Mas allá del norte de Egipto, se encontraba un transporte terrestre recorriendo el camino arenoso rumbo a su destino; las pirámides mas altas de Egipto, pirámides que son y serán las más antiguas de la mitología del dicho lugar, donde, curiosamente una de ellas hace que en las noches, especialmente de luna llena, provoca un profundo temor a los habitantes cada vez cuando se acercan a ella, pero... cuando la luna se torna de un color rojo sangre, dentro de ella se escuchan murmullos que ni los más expertos arqueólogos podían descifrar qué es realmente y eso les preocupaba a cada una de las personas de dicha profesión y habitantes del lugar.

En aquel transporte terrestre se encontraban cuatro chicas, aprendices en la arqueología quienes estaban muy emocionadas por su segunda expedición, que a pesar de sus 18 o 19 años en estudiar la profesión no se cansaban de seguir adelante y realizar sus sueños de arqueólogas para descubrir y saber muchas cosas de la antigüedad.

-oh, ¡ya casi llegamos!-expresó una animada peli-caoba asomada fuera en la ventana del autobús, única entre ellas de 18 años quien admiraba un campamento a lo lejos y en ellas las pirámides

-no puedo creer que vayamos a investigar en este lugar-agregó una peli-roja observando a una sonriente castaña quien estaba al lado de esta

-si, yo tampoco pero esta debe de ser interesante-dijo la castaña ojeando un libro de las pirámides egipcias, y la peli-roja la miro con curiosidad-por lo que nos contó Myoga, debe ser interesante por que se trata de una pirámide muy misteriosa-explicó para después pasar una página de la dicha pirámide

-¿una pirámide misteriosa dices?-interrogó una azabache desde el puesto de adelante mientras se acomodaba su pañuelo azul

Las chicas llevaban un pañuelo de distintos colores, la castaña rosa, la peli-roja blanca y la peli-caoba naranja y tenían un mismo atuendo de una guarda camisa blanca y encima una camisa abotonada de manga corta de color carne pálido, un short de mezclilla verde oscuro con unas botas mas abajo de las rodillas a excepción de la azabache que tenía unos botines muy cómodos para estos viajes.

-si-afirmó la castaña serena-se trata de la pirámide de la Luna, una pirámide que misteriosamente se escuchan murmullos dentro de ella cuando la luna se torna de un rojo sangre, claro, estando en la punta de esta-explicó

-suena aterrador-murmuró la peli-roja

-ay Sango por dios, no creo que haya sobrevivientes en esa pirámide como para que haya murmullos-apuntó la azabache mirandola

-¿¡pero que dices!? Claro que si, bueno de repente haya-afirmó Sango -además lo dice en la propia mitología ya quisiera investigar que es lo que hay allí-dicho esto le mostró el libro y la azabache lo miró encogiendose de hombros

-vamos Kagome, es en serio-dijo la peli-roja -¿no y que te gustan las aventuras?-sonrió arqueando una ceja

-¡ay!, si eres una buena observadora Ayame-admitió sonriendo mientras se colocaba de rodillas encima del asiento donde estaba para mirarla-si es verdad lo que dice la mitología esta sería una gran aventura-simpatizó

-puesto que gracias a ti encontramos unas cuantas cosas antiguas en un pozo de Australia en la primera expedición-recordó la peli-caoba cerrando la ventana ya que estaban por llegar-y valía una fortuna jajaja-

-pero al menos nos dieron de esa fortuna Rin-le recordó Sango y esta asintió

-señoritas, ya hemos llegado-anuncio el chofer

-oh si, ¡ahora a bajar las maletas!-dijo Kagome bajando de su asiento para después recoger su largo cabello ondulado en una coleta alta y sus amigas la siguieron

-gracias Renkotsu-agradeció Rin y el chico le sonrió asintiendo

Las chicas bajaron respirando el aire egipcio y admirando su paisaje, luego Renkotsu les ofreció su ayuda en bajar las maletas y estas asintieron agradeciéndoles una vez más, ya bajadas y después de que el chico se despidiera de ellas, las aprendices se dispusieron en caminar rumbo a las tiendas y divisan a un anciano regordete saludándolas animadamente.

-¡chicas!-

-anciano Myoga-saludó Sango por todas

-me alegran de que hayan llegado, por favor síganme les mostraré la tienda donde se hospedarán-dicho esto, caminó seguido por las jóvenes quienes tomaron sus maletas y observaban los pequeños detalles del pequeño poblado, al llegar a la tienda, las chicas se emocionaron por el gran espacio que había ya que la tienda era muy grade como para cinco personas-espero que estén cómodas-

-claro, nos encanta el lugar-admiró Ayame

-quisiera mostrarles la pirámide pero veo que estan muy cansadas-

-no tranquilo, ¡nos gustaría verla! ¿Verdad chicas?-comentó Kagome y sus amigas asintieron sonrientes y Myoga también indicando a que lo siguieran y estas le obedecieron

El anciano les contaba el funcionamiento del área de vez en cuando un poco de la mitología mientras que las jóvenes lo escuchan atentamente hasta llegar a una pirámide un poco alejada de las demás y la más grande de todas.

-llegamos-anunció el anciano y las aprendices observaron la pirámide-chicas, esta es la pirámide de la Luna, es una pirámide tal y como lo dice en la mitología, es muy extraña-

-¿lo vez? Es verdad que en esa pirámide ocurre algo cuando hay luna llena pero ¡rojiza!-agregó Sango mirando a la azabache que colocó los ojos en blanco sonriendo

-es verdad lo que dice Sango al igual que la mitología, fuí testigo de ello-informó el anciano y las jóvenes lo miraron un tanto sorprendidas-esa noche fue cuando todo cambió... era joven aún cuando ocurrió lo dicho, la luna era tan roja como la mismísima sangre que estaba en lo alto de la punta de la pirámide y se escuchaban muchos murmullos como si fueran unos susurros altos como si quisieran salor de ahí, investigamos día y noche-decía mientras se acercaba más a las pirámide y las jóvenes le repetían  el paso-no encontramos nada ni los arqueólogos mas reconocidos e inteligentes pudieron averiguar qué pasaba, hasta que yo... encontré esto-señaló una especie de puerta donde habían muchos signos y símbolos egipcios muy antiguos, Kagome se acercó más y observó dichos elementos, eran extraños-intenté averiguar qué decían pero me es imposible traducirlo-

-es como si fuera un acertijo-informó Kagome tocando los elementos-pero... esto pareciera estar más de mil años aquí-

-vaya al fin dices algo que entendemos-habló sarcástica Sango cruzada de brazos

-oye ¿que insinuas?-dicho esto, rieron las cuatro, Myoga las miraba negando la cabeza mientras sonreía

-como dice Kagome-comentó Rin-si las escrituras deben de ser más de mil años me imagino que la pirámide también ¿no?-miró a Myoga y este asintió

-es por eso chicas, que las contraté para ver si pueden hacer lo posible para averiguar qué pasa cada luna rojiza dentro de ella -suplicó

-haremos todo lo posible anciano Myoga-aseguró Ayame-puesto que esto no es normal en todas las pirámides-dijo y Rin y Sango asintieron

-gracias muchachas, tendrán una buena recompensa-aseguró-bueno, mañana si podrán empezar a investigar pero no olviden que estaré allí para ustedes por si necesitan algo-

-tranquilo, estaremos bien-sentenció la peli-caoba

-esta bien, mejor regresemos deben de estar cansadas y hambrientas-dijo Myoga

-¡si!-afirmaron las tres y el anciano rió

-bueno, vayamos al centro del poblado, queda unos 10 minutos por aquí-informó y las tres jóvenes asintieron

-¡vamos Kagome!-llamó Ayame a Kagome que aún observaba los escritos

-eh, ya voy-contestó, volvió su vista a la pared pero... de un momento a otro sintió que lo había visto en alguna parte, no estaba completamente segura, pero sí lo había visto. Después retrocedió un poco y miró lo más alto, sí, sentía que lo había visto y estado en esta pirámide, apartó su mano de la pared y juró haber escuchado un murmullo casi como un susurro, no le dió importancia y se aseguró en que debió ser producto de su imaginación así que dió la vuelta y siguió a sus amigas y al anciano que estaban un poco lejos de ella

Ya mañana averiguaría.

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N/A-holaaaaa mis lectores! Que les pareció mi nueva historia? Creo q me estoy inspirando mucho, ya q estoy imaginando muchos sucesos.
Q pasará? Q encontrará Kagome? Lo averiguaran muy pronto :) nos leemos!