•[Dolorosa reflexión]•

«¿Cambiar o mejorar?»

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La promesa de (Tn) había quedado grabada en la mente de 17, jamás creyó que ella le dijera eso, ademas de que fue ella quien lo besó.

Esta vez, cuando regresaron a casa, los besos lo comenzó ella, dio el paso antes que 17. La forma en que lo miraba era diferente, la ocasión fue distinta a las demás.

Lo había sentido, ella acariciaba su rostro a cada momento y depositaba besos en este, dejando su alma en cada uno, ¡17 no podía ser más feliz!, ella estaba que le demuestre lo que él necesitaba y no sabía cómo expresarlo. Mientras se acariciaban, se besaban, se decían mil cosas con la mirada.

Normalmente al momento de acabar, (Tn) solía darle la espalda por la vergüenza que sentía, aún a estas alturas. En cambio esa noche, ella se acostó a su lado, lo miraba y jugaba con su cabello, él abrazaba su cintura y se dejaba acariciar por ella, no quería dejar de sentir esa bella sensación.

Al final se quedó dormida, pero esta vez, ambos durmieron abrazados, sin incomodidad, vergüenza o timidez. Para 17 todo lucía como si fuera algo de un sueño, después de esa charla algo cambió con respecto a ella y no iba a quejarse, ¿será que ella sentirá lo mismo que él?

Con un último beso, ella se acurrucó junto a su pecho, compartiendo con 17 aquella calidez que su cuerpo poseía, la calidez de su alma y corazón.

Un corazón feliz.

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Los meses pasaron y la relación de ambos mejoraba más. Aunque (Tn) aún se sonrojaba cuando 17 la besaba, parece ser que eso nunca va a cambiar.

(Tn) se encontraba muy feliz al lado del androide, no había sonreído tanto en años. Incluso el androide se quedaba a dormir de vez en cuando, verlo acurrucarse con ella y hablar un poco entre risas y bromas alteraba su corazón, haciéndolo latir más fuerte e incluso cuando pensaba en él.

En esta ocasión, 17 había salido de casa, era cerca de las 5 de la tarde y él dijo que regresaría por el atardecer, debía ser discreto por 18, no quería llegarse a imaginar lo que pasaría si ella se enterara.

Ahora (Tn) limpiaba su hogar cual cenicienta, tarareando y cantando mientras barría o trapeaba. Organizaba y buscaba las cosas que ya no iba a necesitar.

—¿Que hace un libro aquí?— se preguntó a sí misma, tomando el libro sucio y maltratado que se encontraba detrás de su lavadora.

Lo colocó dentro de la caja y siguió avanzando, llegó hasta su habitación y comenzó a llenarlo de cosas inservibles.

—¿Que más hay por aquí?— revisaba sus cajones, buscando algo más.

En medio de su búsqueda se detuvo al observar un objeto brillante, dejó la caja en el suelo y lo tomó entre sus manos. Era la pulsera que Patrick le había dado.

—Patrick...— murmuró ella al ver la pulsera.

Y sin pensarlo, en vez de recordar lo que alguna vez vivió con Patrick, recordó lo que había pasado con 17.

La pulsera fue la razón por la cual los dos se conocieron. El inicio de todo, la llegada de algo nuevo e inesperado en su vida. Un cambio drástico.

Y aunque al principio pensó que se trataría de un infierno, resultó ser un ángel disfrazado de demonio. Al cual todos llamaban "Androide número 17".

Bueno, aunque la definición de "ángel", no es para todo exacta, podría describirlo así.

Volvió a mirar la pulsera, esto fue lo último que Patrick le dio antes de morir, su último obsequio. Y sin saberlo, Patrick al darle eso, la había atado a un nuevo destino, una nueva oportunidad.

Aún recuerda como gritó cuando los dos androides se presentaron ante ellos en su intento de huir, fue la primera vez que observó de tan cerca a 17. Se abrazó a su misma al sentir esos mismos escalofríos que sintió aquel día, al encontrarse atrapada en el brazo del androide, quien la en ese entonces tenía una mirada psicópata, aterradora y malvada. El deseo de matar impregnado en sus ojos.

Consiguió huir, pero no con Patrick, quien murió a mano de los androides.

Jamás creyó que aquel ser al que culpaba de la desgracia de su vida esté ahora enamorado de ella. Si que la vida es una caja llena de sorpresas.

Su corazón se aceleró levemente al pensar en 17, últimamente sucedía muy seguido. Sentía esas mariposas en el estómago que había leído en sus libros al pensar en él.

—17— susurró, con una sonrisa tonta en su rostro.

Narra (Tn):

La presencia de 17 se había vuelto tan importante en mi vida, no había día en el que no pensara en él, o en lo que esté haciendo.

En las noches, deseaba no sepárame de su pecho, encerrarme en la jaula de sus brazos, era algo muy hermoso para mi. Ver su rostro relajado al dormir, el cual parecía completamente inofensivo, muy diferente a lo que todos conocen, solo yo logré conocer esta faceta de 17.

Saludarnos con un beso y despedirnos con un beso, ¡era un mini infarto para mi corazón!, ver su risa y escuchar sus bromas se habían vuelto parte de mi vida, parte de mi ser.

Me quité el mandil y salí de mi casa, ya estaba por anochecer y vi como unas pequeñas gotas de lluvia comenzaban a empapar mi vestido.

Sin embargo, la lluvia no desapareció la sonrisa de mi rostro. ¿Era por 17?, claro que era por él.

Cerré los ojos y dejé que la lluvia moje mi cuerpo por completo mientras corría con los brazos extendidos feliz. Lo había resuelto todo.

Yo me estaba enamorando de 17.

Mi corazón lo siente, lo sabe. No puedo luchar contra eso, no puedo negarlo más, a pesar de lo que viví en el pasado, es hora de soltarme.

Él me amaba y yo comenzaba a amarlo, ¿que más puedo pedir?, mis sentimientos son fuertes.

Imaginar que puedo volver a empezar junto a él, que puedo volver a amar, que puedo volver a sentirme completa. ¡Que puedo volver a sentirme viva!, Era algo realmente increíble.

Me detuve para ver la lluvia, había respondido todas mis preguntas.

Pero.

Algo fuerte golpeó mi mente y me dio la misma sensación de caer por un precipicio. De caer a la nada, a la realidad.

Yo iba a morir.

Yo estoy enferma, y esto algún día inesperado me arrebatará la vida.

Caí de rodillas contra el pasto húmedo y mis lágrimas no tardaron en salir, estaba atando a 17 a un destino cruel. Estaba siendo egoísta.

Algún día lo dejaré solo, yo moriré. No podía escapar de eso, y a él le costará asimilarlo, su sonrisa se borrará y yo seré la culpable, yo destruiré su corazón y lo empeoraré, llenándolo de ira y frialdad.

Golpeé el suelo una y otra vez, ¿por qué todo era tan difícil?, ¿por qué cuando por fin encontraba la respuesta a mis dudas aparecía un obstáculo?, ¿POR QUÉ?

¿Por qué no podía ser feliz?, ahora que he vuelto a amar, no podía ser feliz con ese hombre por mi maldita enfermedad, siempre lo tuve en mente y deseaba mi muerte, ¡ahora no!, yo quería ser feliz, ¡pero no!, no puedo serlo.

¡Yo no podía hacer esto!

—¡Maldita seas, vida de mierda, maldita seas!— gritaba entre sollozos.

No puedo atarlo a esto, no puedo hacerle esto. Él debe seguir y yo...

Debo dejarlo ir.

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Espacio de la escritora:

La reflexión de (Tn), su destino cruel, cuando todo parecía color de arcoíris se tornó de un amargo color plomo, reflejando la tristeza de (Tn), no podía impedir su futuro.

Es la primera vez que narra ella, ¿Qué es lo que hará?, ella ama a 17, sin embargo, no quiere que él sufra por lo que ha decidido dejarlo ir.

Dibujo de 17 y (Tn) para calmar el ambiente, un tierno beso, me encantó hacer este dibujo y espero que a ustedes también🤗❤️.

Cambio en el cabello de (Tn), me gusta que esté así su cabello, ahora su look será este😅🤣❤️

Bueno con esto me despido bellas lectoras, ¡Bye!❤️

•Vale-1817•