Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

━•°•°•❈𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰𝑽❈•°•°•━━

Los días y meses iban pasando y Kuno ya tenía más confianza en mí. Era domingo y él se levantó nuevamente enérgico y renovado como cada día.

—Kano, el desayuno. Lévantate, anda. ¡Es domingo y el día está hermoso! —dijo él gritando y levantando mis cobijas.

—Mmm... ¿Quién grita tanto? —dije yo limpiando un poco mis ojos para luego salir de la cama.

Dirigí mis pasos hacia la sala y vi a Kuno haciendo el desayuno sin camisa y con un delantal. Ya sabía que él los fines de semana se levantaba para hacer el desayuno pero no acostumbraba a verlo vestido así.

—¿Acaso me equivoqué? Kuno, realmente pensaba que eras alguien tímido.

—Ya te dije que suelo serlo con los desconocidos Kano pero ya llevo unos meses en tu casa y he perdido la timidez contigo.

—No se me olvida que lo dijiste... Espera un momento, ¿no irás a clase hoy?

—Si, ya me estoy preparando. Por lo mismo me levanté temprano, aún falta ponerme mi camisa, ya la traigo.

—Kuno, espera... eh... ¿podrías quitarte el delantal un momento?

—No sé para qué lo deseas pero supogo que está bien.

Kuno se quitó el delantal y dejó ver esos pectorales que tanto me gustaban. Se notaba sus esfuerzos en el gimnasio y creía que comenzaba a enamorarme de él o algo así.

—Kano, Kano —decía él— ¡Kaaaaaaaaaaaaannnnnoooooooooooo! —gritó fuertemente.

—Eh... qu... ¿qué sucede Kuno?

—Te noto raro, no sé pero... es como si al verme te quedaras helado y no es la primera vez que noto eso en ti. —Y añadió— Kano, dime algo y quiero que me seas sincero, por favor.

—Pregunta lo que quieras Kuno. Estoy dispuesto a responderte cualquier pregunta que me hagas.

—Está bien. ¿Eres gay verdad?

Yo no sabía cómo responder a eso porque realmente no imaginé que lo preguntara. Yo si me consideraba gay pero a nadie se lo había dicho. La verdad no sé qué pensaría Kuno de mí, mi corazón estaba latiendo como nunca pero no era de amor, era del miedo por la respuesta que daría. Eso lo cambiaría todo para bien o para mal. Al final, preferí decir la verdad y estaba dispuesto a afrontar lo que pasara.

—Nunca me lo habían preguntado Kuno pero... si... soy gay. No se como lo tomes pero...

Kuno ni siquiera me dejó terminar cuando me dio un profundo beso. No lo imaginaba, no lo creía posible. No quería separar su hocico de mí, no se que sentía, que tenía, que le sucedía. Luego, se separó y comenzó a confesarse también.

—Kano, sabes que también soy gay. Esa es la verdad por la que discutí con mi padre y me echaron de casa. Pero aunque llevo poco tiempo de estar contigo, eres el único que me ha brindado su amistad sincera y con el que me he sentido bien.

—Bueno... la verdad Kuno debo decirte algo más.

—Pierde la timidez Kano, dime lo que quieras.

—Desde que te vi en la playa y... me contaste lo que te pasaba me comencé a interesar por ti. Con ese primer beso que me diste meses atrás, me emocioné muchísimo y... no dejé de pensarte.

—Yo tampoco he dejado de pensarte, Kano. Eres guapo, lindo, amable y en la universidad deseaba que las horas pasaran rápido solo para verte. Mis padres deben estar preocupados por mí seguramente pero haber tomado esa decisión hizo que te conociera y no me arrepiento de eso.

Kuno y yo seguimos con ese prolongado beso que se fue transformando en amor y luego comencé a acariciarlo todo mientras sentía como él lamía mi cuello y acariciaba mis pezones.  Pero aquel momento fue interrumpido cuando Kuno se acordó que se le hacía tarde.

—¡Válgame Kano, es tarde! Debo irme a la universidad. Son las 8:00 a.m. y debo estar allá. Cuando regrese seguiremos con lo nuestro. Solo espérame y... quiero decirte que te amo, amor. Por favor, come tu desayuno y no dejes de pensar en este lobo que te ama y te quiere con toda su alma. Vuelvo al mediodía, espérame —dijo saliendo de prisa al haberse alistado tan rápido como podía confesando todo lo que sentía por mí.

—¡Qué momento tan inoportuno! Pero... al menos ya sé que Kuno me ama —pensaba mientras comía aquel rico desayuno que me recordaba a él.

Toda la mañana me la pasé feliz esperando a que Kuno volviera de la universidad. Me puse a terminar las tareas y a limpiar mi apartamento hasta quedar completamente cansado, ducharme y dormir una siesta, completamente desnudo.

—Kano, he vuelto mi hermoso ángel protector ¿dónde andas? —escuchaba pensando que era un sueño— Kano, espero que no estés enfadado conmigo por lo de esta mañana. Perdóname, si... Ehhh... pero... si duerme como todo un príncipe. Se ve tan hermoso. No sé si pueda contenerme y resistir la tentación, es tan bello, tan suave su pelaje —decía él mientras me despertaba y sentía que tocaba mi pene— Creo que... no estaría mal si lo hago.

—Ehhh... pero qué. Kuno, ¿qué es lo que haces?—-le pregunté al levantarme por completo.

—Lo siento, lo siento, lo siento Kano. Yo solo... había llegado para saludarte y... te vi desnudo y... no pude contener las ganas que tenía de verte. Por favor, no pienses que soy un pervertido si.

—No, al contrario. Sabes que no pienso eso de ti. Me gusta como eres —le dije un poco sonrojado— Pero, no pensé que me encontrarías desnudo.

—¿De verdad? —dijo él avergonzado— Perdón...

—Si. Ahora... ¿quieres que hagamos lo que no pudimos hacer esta mañana? Lo he estado esperando.

—Está bien, precioso. Lo haremos de una manera que ambos disfrutemos el uno del otro.

Y luego de haber dicho aquellas palabras, Kuno comenzó a desvestirse lentamente y a besar mi cuerpo. Yo sentía como sus labios recorrían todo mi pelaje otra vez con el sentir de sus manos desnudándome, hasta darme esa sensación de placer que culmina con una evidente erección.

—Veo que te gusta, estás muy excitado amor —decía él con voz sensual.

—Tu me haces sentir esto, lindo —dije sonrojado por la manera como me trataba— Jamás había sentido algo igual. No pares, sigue... Mmm... —dije gimiendo de placer.

—Se que esto era lo que esperabas, Kano —dijo Kuno tomando mis mejillas y observándome— Se que llevamos poco tiempo pero... ¿quieres ser mi novio de ahora en adelante? —preguntó mientras bajaba lentamente con suaves lamidas, mordía mis pezones de mi ejercitado pecho y lamía mi abdomen.

-¡Si...! ¡Ahhh...! ¡Sí...! ¡Lo deseo! Siempre estaré contigo -decía entre placenteros quejidos.

Kuno siguió lamiendo mi pelaje. Sentía una sensación inigualable, un placer enorme me invadía. Había pasado de ser un completo extraño para mí a convertirse en mi novio en tan poco tiempo. Luego, comenzó a lamer mis axilas y mi entrepierna.

—Veo que está bien dotado Kano. Me va a gustar probar tu entrepierna.

—Pe... pero Kuno, ¿no crees que es muy pronto para que lo hagas?

—No creo que esperes más Kano. La verdad te veo muy excitado y lo necesitas.

Kuno comenzó a lamer mi pene en círculos y a introducirlo en su hocico mientras yo le sobaba la cabeza. Lo hizo de manera lenta recorriendo su lengua en cada lugar sensible de mi glande hasta meterlo por completo en su hocico.

—Kuno, uhhhhh... no pares por favor, no te detengas. Me gusta como lo haces. —dije gimiendo de placer.

—Espero que te guste. —dijo luego de un rato chupando mi pene para succionarlo rápidamente— Me encanta poder compensarte lo bueno que has sido conmigo.

Sentía muchísimo placer y me retorcía en la cama, aferrando mis garras a las sábanas y al colchón. Cerré mis ojos y jadeé muchísimo.

—Creo que... me voy a correr... Kuno. ¡No se si aguante más! ¡Ahhh...! —exclamaba excitado.

—Solo déjame probar ese precioso líquido de tus partes nobles. Debe ser exquisito —decía él estimulando mis testículos al chuparlos uno a uno.

—Ahhhhhhhhhh... Kuno, me haces sentir tan bien —dije luego de eyacular en su boca con algunos disparos de semen fuera de ella.

Dejé toda la cara de Kuno llena de semen, lo cual le gustó muchísimo lamiendo hasta la última gota tras sentir su cálida lengua recorrerlo todo.

—Pero esto no acaba acá Kano, aún falta más —dijo lascivamente y susurrando algunas cosas en mi oído derecho.

Yo estuve sorprendido con lo que Kuno me dijo hasta que me pidió ponerme a cuatro patas en la cama. Yo hice lo que él me pidió y comenzó a lamer mi cuello, besar mi espalda bajando lentamente hasta mi trasero.

—Kano, que lindas nalgas redondas tienes. Me encanta que seas tan guapo —decía mientras las mordía y lamía la entrada de mi ano.

¡Ahhhhhh! ¡Ohhhhhhhh! Kuno, eres el mejor. Esperaba tanto este momento, por favor no pares mi amor... ¡Ahhhhhh! —exclamaba entre placenteros y excitantes gemidos.

—Esto me encanta, me encanta que tú seas mío y me hayas aceptado como soy —decía él mientras introducía mucho más su larga lengua dentro de mi ano, haciendo que delirara de placer.

—Kuno, no te detengas amor... Me gusta como lo haces... ¡soy tuyo...! ¡soy tuyo, amor! —gritaba placenteramente aferrando las manos a las sábanas y levantando un poco la entrada para sentir mejor sus lamidas.

Kuno estuvo lamiendo mi ano durante un largo rato hasta que se detuvo. Luego, bajó mis caderas poco a poco y llegó el momento de la penetración. Antes de introducir su pene, me dilató un poco con sus dedos.

Kuno, te amo. Me gustas... ojalá que siempre estés a mi lado —dije mientras jugaba con mi ano.

—Mi lobito, siempre lo estaré pero por ahora disfruta. Es momento de penetrarte, ojalá te guste ya que así te demostraré mi cariño —dijo lamiendo mi oreja para luego acomodarme y empezar la penetración.

Sentía como levemente Kuno introducía su miembro dentro mío y estimulaba mis pezones con sus manos. Aquella sensación era tan placentera e indescriptible que no se igualaba con nada y cada vez más sentía como mi novio agarraba con fuerza mis caderas para aumentar el ritmo de sus penetraciones.

—¡Ahhhhhhh! ¡Oh, si! Hummmm... que rico, mi amor. Por favor, sigue. Se siente muy bien —decía yo entre gemidos mientras resoplaba de placer.

—Siiiiii, ¡Ohhhhh! Kano, así quiero demostrarte todo mi amor, haciéndote mío. Quiero que te sientas bien y disfrutes de lo que más te gusta — decía él muy excitado penetrando mi ano cada vez más y más rápido.

—Kuno, me gusta mucho como lo haces, por favor sigue. Quiero todo tu pene dentro de míiiii —dije lujurioso para acomodar mi cuerpo mejor y sentirlo aún más.

Kuno metió su duro pene hasta el fondo de mi ano haciéndome salivar hasta jadear y disfrutar de ese lujurioso placer. Me encantaba como entraba y salía su pene, como a veces iba lento y luego rápido. Sentía algo delicioso al hacerlo con él y quería estar por siempre a su lado.

Kano... ¿dejarías que me viniera dentro de ti? —preguntaba él a la vez que sentía sus gotas de sudor caer sobre mi peluda espalda.

—Si Kuno, quiero ser tuyo y que marques tu territorio con tu semen dentro de mí. Yo también estoy que me quiero correr ya... ¡Uffff...! —exclamé completamente excitado.

—Kano, te amo. Todo mi semen es para ti ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! —dijo a la vez que gemía y llenaba mi ano de su abundante y caliente semen.

—¡Ahhhh... amor mío! ¡Dámelo todo...! —exclamé yo para correrme junto a él, manchando las sábanas por completo entre suspiros placenteros.

Al terminar de hacer el amor, nos recostamos en un lado de la cama abrazados los dos entre besos y caricias.

—Esto estuvo fenomenal, amor. Ahora que eres mi novio, lo podremos hacer siempre.

—Sí, príncipe. Por ahora descansemos —dije yo para luego quedarme dormido en su cálido y peludo pecho masculino.

Luego de esa sesión de amor, dormimos abrazados toda la tarde hasta el día siguiente.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro