Capítulo 5
El pelirosa caminaba por los pasillos levantando a cada rato el cuello de su camisa, evitando que vieran las marcas rojas que adornaban la piel blanca de su cuello. Iba tan entretenido que no se fijó en que el chico que consideraba su mejor amigo se acercaba a él con una mueca de pura incomodidad en su rostro.
—¿Minnie, podemos hablar? —preguntó mirándolo con una leve sonrisa.
—No tengo nada que hablar contigo —masculló de mala manera con intenciones de irse de allí, pero el peliazul se lo impidió.
—Lo que visite solo fue un malentendido, lo besé porque...
—No me importa porque lo besaste, y evita hablarme de ahora en adelante. Jamás me esperé eso de ti ¿sabes? Se suponía que eras mi mejor amigo —le reprochó enojado, aunque en verdad se encontrara dolido que otra cosa.
—Ohh, quieres hablar de eso, bien, hablemos —su tono se volvía más hostil con cada palabra, siéndole difícil creer que le reprochar de esa manera cuando él siempre ha estado a su lado para apoyarlo—. ¡Sospechabas que tenía algo con Yoongi y aún así no te importó besarlo!
—¡El me dijo que no tenían nada! —espetó igual de alterado.
—¿En serio le creíste? —preguntó con ironía—. Yo pienso que solo ignoraste tus sospechas para aceptarlo. ¡Sabías perfectamente que me gustaba Yoongi!
—Pero el está enamorado de mi, no de ti —habló de forma fría, observando como el ceño del peliazul se fruncía y su enojo aumentaba cada vez más.
—¡A mí me gustaba Jungkook! ¡Me gustó desde el primer día! Pero como sabía que te atraía aunque no dijeras nada decidí apartarme, porque a mi mejor amigo le gustaba y yo quería que fuera feliz, pero al parecer no todos son tan buenos amigos como yo —escupió con rabia antes de marcharse, echando pestes en voz baja.
—¡¿Que miran?! —le gritó a un par de chicos que se habían quedado mirándo su discusión. Ellos solo se retiraron de forma rápida sin mirar atrás.
Taehyung iba a pasos rápidos hacia la cancha de fútbol, queriendo estar solo para desahogarse, pues sentía el enojo aumentar en vez de disminuir. No podía creer que Jimin, su soulmate, su Minnie, le haya dicho eso. Y nuevamente por estar distraído chocó con alguien
—¡¿Otra vez tú?! —exclamó el chico con tono enojado—. Tienes los ojos para algo, idiota.
—Vete a la mierda —masculló dispuesto a seguir su camino pero el chico lo detuvo.
—Primero estabas llorando, ahora estás enojado ¿cómo estarás cuando vuelvas a chocar conmigo? —lo miró con una sonrisa petulante, dejando en su rostro ver la ironía de sus próximas palabras—. Espero que estés feliz y me beses.
—En tus sueños, imbécil —se safó del agarre y siguió su camino.
[...]
—¡Jimin! ¿Podemos hablar, por favor? —se giró, viendo al pelinegro con una mueca triste en el rostro. Jungkook tenía grandes ojeras debajo de sus ojos que resultaban imposibles de no notar.
—No Jeon, no tengo nada que hablar contigo —dijo de forma fría, con el rostro neutro.
—Jimin por favor, solo quiero explicarte lo que suce... ¿qué es eso? —masculló bajando el cuello de la camisa del chico, viendo las marcas rojas que resaltaban en su blanco cuello—. Tú... ¿tú y Yoongi lo hicieron? —preguntó, sintiendo un gran nudo formarse en su garganta, rogando porque el chico dijera que no y quitara de su cabeza esas ideas tan repugnantes.
—Eso no es asunto tuyo —le dijo a la defensiva apartándose y arreglando el cuello de su camisa.
—¡¿Te lo follaste?! ¡¿Es en serio?! ¡No me lo puedo creer! —se haló el cabello con rabia, sintiendo el enojo crecer con el solo hecho de imaginarlo, poniendo su sangre en ebullición ante las imágenes que llegaban a su mente.
—Baja la voz idiota... ¡y ya te dije que no es tu asunto a quien meto en mi cama!
—¡Bien! —profirió mirándolo fijamente, dejándole ver como la ira brillaba en sus ojos—. Espero que pienses igual cuando me folle a todo lo que se mueva en la puta universidad —soltó con todo el objetivo de lastimarlo, porque es que el pelirosa no se imaginaba el revoltijo de sentimientos que le había causado a su ex-novio con esas simples palabras.
Jungkook se marchó dejando al otro chico con expresión atónita. Estaba enfadado, dolido, con el corazón roto. Lo lastimaba tanto el hecho de imaginar a su lindo Jiminie siendo tocado por el idiota de Yoongi, tanto que hacía doler su corazón.
Y es que para él, Jimin era su vida entera, desde que lo conoció quedó encantado con el bonito chico de labios carnosos y mejillas abultadas. Tanto que no pudo evitar acercarse a él en cuanto lo vió, decidido a conquistar el corazoncito del adorable chico.
—Hey, Jungkook —vió que Taehyung lo llamó pero pasó de largo, ignorándolo por completo.
Taehyung se quedó confundido en el lugar, preguntándose porqué Jungkook había sido tan grosero. Reconocía que no eran los mejores amigos, pero por Jimin ambos, de una manera u otra, habían pactado una especie de amistad.
—Dejalo, de seguro está molesto por lo mío con Jimin —murmuró tras de él una voz que conocía a la perfección.
—¿Por que me estás hablando? Ve a buscar a Jimin —el tono celoso que empleó fue bastante notable.
—¿Que reclamas? Tu besaste a Jungkook —alzó una ceja.
—Y tú desapareciste de la fiesta con Jimin ¿te lo llevaste a tu casa? —preguntó dándose la vuelta, mirando al chico pálido con una sonrisa de burla en la cara, pero por dentro escondiendo demasiado bien las ganas de golpearlo y de llorar que tenía.
—Eso no te importa.
—A ti tampoco te importa a quién yo bese —rebatió.
—Tienes razón... no me interesa —sonrió de lado viendo a Taehyung mirarlo exasperado—. Y para tu información, no sucedió nada entre Jimin y yo, me detuvo cuando quise pasar a más.
—Por supuesto, probablemente mientras lo hacía contigo hubiera dicho el nombre de Jungkook —rió de forma provocativa mientras se daba la vuelta para marcharse, viendo al chico mirarlo enojado con el ceño fruncido.
[...]
Miraban al pelinegro golpear el saco de boxeo una y otra vez, suponían que imaginando el rostro de Yoongi. Ambos estaban preocupados, desde que Taehyung les dijo sobre el ataque de pánico que había tenido durante la fiesta ninguno quería quitarle los ojos de encima.
No era la primera vez que le sucedía, antes solían darle con más frecuencia, y es que desde la trágica muerte de sus padres y hermano mayor, Jungkook no era el mismo. A pesar de que conservaba su personalidad alegre y entusiasta, ambos sabían que sus muertes aún dolian demasiado, y era comprensible, no es fácil perder a tu familia de esa manera.
Todo sucedió un día en el que Jungkook fue a dormir a casa de Namjoon, al otro día le llamaron de la estación de policía pidiendo que fuera a su casa para reconocer los cuerpos. El asesinato de los Jeon fue primera plana en todos los periódicos, debido a la forma brutal en la que fueron encontrados. Desde ese día pesadillas y ataques de pánico lo atormentaban y solo Jimin podía calmarlo cuando eso sucedía.
Poco a poco fue superándolo, o eso creían ellos, pues que los ataques de pánico volvieran eran una clara prueba de que estaban equivocados, y sabían lo que lo había desencadenado... el hecho de ver a Jimin besando a Yoongi.
Jimin era su familia, su única familia, y al ver ahora al pelirosa junto a alguien más le hacía pensar que nuevamente se quedaría solo, le aterraba el hecho de que tal vez la soledad sería su única compañera y que siempre experimentaría ese vacío que sintió cuando le dijeron que habían asesinado a su familia.
La verdad era que tenía un par de tíos y primos que vivían en Busan, pero su relación con ellos no era muy estrecha, por eso le dejaron permanecer en Seúl cuando su custodia pasó a ellos. Jungkook le temía a la soledad, y a pesar de que tenía a sus amigos no era lo mismo que Jimin, porque ellos luego de la universidad trabajarían, quizás se mudarían y formarían una familia, y con el tiempo se olvidaría de él.
En cambio con Jimin tenía planeado casarse cuando terminaran la universidad y luego adoptar a un pequeño o tal vez tener un par de perritos. Se suponía que debían envejecer juntos, uno al lado del otro. Tenían un proyecto de vida en conjunto, pero todos esos planes se derrumbaron desde que dejó el apartamento donde vivía con su ex-novio, y ahora de arrepentía tanto de eso, pero no quería seguir hundiendo a su masita de cabello rosa en esa relación tóxica que tenían. Debía dejarlo libre para que fuera verdaderamente feliz.
—Deberíamos detenerlo —murmuró Hoseok al ver como la ira se iba apoderando cada vez de su amigo.
—No, déjalo que descargue su enojo, o sino irá a golpear a Yoong —dijo de igual forma.
—No quiero que vuelva a meterse en problemas como antes, prometió dejar las peleas callejeras pero... —suspiró rendido dejando su oración a la mitad.
Y es que ambos sabían que Jungkook tenía un carácter autodestructivo, que cuando decidía arruinarse lo hacía de la peor manera, destruyéndose a sí mismo y a los que estaban a su alrededor
—Ya detente —el tono de voz serio que utilizó Hoseok lo hizo voltear a verlo—, mira tus manos —las contempló, notando como sangraban un par de heridas que se hizo por golpear tanto el saco.
—Estoy bien —la verdad es que ni siquiera las sentía, el enojo y la adrenalina eran masa potentes que el dolor.
—¡No mientas, sabes que no lo estás, somos tus mejores amigos, idiota! —exclamó enojado.
—Déjame en paz —masculló, yéndose de allí a pasos rápidos.
—Me preocupa mucho —le dijo a Namjoon quien solo asintió, pensado lo mismo que él.
Hola, cómo están??
Perdón por haber tardado un poco en actualizar, es que tuve un pequeño bloqueo, no sabía que escribir, pero me entró la inspiración y aquí está.
A partir de aquí comienza el verdadero drama (>_<) Espero les haya gustado el capítulo.
Nota actual: Ya están advertidos, prepárense *inserte risa malvada*
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