11- Las vueltas del amor 2/2
Un año atrás...
Ya vivían en Francia y todo marchaba a la perfección... Alain se había adaptado ya a tener un nuevo papá y cada tanto su otro abuelo y tío lo visitaban...
Milo llegó a su casa encontrando todo en silencio...
Subió directo a la habitación de su hijo y lo vio recién bañado, dibujando en un cuaderno...
-Buenas noches hijo!- saludó tranquilo
-Papi! Te esperaba! Los abuelitos salieron a cenar juntos, el abuelo Degel lo invitó a visitar el museo de Louvre...
-Qué bien! y Surt?
-Vino un hombre a verlo y están en el jardín hablando...
-Ya vuelvo hijo...- sus celos pudieron más que él, necesitaba saber con quién estaba, qué hacían...
Desde aquella noche en Grecia, sellada con un beso, la situación entre ellos había cambiado...
Milo se sentía muy atraído por Surt y deseaba más del pelirrojo pero éste, aún tenía dudas de que sólo intentara reemplazar a Camus con él y no cedía a sus insinuaciones...
Y ahora estaba con otro hombre...
Salió al jardín y los halló abrazados, sus cuerpos pegados y el desconocido acariciaba su cabeza y espalda con confianza...
Una ira incontrolable se apoderó de Milo y se acercó rápido
-¿Qué sucede aquí?¿quién es él, Surt?
El nombrado volteó hacia el heleno con mirada incrédula y sin entender su falta de modales, porque era evidente que estaba enojado...
-¿Qué sucede Milo?- su voz suave le contestó
-No cambies una pregunta por otra... ¿quién es ese? Acaso tienes a alguien que yo desconozco?
Surt bajó la mirada y evitó no caer en la situación de llorar ante la acusación...
El otro muchacho lo miró fijo, serio y apretó aún más contra su pecho a Surt
-¿Con qué derecho le habla así? Como si fuera su dueño... le puedo asegurar que es mucho más mío que suyo y desde hace mucho tiempo...
Milo lo miró con arrogancia pero tenía mucha bronca encima, más que veía que Surt se aferraba a ese abrazo
-Si es así, se van ambos de mi casa... mi hijo está arriba y no voy a permitir que te comportes como una prost-
No terminó de hablar porque estaba en el piso con la nariz sangrando...
-Eres un idiota... vine a conocerte y me encuentro a un patán... ¿cómo puedes hablar así de mi hermanito?- le gritó el muchacho y Milo pudo ver que Surt lloraba, haciéndolo sentir el hombre más estúpido del planeta...
-Lo s-siento... perdón... mis celos son irrefrenables... lo siento Surt, en verdad...
El pelirrojo salió corriendo hacia el interior de la casa y las lágrimas de Milo comenzaron a rodar... había lastimado cruelmente a una persona maravillosa...
-¿Y dices amarlo? ¿Qué clase de amor es el tuyo, que a la mínima duda lo degradas? Sabes que él no ha estado jamás con nadie, me dijo que te lo confesó... cómo pudiste insultarlo así?
-Yo lo siento... no medí mis palabras... pero sí lo amo... mucho...
-Díselo a él, no a mí... me llamo Sigmund, hermano mayor de Surt y tu peor enemigo si lo haces llorar de nuevo...no sabes lo que ha sufrido, no merece tu maltrato... ve a buscarlo ahora...
Milo entró corriendo a la casa, subió las escaleras de dos en dos pero Surt no estaba allí... fue con Alain y éste lloraba abrazado a un peluche...
-Papá Surt se fue...- las lágrimas corrían por el pequeño rostro y Milo sintió que el mundo se le venía encima...
Llamó a Degel y le pidió los posibles lugares donde podría ir Surt...
Corrió como endemoniado hasta su casa... ¿en qué momento Surt se convirtió en alguien tan importante en su vida como para salir de noche en su búsqueda, sintiendo que moriría si no le hallaba?
Llegó sin aire y tocó timbre... una y otra vez hasta que la puerta se abrió y el pelirrojo estaba frente suyo, los ojos inyectados de rojo de tanto llorar...
-¿Qué quieres? Ya descubriste que no soy la prostituta que pensabas?
Milo sintió una estaca en su corazón, sus palabras no salían, se ahogaban en su garganta y lo veía todo como un deja vú... otra vez estaba sucediendo...
Otra vez estaba perdiendo a alguien que quería... no, lo amaba... había aprendido a amar a Surt y no lo quería fuera de su vida, lo necesitaba a su lado para siempre...
Surt que lo veía fijo, mientras el griego se debatía en su interior, volteó para cerrar la puerta y dejarlo fuera de su vida aunque se estuviera quebrando por dentro, aunque su alma se estrujara por lo mucho que amaba a ese hombre...
Pero no pudo hacerlo...
Milo cayó de rodillas abrazando sus piernas, llorando como un niño y balbuceando cosas inintendibles hasta que su corazón habló...
-No... no me dejes... cásate conmigo... soy un idiota pero te amo con toda mi alma...
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Actualidad...
Alain era peinado por su abuelo Degel, su cabello ensortijado se hallaba atado en una colita alta y resaltaba su hermoso rostro...
Ataviado con camisa y pantalón, su saco sobre la cama, recitaba nervioso lo preparado para la ocasión...
-No olvides el regalo, petit... le gustará mucho...
-No, abuelito... mami estaría muy feliz si estuviera aquí...
-Él está aquí, con nosotros, contigo, siempre... y sí estaría feliz hoy...
-Vamos que se hace tarde...
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La iglesia los esperaba, fastuosa en infraestructura, excelsa en su arquitectura y años de historia...
Milo parado en el altar junto a Zaphiri miraba nervioso la entrada de ésta, esperando ver entrar a quien se convirtió en el amor de su vida sin saberlo...
Una suave melodía se hizo presente y las puertas se abrieron, dejando al griego con la boca abierta al ver entrar a su pequeño retoño lanzando pétalos de rosas, haciendo un camino para que lo siguiera Surt, quien venía del brazo de Degel...
Un esmoquin blanco entallado, que realzaba su cuerpo, encendía sus cabellos y hacía relucir aún más sus hermosos ojos, los que brillaban de felicidad...
Llegaron al atrio y el francés lo entregó a Milo, que lo miraba con ojos enamorados y juntos procedieron a recibir la bendición para estar juntos para toda la vida...
Alain observaba todo con mucha alegría, sus papis se estaban casando y serían una verdadera familia a partir de ahora...
Una lagrimita recorrió su rostro pues recordó la foto de su escritorio e imaginó a ese hermoso chico casándose con su papá griego y con él en brazos...
Estaba seguro que su mami estaría feliz porque dos personas tan importantes en su vida, se estaban uniendo como él no tuvo oportunidad...
La ceremonia seguía tranquila y un manto de emoción caló profundo en Surt cuando vio las alianzas... no eran iguales como se estila, cada una tenía un diamante que representaba a cada uno y sería portada por el contrario...
Milo colocó el anillo con una diadema azul en el dedo anular de Surt y éste hizo lo propio, con una sortija que engarzaba un zafiro rojo...
Cada uno representaba el color de sus ojos, aquellos que dejaban ver sin palabras, el amor que se tenían...
El sacerdote los bendijo y ambos sellaron su unión con un beso... al darse vuelta para ser felicitados, pudieron ver las miradas emocionadas de Sigmund, Degel, Zaphiri y Kardia...
Alain corrió a su lado y Milo lo tomó en brazos, mientras Surt lo besaba amorosamente...
-Somos una familia, petit!- le dijo sonriente...
-Si papi! Toma mi regalo... espero te guste...
Surt tomó el presente y al abrirlo se encontró con un lienzo pintado donde retrataba aquel momento en que su mundo se quebró en dos, cuando Camus le entregó a su hijo para que lo cuidara como suyo...
El pelirrojo miró a su hijo y lo volvió a alzar, abrazándolo y con lágrimas en sus ojos...
-Petit... es hermoso... tu mami ese día hizo un sacrificio increíble, un sacrificio de amor...
-Lo sé, papi... lo he soñado y sé que está muy feliz por cómo cumpliste tu promesa y que ahora seas esposo de papá...
La emoción embargó a Surt, que colmó de besos a su petit, antes de mirar a Milo, que había presenciado la escena en silencio...
-Salgamos mis amores, una fiesta nos espera... salgamos como la familia que somos y con el recuerdo de nuestro Ángel guardián...
Y salieron juntos de aquella iglesia, siendo saludados, felicitados y bendecidos por todos a su paso...
La felicidad tatuada en sus rostros, tomados de las manos y sus corazones latiendo al unísono... el momento había llegado y de ahí en más disfrutarían de lo que se les negó a ambos, una vida de alegrías y amor, viendo el futuro con esperanza...
Las vueltas del destino a veces son inciertas e imposible de entender, pero las almas destinadas, tarde o temprano se encuentran, no pueden sobrevivir una sin la otra...
Milo viajó a Francia para encontrar a su galo, su amado Camus, sólo para enterarse de su cruel destino y que su noche de amor había dejado su fruto... ese niño, su pequeño, fue quién le trajo a la persona que su corazón añoraba, el mejor amigo de Camus, el que criaba a su hijo y conquistó su entristecido corazón...
Surt lo logró, con pequeñas acciones, dulces sonrisas y suaves palabras... el griego cayó a sus pies sin remedio y allí estaban, celebrando la vida, el amor, dando una mirada al cielo, un beso y una sonrisa para quién seguramente los estaría bendiciendo...
FIN
Mis queridos lectores, aquí el final de esta historia, con pocos capítulos pero con mucho sentimiento, que espero les agrade...
Hacía mucho que no escribía, más bien que no subía nada y es que creo haber perdido el toque...
Me aventuré con esta pareja, ya saben que mis shipps no son convencionales pero deseaba un Surt querible y tierno, que se saliera del estereotipo...
De corazón espero les guste y les dejo un extra, la noche de bodas🔥🔥🔥!!
Se les quiere muchísimo!!
Sailor Fighter 💖
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