta, mirándolo de arriba a abajo.
-¿Tú eres Namjoon? -preguntó con cautela, recibiendo un asentimiento de su parte.
-¿Dónde está?
-Ven -abrió del todo la puerta para que se adentrara en la casa.
Vio a Jungkook tirado en un sofá de color granate, mientras balbuceaba y reía diciendo cosas sin sentido, además de que tenía un moretón en su mejilla.
-Dijiste que estaba drogado, no que había peleado también -profirió enojado.
-Es un terco, se sintió con energía para pelear luego de haberse encontrado con ese chico, Jimin. -Escuchó con claridad como decía su nombre de forma despectiva-. Luego no contento con eso, quiso drogarse para celebrar el haber ganado la pelea.
-Esto es tu culpa, él nunca en su vida había probado esa mierda. Tú lo metiste en toda esto! -lo señaló y él sólo bajó la mirada culpable.
-Yo no lo estoy obligando a nada, él lo hace porque quiere.
-¡Yo quiero... yo quiero -murmuró Jungkook poniéndose de pie, acercándose a su mejor amigo-, yo quiero un dinosaurio de regalo de cumpleaños hyung! -rió mientras se sujetaba de Namjoon para no caer.
--Basta, Jungkook -dijo de forma seria Yugyeom.
DUn dinosaurio rosa, pequeño y... con labios suavecitos, como Jiminie, que tenga olor a vainilla -seguía balbuceando mientras reía.
Yugyeom apretó los puños con fuerza a sus costados, enojado de tanto oírlo hablar de Jimin en todo el tiempo que había estado en su casa. Él hubiera podido cuidarlo si no fuera porque el pelinegro se había pasado toda la tarde "Jimin esto, Jimin aquello", cosa que comenzaba a molestarle en demasía, empezando a odiar ese nombre, y a la persona que lo ocupaba.
-Bien, es hora de irnos -espetó Namjoon. Estaba enojado, mucho, pero ahora no tenía caso reclamarme algo al chico, no estando en esas condiciones.
-¿Irnos? -habló con tristeza, dejando sorprendido a los otros dos cuando comenzó a llorar de la nada-. No, yo quiero quedarme con Yugy, Yugy es lindo -dijo mientras las lágrimas corrían por sus mejillas y se acercaba al chico para abrazarlo.
El pelinegro sintió como su corazón se aceleraba por las palabras que había dicho Jeon, sintiendo un cosquilleo en su estómago, a la vez que una gran angustia se abría paso es su pecho, porque sabía que estaba jodido, porque ese cosquilleo solo significaba una cosa, y es que era uno más que caía ante los encantos de Jeon Jungkook.
Hola, como están?
Espero que les vaya gustando la historia, quiero que quede claro que probablemente no tenga un final feliz, cuando la comencé a escribir tenía bien planeado lo que ocurriría, pero ahora no estoy segura de cómo termine.
Nota actual: no me hagan caso, eso solo fue para meterle más intriga a la trama XD.
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