Capítulo 1
Ya habían pasado tres horas desde que me senté a esperarlo, con la ansiedad haciéndome sobrepensar las cosas y comerme las uñas de las manos. Miré mi reloj como por décima vez en cinco minutos y este marcaba las 11:37 pm. Suspiré con tristeza, sintiendo mi pecho encogerse ante el hecho en el que acababa de caer en cuenta.
Jungkook olvidó nuestro aniversario.
Lo estoy esperando desde temprano, viendo con angustia como su comida se enfriaba a cada minuto que pasaba. Me puse de pie y apagué las velas que había puesto como decoración. "Die for you" de The Weekend sonaba de fondo, como burlándose por lo irónico de mi situación actual. Quité la música de mala gana, y con mi corazón comprimiéndose dentro de mi pecho tiré toda la comida y limpié el comedor.
A pasos lentos subí a mi cuarto, aún no me puedo creer que Jungkook no haya aparecido. Sé que estos meses hemos estado un poco distantes, pero aún así debería haberse dignado a pasar unas horas conmigo, no siempre se cumplen cinco años de relación.
En mi mente estaba vívido el recuerdo del día en que nos conocimos. Estaba en la preparatoria y todos hablaban sobre el apuesto chico nuevo. Yo no era parte de los más populares, así que me sorprendí al ver como este, teniendo a todas las chicas a sus pies, se había acercado a mí en la cafetería y me había brindado su linda sonrisa de conejo. Después de eso no fue difícil relacionarnos más y hacernos amigos. Sin embargo, la naturaleza de nuestros sentimientos nunca fue tan fraternal, así que dos meses luego ya éramos novios.
Ese día aún está en mi mente como si hubiera ocurrido ayer.
FLASHBACK
Jungkook me pidió que lo viera en el patio de la escuela luego de que terminara mis clases, él salía más tarde que yo porque tenía que entrenar con los del equipo de baloncesto, así que me dirigí hacia allí dispuesto a esperarlo. Al llegar vi que estaba Kim Taehyung, mi mejor amigo. Se me hizo extraño verlo allí, sin embargo no me puse a pensar la razón por la cual podría estar en este lugar, solo estaba ansioso por ver a Jungkook. Él corrió hasta alcanzarme y me miró sonriendo.
—Minnie, debo ponerte esto —me enseñó una venda negra que sacó de su bolsillo.
—¿Qué están planeando?
—Lo siento, pero tendrás que averiguarlo por ti mismo Minnie, le prometí a Jungkook que no diría nada —comentó levantando la tela negra en su mano.
Asentí y le di la espalda para que me colocara la venda, luego me tomó de la mano y comenzó a guiarme. Con mi torpeza habitual, casi termino cayendo un par de veces mientras subíamos unas escaleras, y lo único que escuchaba eran las carcajadas de Tae que solo se burlaba de mí.
—¡Llegamos! —exclamó con emoción cinco minutos después.
Me quité la venda y solo vi el gimnasio de la escuela completamente vacío, volví a mirar hacia donde estaba Tae pero este ya había desaparecido. Me quedé parado ahí sin saber que hacer, esperando por varios minutos a que algo sucediera. Estaba a punto de irme cuando escuché la linda voz de Jungkook sonando por toda la escuela, cantando "All of me" de Jonh Legend; y no pude evitar sonreir inconscientemente, porque de alguna manera sabía que esa canción era para mí.
Cuando terminó escuché como segundos después había alguien corriendo por los pasillos en mi dirección. Unos ruidos detrás de mi llamaron la atención, así que me volteé, viendo a los mejores amigos de Jungkook, Namjoon y Hoseok, sosteniendo un enorme cartel que decía:
"¿Jiminie, te gustaría ser mi novio?"
Sentí cómo las lágrimas comenzaban a acumularse en mis ojos debido a la emoción que comenzaba a surgir en mi pecho. Miré al frente de nuevo encontrando a Jungkook delantero de mí, sonriendo con una pequeña cajita en sus manos.
—¿Qué dices, Jiminie? —se notaba a kilómetros que estaba nervioso, sus manos temblaban levemente, pero sus ojos resplandecían como si estuviera viendo lo más hermoso de su vida. Un sentimiento cálido y acogedor me envolvió al pensar en ello.
—¡Sí! ¡Por supuesto que sí! —me lancé a sus brazos sin pensarlo, sintiéndome extasiado al sentir los suyos apretar mi cintura.
—Que bien que aceptaste —rió, llevando una mano a su nuca—, estaba nervioso, pensé que me dirías que no.
Me separé un poco mirándolo con la mejor sonrisa que le podía dar. ¡Me encontraba extremadamente feliz!
Posó una de sus manos en mi mejilla derecha acariciándola delicadamente, y poco a poco se fue acercando a mi rostro, nuestras respiraciones entremezclándose, hasta que nuestros labios se unieron en ese tan esperado y deseado beso, moviéndolos a un ritmo suave y dulce.
Nos separamos segundos después y abrió la cajita, mostrando una linda cadenita plateada con una pequeña luna. Eran tan delicada y bonita, que inmediatamente me di la vuelta para que me la colocara, deseoso de tenerla en mi cuello.
—Para mí eres como una la Luna Jimin, brillas incluso en mis noches más oscuras —lo volví a besar mientras las lágrimas corrían sin parar por mis mejillas, ese definitivamente era el día más feliz de mi vida.
FIN DEL FLASHBACK
Cambié mi ropa y me puse una de las camisetas de Jungkook —la cual parecía tener impregnado su olor—, junto con unos pantalones de chándal y me tiré en la cama.
Me sentía decepcionado, triste, y solo. Nuestra relación cada vez iba a peor y me daba rabia no poder hacer nada para cambiar eso, era tanta la impotencia, que hasta dolía. Dolía mucho saber que nuestro llama se estaba apagando.
Lo peor era que no quería aceptar aún la realidad, me repetía una y otra vez que todo iba a estar bien, que lo arreglaríamos como lo hicimos tantas veces en el pasado; como queriendo autoconvencerme a mí mismo de que podríamos superar esta mala racha, que volveríamos a lo que un día fuimos, al "Jungkook y Jimin contra el mundo".
Pero para ser sinceros, ni yo estaba seguro de eso ya, todo cambió demasiado. Jungkook con el trabajo y la universidad apenas y tenía tiempo para mí, lo soporté por mucho tiempo pero ya está siendo demasiado, a pesar de que lo amo a él más de lo que me amo a mí mismo no puedo seguir manteniendo una relación así.
Y así, entre lágrimas y pensamientos, caí rendido sin darme cuenta en los brazos de Morfeo.
[...]
Los rayos del sol incidían de forma molesta en mi rostro pero aún así me negué a moverme. Segundos después mi alarma sonó y con todo el pesar del mundo me levanté y la apagué. Me dirigí al baño para darme una ducha pero al mirarme en el espejo me sorprendí.
Tenía un aspecto horrible, unas feas ojeras resaltaban en mi cara, mis ojos se encontraban hinchados debido al llanto de ayer y mi pelo alborotado le hacía buena combinación, pasé las manos por mi cabello en un intento de acomodarlo un poco pero este no cedió por lo que decidí lavarlo, tal vez luego se acomodara.
Me quité la ropa y me puse justo bajo el chorro de agua fría. Tenía la costumbre de bañarme con agua fría en las mañanas para espantar el sueño. Salí con una toalla envuelta en mi cintura y busqué unos jeans negros ajustados y me los puse.
Escuché la puerta de la casa cerrarse y supe que Jungkook había llegado, cuando entró al cuarto yo ya estaba buscando algo que ponerme en la parte de arriba, y sinceramente, me sentí cohibido de que me viera así.
Desde que desperté había estado evitando pensar en lo de ayer, pero con Jungkook aquí mirándome fijamente me era imposible.
—Hola, precioso —se acercó con la idea de besarme pero yo volteé el rostro antes de que lograra cumplir su objetivo. Un suspiro salió de sus labios mientras se alejaba un poco, mirándome con un tinte culpable en los ojos—. Jiminie, lo siento.
—¿Dónde estabas? Olvidaste nuestro aniversario —le reclamé, pasando una camiseta cualquiera por mi cabeza.
—Estaba en casa de Nam, tenemos examen hoy y nos quedamos a estudiar, además, no lo olvidé. —Se acercó al clóset y abrió el primer cajón, sacó una caja mediana y me la entregó—. Lamento no haber llegado ayer precioso, pero si lo recordé, compré esto para ti desde hace días.
Abrí la caja y me encontré con un lindo reloj, en cual se notaba que era un poco caro. Lo miré sin expresión en mi rostro, y no podía negar que el reloj me encantó, pero prefería haberlo tenido a él junto a mí. Hubiéramos visto unas películas luego de la cena y para cerrar con broche de oro la noche, habríamos hecho el amor en cada rincón del apartamento.
—No me hacía falta un regalo, quería pasar un tiempo con mi novio.
—Vamos Jimin, estoy cansado, no quiero pelear bebé —pidió tomando una de mis manos y envolviéndola con la propia.
—Está bien, gracias por el reloj.
Me dió una sonrisa casi imperceptible, una que por más que intenté no pude devolverle. Satisfecho con mi respuesta a pesar de la seriedad en mi rostro, se volteó para buscar ropa en el armario. Creo que se dará una ducha.
Se quitó la camiseta dejándome observar su ancha y marcada espalda, y eso me hizo recordar que hace un tiempo que no tenemos intimidad. No es que lo necesitemos de todos modos, al menos no tan frecuentemente, pero amo ese momento en que nos unimos en cuerpo y alma.
Me acerqué de manera silenciosa y lo abracé por la espalda, comenzando a dar pequeños besos en su hombro y cuello, queriendo mimarlo un poco y quién sabe, quizás hacerlo solo una vez antes de marcharnos a la universidad.
—Jimin, no molestes —dijo de forma fría causando estragos en mi corazón, nunca se había negado a un beso mío, y me dolía mucho su rechazo.
—¿Ahora te molesta que te bese? —pregunté reteniendo las lágrimas.
—Estoy cansado ¿ok? —su mirada se suavizó un poco, pero aún así el enojo comenzaba a sobrepasarme.
—¡Eres un maldito egoísta, solo piensas en tí! Pase horas ayer haciendo tu comida favorita y decorando la casa para tener una cena romántica pero no apareciste, y ahora llegas y dices que estás cansado y te molestan mis besos.
—¡Estoy al límite Jimin! ¡De día estoy en la universidad y luego tengo que ir a trabajar para mantenernos a ambos! Deberías entender que quiero descansar siempre que pueda.
—¡Si me dejaras trabajar tendrías más tiempo para mí!
—Tu jefe anterior te acosaba, prefiero trabajar yo y estar exhausto a que tú corras peligro, te amo mucho Jiminie, no quiero que nada malo te pase. —Si hubiera sido otra la situación me hubiera lanzado a besarle, pero teniendo en cuenta la razón por la que empezó la discusión decidí quedarme quieto.
—Apenas y nos vemos Jungkook, si tu amor es así, disculpa pero... no lo quiero.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó evidentemente molesto.
—¡Quiere decir qué...! —Un nudo se formó en mi garganta de solo pensar en ello—. Nada, solo... olvídalo Jungkook, te veo en la universidad
—¡Jimin, vuelve aquí! ¡Jimin!
Tomé mi mochila para salir de allí lo antes posible, quería decir que lo mejor era terminar pero las palabras no salieron de mi boca. El solo imaginarlo hacía doler a sobremanera mi pecho. Amo tanto a Jungkook que no se que sería de mí si se va de mi lado, ambos nos necesitamos demasido mutuamente. Estoy consciente de que me ama, estoy completamente seguro de ello, pero el problema es que no sabe poner orden a sus prioridades.
Durante todo el camino me la pasé tarareando una canción para evitar pensar en él y en nuestra horrorosa situación, no podía llorar ahora o Tae se daría cuenta y le reclamaría a Jungkook, y lo que menos necesito ahora es eso.
Al llegar Taehyung me esperaba en la entrada, como siempre. Dibujé la mejor sonrisa que pude pero creo que me salió más como una mueca.
—¿Por qué tienes esa mueca? Esa no es la cara de alguien que comió una deliciosa cena y tuvo sexo con su apuesto novio hasta olvidar su propio nombre. —Si no me sintiera tan triste hubiera reído por sus locuras.
—Estoy bien Tae, solo algo cansado. —Y en parte no mentía, me sentía demasiado exhausto emocionalmente.
—Si tú lo dices —agradecí internamente que no insistiera en el tema, tomó mi mano y nos dirigimos a nuestra clase.
Dos aburridas horas de Historia del arte y una y media con el profesor de baile me habían dejado demasiado irritado. Taemin se la pasó toda la clase corrigiéndome cualquier cosa que hacía.
—¿Qué te sucede hoy Jimin? ¡Eres el mejor de la clase y no has hecho ni un solo paso bien! —fue lo que escuché de él cuando se hartó de corregir lo que hacía mal.
Luego de darme una ducha y vaciar por completo mi mente fui hacia la cafetería, me encontré a Taehyung sentado junto a Yoongi, notando que esos dos últimamente han estado demasiado juntos, estaba casi seguro de que tenían algo, pero mi amigo no ha comentado nada al respecto.
—¡Jiminie, por aquí! —exclamó Tae levantando la mano para que lo viera.
Caminé hacia ellos y me senté entre ambos cuando Taehyung me abrió un espacio entre ellos.
—Yoongi me dijo todo pequeño Jiminie, puedes llorar en el hombro de tu querido soulmate.
—¡¿Jungkook te dijo?! —pregunté molesto, no puedo creer que le esté contando nuestros problemas íntimos a sus amigos y no tenga tiempo para hablarlo conmigo, la irritación que sentía minutos antes había vuelto.
—Hey calma, Jungkook solo me lo dijo a mí porque prácticamente lo obligué a decirme —explicó Yoongi.
—Hola Jimin, Taehyung. —Namjoon se sentó frente nuestro y a su lado Jungkook quien no se molesto en dirigirme ni una palabra. Yo por mi parte ni siquiera lo miré—. ¿Sucede algo entre ustedes? Siempre quitas a quién esté junto a Jimin para sentarte tú.
—Todos está perfecto ¿cierto, precioso?
—Sí, demasiado perfecto.
Mi tono irónico no pasó desapercibido para ninguno en la mesa, pero supongo que debido a la tensión que había entre ambos decidieron no comentar nada. Sentía la mirada de Jungkook sobre mí mientras yo intentaba no mirarlo, pero finalmente nuestras miradas coincidieron.
—¿Jimin, podemos hablar luego de clases?
—No puedo, voy a buscar un trabajo.
Había pensado en ello durante el turno de Historia del Arte, así que estaba decidido a buscar un trabajo. De esa manera Jungkook puede dejar de tomar horas extras y descansar un poco, sumando de que podremos pasar más tiempo juntos.
—Me pareció haber dejado claro eso, no trabajarás —dijo firme y yo lo miré mal, deseando echarle en cara todo lo que le había estado guardando desde esta mañana. No me impedirá trabajar, no puede pensar que toda la vida me mantendrá encerrado en casa para protegerme del mundo.
—Si lo haré ¿quién te crees que eres para impedírmelo?
—No lo sé, tu novio tal vez —contestó exasperado. Los chicos solo observaban nuestra discusión en silencio, de seguro no queriendo empeorar la pelea.
—Exacto, eres mi novio, no mi padre.
—Haz lo que te de la gana —soltó de mala forma y se levantó, para luego irse a largas zancadas de la cafetería.
—Vayan con él —ordenó Tae, y Yoongi y Nam enseguida corrieron tras él—. No debiste haberle dicho así Mochi, sabes cómo se puso cuando supo que tu antiguo jefe te acosaba.
Taehyunh tiene razón, sé que Jungkook solo quiere protegerme, pero no puede hablarme así, y menos delante de los demás. Él tiene miedo, y yo también, no voy a negarlo, pero nuestra relación es demasiado importante como para no superar ese asunto y buscar un trabajo. Estoy seguro de que las cosas se arreglarían con eso, solo necesitamos tiempo juntos. Si fuera capaz de hacerle ver eso...
—¿Aún sigues aquí? —me preguntó mi mejor amigo mostrando su sonrisa cuadrada. Sabe que sus palabras siempre me hacen reflexionar.
Cuando me vine a dar cuenta ya me encontraba corriendo tratando de alcanzar a Jungkook, quien estaba hablando con Nam y Yoongi en medio del pasillo.
—Jungkook, hablemos —sujeté su brazo antes de que intentara escapar de mí.
—No puedo, tengo el examen ahora —sabía que me estaba esquivando, probablemente porque se encontraba molesto y no quería empeorar las cosas. El filtro entre su cerebro y su boca no funciona muy bien cuando está a enojado.
—No mientas, aún no es hora, hablemos por favor —le pedí lo más dulcemente que pude, quería que notara mis intenciones de arreglar todo de una vez.
—¡Ya dije que no!
Movió bruscamente su brazo para safarse de mi agarre, eso sumado a mi torpeza me hizo trastabillar con mis pies y terminé golpeándome contra los casilleros. Me llevé la mano a mi nuca, el golpe había dolido bastante. El me miró alzando una mano en mi dirección pero después se arrepintió.
Mi Jungkookie jamás hubiera hecho algo así. Me veía fijamente y pude ver la culpabilidad reflejada en sus ojos, pero eso no me conmovió ni reparó la herida que me había causado. Tal vez ya nosotros no tenemos arreglo, tal vez solo debería darme por vencida y no intentar repararnos, nuestra relación está demasiado rota cómo para ello.
Las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos ante el pensamiento, no quiero dejarlo, no quiero que terminen así cinco años de relación.
«Solo discúlpate, solo eso me dará esperanza para nosotros dos».
—Y-yo... —intentó acercarse pero se detuvo — tengo... que irme.
Con dolor lo observé irse por el largo pasillo, Nam me preguntó si me encontraba bien y automáticamente, como si fuera un jodido robot, asentí, en mi mente solo veía a Jungkook marcharse haciendo mil pedazos mi corazón.
[...]
El resto de las clases estuve demasiado distraído, solo pensaba en Jungkook, una y otra vez mi mente repetía "Jungkook", no tengo ni idea de lo que voy a hacer.
—¿Jiminie, te acompaño a casa?
—No Tae, estoy bien, estaremos bien, estoy seguro —dije con una confianza que para ser sincero, en verdad no sentía, pero que convenció a mi mejor amigo, o eso creo.
—De seguro lo estarán, suerte.
Se despidió con una sonrisa y yo emprendí mi camino a casa. No tardé mucho en llegar, los nervios me estaban matando, mis manos temblaban y sudaban mucho. Di un último suspiro y entre al apartamento.
Todo estaba en silencio, la sala y la cocina estaban vacías, entré nuestro cuarto y mi respiración se cortó.
—¿Jungkook? —mi voz era apenas un fino hilo, las lágrimas rápidamente se hicieron presentes y la poca esperanza que tenía desapareció en un segundo.
Mi novio estaba metiendo su ropa en una maleta enorme y en nuestro armario solo estaba mi ropa, él se irá de aquí.
—Jungkook por favor, no lo hagas. —Lo abracé fuertemente mientras las lágrimas bajaban una tras otra por mis mejillas—. No me dejes por favor.
—Jimin, esto es lo mejor para ambos —dijo con la voz quebrada rodeando con sus fuertes brazos mi cintura—. Te amo, no lo dudes nunca, solo quiero que seas feliz.
—¡Yo soy feliz a tu lado! —grité desesperado. Él estaba decidido, sabía que se iría sin importar lo que yo dijera.
Si hay una cualidad que siempre odie y amé al mismo tiempo de Jungkook fue su terquedad, cuando se empeñaba en algo nadie lo hacía desistir, y esa misma terquedad la veo reflejada en sus ojos ahora mismo.
—Solo será por un tiempo para que ambos aclaremos nuestras ideas, precioso. No te estoy dejando.
—¡No necesito aclarar nada! No me hagas esto Kookie, sabes que te amo. —Me sentía como un mero espectador en esta situación. Escuchaba mi llanto y sentía sus cálidas manos en mi cintura, pero esa sensación parecía ser ajena.
—Lo lamento precioso, debo irme.
Tomó mis manos y las besó, luego besó mi frente. Se veía tan calmado, como si nuestra separación no le afectara lo más mínimo, me abrazó una vez más y comenzó a caminar en dirección a la puerta.
Decir que mi corazón dolía y ardía como si estuviera en el mismo infierno se quedaba demasiado corto, no es para nada fácil ver a la persona que más amas marcharse de tu vida como si fuera agua que se escurre entre tus manos.
—Jungkook...
Lo llamé por última vez pero él no se inmutó, siguió su camino ignorando los sollozos que parecían desgarrar mi garganta.
El sonido de la puerta al cerrarse hacia eco en mi mente. Tantos recuerdos lindos de los últimos cinco años atacaban mi cerebro, haciéndome sentir aún más miserable de lo que ya me sentía, cayendo de rodillas al piso y soltando el llanto más desgarrador que pude experimentar en toda mi vida.
Por aquí un cap súper largo de casi 3500 palabras.
Como ya había dicho hace un tiempo, estoy resubiendo esta historia, a la cual le estoy dando un par de arreglitos. Si leyeron el apartado de advertencias sabrán que estos personajes son algo... Vamos a dejarlo hasta ahí jahshjajs.
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