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Capítulo 14

—¡Jungkook abre la puerta! —gritó el pelirrosa tocando con fuerza, sintiéndose desperado por la tardanza que habían tenido para llegar allí.

—Oye, cálmate, no es como si se estuviera muriendo —dijo Yugyeom, y él solo pudo rodar los ojos con fastidio.

—Tal vez tú estés acostumbrado a verlo en esas condiciones, pero yo no, por eso me preocupo —espetó con el ceño fruncido.

La puerta se abrió dejando ver al pelinegro con unos jeans y el pecho desnudo. Yugyeom se mordió el labio mirándolo de arriba a abajo,  deseando haber ido solo a buscar a Jungkook. 

—¡Oye! —se quejó el pelirrosa al ver la mirada que le daba—. Jungkook, ¿estás bien? —preguntó intentado acercarse pero el mencionado rehuyó su toque, asustado—. Jungkook...

—¡Aléjense! —gritó dando varios pasos hacia atrás—. ¡No me toquen!

—Jungkook —llamó preocupado Jimin queriendo acercarse, pero Yugyeom le detuvo.

—Son síntomas de lo que ingirió  —explicó cortamente—, vamos despacio, háblale.

—¿Jungkook?

—¿Q-qué? —sus manos temblaban, mientras se acurrucaba en el suelo con las piernas abrazadas a su pecho.

—Soy yo, tu Jiminie —formuló con voz dulce—. ¿Quieres un abrazo?

Él alzó la vista viendo al mayor y ladeó la cabeza mirándolo con los ojos cristalizados. Jimin tragó saliva, intentando bajar el nudo que se comenzaba a formar en su garganta. Le afligía tanto ver al chico en esas condiciones tan deplorables, tan asustado, temblando, con el cabello pegado a la frente debido al sudor.  Jungkook en esos momentos parecía una frágil porcelana que se rompería con el más mínimo toque.

—Sí —promunció bajito, casi en un susurro. El pelirrosa se acercó, envolviéndolo entre sus brazos, escuchando los sollozos del menor, que se aferraba con fuerza a su camisa.

—Ya, todo estará bien —besó su cabello varias veces.

—El efecto pasará en unas horas. —Paseó su mirada por todo el apartamento, cuando notó un pequeño frasco en el suelo. Se acercó, tomándolo y viendo que estaba vacío.

—Ay no —murmuró.

—¿Qué sucede? —preguntó Jimin sin soltar al pelinegro.

—Jungkook, ¿te tomaste todas las pastillas? —se acercó al chico, quién lo miraba con el ceño fruncido, con clara desconfianza.

—Calma Yugyeom —articuló Jimin, intententando que el otro pelinegro no perturbase a Jungkook.

El menor seguía sin responder, pero de pronto comenzó a mirar con miedo alrededor del apartamento.

—¡Responde maldita sea! —exigió alterado Yugyeom

—¡Cálmate!

—No entiendes, si las tomó todas lo más probable es que tenga una sobredosis —dijo alterado—, hay que llevarlo al hospital de inmediato.

Jimin de pronto sintió como el pelinegro lo empujaba lejos de él.

—¡No! ¡Quítenmelos! —gritó con pánico, rasguñándose los brazos con desesperación—. ¡Ayúdame, basta por favor!

—¡Hay que sujetarlo, se hará daño! —exclamó Yugyeom aguantando uno de sus brazos—. Está alucinando.

—Jungkook, no tienes nada, mírame, no tienes nada —tomó su rostro entre sus manos, pero eso no lograba calmarlo—. Jungkook...

—¡Eso no funcionará, hay que llevarlo al hospital ya! —vociferó Yugyeom, harto de que Jimin no le hiciera caso.

El pelinegro se soltó de su agarre y viró la cara, vomitando en el suelo bajo la mirada atónita de ambos chicos.

—¡Jungkook! —gritó el mayor cuando el pelinegro se puso de pie y dio unos pocos pasos, para luego caer desmayado en el piso—. ¡Llama una ambulancia! —le gritó a Yugyeom—. Kookie mi amor —lo removió intentando que despertarlo—. ¡Jungkook!

-¡Vienen enseguida! —avisó.

[...]

Subieron al pelinegro en la ambulancia mientras los paramédicos intentaban hacer que despertara, o al menos, que sus signos vitales no estuvieran críticos. Jimin se subió y tomó su mano, pidiéndole en silencio que fuera fuerte.

Su respiración se paralizó al escuchar que uno de los paramédicos dijo que su corazón se había detenido, no pudo evitar el que una cascada de lágrimas saliera de sus ojos.

«¡¿Qué se supone que será de mi si mueres, idiota?!»

—¡Desfibrilador! —gritó uno de ellos y el otro se lo pasó—. Doscientos J, despejen.

Lo puso en su pecho, haciendo que se levantara de forma brusca al recibir la descarga. Llevó el oído al pecho del chico y negó, volviendo a utilizar el aparato.

El pelirrosa llevó ambas manos a su cara, sollozando, no queriendo observar así al amor de su vida. Se sentía tan impotente, pudo haber evitado que Jungkook hiciera algo así, y a pesar de no ser culpable, él si lo creía así. Se sentía culpable por la situación en la que se encontraba el pelinegro.

Suspiró aliviado cuando los médicos dijeron que lo habían recuperado. Llegaron al hospital unos minutos después y rápido pusieron al más alto sobre una camilla y lo llevaron hasta un salón donde no le permitieron entrar.

Cinco minutos después llegó un Yugyeom todo agitado, viendo cómo el mayor discutía con unas enfermeras que le estaban impidiendo el paso. Se acercó a él, posando ambas manos en su hombro, intentando calmarlo, solo ganándose un empujón de su parte.

—¡Jimin, basta!

—¡Dejame en paz! —se volteó a mirarlo—. Su corazón se detuvo antes de llegar —sollozó desgarradoramente—; solo quiero verlo.

Disimuladamente le quitó el celular del bolsillo mientras el pelirrosa discutía nuevamente con las enfermeras y lo revisó, buscando en los contactos de emergencia viendo un tal Kim Taehyung

Marcó el número en su teléfono mientras observaba al más bajo hacer un escándalo, recibiendo una respuesta positiva cuando le pidió al chico desconocido que fuera al hospital.

Tragó saliva audiblemente pensando si ir a detener al pelirrosa o dejarlo desahogarse formando un escándalo en el hospital. Pensaba escoger la segunda opción y no entrometerse, hasta que las enfermeras lo amenazaron con sacarle del hospital. Se acercó alejándolo a empujones de ellas, pidiéndole que se calmara.

—¡No me pidas que me calme maldita sea! ¡Todo esto es tu culpa! —lo tomó por él cuello de la camisa, acercándolo a su rostro—. Juro que si le sucede algo voy a matarte, ¡¿entendiste?!

—¡Minnie! —giró la cabeza, viendo a un chico peliazul correr hacia su dirección acompañado de otro chico—. Suéltalo —pidió acercándose, y Jimin solo lo miró con lágrimas en los ojos.

—Mi Jungkookie, TaeTae —sollozó dejándose abrazar por el chico—. Él-l...

—Shhh, lo sé, Jungkook es un chico muy fuerte, se pondrá bien —acarició el cabello rosa con suavidad, sintiendo las lágrimas del mayor caer en su cuello.

El doctor salió tiempo después, preguntando por los familiares de Jeon Jungkook.

—Yo —rápido se puso de pie acercándose al médico.

—¿Qué es usted del paciente? —preguntó con una ceja alzada.

—Soy su pareja —mintió.

—¿No hay algún familiar cercano?

—No, sus padres y hermano murieron hace unos años, y no tiene muy buena relación con los demás familiares —explicó, desesperado por saber algo del pelinegro.

—Bien, el señor Jeon se encuentra estable, va a recuperarse, por suerte lo trajeron bastante rápido o si no hubiera sido otra la situación.

Sonrió contento porque su ex novio se pondría bien, agradeciendo porque solo fue un susto. Abrazó a su mejor amigo, agradeciéndole por haber ido a apoyarlo y se disculpó con Yugyeom por su actitud.

—No tienes que disculparte, todos sabemos que es mi culpa —murmuró abatido—, yo le mostré ese mundo.

—Jungkook es lo suficientemente mayor para saber lo que es bueno o no para él, no te culpes.

—Lo importante que que se pondrá bien y pronto estará junto a nosotros de nuevo —sonrió poniendo una mano en su hombro.










¡¡Happy birthday para nuestro best leader!! 🎂🥳

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