.-Capítulo 5
•[Te encontré]•
«¿Cambiar o mejorar?»
••••••••
Entró a la cabaña y cayó despacio para evitar hacer ruido, buscó con la mirada al gato feo, pero no lo vio por ningún lado.
El salón estaba oscuro, tan solo iluminado por la luz de la luna que entraba por la ventana que 17 había abierto. Miró todo a su alrededor, las cosas estaban en perfecto orden.
Llegó hasta un escritorio y observó el librero, habían muchos libros de directed colores; estiró un brazo y tomó un libro en mano: una historia de romance.
No abrió el libro, simplemente ojeó su portada y la parte trasera del libro, color vino y por el material algo maltratado, diría que ese libro ya tenía varios años.
Frunció el ceño, ¡se estaba distrayendo!. Dejó el libro en su lugar y caminó por la cabaña, habían distintas puertas que daban a varios lugares. Concentró su mente y se dedicó a percibir alguna energía humana.
¡Bingo!, percibía un Ki bajo de la puerta que estaba a su izquierda. Caminó hasta ella y maniobró la cerradura, abrió la puerta y observó que la habitación no era muy grande: un ropero, mesa de noche, unas repisas y, pegada a una pared, estaba una cama.
Caminó hasta ella y sonrió, la figura de una mujer dormida se veía en la cama.
Alzó una mano y se preparó para atacar, pero se detuvo ante el nuevo sonido que escuchaba. Por primera vez pudo oír la respiración tranquila de una persona, parecía que estaba en absoluto relajo y paz. Estaba tan acostumbrado a solo escuchar la respiración agitada de las personas que asesinaba, pero esta respiración nunca la había oído.
Bajó la mano y la dirigió hasta el cabello de ella, lo tomó entre sus manos, era suave y fino. El cabello de una mujer no le parecía importante, mucho menos se le apetecía tocarlo, una vez lo intentó con su hermana 18, pero el resultado fue una amenaza de muerte y no volvió a intentarlo.
¡Bah!
Quitó la mano y frunció el ceño.
—¡Tsk!— emitió el androide, ¡se volvió a distraer!
Pensó en cómo despertarla, quizá con un grito, los sustos eran divertidos y las reacciones a estos aún más.
Elevó sus manos, alzándolas hasta la altura de sus hombros y se preparó para su "ataque sorpresa", pero fue interrumpido a media acción por el ataque sorpresa del gato Serval que lo había guiado hasta la cabaña.
¡Maldito gato!
—¡Quítate de encima gato de mierda!— gritó 17, Lupy mordía su cabello y arañaba con fuerza al androide, pero no podía provocarle daño, la piel de 17 era increíblemente resistente.
Los gritos de 17 si despertaron de un susto a (Tn), ella se levantó de golpe y dirigió su vista a los gritos, por la oscuridad no podía reconocer al extraño que se había infiltrado en su casa, así que se apresuró a encender la lámpara que se encontraba encima de una mesa de noche, al lado de su cama.
Lo que vio la dejó helada, ¡no podía ser cierto!. Esa pañoleta naranja y la inconfundible camiseta negra fueron reconocidas al instante por ella, ¡era el androide número 17!
Gritó horrorizada, se levantó de la cama y salió de la habitación, se apresuró en colocarse los zapatos con los que solía ir a la ciudad y que siempre estaba en la entrada de su cabaña. Se los colocó y salió por la puerta principal, corriendo despavorida, con todo el cuerpo temblando, sudando frío y su voz solo emitía gritos ya que sentía que el androide la seguía desde muy cerca.
—¡¿Como?!...¡¿Por qué hay un androide aquí?!— se gritó así misma, tratando de buscar explicación.
En plena desesperación, dio varios tropiezos al correr, su cuerpo no estaba plenamente consciente, solo corría por su supervivencia.
No entendía nada y eso la aterrorizaba.
Y, al llegar a una parte del bosque, sus pies se trenzaron y cayó en una bajada, su cuerpo comenzó a dar vueltas, golpeándose con ramas y piedras.
—¡NO!— gritó otra vez.
El miedo se apoderó de ella, que no fue consciente del dolor. Se levantó otra vez y siguió corriendo hasta llegar a un inmenso árbol con un agujero en la parte inferior, ella se metió dentro del agujero y se sentó, abrazando sus rodillas y llorando atemorizada, sintiendo recién, el dolor de sus tropiezos y su gran caída.
••••••••
Lupy seguía con su tarea de ahuyentar al androide, su ataque era continuo y no paraba, el androide, ya arto del molesto animal, lo tomó por las patas delanteras.
—¡Ya basta!— Lupy fue arrojado contra la ventana de la habitación, rompiendo el vidrio de esta, el Serval aprovechó esto para poder escapar por la ventana ya sin vidrio y buscar a (Tn).
17 estaba furioso, sus planes y diversión fueron tirados al tacho. Ya la tenía ahí, en frente, lista para ser sometida a un cruel juego, ¡pero no!, ese maldito gato tuvo que arruinarlo todo.
Salió de la cabaña destrozando la puerta de entrada y tomo vuelo hacía el bosque. En su mirada se denotaba la ira y rabia.
¡Esto no lo iba a permitir!
Iba a pagar..., no la iba a matar tan fácil, la condenaría a una trampa sin salida, a un juego en el que él solo se divertirá y cobrará su venganza ante la horrible humillación que acababa de pasar.
Aterrizó frente a varios árboles y comenzó a buscar con la mirada.
—¡Sé que estas ahí mujer!, ¡no te escaparás de mi!— rugió 17, con los puños cerrados y sin dejar de ver a todos lados.
Trato de buscar el Ki de la chica, pero no podía hallar nada al encontrarse en un estado tan colérico. Cerró los ojos, inhaló y exhaló fuerte, buscando tranquilizarse para percibir de mejor manera el Ki.
Abrió los ojos y formó una sonrisa macabra, ya había dado con la posición de su víctima y decidió dirigirse para ese lugar.
Mientras tanto, (Tn) seguía con el agujero del árbol, abrazando sus rodillas y colocando encima de ella su rostro, dejándole espacio únicamente a los ojos para no perder la visión.
Sus ojos marrones miraban a todos lados, parecía que estuviera en una película de terror con suspenso extremo, no sabía en qué momento aquel androide aparecería y la mataría o si nunca la encontraría y ella se quedaría con la angustia y el temor de salir de su escondite por miedo a estar acechada.
—Que quieres...— susurró contra sus rodillas, a media voz y envuelta en lágrimas.
Levantó la cabeza al escuchar un ruido, era...¿era él?.
¿Ya estaba aquí?, no no, ¿que podía hacer?, no tenía cómo defenderse, pero aunque tuviese alguna arma, no podría hacerle algún daño. Sus dientes comenzaron a tiritar y su cuerpo tuvo esa sensación de electricidad por el miedo.
Dejó de pensar en el androide al escuchar un bufido, ¡no era el androide!, pero tampoco era Lupy.
Se asomó por el agujero del árbol y observó cómo un enorme oso venía hacia el árbol al delatar su presencia. Ella dio un respingo y salió del árbol, dejando que el animal se estrellara contra el árbol.
(Tn) retrocedió y cayó sentada al suelo, el animal recuperó su postura y se acercó a la mujer, gruñendo. Estaba muy cerca de ella que podía ser capaz de ver sus fauces con claridad.
Y se quedó ahí, sentada, inmovilizada.
Ya era su final, primero el androide, luego un oso, ¿que mas iba a pasar hoy?. Suspiró triste y volviendo a llorar, que tormento.
—En realidad...— dijo ella, cerrando los ojos con el osico del oso muy cerca de su rostro —Prefiero que me mates tu a que sea el robot— terminó de hablar y apretó los puños fuertemente para recibir aquel portentoso ataque del que muy seguramente no saldría viva.
—Que curioso— se escuchó una voz, muy cerca de ellos —pero lamento decirte que yo te encontré primero—
Ella abrió los ojos al instante y dirigió su mirada al azabache, ¿cómo había sido posible?, no sintió para nada algún paso, llegó a ese lugar en menos de un segundo.
El androide sonrió con maldad, ella se quedó mirando fijamente a los ojos de hielo del azabache, y él a ella, a sus temerosos ojos color marrón.
El oso volteó y se dispuso a atacar al androide, quien había interrumpido su cena, este lo esquivó y de un puñete mandó a volar al oso, que se estrelló contra unos árboles. (Tn) se tapó la cara con ambas manos, creyó que 17 lo había matado.
Pero fueron falsos sus pensamientos al escuchar el rugido del oso. Quitó las manos de su rostro y vio como el pobre animal huía del lugar, dejando atrás un horrible destino que estaba apunto de presenciar.
El androide sonrió al ya encontrarse solo con ella, introdujo una mano en su bolsillo y sacó el objeto que había tenido guardado hace ya varias semanas.
—¿Esto es tuyo?— preguntó y colgó la pulsera en uno de sus dedos, pero la chica no dijo nada, ni se atrevió a mirarlo, estaba completamente asustada.
17 chasqueó la lengua con mal gusto.
—Repito, ¿esta pulsera es tuya?— ella solo lo miraba asustada, no se atrevía a decir nada ni siquiera a moverse, no podía hacer alguna acción.
17, harto de su comportamiento, estiró una mano y levantó a la mujer de los cabellos obligándola a que lo mire cara a cara. Ella, instintivamente reaccionó y sus manos se dirigieron la mano del androide, que jalaba su cabello.
—¿Esto es tuyo?— volvió a decir el azabache de manera recta e intimidante, clavando su vista en ella.
Esos ojos celestes que congelarían a cualquiera.
—N-no, no se que es eso— se dignó, por fin, a responderle al androide.
17 chasqueó la lengua, fastidiado. ¿Que caso había el mentir ante un hecho verdadero?
—No me gusta las mentiras humana, fui bondadoso de regresarte tu objeto sano y salvo, ¡no merezco que me trates asi!— masculló con ironía.
El androide lanzó a la chica quien se golpeó contra un árbol y cayó boca abajo contra el suelo, su labio sangró un poco al chocar contra unas pequeñas piedritas que habían en la tierra, se limpió con su mano la sangre escurrida y lanzó un pequeño quejido de dolor.
Ella dirigió su vista al frente y en un instante pudo observar las zapatillas del androide cerca de su rostro.
—Ya fue suficiente con que tu gato arañara mi rostro, es humillante...—
—¿Lupy?, ¿DONDE ESTA LUPY?— tuvo fuerzas para volver a levantarse, pero volvió a caer debido a un empujón por parte del azabache.
—Tu repugnante gato debe andar repleto de moscas...lo adorarán a donde valla...— (Tn) crujió los dientes a mas no poder, se levantó de nuevo y retrocedió buscando alguna escapatoria, pero era imposible, el androide era mucho más veloz que ella.
Volvió a mirarlo, no tenía caso y decidió no contenerse. Escupió la sangre de su boca y miró al androide, desafiante.
—Lo único repugnante aqui, eres tú, maldito androide— rugió ella, con los puños apretados. El ojiazul frunció el ceño ante el desafío que ella le daba, no esperaba esa reacción.
—¿Agallas humana?, ¿por fin vas a responderme?— preguntó con mofa, desafiar a alguien como él le parecía realmente estupido, él es el androide número 17.
Las piernas de (Tn) temblaron, su cuerpo ya no aguantaba dolor, tenía la sensación de haber corrido kilómetros sin parar, pero no, solo era miedo que le daba esa sensación de tembladera.
Con la poca fuerza que le quedaba, caminó hasta él y situarse a menos de un metro.
—¡Esa pulsera sí es mía! ¡yo soy (Tn)!, ¿que mas quieres? Ya te dije lo querías saber, solo déjame...déjame ir por favor, quiero regresar con Lupy, quiero regresar con mi única familia....— respondió a duras penas.
El androide la miró, la mirada desafiante que había visto en ella antes había desaparecido. Notó también el cambio en su caminar y en la voz, ella ya no tenía más fuerzas para seguir de pie.
Y tal como dijo, la chica cayó rendida sin poder más. El cuerpo de (Tn) chocó contra el pecho del androide y resbaló hasta caer al suelo, ya había aguantado muchas emociones y dolores en tan solo un día.
Un día, el inicio de algo nuevo.
El androide vio a la mujer desmayada a sus pies y gruñó, tenía más ganas de jugar con ella, torturar la débil mente que poseía.
Mierda, sus planes terminaron en completo fiasco.
Observó a su alrededor: el bosque nocturno, una vista que no era de su agrado, a decir verdad, no había pisado algún bosque en los años que llevaba destruyendo las ciudades, no le llamaba la atención en lo absoluto, no había nada divertido ahí.
De pronto, escuchó un sonido entre los arbustos, dirigió su vista hacia el ruido y descubrió al gato feo, que lo acechaba con clara amenaza de atacar.
Resopló y cargó a la mujer en su hombro.
No había caso matarla en ese momento, podía divertirse más con ella, había pasado una muy mala noche y no iba a dejarla libre hasta dársela por pagada.
Cargó a la mujer en su hombro y comenzó a caminar, siendo seguido por Lupy, quien no pensaba quitarle la mirada de encima, el androide sonrió de lado y siguió su camino.
—Al parecer la débil (Tn) y tú son muy unidos, gato feo— dijo mirando de reojo al animal —No tienes idea de lo que le espera...
El androide siguió su camino con (Tn) en sus brazos y Lupy caminando a su atrás, dirigiéndolos a un destino no del todo incierto ya que, se sabía, que si se habla del androide número 17, "el terror de la humanidad", no se espera nada bueno.
Sonrió maliciosamente, diferentes ideas de hacer sufrir a la humana ya pasaban por su mente.
••••••••
Espacio de la escritora:
17 se lleva a (Tn) a un destino incierto con una intención malvada, pero, ¿podrá llevar a cabo sus planes?
No se olviden votar y comentar qué tal les pareció el capítulo, nos vemos❤️🥰.
Byee💕
•Vale-1817•
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro