Capitulo 4
No sabía que hacer, si sacaba la pistola seguro que esos hombres se le adelantarían puesto que se notaban muy fuertes que ellas, así que llamó a su amiga con voz temblorosa y muerta de los nervios.
-K-Kag-Kagome...-susurró en voz alta y tragó duramente saliva mientras sudaba
-¿mmh..?-murmuró dirtraída la azabache intentando leer el significado del escrito
-t-te-tenemos co-compañia-avisó mientras retrocedía de espaldas aun mirando a los dos hombres que se acercaban poco a poco con las lanzas en manos, luego miró a donde estaba su amiga y arriba de ella, en el altar, ¡¡estaban dos más!! Uno de ellos tenía una espada que seguro la harían pedazos-¡KAGOME ARRIBA!!-gritó llamando la atención de la chica y le lanzó la linterna al hombre haciendo que se distraera mientras retrocedía rápidamente hasta llegar a Rin antes de que la lastimara por esa filosa espada
-Rin, estos son....-dijo Kagome al ver a los dos hombres quienes aun la apuntaban con las lanzas en alto
-si...-asintió-¡son momias vivientes!!-gritó apuntándolos sorprendida haciendo que a la azabache le saliera una gota estilo anime en su nuca y... al parecer las momias se enfadaron por su expresión
-¿¡que!?-dijo uno ellos de ojos azules como el mar con una coleta en la nuca
-¡nosotros no somos momias niña tonta!-corrigió el otro de tonalidad morena
-somos los guardianes de la Diosa Kikyo-informó el otro
-aja-dijo sarcástica Kagome-¿¡y quienes son ustedes!?-interrogó molesta mirando a los otros dos en el altar
-eso debería de preguntarte yo, maldita instrusa-habló con voz ronca y altanera aquel hombre de mirada dorada y cabello plateado al igual que el otro que estaba a su lado pero este la tenía mas fría que daba miedo
-¿intrusa? ¿Yo?-repitió Kagome arqueando una ceja-esa no es la forma de tratar a dos mujeres que paseaban por aquí-hizo una pausa y sonrió burlona-se nota que eres muy arrogante a decir verdad-agregó haciendo que el chico se enfadara y saltara del altar para dirigirse a ella con intensiones de golpearla
-¿¡quien te crees para decirme eso!?-
-¡una chica arqueóloga que busca descubrir más allá de esta extraña pirámide!-dicho esto elevó su pierna derecha golpeando la lanza del chico de ojos azules como el mar, quien gimió de dolor por tan repentino movimiento, para después quitársela y vaya que lo consiguió, ya la tenía en manos, Rin arrugó el ceño e hizo lo mismo con el moreno que la llamó niña tonta puesto que estaba distraído por el acto y consiguió obtener la lanza chocando su espalda con la de su amiga
-¿¡pero que...!?-murmuró el moreno
-cuida de tus palabras momia-se burló la peli-caoba muy sonriente sacando su lengua y este la miró furioso, los dos peli-plateados estaban al pendiente con cada movimiento de las jóvenes
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-ya son casi las 7 de la noche y no regresan, ni mucho menos nos han contactado-apuntó una preocupada Sango
-tranquila ellas saben defenderse por sí solas-aseguró Ayame revisando las escrituras-oye, encontré algo-dicho esto la castaña quien estaba en la puerta donde se adentraron sus dos amigas se acercó a ella-aquí dice que, si encuentran a la Diosa Reencarnada de la Diosa Kikyo, ella tendrá el poder de que la puerta se cierre y todo volverá hacer igual depende de la pureza de su corazón, de lo contrario, si la Diosa Reencarnada no obtiene la pureza necesitada, la pirámide caerá y la muerte...será segura-
-p-pero... eso es imposible de hacer-
-¿la diosa reencarnada? ¿¡Como vamos a encontrar la reencarnación de Kikyo si hay millones de mujeres en el mundo!?-interrogó Ayame colérica
-espera...-Ayame la miró-observemos la pintura-dicho esto, la castaña y la peli-roja se detuvieron en frente de la mujer-¿no notas algún parecido a alguien que no le importa lo que suceda y se aventura en ella?-preguntó sonriendo y su amiga le devolvió el gesto con sus ojos esmeraldas iluminadas por la alegría
-¡¡Kagome!!-corearon
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-ggrr ¡acábenlas!-gritó el chico muy lejos de Kagome quien lo apuntaba con la lanza
La chica estaba al pendiente, los guardianes de la diosa obedecieron en atacar a las aprendices con o sin armas ya que eran fuertes, menos mal que ambas fueron entrenadas para este tipo de casos, cosa que hizo a Kagome recordar unas de las tantas palabras de Kaguya antes de partir a Egipto.
Por si llegase a pasar algo inexplicable aunque sea con brazos y piernas...
Era como si supiera lo que pasaría, eso la había dejado extrañada en todo el viaje, y dicho tan hecho; había brazos y piernas al frente de ellas.
-Rin... ¡encárgate de ambos!-pidió y esta la miró sorprendida
-¿¡y por que yo!?-interrogó con un puchero no muy convencida, esto le pareció tierno al de mirada fría
-¡por que eres la más hábil!-dicho esto se dirigió al chico arrogante-¡mientras que yo me encargo de la momia agresiva!-
-¿¡que!?-arqueó una ceja el chico y se enfadó por decirle momia agresiva-¡¡esta si me las pagas!!-gritó para después atacarla con su espada, ambos chocaron sus armas haciendo un sonido de un eco fino
-le agradezco a Tsubaki-murmuró Kagome retrocediendo y siendo atacada otra vez por el chico
-¡sin ella ya estaríamos en la ruina!-terminó Rin que con su puño golpeó el estómago del chico de mirada azulada para después esquivar los golpes del moreno-pero le debemos a que nos haya entrenado para esto-dicho esto golpeó al moreno en el rostro cayendo al suelo adolorido y vió que ninguno se podían levantar por sus fuertes golpes sino que la miraban, la peli-caoba estaba agitada
-yo me encargo de ella-habló la voz gruesa y temeraria el de mirada penetrante tomándo una espada que estaba trás de él sin dejar de mirarla, saltó del altar se dirigió hacia la menor, la chica lo miró incrédula tomándo la lanza con fuerza preparada para lo que venía y recibió el ataque del chico, Kagome la miró con preocupación
-¡ten cuidado Rin!-le gritó, golpeó las piernas del oji-dorado haciendo que este perdiera el equilibrio soltando su espada, aprovechó en colocarse encima de él en el abdomen, con sus piernas a cada lado de su cintura mientras lo apuntaba con su lanza muy agitada
-me gusta tu fiereza-admitió mirándola y sonriendo arrogante y esta le miro con el ceño fruncido
-termina con ella, Inuyasha-dijo el otro chico chocando sus arma con la de la Rin
Kagome se distrajo con sus palabras y sintió un golpe en su mejilla cerrando sus ojos chocolates por el dolor mientras caía al suelo boca arriba justo al lado del chico, sintió que su lanza fue arrebatada de su mano para después sentir otra mano tomando sus muñecas y colocarlas arriba de su cabeza sintiendo un peso encima de ella, abrió los ojos y se topó con unos dorados lleno de ira y burla quien estaba sentado arriba de su abdomen con sus piernas a cada lado de su pequeña pero formable cintura mientras la apuntaba con el dicho objeto.
-¿tu última palabra cariño?-preguntó con una sonrisa arrogante y victoriosa mirándola fijamente a los ojos
-no puedes conmigo...-lo miró, una sonrisa burlona se formó en sus labios y este le devolvió el gesto arqueando una ceja para después acercar su rostro al de ella
-ya te derroté-informó estando cerca de los labios femeninos sintiendo su respiración agitada
Kagome buscaba todos los medios para zafarse de su agarre, pero era tan fuerte que la mantenía inmóvil.
-eso... parece-admitió derrotada haciendole sonreir más al chico, este iba a clavar su lanza en su abdomen, mientras ella pensó en que era su final pero....
-¡espera Inuyasha!-lo detuvo un niño peli-rojo con una coleta alta, Kagome lo miró y le pareció hermoso con esos ojos esmeraldas-¡Sesshomaru tu también al igual que los demás!-pidió, Rin que casi iba a ser atacada otra vez por ese tal Sesshomaru, para ella era ¡un angelito egipcio!, los presentes lo miraron y se introdujo un incómodo silencio en aquel lugar lleno de lujos antíguos
-¿¡que haces aqui!? ¡Te dije que esperaras en el salón!-le regaño Inuyasha
-¡lo se! ?Pero necesitaba dicirte que no mates a esa chica que tienes bajo tuyo tonto!-reclamó y lo miraron confundidos más Kagome que estaba absorta en el silencio
-¿que intentas decir Shippo?-preguntó Sesshomaru con el ceño fruncido
-quiero decir que ella es nuestra futura diosa, ella es... ¡la reencarnación de Kikyo!-gritó, volviendo aquel incómodo silencio que antes reinaba
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