Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11

—¡Buuu! —El repentino grito causó que el peliazul pegar un brinco, sobresaltándose al sentir después unas manos aferrarse a sus hombros.

—¡Me asustaste, Jin! —exclamó molesto mientras el otro se partía de la risa por la mueca que había hecho. 

—Debiste ver tu cara —se burló, golpeando levemente el hombro del contrario.

—Idiota —susurró con un mohín—. Pensé que no vendrías.

—Perdón, se me hizo algo tarde —besó la mejilla del chico viéndolo sonrojarse por ello al instante—. ¡Ohh, pareces un tomatito!

—¡Yah! Deja de burlarte de mí —le golpeó sin fuerza el hombro.

—Ya, está bien —sonrió con los ojos entrecerrados—. ¿Qué tienes preparado?

El peliazul solo tomó su mano y salió corriendo, riendo a carcajadas como si fuera un pequeño, llevándolo en dirección a una feria que estaría unos días en la ciudad. Entraron tomados de la mano, viendo con asombro y emoción todos los juegos.

—¡Ahh, es un tigre de peluche! —chilló emocionado Taehyung y corrió al quiosco, seguido del castaño—. ¿Lo ganas para mí? —le preguntó con ojos brillosos a su acompañante, que no pudo negarse a tal petición.

—Bien, mira y aprende lindo.

El juego consistía en derribar una torre de botellas con unas pelotas pequeñas. El castaño miró con los ojos entrecerrados su objetivo y lanzó la primera pelota, pero falló.

—No importa, aún tienes dos intentos más —animó el peliazul.

Volvió a intentarlo pero falló de nuevo, mordió su labio inferior concentrándose y lanzó la última pelota, derribando por fin la torre.

—¡Gracias, me encanta! —chilló abrazando el peluche en forma de tigre, dándole un beso en la mejilla al contrario en forma de agradecimiento.

—Eres muy tierno —acarició sus azules cabellos con una sonrisa.

Siguieron jugando y comiendo dulces todo el rato, hasta que se cansaron y decidieron buscar un lugar donde sentarse a conversar.

—¡Me divertí mucho! ¿Podemos tener otra cita pronto? —preguntó Tae mostrando su típica sonrisa cuadrada.

—Verás... me pareces lindo, Tae, de verdad, pero no creo que funcione muy bien una relación en la que ambos... p-pues, ya sabes, en la que a ambos nos gusta que nos den —dijo con una mueca, sintiendo sus mejillas calientes en extremo.

—Oh, pero... ¿por qué asumes que solo recibo?

—¿No lo haces? Perdón, es que tú actitud-

—Yo me consideraría versátil, así que no veo problema si eso era tu única preocupación —tomó sus manos entre las suyas, dejando caricias suaves en el dorso.

—Si es así...

—¿Puedo besarte? —preguntó nervioso, recibiendo un asentimiento de parte del castaño.

Se acercó con lentitud observando los pomposos y rojizos labios del mayor. Sus respiraciones comenzaron a entremesclarze, pero un carraspeo interrumpió el lindo momento que tanto anhelaba ambos.

—Hola, Taehyung —profirió con el ceño fruncido, observando a ambos chicos.

—¿Yoongi, qué haces aquí?

—Estoy en una cita con Jimin, veo que ustedes igual. —Alzó una ceja.

—Que coincidencia que ambos vinieran aquí también, más aún luego de que te dije que tendría una cita hoy —dijo con tono desconfiado, casi soltando un gruñido como si de un perro se tratara.

—No sabía que vendrías aquí —reprochó, sabiendo lo que se estaba imaginando el peliazul.

—Hola, me llamo Kim Seokjin, un gusto igualmente —dijo con ironía, estirando una mano al recién llegado.

—Oh, perdón, Jin él es Min Yoongi; Yoongi él es Kim Seokjin —los presentó.

—O el amor de su vida, si lo prefieres —dijo con una sonrisa, estrechando la mano del chico pálido.

—¡Jin! —chilló sintiendo sus mejillas calientes, su corazón latiendo emocionado ante las palabras.

—¿Así que era con este chico con el que ibas a salir? —articuló con claro tono de burla, sintiéndose molesto por alguna extraña razón.

—Sí, es su forma de agradecer que le hiciera olvidarse del estúpido que le gustaba —contestó Jin de la misma forma, dándose cuenta de quien era por su reacción. Finalmente conocía al chico que había hecho llorar a alguien tan precioso y dulce como Kim Taehyung.

—¿Estás seguro de que lo olvidó? —cuestionó Yoongi con una ceja alzada.

—Por supuesto —agarró a Taehyung del rostro y lo besó castamente—. ¿Ves cómo quedó? Aún no se cree que besó a alguien como yo.

Tae le miraba embobado con una pequeña sonrisa asomándose en sus labios, para luego sacudir la cabeza y tomar a Seokjin de la nuca besándolo nuevamente.
Min solo apretó los puños y se marchó, volviendo al lugar donde había dejado a Jimin, dándose cuenta de que este ya no se encontraba ahí.

[...]

—¿Jimin? ¿Qué haces aquí? —preguntó el pelinegro, confundido de verlo allí, acercándose a él—. ¿Estás en una cita con Yoongi, cierto? —bufó molesto.

—¿Y tú qué haces aquí? —preguntó de la misma forma, parándose frente a frente.

—Estoy en una cita con Yugyeom, fue al baño un momento —comentó brevemente, regañándose a sí mismo por darle explicaciones.

—¿Sigues con ese chico? Jungkook, él no es una buena influencia para tí, piensa bien las cosas.

—Él ya no me consigue drogas Jimin, tampoco volví a las peleas, así que si eso es lo que te preocupa puedes dejarme en paz.

—Entiende que-

—No tengo que entender nada, ¿tienes un complejo de super héroe o qué? No tienes que ayudarme. ¡Crees que tienes una responsabilidad conmigo porque estuvimos juntos por cinco años pero no es así! —finalmente explotó, diciendo todo lo que en verdad pensaba.

—Jungkook, lo hago porque no me gusta verte así, me preocupo porque me importas.

—Ya no tienes que seguir preocupándote por mí. No soy tu obra de caridad. Voy a olvidarte Jimin, y esta vez voy a intentarlo con todas mis fuerzas.

Abrió mucho los ojos cuando el pelirrosa le abrazó, escondiendo su cara en su cuello.

—Yo no quiero que me olvides Kookie —miró desde abajo al pelinegro, que lo observaba con ese brillo en los ojos tan típico de él. Sabía que aún lo amaba.

Sin pensarlo mucho unió sus labios, besando con ganas al más alto, sonriendo cuando el pelinegro continuó el beso sin dudarlo por un segundo, o eso creyó, ya que segundos después lo apartó sin cuidado.

—¡Eres un puto egoísta Jimin! ¡Estás con Min pero quieres que siga detrás de ti como un idiota! —las personas alrededor los miraban de reojo, pendientes a la repentina discusión.

—¡No es así, aún te amo, ¿pero qué quieres que haga?! ¡No puedo volver contigo, no si sé que puedes irte otra vez en cualquier momento! —habló con los ojos cristalizados.

—¡Nunca me fui, joder! ¡Solo te pedí un tiempo! ¡Pero tú lo tomaste como que habíamos terminado y te fuiste con Min a la jodida semana!

—¡¿Y qué debería haber hecho?! ¿Quedarme llorando por ti? ¡Te fuiste y me dejaste solo en nuestro departamento! —lo señaló con su dedo índice.

—Mucho no te dolió cuando ya estabas follándote a Min a la semana —su cara se volteó debido a la bofetada que le había dado el pelirrosa.

—¡Eres un estúpido! —sus lágrimas corrían por sus mejillas con rapidez, sintiéndose lastimado por las palabras de Jungkook, que a su parecer, se le hacían muy crueles—. ¡Lo mío con Yoongi no ha pasado a más de besos y toqueteos tontos sobre la ropa, solo he estado contigo imbécil!

—¿Jungkook? —Yugyeom apareció, mirando confundido la mejilla roja de Jeon y a Jimin llorando.

—V-vámonos —tartamudeó sin dejar de ver a Jimin, siendo halado por el chico para marcharse de allí.

—¿Amor, qué te sucedió? —Yoongi apareció de pronto y lo abrazó, pasando una mano por su cabello para consolarle.

—Solo abrázame, Yoon —susurró con la voz quebrada.

—¿Alguien te hizo daño? —preguntó acariciando su nuca y cuello, recibiendo una negación por parte de Jimin.

—Estoy bien —Se separó de él, limpiando sus lágrimas—, llévame a casa por favor —murmuró caminando en dirección al auto.

[...]

Iba caminando por los pasillos de la universidad ensimismado en su propio pensamiento cuando divisó una cabellera negra unos metros frente a él. Suspiró y a paso rápido se acercó, reconociéndolo desde lejos.

—¡Jungkook! —le llamó pero este solo lo ignoró—. ¡Oye! —lo agarró del brazo haciendo que se girara.

Lo miró con los ojos entrecerrados, notando enseguida los ojos rojos y las pupilas dilatadas.  No quería creer que él había sido capaz de ir drogado a la universidad, ya era demasiada irresponsabilidad de su parte.

—¡¿Acaso estás loco?! ¡¿Cómo se te ocurre venir así?! —masculló en voz baja arrastrándolo hacia afuera de la institución.

—¡Oh, mi lindo Jiminie! _exclamó llamando la atención de algunos chicos rezagados que aún no entraban a clase.

—¿Jimin? —se volteó, mirando a Taehyung verlo abrumado y confundido—. ¿Qué le sucede a Jungkook?

—¡No me sucede nada TaeTae! —profirió con exagerada alegría.

—¿TaeTae? ¿Acaso estás borracho, Jeon?

—Está drogado —dijo Jimin en voz baja y Taehyung los miró pasmado.

—¡¿Qué?! —medio gritó, medio susurró.

—Voy a llevarlo al apartamento, sé que no hablamos desde aquella vez pero... ¿podrías justificarme en clase?

—Claro Minnie —asintió sin dudar—, cuida de ese tonto.

Jimin agradeció de manera rápida y se marchó con Jungkook, anotando mentalmente que luego debía buscar a Taehyung para hablar con él y disculparse adecuadamente.

[...]

—¡¿Quieres callarte?! —gritó exasperado, ya estaba cansado de escuchar la risa del pelinegro—. ¡Esto no es gracioso! ¿Sabes?

Lo soltó en el sillón pero este lo tomó de la mano haciendo que callera encima de él, uniendo sus labios de forma deseperada.

—Suéltame —comenzó a forcejear, con el menor intentando safarse de su agarre—. ¡Jungkook!

Sus labios fueron atrapados de nuevo por el pelinegro, pero esta vez en un beso más suave. Aún así terminó mordiéndole fuertemente, haciendo que brotara sangre de su labio inferior.

—Jiminie, te has vuelto un pequeño gatito salvaje —lo soltó, llevando su dedo pulgar a la herida—. ¡Es culpa de ese gato estúpido!

—¿De qué gato hablas?

—Quiero a mi gatito de vuelta —lo abrazó de la cintura, recostando la cabeza en su pecho—. ¡Mi gatito cambió a su conejito por un gato feo y gruñón!

—Estás peor de lo que pensaba —murmuró acariciando su cabello, sintiendo luego como las manos de este bajaban hasta su trasero apretándolo—. ¡Eres un idiota! —gritó empujándolo encima del sillón de nuevo, viendo al pelinegro reír a carcajadas.

—Te extraño, Jiminie —articuló, deteniendo su risa abruptamente.

—Ush, dijiste que ya no consumías drogas —regañó gentilmente—, espero y se te pase pronto el efecto.

Miró como el chico iba cerrando los ojos, quedándose dormido en su sillón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro