Elena
Entramos al hospital, yo y Hero delante y su hermana con Ricardo detrás. Max y Gina se encargaron de llevar a Ana y Valeria a la mansión y si la situación empeora vendrán luego.

Hero no puede evitar sentirse avergonzado por haberse permitido ingerir una comida tan poco saludable, y yo estoy muy preocupada por su aspecto. Sus mejillas y su frente se han tornado amarillentas, y sus labios han disminuido el color rojizo que los caracteriza.

El doctor solo de verlo ordena traer una camilla, dónde segundos después lo ubican y es trasladado junto con tres enfermeros más a un cubículo para examinarlo.

* * *

Finalmente puedo entrar a verlo. Hashley está muy inquieta, y su prometido la consuela mediante susurros, en los que le asegura que Hero está bien. Mis manos no paran de temblar, y me siento culpable de todo esto, porque fui yo quien sugirió venir al Mac' Donald's, y para colmo, hice una absurda apuesta que lo llevó a devorar no lo que aposté, sino algo mucho peor para su estómago.

Me acerco junto a Haila, con cautela, a la habitación de hospital donde reposa Hero, temiendo lo peor después de que el doctor nos haya dicho que necesita quedarse toda la noche bajo observación. Al entrar nos acercamos a la camilla, él nota nuestra presencia y suspira más relajado.

Está acostado en la cama, conectado a una serie de sueros y monitores. Su piel ha tomado color, mas se le ve sudorosa, y parece agotado después de haber pasado por un examen médico exhaustivo.

Me aproximo lentamente a su lado, tratando de no perturbarlo mientras descansa. Observo su rostro, que parece relajado, sus ojos están débilmente abiertos, y su respiración parece tranquila y regular. Muy bien diría yo. Eso es un alivio.

Noto que su cabello negro está desordenado y pegado a su frente con sudor. Su piel, por lo general colorada, sigue pálida y enfermiza a la luz artificial de la habitación del hospital.

«¿Mejorará pronto? No soporto verlo así». Me digo, sin permitirme expresar sentimiento alguno. Solo soy la mujer con la se ha casado para resolver sus problemas y punto. «¿Verdad?».

Haila se acerca detrás de mí y susurra: —No se ve bien, pero al menos está vivo.

Sonrío, porque me he dado cuenta de que ella busca la manera de verle el lado chistoso a las cosas. Asiento, agradecida de que Hero esté fuera de peligro, pero todavía preocupada por su salud.

De repente, él presiona los párpados de sus ojos y se mueve un poco en la cama, lo que hace que nos sobresaltemos. Sus ojos se enfocan en nosotras y luego sonríe débilmente.

—¿Qué hacen ahí mirándome de esa forma? No he muerto —asevera con voz ronca.

No podemos evitar entornar los ojos a la vez, aún estando enfermo no deja de ser el idiota de siempre. Tomo su mano con suavidad, tratando de no molestar las agujas que se aferran a las venas de su muñeca, y contesto: & Estamos aquí por ti, no seas malagradecido.

Asiente con una sonrisa de suficiencia, demostrando que su estado de salud le vale madres. Nos agradece por preocuparnos tanto y luego no sentamos en silencio a la espera de su médico de cabecera.

—Bueno, bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí? —La voz inconfundible de Hilary hace presencia y levantamos la mirada a la puerta, dónde hace su entrada la hermana mayor de los Clarck, con una sonrisa burlona en su rostro—. Mi hermano, ¿postrado en una cama de hospital por culpa de una hamburguesa grasienta?

Me tenso al ver a Hilary, sabiendo que su relación con Hero ha cambiado debido a la desaprobación de ella por la elección de su hermano en su vida amorosa, o sea, por mi culpa.

—¿Qué estás haciendo aquí? — pregunta Hero con voz débil mientras se acomoda en la cama.

—Oh, solo vine a ver cómo estás —responde ella con una sonrisa falsa— . Porque supongo que también tengo derecho a preocuparme por mi hermano, ¿o me equivoco?

—Hilary no es momento para esto, Hero está mal —interviene Haila desde su silla y yo me aferro a la mía para no saltarle encima a esa mujer—. Luego hablan de sus diferencias, aquí no.

—No te metas en esto Haila, a ti todo te parece bien.

Aprieto los dientes mientras Hilary continúa hablando. En cambio, su hermana, le obedece y guarda silencio.

—Solo quería saber si seguías con vida —enuncia y dirige la mirada hacia mí—, aunque, por como se han dado las cosas, no dudo que algo similar vuelva a ocurrir.

—¡¿Qué estás insinuando?! —Exploto, no pudiendo soportar una palabra más de su boca.

—No caigas en sus provocaciones Ele, ella no está pasando por un buen momento, en realidad no es así —me susurra Haila, tomando una de mis manos. Ambas nos encontramos de pie, y la castaña intenta hacerme regresar a mi asiento.

—¡No, basta ya de humillarme! Escúchame bien, Hilary —le hago frente, sin atreverme a mirar a Hero—. ¡Yo solo quiero que esto acabe de una buena vez para ir con mis hermanas y regresar a mi vida, una vida de verdad, no esta tragedia forrada de billetes que viven ustedes!

Termino de hablar sofocada y un vacío me llena cuando la mano de Haila se aleja de la mía. Miro hacia atrás y la veo mirarme estupefacta.

—Pensé que te agradábamos...

Trago en seco, y volteo a ver a Hero, quien me taladra con su ceño fruncido y sus labios tensos, los cual lame para luego dedicarme una triste sonrisa.

—Ya es suficiente —pronuncia lentamente y me tomo un segundo para reflexionar en lo que he dicho.

—Me alegro de que estés bien, hermanito, —habla Hilary mientras se aleja rumbo a la puerta— pero asegúrate de que la próxima vez que quieras comer una hamburguesa, no sea la última cosa que hagas.

Suspiro mientras se marcha, sé que esta no es la última vez que me tocará que lidiar con ella, pero sí la primera en la que tendré que retractarme ante Hero, porque lo que dije hace un momento se me fue totalmente de las manos.