Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 43

Elena
¡El período!
Llevamos minutos de besos, mordidas y toqueteos fugaces que son interrumpidos por mi negación. ¡No podemos, mierda! Lo empujo lejos de mí, dejándolo semidesnudo con una confusión evidente. Comienzo a buscar mi ropa por el suelo y me inclino para agarrar mi sujetador.

—¡¿Qué haces!? —espeta desubicado.

—Llevo una almohadilla, es mi periodo —contesto, sonando obvia.

Él rueda los ojos, y como si lo que le dije valiera un quintal de basura, se abalanza sobre mí, impidiendo que me vista.

—No importa, no tengo escrúpulos —susurra, ya poseyendo mis labios. Su lengua se cuela en mi boca y nuevamente me sumerge en su red de seducción. ¡¿Por qué tiene que besar así Dios santo?!

—N... no, es, asqueroso —musito, a penas puedo hablar con sus labios imponentes y ágiles sobre los míos.

—El sexo en general lo es. —Estampa sus manos contra mi trasero y agarra los bordes de mis bragas para de un tirón lograr que se me encaje en ese lugar que no ha visto la luz—. Mmm, qué tenemos por aquí...

—¡Ni lo pienses! —exclamo y muerde mi labio inferior—, ¡ah!

—Dolerá menos que eso, lo prometo.

—¡Oh, no, de ninguna manera! —Lo empujo, pero vuelve a agarrarme, esta vez por la cintura—. ¡Hero, dije que no!

—Usaremos lubricante, iré lento —asegura con la mirada exitada. No recuerdo verlo antes así, me asusta, no confío en que realmente no me vaya a doler.

—No —balbuceo, con menos seguridad que hace un momento, pero igual de negada.

Finamente parece rendirse. Me jala hasta él y acuna mi rostro con sus manos. Su respiración está agitada y tiene las mejillas ruborizadas.

—De acuerdo, sin presiones —dice y me sonríe. «¡Ay esa boca!».

—Sin presiones —repito yo, más húmeda que una tarde lluviosa.

—Vayamos al baño entonces, no se notará tu período con la ducha —propone a modo de súplica.

¿Y cómo negarme?

—Está bien —contesto y me toma de la mano para guiarme al cuarto de baño.

Una vez dentro, retomamos lo que habíamos pausado. Vuelve a desabrochar mi sujetador y me lo quita deslizando los tirantes por mis brazos. Admito que me causa un poco de vergüenza quitarme las bragas enfrente suyo estando en esta situación, pero su atención centrada en mis labios, probándome con dulzura, me da vía libre para hacerlo sin que ponga la vista en ello.
Cerramos la puerta cristalizada y abro la ducha, inmediatamente mi cabello se empapa y seguidamente lo hace mi cuerpo. Hero me besa bajo las gotas, y sus labios se sienten resbalosos y exquisitos. Sus manos me recorren el cuerpo con divinidad mientras hace maravillas con su lengua en mi boca. Agarra mis pechos con sus manos y los aprieta tan fuerte que suelto un quejido. Duele, pero más que eso, me exita ¡y de qué manera!

Deja mis labios para bajar a mi cuello, donde succiona y mordizquea en cada sitio a su alcance. Se desliza hacia abajo en busca de mis pezones y le brinda atención a cada uno de ellos con lamidas y una que otra mordida. Me encanta cuando levanta la mirada y fija sus ojos marinos en los míos, como buscando mis expresiones de satisfacción. Le sonrío mordiendo mi labio inferior y cierro los ojos disfrutando de lo que hace conmigo, no sin antes dedicarle algunos gemidos. Es impresionante.

Quiero tocarlo, llevo mis manos a sus hombros y lo atraigo más a mí, con el anhelo de que el contacto de su piel calme los torbellinos de mi estómago. Enredo mis brazos alrededor de su cuello y lo invito a besarme otra vez, como si no fuese suficiente. Nuestras respiraciones se mezclan, la calidez de su cuerpo me embriaga y una mano suya se aferra a mi cuello.

—Estás deliciosa —dice contra mi barbilla, mientras la lame con lentitud—, pídeme que te folle.

—Mmmh, sí.

—¿Sí qué?

—¡Fóllame! —suplico, sumida en la violencia con la que me tiene agarrada.

—¿Suave, lento...?

—No...

—¿Cómo? ¿Cómo quieres que te lo haga pequeña? —me pregunta, estimulando mi clítoris con su mano libre.

—¡Oh, Dios, duro! —grito, sintiendo como sus dedos resbalan sobre mi botón mojado.

Me voltea sin previo aviso, ¡y vamos, que de sorpresa me exito el doble! Mis tetas impactan contra la loza de la pared igual que mi mejilla derecha. Siento sus manos agarrar mi cabello con brutalidad, y su boca busca el lóbulo de mi oreja para chuparlo y morderlo a gusto. Una nalgada me obliga a gemir y maldigo en voz baja.

—Déjame convencerte —susurra y su polla dura roza mis nalgas. Definitivamente no lo dejaré.

—Hero...

—Ok, perdón. Inclínate entonces.

Empino mi culo lo suficiente para dar vía libre a su acceso y su erección hace contacto con mi abertura, frotándose entre los pliegues de mi vagina con cuidado. La inquietud es tan grande que comienzo a moverme en busca de llenar ese vacío, y, finalmente, me penetra de una estocada, produciéndome un leve ardor que me lanza a las alturas.

—¡Ah, Hero! —gimo, con la palma de mis manos abiertas y estampadas contra la pared.

—Muévete —me pide y me uno a sus embestidas.

Nuestros cuerpos comienzan a colisionar entre placer y desenfreno, sus caderas impactan contra mi trasero y el sonido de mis nalgas golpeándolo me producen escalofríos.

—Lo estás haciendo genial nena —gruñe sin dejar de penetrarme—, ¿más rápido?

—¡No, no! Así... sigue así, ¡ahhhhh! ¡Pégame, joder! —exijo y un par de nalgadas no se hacen esperar. Me pega bien fuerte y me encanta, tanto que la excitación que tengo me hará explotar.

Lo hacemos sin cuidado, disfrutamos del sexo salvaje y gemimos al unísono como si se nos fuera la vida en ello. Hero me hace olvidarme de todo, cada vez que posee mi cuerpo conduce mi alma a otro mundo donde el placer es lo que importa. Por un momento temo que termine, si por mí fuese, me pasara la vida enredada como hiedra a su cuerpo.

Todo su líquido se derrama en mi interior, y yo no tardo mucho en dejarme llevar por un maravilloso orgasmo. Estamos exhaustos, abrazados bajo el agua de la ducha mientras disfrutamos de las sensaciones que quedan rondando en la humedad.

Palpar su piel se me hace familiar, necesario, experimento sentimientos tan profundos que me asustan. No sé en qué momento llegamos a esto, algo que comenzó como sexo de una noche se convirtió en una red de emociones desconocidas. Ahora no me imagino lejos de aquí, ¡y joder, que siquiera llevo dos meses en la familia! Todo es su culpa, si sus intenciones fuesen únicamente tomarme para el contrato, a lo mejor jamás me hubiese enamorado de él, ¡ah pero no, el muy cabrón tubo que ser tierno! ¡¿por qué me dijo que me amaba?! He estado evitando lo que siento todo este tiempo, por miedo a desviar los intereses de mi presencia aquí, él debió hacer lo mismo. En consecuencia, ahora todo será un caos. ¿Qué pasará con el contrato? ¿Dónde quedarán nuestros sentimientos en todo esto?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro