.-Capítulo 35
•[San Valentín]•
«¿Cambiar o mejorar?»
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La pequeña celebración fue muy agradable, con 17 y sus bromas sarcásticas, con (Tn) y sus muecas graciosas y con él infaltable Lupy, eternamente molestando a 17.
Casi por el anochecer, se quedaron los dos solos, conversando acerca de la vida de (Tn), mejor dicho, ella hablando y 17 escuchando. El androide supo de la existencia de su tía Alice, de su abuela y de su mejor amiga Lara.
También supo de los padres de (Tn), al cual ella parecía no importarle mucho, nunca fueron buenos con ella. El azabache tuvo que apretar los puños cuando (Tn) le contó con tristeza como fueron ellos con ella. Solo gritos y llantos.
(Tn) destapó un vino y tomó ella sola, ya que 17 no bebía. Él solo se encargaba de abrirle la botella, fueron dos copas, el alcohol es peligroso para ella por su enfermedad. Tenía que ser moderada.
Al final, terminaron abrazados y melosos, la charla se acabó y para 17 comenzó la verdadera "diversión".
Que inició en el comedor y terminó en la habitación.
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—17 ayúdame a girar— ordenó la rubia, montada en un caballo de carrusel —La máquina no funciona, así que hazlo tú—
—Caprichosa— musitó el androide y sin necesidad de hacer fuerza, impulsó el carrusel y la androide sonrió ampliamente al comenzar a girar.
El azabache se sentó encima de un auto, viendo como su hermana se divertía en ese carrusel. Habían muchas cosas que le gustaba a 18, el parque de diversiones y las tiendas de ropa, donde encontraba accesorios y cosas para chicas.
Había veces en que le gustaría traer a (Tn), apostaba a que se divertiría mucho y dejaría de estar encerrada en su casa de bosque. Ya se la imaginaba, con sus mejillas sonrojadas y con risas incontrolables, montada en el caballo de carrusel.
—Oye 17— llamó su gemela mientras daba vueltas.
—¿Que?—
—Últimamente te alejas y desapareces mucho, ayer te estuve buscando por la noche y no te encontré— dijo en modo de queja.
—Desaparezco porqué a veces no te soporto— respondió encogiéndose de hombros y con una leve sonrisa al ver el ceño fruncido de la rubia.
—Que gracioso— masculló la androide, con una mueca de desagrado —¿Estas escondiendo algo?—
—¿Algo?— repitió 17 y dejó de impulsar el carrusel.
—Si, estás muy raro 17, mira para empezar estás— la rubia no pudo terminar su frase ya que su dichoso gemelo giró el carrusel con mucha fuerza, haciendo que este de vueltas sin parar.
—¡Detén esto, idiota!— gritaba la androide, sin embargo, su hermano hizo caso omiso.
—Alucinas cosas 18, no he cambiado ni cambiaré— fue lo último que dijo, antes de salir volando rápidamente y alejarse del parque de diversiones.
No iba a permitir que 18 sepa que sucumbió ante una humana.
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Lupy estaba fuera de casa y (Tn) se encontraba tumbada en su sofá después de una dosis de medicinas, con la mirada perdida en el techo.
—¿Por que tardas tanto?— susurró para si misma.
Era algo estúpido lo que le sucedía, llamaba al androide en silencio y luego se arrepentía, lo necesitaba y a la vez no. Quería estar con él, pasar tiempo como siempre lo hacía, pero ahora es más complicado.
No es igual, de vez en cuando se le escapa una risita nerviosa y uno que otro sonrojo cuando 17 le sonreía. Sus pequeñas acciones ahora alteraban más su corazón y su mente.
Cuando él besa sus labios...es como si fuera una necesidad, no iba a negarlo, le encantaba que él la bese. Que acaricie su cabello, que tome su mano. Él es el que se atrevía a hacer todo eso, ya que ella simplemente no podía o no le nacía hacerlo, pero ahora...
Tantas cosas que le gustan, cosas que ahora la ponen nerviosa. Hay tantas preguntas y dudas que son inciertas, ¿habrá alguna respuesta?
—¿Que haces ahí?— preguntó una voz y abrió los ojos de golpe al reconocerla.
—¿17?— musitó la joven y se levantó del sofá rápidamente —¿Como...?—
—¿Como entré a tu casa?, pues por la ventana, es más fácil, creo que ahora será así. Me aburre la rutina de tocar la puerta— confesó, señalando la ventana que estaba totalmente abierta. Ella suspiró negando con la cabeza y fue a cerrarla.
—¡Ah!— gritó al ver a 17 tan cerca de ella. Él mantenía los ojos entrecerrados cómo inspeccionándola.
—¿P-pasa algo?— masculló (Tn), con un poco de nerviosismo.
—Eso es lo que yo iba a preguntar— dijo con seriedad. El semblante del androide había cambiado de repente.
Ella tragó fuerte al notar como los ojos de hielo del androide se clavaban en los suyos sin contemplación alguna. El azabache había notado el aura que rodeaba de (Tn), algo no estaba bien.
Llevaba mucho tiempo con ella para no notar eso, normalmente solía saludar y ofrecerle algo, o preguntarle cómo va su día. Sin embargo, hoy había sido diferente, y aunque no es algo relevante no puede evitar parecerle extraño.
—¿No me dirás?— insistió él, sin retirar su mirada, acortando la distancia.
—No es nada 17– respondió con suavidad, el rostro del androide estaba tan cerca de ella.
Sin querer, su mirada se dirigió a los labios del androide, ese inmenso deseo vino sobre ella otra vez. Sus narices casi rozando, estaban tan cerca.
Ella con la piel erizada y sus labios ansiosos acortó un poco más la distancia. Sus manos estaban pegadas a su propio pecho, nerviosa.
—Baja un par de niveles— susurró 17, con voz suave.
El androide sonrió levemente, besó la mejilla de (Tn) y se alejó de ella dejándola perpleja. Esto no era lo que esperaba. El azabache se dirigió a su librero y se encontraba tranquilamente ojeando algunos libros de (Tn), la curiosidad por saber más cosas de ella era grande.
(Tn) por su parte se encontraba confundida y un poco frustrada, ¿había jugado con eso?. ¡Bah!, ¿quien se cree que es?, ni que un beso suyo fuera la gran cosa, pero esto no se iba a quedar así.
Algo enfada, caminó y se sentó en el sofá dispuesta a ver televisión,
—Solo tienes puro romance— comentó el androide después de haber revisado 3 libros.
—Es mi género preferido— respondió sin verlo, con un tono de molestia en su voz.
—¿Y el gato?— preguntó 17. El androide no lograba ver la expresión de la joven ya que se encontraba de espaldas a ella.
—No es un gato, es un serval y se llama Lupy. Salió de caza hace una hora, probablemente volverá por el anochecer— respondió con los brazos cruzados.
El androide no contestó, simplemente siguió ojeando los libros. ¿El amor puede llegar a ser tan grande como para pensar en que la vida de la otra persona está antes que la tuya?, vaya que si son cosas que aún le faltaban por saber.
Mientras (Tn) miraba televisión con un aspecto aburrido, era ligeramente observada por 17. De alguna forma, comprendía que ella debe estar cansada de estar encerrada; quería sacarla del bosque, tal vez para que conozca otras cosas. Otros lugares que no han sido destruidos.
Lo pensó y recordó que muy lejos de aquí había un parque al que no había ido a destruir, por el simple hecho que fue Gohan quien lo impidió. Al momento de que iba a lanzar una gran ráfaga de energía fue interrumpido por el legendario guerrero, que los alejó del lugar al estar personas cerca.
Y no había vuelto a pisar aquellos valles, tal vez a ella le gustaría ir, no sería mala idea.
—Debilucha— llamó el ojiazul, acercándose al sofá.
—¿Que?— respondió concentrada en la pantalla, su enojo se había esfumado y se había convertido en una concentración única al ver una película llena de misterio, no era un género que le llamaba mucho la atención, pero esta vez se encontraba interesante.
El androide al ver que ella ni siquiera lo miraba, frunció el ceño y tomó el control remoto para apagar la televisión causando molestia en (Tn) al cortarlo en una parte interesante.
—Ven conmigo— dijo 17 a lo cual (Tn) alzó una ceja. Caminó a la puerta y la abrió para salir de casa, esperando a que ella también saliera.
(Tn) no entendía muy bien a lo que se refería 17, pero ese "ven conmigo" fue algo agradable de escuchar. Movió la cabeza de un lado a otro para concentrarse, últimamente su mente se alocaba mucho.
Tomó su abrigo y salió de casa, llegó hasta el androide y sin previo aviso, se encontraba ya en los brazos de 17 alzando vuelo, alejándose de su hogar.
—¡Hey, si quiera dime a donde vamos!— espetó algo avergonzada.
—Si te digo, acabo con la sorpresa— respondió él sonriente y (Tn) volteó la mirada, no quería sonrojarse más de lo debido.
17 se aseguró de que (Tn) esté bien apegada a su pecho y cubrió un poco su rostro para que el viento no le afecte mucho o tal vez el cambio de temperatura.
Una vez ya listo y tomó un vuelo rápido no sin antes escuchar un pequeño gritito de (Tn) al presenciar el cambio de velocidad.
Al llegar al lugar, 17 bajó a (Tn) de sus brazos. Ella mantenía los ojos fuertemente cerrados ya que estaba un poco mareada, jamás había volado a tal velocidad.
—Abre los ojos debilucha— ordenó 17 y ella asintió.
Al abrirlos quedó asombrada por lo que vio, ¡era un parque!, y los mejor de todo es que no estaba destruido. Los árboles verdes y el cielo resplandeciente, no sabía que aún quedaban lugares así.
Caminó hasta los columpios del parque, aún estaban en buen estado. Se sentó en uno de ellos y observó el lugar con detenimiento, a pesar de estar sin daño alguno el lugar se sentía muy silencioso y solitario.
—Se te van a salir los ojos— dijo 17 de repente.
Ella volteó a mirarlo, 17 se había sentado en el otro columpio que estaba a su lado. La joven sonrió y comenzó a impulsarse para poder columpiarse.
—Perdón, es que estoy acostumbrada a ver tanta destrucción que ver un lugar intacto me sorprende— dijo la chica, tratando de ganar más altura.
—Te vas a caer— aseguró el androide al ver que (Tn) ya estaba columpiándose muy alto.
—Hace mucho tiempo no sentía esta sensación— dijo ella, ignorando la advertencia del androide —Muchas gracias por traerme 17–
El androide no dijo nada más, solo se levantó de su lugar y detuvo el columpio. (Tn) no de nada cuenta, pero mientras más se columpiaba, su ropa resbalaba y es posible que si seguía así, sufriría un accidente.
—Estabas por caer— musitó el Ojiazul como explicación a la mirada de desaprobación que (Tn) le daba.
—Pero yo estaba bien— refutó la chica, con los brazos en la cintura aún sentada.
—¿Te gusta atraer el peligro, verdad?— preguntó 17, con un toque de cinismo en su voz.
—Pues...te atraje a ti— confesó ella, jugueteando con su cabello y sonrojada, como toda una adolescente tímida.
—No te voy a contradecir— respondió él con una sonrisa de lado.
—Oye 17, ¿que fue lo que te hizo cambiar de opinión?— preguntó ella, cambiando el tema.
—¿A que te refieres?— refutó.
—A mi, recuerdo que en un principio estabas empeñado en hacerme la vida imposible, hasta trataste de matarme...— lo último lo dijo con un poco de incomodidad.
El androide solo se sentó nuevamente en el columpio de a lado, no se había puesto a pensar en lo mucho que había cambiado su trato con ella. Pasar de ser una presa a algo sumamente importante en su vida era algo de asombrar.
La presencia de (Tn) era muy importante para él.
—Solo sé que fue el tiempo— se limitó a responder el androide, desde aquel día en que ella le dio su primer abrazo hasta el día del primer beso.
Todo sucedió de manera repentina.
—El tiempo..., te acostumbraste a mi compañía, sin querer empezamos a llevarnos bien. Pasaron tantas cosas—
—¿"Cosas"?— repitió 17 con un tono juguetón, dándole una sonrisa torcida a (Tn). Ella sonrió y asintió, sonrojada.
—Si 17, pasaron esas "cosas"— repitió ella, haciendo comillas con los dedos —Jamás pensé llegar a tanto, pensé que te daban asco los humanos...—
—Hice una excepción, no eres como los demás. A través del tiempo que he llevado destruyendo solo he podido observar algunos humanos egoístas, que no importaba nada más que su propia vida. Recuerdo una vez a un hombre gordo y horrible, ofreciéndome mucho dinero a cambio de que salve SU vida, habían otras personas al rededor de él, vestidas con traje de servidumbre. "Haz lo que quieras con ellos, a mi no me mates te lo ruego, te entregaré mucho dinero"— dijo 17 e hizo una pausa.
—¿P-pero y los demás?— preguntó ella, algo asustada por la historia que le contaba 17 —¿Que hiciste con ellos?—
—El dinero que me ofreció quedó en cenizas ya que lo desintegré, al igual que ese hombre. Aún puedo ver su rostro de desesperación, tratando de librar su cuello de mi mano, la cual rompía poco a poco sus huesos. La servidumbre escapó, es lo único que sé. No importaba la riqueza o la pobreza, todos estaban en el mismo saco para mi—
El androide suspiró al terminar de contar su historia, tantas escorias que encontró en su camino, tanta basura andante.
La mano de (Tn) se estiró y tomó la de 17, el azabache dirigió su mirada a ella, lo más valioso de su vida. La única a la que considera diferente. La calidez de su alma fue una trampa que lo atrapó por completo, ¿le molestaba?, no al contrario, amaba haber caído en esa trampa.
—Aún puedes cambiar 17, cambia para mejorar. Aún puedes vivir feliz— musitó ella, con algo de tristeza en su voz.
—Estoy bien contigo, ¿tu no me vas a dejar, verdad?— dijo, volvió a repetir la pregunta que alguna vez le hizo y ella no respondió con claridad.
—Yo no soy eterna, algún día ya no voy a poder estar contigo, aún puedes cambiar, hay oportunidad 17– respondió, y 17 apretó el agarre de sus manos, no le agradó la respuesta.
—Tonterías— el androide se deshizo del apretón de manos de (Tn) y volteó a otro lado.
No quería que ella lo deje, no quería que ella se valla, quería estar con ella para siempre.
—Solo te digo la verdad— refutó la joven, levantándose del columpio para desperezarse.
Vio de reojo, el androide lucia enojado, fastidiado, hasta podía notar la decepción y seriedad en su mirada, lo más seguro es que había sido por sus palabras.
No podía escapar de realidad, le había dicho la verdad, algún día ella tendrá que dejarlo, el cruel destino.
Entonces ella fue hasta él y de improvisto, se sentó en las piernas del azabache, rodeando su cuello con sus brazos. El ojiazul no lo sé lo esperaba, pero tampoco hizo algo para impedirlo.
La chica lo abrazó y trató de hacerle sentir la calidez que su corazón sentía en ese momento, esa bella sensación al estar con él.
Rodeó la cintura de (Tn) con un brazo para mejorar la comodidad y enterró su cabeza en el cuello de su chica, no sabía cuanto necesitaba ese abrazo por parte de ella.
—Solo sé, que te quiero a mi lado— susurró 17, con suavidad en su voz —Eso es lo que necesito—
Ella sonrió y atrajo el rostro del androide al suyo.
—Está bien, estaré a tu lado, 17...— musitó ella, y voluntariamente, se acercó a los labios del androide para atraparlos en un lento y suave beso. El androide no rechistó, más bien se sorprendió, una felicidad invadió su ser y no dudó en corresponder a ese bello beso.
Un beso con sentimientos de por medio.
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Espacio de la escritora:
¡Feliz San Valentín atrasado mis bellas lectoras!, he escrito este largo capítulo por esa fecha y también por el tiempo que he estado desaparecida, perdónenme😞
Estoy en proceso de ingresar a una academia de suma importancia para mi, y necesito prepararme para un examen, he estado toda semana correteando el cupo antes de que se acaben. Lamento mucho mi desaparición.😅😢
Dibujo de Patrick, una representación de como es él. No es tan atractivo como 17 el cual si es un papucho😎. Además de ser el tipo de chico pacífico, que le gusta la música y no entrar en problemas o discusiones, lo contrario a 17, a ese si le gusta estar armando desmadre🤣.
Bueno con todo esto dicho y hecho me despido, otra vez, lamento mi desaparición.
Las quiero mucho chicas, bye❤️❤️
•Vale-1817•
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