5- ¿Por dónde empiezo?
No tenía idea de cómo buscar información sobre Camus, lo poco que sabía era lo que él mismo le había contado...
-¡Su padre! Claro, es famoso! Empezaré con eso...
Feliz y agradecido a su memoria, googleó a Degel Verseau, el famoso escritor francés... vivía en París, no se mencionaba familia pero eso era de esperarse ya que Camus le había revelado que su padre era muy reservado y mantenía su vida personal alejada de su trabajo...
Había una dirección web de contacto y de una envió un mensaje pidiendo hablar con el señor Verseau, no con intermediarios.
Esperó respuesta ansioso y por fin le llegó, pidiéndole que le dijera su interés en contactarlo.
Sin dudarlo, tecleó su nombre y nacionalidad y le explicó el motivo de buscarlo.
"Soy Milo Escorpio, hijo del empresario griego Zaphiri Escorpio y conocí a su hijo Camus hace dos años...
No tengo forma de ubicarlo y por eso lo busqué a usted... deseo saber de él, contactarlo... disculparme...
Por favor señor Verseau, es importante que lo vuelva a ver"
Tras más de dos horas de esperar una respuesta, ya era obvio que le había clavado el visto y se disponía a irse a trabajar, cuando la pantalla mostró la notificación.
Su corazón latió fuerte cuando leyó el mensaje.
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Dos días después, Milo aterrizaba en el aeropuerto de París y su corazón latía a prisa al sólo pensar en la posibilidad de volver a ver al hermoso francés que le robó el alma...
Miró hacia todos lados buscando a quién lo recogería y entre la muchedumbre pudo divisar una cabellera verdosa y lacia, cuyo dueño le miraba curioso.
-¿Señor Verseau? Soy Milo, un placer conocerlo en persona...
-El gusto es mío... ven, vamos por tu equipaje...
-Señor... Camus...
-Ya hablaremos de él...- dijo serio mientras caminaba delante suyo...
Milo calló porque vio que su rostro se ensombreció y un dolor en su pecho le cortó la respiración...
¿Acaso Camus estaba casado y no quería verle? ¿Seguiría enfadado con él? Tal vez ya tenía una familia formada y él haciéndose ilusiones...
Pensaba en todo eso cuando la voz de Degel lo sacó de sus cavilaciones.
-Este es mi auto, vayamos a mi oficina primero...
-Sí, señor...
Subieron al automóvil y emprendieron el camino, el silencio era incómodo hasta que el mayor preguntó
-¿Así que conociste a Camus en su viaje a Grecia?
-Sí, nuestro encuentro fue fortuito pero a la vez de lo más maravilloso...
Lo conocí viendo las ruinas del partenón, pisó mal y casi cayó pero yo lo detuve; allí nos presentamos fugazmente porque él siguió su excursión con la delegación...
Esa misma noche nos volvimos a ver en la fiesta que se daba en el hotel que presido... un hombre pasado de copas intentó propasarse con Camus y yo lo saqué de allí, llevándolo a una habitación para que se tranquilizara.
-Y estuvieron juntos...
La afirmación de Degel lo dejó helado, estático sin saber qué decir...
-Ya sabía todo de lo sucedido en Grecia, mi hijo me contó todo, sólo lo quería oír de tus labios...
-Señor, esa noche fue la más hermosa de mi vida y de haber podido elegir, hoy seguramente usted sería mi suegro... yo amé a Camus esa noche, y todas las que le sucedieron en estos dos años...
Aunque no pueda creerme, no he vuelto a estar con nadie... a pesar que me obligaron a casarme, nunca consumamos el matrimonio porque yo no podía dejar de pensar en Camus y su recuerdo...
Ahora soy un hombre divorciado y yo... tengo mucho que decirle a Camus sobre lo sucedido y pedirle perdón por ser cobarde y no imponerme... por no defender su honor cuando mi ex esposa lo insultó... no merezco estar aquí buscándolo, lo sé... pero quería tener la oportunidad de verlo nuevamente...
Degel lo escuchaba en silencio; habían pasado por su oficina y se dirigían a la casa del escritor...
Milo no perdía detalle del buen gusto en el cuidado de los jardines que rodeaban la mansión; la piscina rodeada de césped suave, los rosales se erguían orgullosos más atrás, formando un sendero floral hasta perderse detrás de la enorme casa, donde había un extenso parque con juegos para niños, que hallaban sombra y cobijo en los árboles frutales perfectamente distribuidos...
El automóvil siguió su curso hasta detenerse frente a las cocheras, donde otro par de autos, una motocicleta y un par de bicicletas, estaban ya estacionadas.
Milo estaba acostumbrado a las riquezas, pero no podía dejar pasar el exquisito gusto para tener una mansión hermosa, sin opulencia...
Su corazón comenzó a latir fuerte cuando abrió la puerta y se bajó del automóvil, siguiendo a Degel hacia el interior de la casa...
La joven de la servidumbre se acercó y tomó el saco del escritor y se inclinó ante el invitado que acababa de entrar...
-Buenas tardes señor Degel... joven, me permite su abrigo y equipaje?
-Sasha, lleva sus pertenencias al cuarto de huéspedes y luego nos alcanzas algún refrigerio a mi despacho, por favor...
-Sí, señor... pediré que los asistan al instante... con permiso...
-Gracias, Sasha... y su nombre es Milo...
Los ojos de la muchacha se abrieron enormes y buscaron los del francés, encontrando una mueca indescriptible pero también una afirmación silenciosa...
-M-mucho gusto, joven...
-Igualmente, Sasha...
La chica se retiró apresurada y ellos caminaron tranquilos hacia un sector de la casa, que pasaba bajo una delicada escalera; al entrar, Milo sintió que su olfato se compenetraba con el olor a libros, tinta, pinturas...
Era un lugar tan acogedor como increíble por lo grande de su biblioteca y los muros llenos de pinturas al óleo; varios lienzos cubiertos con sábanas y los tarros y pomos de pintura diseminados por el suelo y los diversos estantes... un tarro enorme lleno de pinceles de tamaño, cerdas y características diferentes...
-Este es mi lugar favorito de la casa, aquí vengo cuando necesito paz, tranquilidad e inspiración...
Hace tiempo que no pinto pero supongo que son etapas por las que uno pasa en la vida...
Siéntese y póngase cómodo, necesito saber algunos detalles de su tiempo junto a mi hijo...
-¿Él está aquí, señor? Tengo tantos deseos de verlo...
-Primero contésteme lo que deseo saber... en verdad se enamoró de mi hijo, de su esencia? ¿O sólo fue su belleza lo que le llevó a tomar su preciada primera vez?
Milo quedó desconcertado, él lo sabía todo y de seguro le tenía rencor por cómo se dieron luego las cosas con el peliagua...
-Yo... yo no puedo explicar lo que sentí al conocerlo... fue un amor a primera vista, una necesidad de querer conocerlo profundamente...
Cuando lo saqué de aquel pub, pude darme cuenta de su increíble cultura, sus conocimientos en arte, filosofía, hablamos de la belleza arquitectónica de Grecia y él esperaba ansioso llegar a Egipto para conocer en persona todo eso que lo apasionaba...
Degel lo escuchaba en silencio...
-Cuando me invitó a ir con él a Egipto, yo me sentí tan feliz... era la primera vez en mi vida que alguien pensaba en mí tras una noche de pasión, porque yo lo amé con todo mi corazón y él se entregó por completo...
Nunca había experimentado esa bella sensación de tener a alguien junto a mí que quisiera compartir tiempo de calidad a mi lado, sin estar en una cama...
Camus fue un hito en mi vida, no conocí jamás a nadie como él... por eso quiero verlo, pedirle disculpas y tratar de, aunque sea, tener su amistad... supongo que si aún usted no lo ha llamado es porque él ya tiene otra vida...
La mirada brillosa de Degel se posó en él...
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