Maddy:

Almuerzo con la familia completa. Mamá, Papá, Alexis, Isaac, y por supuesto, los papás del mejor amigo de mi hermano y él, Jack. Todos reunidos este domingo en mi casa, a comer una paella; y para mi una milanesa, porque los mariscos me dan asco.

Cuando tenía 6 años estábamos con Alexis y Jack. De repente, agarraron el arroz de la paella y me lo pusieron en toda la cara; algunos granos entraron en mi nariz, otros en mis orejas. Nunca la pase tan mal. Se suponía que era una broma pesada pero Helen y Amanda, nuestras madres, los castigaron sacándoles el postre.
Yo estaba contenta porque fui la única que pudo comer helado, ya que mí hermano Isaac era bebe cuando ocurrió todo esto, pero de todas maneras, se vinieron a disculpar para obtener su preciado postre en ese caluroso día de verano. Yo no quería que se los den pero mi mamá terminó accediendo. Helen me dijo que no me preocupe, que iban a obtener su merecido.
Fue entonces cuando los tiró a la pileta congelada. Salieron corriendo del agua y mi mamá los grabó, sigo viendo ese video hoy en día.

Me gusta quedarme en la reposera tomando sol, tiempo para mí. Pero al convivir con tres muchachos un poco hiperactivos, es imposible. Desde la terraza de la casa se tiraron a la pileta: primero fue Isaac, después Alexis y por último Jack, que sin remera se ve...
Mal. Muy mal. Si, claro... Eso era lo que pensaba...

Al hacer eso, rebalsó el agua de la pileta, salpicándome de pies a cabeza. El único que se preocupó al menos un poco fue Isaac, que se acercó a mí con una toalla para que me seque. Alexis y Jack, estaban riendose a carcajadas mientras me miraban.

— No es nada, nenita —dijo Jack con un tono de superioridad, no lo soportaba cuando hacia eso.

No respondí, me fui devuelta a la reposera y seguí tomando sol, mi cuerpo seguía algo mojado. Los tres nadaron por un rato hasta que se aburrieron y salieron a jugar a las cartas, tuve que ir porque era en parejas y eran impares.

—Yo juego con Jack —dijo Alex, aunque era algo obvio.

Jugamos por un rato y terminamos ganando. Mí hermano mayor y su mejor amigo terminaron discutiendo por cual jugada hicieron mal. Con mi hermanito nos fuimos a festejar con la merienda, merienda de campeones.

Mí segunda madre, Helen, estaba en la cocina. Nos acercamos a ella contentos y festejamos bromeando. A pesar de lo mucho que la quería, su hijo, Jack, era como un hermano molesto, un hermano no deseado. 

Quizás algún día eso cambie...
Y quizás... No falta mucho...